El último recreo

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Edición original: 1984 nº 41-43 y 45-53 (Toutain, 1983-84).
Edición nacional/ España: El último recreo (Toutain, 1989).
Guión: Carlos Trillo.
Dibujo: Horacio Altuna.
Color: B/N.
Formato: Álbum.
Precio: 775 pts.

 

Aunque parezca mentira, dado que la lejanía lo ha convertido casi en un mal sueño, durante los ’80 se llegó al paroxismo en un miedo específico: el pánico a la aniquilación nuclear. Una sombra que planeaba sobre todos nosotros e impregnaba cualquier manifestación de un hondo pesimismo, de una desconfianza inequívoca tanto en el futuro como en las capacidades de la raza humana para superar sus problemas civilizadamente. Fue la década de las distopías, pero -sobre todo- de los apocalipsis (atómicos, ya se ha dicho, pero no exclusivamente: también hubo sitio para las epidemias mortíferas o las revoluciones de la Inteligencia Artificial). No pudo la historieta sustraerse a esa inquietud y en su expiación quedaron obras maestras como Watchmen o Cuando el viento sopla.

Los argentinos Carlos Trillo y Horacio Altuna quisieron dar su particular vuelta de tuerca al asunto. Su fructífera asociación ya había alumbrado creaciones geniales como El loco Chávez o Las puertitas del Sr. López, demostrando una compenetración a la altura de los grandes tándem de la historieta de todos los tiempos con su apuesta por un humanismo militante y un agudo sentido del humor, especialmente atento a las excentricidades de nuestras bajezas. Con El último recreo, Trillo y Altuna moldearon esa angustia en una formulación más cercana a El señor de las moscas que a El día después, gracias a una variación sutil: la bomba de su invención no extermina indiscriminadamente a todo bicho viviente, sino que se ceba en los adultos, entendidos estos como quienes han gozado de su despertar sexual. Así pues, la deflagración deja a los niños como herederos únicos de una civilización desnortada. Y al igual que la fisión contamina el ambiente de radioactividad, este artefacto, llamado en el cómic “Sex Bomb” (nada que ver con Tom Jones, evidentemente), ensucia la atmósfera con una toxina letal para todo aquel que desarrolle su sexualidad.

¿Dónde nos deja esto? Exactamente dónde los autores quieren: con unos críos que, abolida la autoridad, deben “volver a empezar”… cometiendo -¡ay!- los mismos errores que sus predecesores adultos. Y es que no es tan fácil escapar a la propia naturaleza, como ya estableció George R. Stewart en la magistral La tierra permanece. Como en aquella, la lucha por la supervivencia tiene sus propias reglas y crueldades, difíciles de soslayar aún con las mejores intenciones… no digamos ya cuando se aprovechan las circunstancias para satisfacer impulsos como el egoísmo o el ansia de poder.



La historieta se divide en doce capítulos formalmente independientes (es decir: con su principio, nudo y desenlace), pero con una trama que evoluciona soterradamente de premisas del género de catástrofes a terrenos más propios del viaje iniciático, como el conmovedor episodio Cosas que quedan en el camino, preciosa reflexión sobre las renuncias a que nos obliga el aprendizaje. Este carácter fragmentario, habitual del cómic de aventuras, desdibuja el tópico de partida, enriqueciéndolo con anécdotas pertinentes para urdir un gran fresco sobre la condición humana ante la adversidad. Trillo y Altuna dan en el clavo representando tanto la psicología como el aspecto físico de sus protagonistas, incluido un desagradable eunuco que diríase el precedente del perverso criminal de Ese cobarde bastardo. Con un acierto sin par, los chavales son retratados como auténticos niños, cosa infrecuente en el medio. La maestría de Altuna no se agota en su habilidad para la expresión y la anatomía, probada ya sobradamente, sino que se despliega en su pericia para la composición y la perspectiva, sin escatimar fondos y detalles por doquier (incluidos homenajes a Marilyn Monroe o Martin Luther King). Modélica es su recreación de una ciudad progresivamente en ruinas, defenestrada por el tiempo y la falta de cuidados, pero igualmente sensible se descubre para los encantos de la naturaleza cuando los chavales abandonan, por fin, la urbe.

