Deathco

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Edición original: Kadokawa, 2014.
Edición nacional: ECC Cómics, 2017.
Autor: Atsushi Kaneko.
Traductora: Yasuko Tojo.
Formato: Rústica con sobrecubierta. 192 páginas. B/N.
Precio: 8,95€.

 

Después de Wet Moon, uno de los mangas más increíbles que pude leer el año pasado, estaba ansioso por una nueva ración de cualquier tipo de cosa/producto/cómic/garabato que saliera de los lápices de Atsushi Kaneko. Creo de verdad que Kaneko es uno de los dibujantes japoneses más interesantes, originales y únicos que hacen cómics a día de hoy. ¿Por qué? Porque no se atiene a convenciones ni a modas; su estilo es perfectamente identificable y se nota que dibuja lo que quiere y que disfruta mucho haciéndolo, algo que se transmite al lector y que se traslada al cómic en forma de una narración potentísima y la creación de un mundo tan particular, caricaturesco, único y divertido como el que encontramos en esta obra. En ese sentido, Deathco es el cómic en el converge todo esto y donde tenemos al Kaneko más desatado y suelto, cómodo dentro del mundo que ha creado.

Deathco nos sitúa en un mundo, podríamos llegar a decir, alternativo. La historia empieza con un par de bandas criminales llegando a un acuerdo, una escena bastante cómica (todos los miembros de cada banda visten igual y los personajes son por lo general bastante patéticos), cuando de repente el edificio en el que están se ve atacado por unas misteriosas figuras llamadas «reapers», unos asesinos a sueldo contratados por la organización clandestina Guild, que se encarga de acabar con todo criminal sobre el que pone el ojo. En este primer tomo presenciamos la aparición de estos reapers dispuestos a acabar con uno de los jefes de la banda criminal. La gracia está, por supuesto, en la idiosincrasia de estos asesinos. Kaneko nos presenta a gente de todo tipo: niñas, gordos, enanos, macarras; los reapers parecen, más que profesionales, una banda de asesinos novatos que se disfrazan de lo primero que pillan y que juegan a matar. Conejos gigantes sobre bicicletas con hachas, un señor mayor disfrazado de Drácula armado con dos pistolas, un grupo de animadoras góticas que matan con coreografías y guadañas. Y nuestra protagonista, Deathco, una niña que utiliza armas caseras con forma de juguetes.

Esta introducción a la obra nos presenta varias de las claves de lo que vamos a encontrarnos en Deathco. Tenemos, para empezar, la locura. Kaneko ya mostró en< em> Wet Moon mucho interés por lo extraño, las organizaciones clandestinas y las conspiraciones, los extravagante, lo freak, pero mientras que en Wet Moon la historia empezaba de manera realista e iba poco a poco adentrándose en ese mundo de ensoñaciones y misterio, en Deathco la locura y lo surreal (al menos desde la perspectiva de nuestra realidad) comienzan desde la página uno. Por otro lado, la escena introductoria empieza con algo que determina el tono de gran parte de la obra de Kaneko: la acción, original y narrada con precisión, y el humor. Kaneko sabe dónde enfocar, sabe mostrar lo justo para hacer de la acción algo ambiguo y no tan demasiado obvio, creando así esa sensación estar perdido, de ser cogido por sorpresa, que es lo que están haciendo los reapers, pero tampoco se contiene demasiado, y es muy explícito en muchos momentos y se regodea alargando algunos momentos en cuestión. Y, como digo, hay humor: hay ironía en ver a esa panda de mafiosos inútiles ser asesinados por una panda de locos disfrazados.

El mundo de Kaneko está creado a base de clichés y tópicos del cine de terror. Tenemos a la pequeña Deathco viviendo en un castillo semi-abandonado en lo alto de un acantilado, con candelabros y trampas para aquel que se atreva a entrar; tenemos un chofer draculiano que conduce un enorme coche negro que poco tiene que envidiar al batmovil. En ese ambiente, Deathco se convierte en una niña atormentada que, en su aburrimiento, está deseando que llegue un nuevo aviso de Guild para volver a matar. El personaje no tiene un motivo oscuro (al menos no que se haya desvelado hasta ahora) y se dedica a asesinar a los malos únicamente por diversión, porque es su mayor hobby. Ahí radica la originalidad de Deathco, en una frescura que se ve acompañada con escenas de humor que se ríen de la excentricidad de un mundo tan extraño, como la escena del pizzero. El mayor peligro que le veo a la obra (llevamos, claro, solo un tomo), es que caiga en la repetición de mostrar misión tras misión, al estilo Gantz, y no profundice demasiado en los personajes y pueda hacerse repetitiva. Es pronto para decir, pero lo que sí se nota es que Kaneko se lo está pasando en grande dibujando esta obra.

&nbsp; Edición original: Kadokawa, 2014. Edición nacional: ECC Cómics, 2017. Autor: Atsushi Kaneko. Traductora: Yasuko Tojo. Formato: Rústica con sobrecubierta. 192 páginas. B/N. Precio: 8,95€. &nbsp; Después de Wet Moon, uno de los mangas más increíbles que pude leer el año pasado, estaba ansioso por una nueva ración de cualquier&hellip;
Guión - 7.5
Narrativa - 8.5
Interés - 7.5

7.8

Después de Wet Moon, uno de nuestros mangas favoritos de 2016, llega Deathco, la última obra de Atsushi Kaneko, un manga de asesinos estrafalarios, organizaciones secretas y mucha acción y humor.

Vosotros puntuáis: 7.4 ( 5 votos)
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