Oficio: dibujante

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Edición nacional: Astiberri Ediciones (Colección Astiberri Ensayo); abril de 2012.
Autor: José Luis Munuera.
Portada: José Luis Munuera (color: Sedyas).
Color portada: Sedyas.
Formato: Libro de 160 págs. encuadernado en rústica.
Precio: 9,00 €.

 

Siempre es una buena noticia que, además de continuar con su labor de publicación de historietas, las editoriales encuentren tiempo, recursos y espacio en sus respectivos catálogos para promover el lanzamiento de obras teóricas: libros y monográficos –muchos de ellos reseñados en esta web– cuyo enfoque eminentemente didáctico contribuye a un mejor análisis, comprensión y estudio de este medio, prestando la atención debida a las peculiaridades que hacen del cómic un lenguaje y una forma de expresión artística tan especial.

A este tipo de publicaciones habría que añadir –a título de ejemplo y sin ánimo exhaustivo– obras como Cuaderno de viaje, de Craig Thompson, Memorias de un hombre en pijama y El invierno del dibujante, de Paco Roca, La ruta Joyce, de Alfonso Zapico, Una vida errante, de Yoshihiro Tatsumi, Los Profesionales, de Carlos Giménez, Bakuman, de Tsugumi Ooba y Takeshi Obata, o la serie de Las pequeñeces de Lewis Trondheim: tebeos muy diferentes entre sí, que sin embargo comparten el ánimo de arrojar luz y taquígrafos sobre la cotidianidad del autor de cómics, el proceso de documentación de una obra o la historia del medio, bien sea desde una perspectiva autobiográfica –en ocasiones difuminada por la dramatización de lo narrado– o ciñéndose al relato de experiencias ajenas. Y como tercer vértice de este triángulo, nos encontramos con los blogs, las webs oficiales y las redes sociales, aprovechadas por numerosos autores para comentar diferentes aspectos relacionados con su profesión y el proceso creativo que forma parte de su día a día. Tres vertientes informativas que, en conjunto, proporcionan una visión tridimensional del mundo del tebeo, que complementa, enriquece y contextualiza la obra final, al alcance de los lectores en las estanterías de las librerías y tiendas especializadas.

Lo que no es tan frecuente es que un autor se líe la manta a la cabeza y decida recopilar en un libro diferentes ensayos o reflexiones relacionadas con el mundo del tebeo. Tal ha sido el caso de José Luis Munuera (Lorca, Murcia; 1972), todo un referente en el mercado francés, responsable del apartado gráfico de obras como El juego de la Luna o Fraternity, ambas publicadas por Astiberri. Es de nuevo la editorial bilbaína la que el pasado mes de abril puso a la venta Oficio: dibujante, un minúsculo libro –11,7 x 16,5 cm.– que esperemos no pase desapercibido entre la ingente cantidad de novedades editoriales; porque acumula méritos más que suficientes para convertirse en una lectura de interés para los aficionados al Noveno Arte. En el prefacio, Munuera comenta con cierta sorna que este libro surgió por “empezar a cavilar qué resultaría si a mí me diera por hacer un tebeo autobiográfico y estar un poco en la onda en lugar de anclado en el siglo pasado, cuando una ficción podía todavía ser honestamente ficcional”; y cómo por vivir pegado a una mesa de dibujo, la empresa de reflejar su vida en las páginas de un cómic podría terminar resultando realmente aburrida. Así que finalmente se decantó por agrupar “un conjunto de textos inconexos y sin un maldito garabato en lo que podríamos llamar una No-novela No-gráfica”; textos de variada procedencia: algunos de ellos inéditos o creados expresamente para la ocasión y otros pergeñados entre 2003 y 2011, publicados originalmente en alguno de sus blogs, en hilos de conversaciones mantenidas con otros autores a través de Artboxforum, o como parte de lecturas y conferencias impartidas durante los últimos tiempos.

Contraviniendo lo dicho por el propio autor, lo cierto es que los pequeños artículos o ensayos recopilados en este libro no son tan inconexos como asegura, ya que puestos en común ofrecen una imagen bastante completa de su relación con el mundo del tebeo: sus inicios en la industria, el modo en el que a partir de entonces se ha desarrollado su carrera y la forma en que vive el día a día de una profesión que además de talento, exige horas de esfuerzo, trabajo duro y mucha paciencia. Pero la clave –y el elemento diferencial que hacen de Oficio: dibujante una propuesta a reivindicar– está en el tono empleado para su redacción: Munuera no solo escribe realmente bien, sino que además tiene un peculiar sentido del humor que hace que pasajes que desde un punto de vista didáctico resultan más que interesantes, terminan siendo, además, divertidos. Porque parte de una visión de su profesión desprejuiciada, alejada del romanticismo y honesta: llama a las cosas por su nombre, no elude cuestiones peliagudas y descubre las interioridades de determinados procesos –editoriales y creativos– que normalmente pasan desapercibidos para los lectores. Así, el libro rememora etapas primerizas de su carrera; detalla las diferentes fases de un proyecto desde que surge la idea inicial hasta que es publicando, mediando el visto bueno del editor de turno; comenta diferentes anécdotas relacionadas con autores como Martz Schmidt o Moebius; incluye una suerte de diario de producción de El juego de la Luna y comentarios acerca de Fraternity; y cuenta con un par de listados realmente reveladores, acerca de su concepto del medio y de pequeños atajos de utilidad cuando se acercan las fechas de entrega: ¡Dibujar tebeos es fácil, si sabes cómo! y Guía puto Roger Corman para la producción masiva y barata de tebeos de todo género, respectivamente.

En definitiva, Oficio: dibujante es un breve pero disfrutable anecdotario, que trasciende dicha categoría para convertirse en testimonio de los presupuestos éticos, artísticos y laborales a partir de los cuales José Luis Munuera aborda su trabajo, siempre partiendo de la pasión que siente por la historieta. Un libro certero, lúcido y divertido escrito por un autor que esperemos siga haciendo tebeos durante muchos años… pero también que de vez en cuando alimente esta variante de su sempiterna condición de «señor sentado»: la de reflexionar por escrito acerca de su profesión, con todo lo que ello implica.

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Javié
Javié
Lector
19 mayo, 2012 12:34

Excelente reseña David, la verdad que me ha sorprendido ver a Munuera metido en estos «fregaos», pero para mi, todo lo que hace este hombre esta bien hecho.
 
 
En españa parece que solo eres alguien si has dibujado a Batman o Spiderman, pero este hombre es una eminencia en francia, por sus manos pasó una de las mas brillantes etapas de Spirou, personaje emblema del mercado Frances y una de las 3 referencias culturales mas importantes en cuanto a comic se refiere de dicho pais, junto a  Asterix y Obelix y Tintín (franco-belga).

Santi
Santi
23 mayo, 2012 13:09

Enhorabuena!