Trillo vuelve a asombrar con la perspicacia de sus retratos, demostrando una vez más que nada de lo humano le es ajeno. Asimismo, sabe mantener la atención del lector con giros inesperados (como la anécdota cíclica del capítulo titulado La estrella, que lo emparenta -amablemente- con Jennifer, el magistral relato de Jones y Wrigthson; también algo de Creepy hay en el capítulo El monstruo) o ramalazos de ternura sin caer nunca en la cursilería.

El último recreo fue serializada en la revista 1984 entre los números 41 al 53 (excepto el 44). En 1989, el mismo Josep Toutain recopiló la historia en un tomo que, lamentablemente, confundió el orden de una página (concretamente la 59). Como las desgracias nunca vienen solas, la posterior edición de Planeta DeAgostini de 1998 también cambió una página de sitio, con el triste resultado de que esta obra capital de la historieta no dispone, a día de hoy, de una edición en España a la altura de sus méritos.

El equipo Trillo/Altuna se disolvería poco después, cerrando su colaboración más longeva (y, tal vez, mejor), El loco Chávez, en 1987. Ambos seguirían firmando obras notables, pero rara vez a la altura de lo que hicieron en común. La muerte del guionista, acaecida en 2011, truncó la esperanza de los aficionados de volver a leer una obra conjunta de estos dos auténticos colosos.

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David For President
David For President
Lector
25 marzo, 2013 14:50

Jo, ni me acordaba de que existe este tebeo: lo leí hace la hostia de años y se quedó perdido en alguna mudanza. No sé si será porque la edad de los protas me pillaba bastante cerca o por la propia calidad de la historia, pero ahora se me ha venido a la cabeza la sensación de que cuando lo leí me gustó una barbaridad.

¿La edición de Planeta sigue disponible, o está descatalogada?

Eduardo
Eduardo
Lector
25 marzo, 2013 14:52

 Ya podían Planeta sacar una edición corregida, que es lo que tocaría. Son unos impresentables.

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
25 marzo, 2013 16:27

Sé que la leí pero mi memoria de pez me la juega. No recuerdo si llegué a leer toda la historia o sólo algunos capítulos, ya que no la leí en album sino serializada en la revista. Y por esa época prácticamente todo lo que leía era de prestado, y pocos números recuerdo de 1984. Para cuando  empecé a dejarme los cuartos en el vicio y a leer con cierta asiduidad, ya la revista había cambiado el nombre por el de Zona 84. Pero a pesar de las lagunas mentales, lo que sí recuerdo es que me gustaban las historias de Trillo y Altuna así que seguro que esta no fue una excepción.

Joer, como pasa el tiempo…

the drummer
the drummer
Lector
25 marzo, 2013 16:45

grandísima obra (como casi todas las de trillo/altuna); yo la leí cuando se publicó por primera vez y recuendo que me gustó mucho (aunque también recuerdo la sensación de mal rollo que me dejaron algunos pasajes); el próximo fin de semana buscaré los viejos 1984s (conservaba la colección completa, espero que no hayan sucumbido en uno de los ataques de orden y limpieza que, periódicamente, padece mi madre); es lo que tienen tus artículos, que a uno le entran ganas ganas de leer tebeos que casi no recordaba o que, directamente, ni conocía.

gran trabajo, javier.

Ocioso
Ocioso
Lector
25 marzo, 2013 16:48

¿Ya han pasado treinta años? Si es que a la que te descuidas…
Pues nada, va tocando relectura. Tengo la historia bastante olvidada, lo que sí recuerdo es que en su día me resultó tristísima. Maldito Altuna, por qué hará esos niños tan monos.

ultron_ilimitado
ultron_ilimitado
Lector
25 marzo, 2013 18:13

Maldito Altuna, por qué hará esos niños tan monos.

Yo prefiero sus niñas ya creciditas, que me dejan la conciencia más tranquila.

the drummer
the drummer
Lector
25 marzo, 2013 19:07

me lo he descargado (que es más rápido y cómodo que esperar al sábado y rebuscar entre mis viejos tebeos) y releído (mucho más corto de lo que recordaba); es verdad que, leído a día de hoy -y del tirón- no me ha dejado tan mal cuerpo como de aquélla; también es verdad que, visto ahora, se aprecian segundas lecturas en muchos capítulos en las que, entonces, quizas no había caído (o si, que ya ni me acuerdo).

lo dicho, una joyita que merece ser  revisitada (o visitada por primera vez por aquellos que aún no la conocen).

por cierto, que la edición descargada era la de planeta y tenía todas las páginas en orden, supongo que el maquetador habrá corregido el error. 

sibaix
sibaix
Lector
25 marzo, 2013 19:21

 Pues Planeta la anuncio no hace mucho tiempo pero quedo al final en nada, llevo tiempo esperando una edición con el nivel que se merece esta obra, la leí en la revista 1984 y me dejo un recuerdo imborrable como muchas de las obras publicadas en esa maravillosa revista, no pierdo la esperanza de que Planeta saque finalmente otra edición y la comprare en cuanto la tenga en mis manos.

Por cierto el dibujo es superlativo.

Ocioso
Ocioso
Lector
25 marzo, 2013 19:39

the drummer ha comentado: me lo he descargado

Que verrrrrguenza.
Pero me has dado una idea, que entre que tengo los 1984 embolsadísimos y que estos días tengo a la suegra de okupa en la habitación de los tebeos, no es mala alternativa.

the drummer
the drummer
Lector
25 marzo, 2013 20:38

… tengo los 1984 embolsadísimos …

y a mi que nunca me ha dado por embolsar mis viejos tebeos/revistas (ni enfundar mis vinilos) y los tengo en un envidiable estado de conservación a pesar de que muchos ya ‘peinan canas’, de verdad sirven pa algo las famosas bolsitas?

Ocioso
Ocioso
Lector
25 marzo, 2013 20:48

the drummer ha comentado: y a mi que nunca me ha dado por embolsar mis viejos tebeos/revistas

Ni a mí hasta hace tres o cuatro años. Cuando te decidas a tener un heredero te llegará el acojone.

Por cierto, empecé a leer en digital y al notar algo raro he ido a por los tebeos. En la revista 1984 la segunda historia es El rey de la ciudad, mientras que en la copia escaneada que circula por ahí la colocan bastante mas adelante.
Mira, que me lo leo en papel. Por cierto, en glorioso blanco y gris. Tenía mejor recuerdo de las impresiones de la época.

the drummer
the drummer
Lector
25 marzo, 2013 21:34

soy muy viejo pa herederos; cuando me decida a dejar este mundo legaré mi colección de tebeos a la zn para que sean sorteados ente vuestros tataranietos (o servirán de combustible en mi funeral vikingo)

Ocioso
Ocioso
Lector
25 marzo, 2013 22:19

Yatá. Javier, muchas gracias por el empujoncito sin el cual es posible que nunca me hubiese animado a una relectura.
Páginas que llevaban treinta años sin separarse y el ambiente húmedo asturiano…tengo un colocón de la hostia y los bronquios como si me hubiera fumado un cartón de Celtas.

marcus
marcus
Lector
25 marzo, 2013 23:16

Pues Ocioso, ahora te «falla» una balda de tu biblioteca, tu suegra kaput, y noche redonda!!

birdman
birdman
Lector
26 marzo, 2013 0:30

 La semana pasada preguntaron que nos gusta y que mejorariamos de ZN, yo pedi mas reseñas de comic latinoamericano… y zacate! mis deseos son ordenes, muchisimas gracias por la reseña.

El ultimo recreo es un baluarte del comic argentino que todos los aficionados deberian leer.

Ahora, viendo que son bastante receptivos de mis peticiones: pueden hacer que DC me devuelva a Question ???? (no Rene Montoya por favor.. Vic Sage) Gracias de antemano.

Ocioso
Ocioso
Lector
26 marzo, 2013 15:02

birdman ha comentado: El ultimo recreo es un baluarte del comic argentino que todos los aficionados deberian leer.

Voy a ser un poco cabrón. Una serie creada para una revista española y cuyo dibujante ya estaba instalado en España, ¿puede ser considerada una obra argentina?

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
26 marzo, 2013 15:23

Ocioso ha comentado: Páginas que llevaban treinta años sin separarse y el ambiente húmedo asturiano…tengo un colocón de la hostia y los bronquios como si me hubiera fumado un cartón de Celtas.

Un cartón de Celtas. Eres consciente de que precisamente por detalles como este hay quien piensa que celebras los cumpleaños soplando pruebas de carbono 14 en lugar de velas, ¿no?

 estos días tengo a la suegra de okupa en la habitación de los tebeos, no es mala alternativa.

Tío, a tí te gusta vivir peligrosamente!!

Por lo demás, me estais despertando una envidia de tres pares. A ver si deja de llover un rato y me acerco a alguna librería de viejo; con un poco de suerte aún me haré con el tebeo.

Por último…

Voy a ser un poco cabrón. Una serie creada para una revista española y cuyo dibujante ya estaba instalado en España, ¿puede ser considerada una obra argentina?

Si la titulas El Ultimo Recreo de la Diáspora, sí.

Louontherocks
Louontherocks
Lector
26 marzo, 2013 16:38

 Pues mira si lo reeditaran yo me lo compraría porque lo único que me he leído dibujado por Altuna son las historietas que publicaban al final de los Playboy jeje, allá por el noventaitantos sería… que tiempos…

Ocioso
Ocioso
Lector
26 marzo, 2013 16:43

Desde hace un par o tres años es muy facil encontrar en rastros o tiendas que tengan saldos material de la época publicado por Toutain. El año pasado pillé (¿en Elektra?) tres o cuatro albumes de Trillo y Altuna a precios vergonzantemente bajos.

the drummer
the drummer
Lector
26 marzo, 2013 16:50

y, si no en elektra, en mundo fantasía, que está a tiro de piedra de elktra

marcus
marcus
Lector
26 marzo, 2013 18:37

Voy a ser un poco cabrón. Una serie creada para una revista española y cuyo dibujante ya estaba instalado en España, ¿puede ser considerada una obra argentina?
Joder, ni Messi es español por estar en el barça desde los 13 años, ni Maradona es italiano a pesar de que en Nápoles le consideran Dios. Esto de «nacionalizar» sólo a los que hacen algo que destaca está feo.

marcus
marcus
Lector
26 marzo, 2013 18:38

Al verlo escrito… no quería que sonase como una homilía, sólo expresaba mi opinión.

Ocioso
Ocioso
Lector
26 marzo, 2013 18:59

Lo decía porque todos entendemos que Blacksad es un tebeo francés aunque sus autores sean españoles y el dibujante viva en Francia.

birdman
birdman
Lector
26 marzo, 2013 19:05

 Voy a ser un poco cabrón. Una serie creada para una revista
española y cuyo dibujante ya estaba instalado en España, ¿puede ser
considerada una obra argentina?

Si claro, porque los autores son argentinos y su educacion profesional y la idiosincracia del grueso de sus obras es argentina

Igualmente es una discusion interesante, siempre que se haga con respeto. Yo soy argentino y consumo muchisima cultura española (musica, peliculas, autores de historieta, Loulogio, etc)

Siempre me pregunto como considerar las peliculas de Amenabar y Del Toro, por citar un ejemplo. Hoy en dia es bastante complicado encasillar algunas obras por su nacionalidad (donde puse baluarte argentino, deberia decir baluarte de habla hispana)

Personalmente creo que las nacionalidades y fronteras son una forma de division y dominio, pero es mi opinion, nada mas

Un saludo a todo ZN por el trabajo que hacen