ZN25 – 40 años de Usagi Yojimbo

El conejo samurái más famoso de la historia cumple 40 años. Aprovechamos eso y nuestro 25 aniversario para repasar la historia de Usagi Yojimbo.

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Este año es muy importante para nosotros, como mostró Raúl López en el texto que daba el pistoletazo de salida, veinticinco años no son fáciles de cumplir en un medio digital especializado en cómics (y galaxias cercanas) como es Zona Negativa. Pero también ha sido un año importante para dos de los grandes hitos del cómic independiente. Si hace unos meses os hablamos del cuarenta aniversario de las Tortugas Ninja, hoy es el turno de hacer lo mismo con otro gran personaje, íntimamente relacionado con estas y que cumple la misma edad. Así que vamos a aprovechar todos estos aniversarios para dedicar un texto repasando la historia de Usagi Yojimbo. Acompañadnos.

usagi yojimbo

La gran pregunta que suscita esta serie es ¿Cómo un conejo ha podido llegar hasta aquí? Sin duda es paradójico que un personaje como el protagonista de Usagi Yojimbo, cuyas historias versan sobre Japón, moviéndose entre lo clásico y lo tradicional, llenas de tópicos sobre los samuráis y la mitología nipona, con un estilo que, aun siendo estadounidense, se acerca al manga, se haya convertido en uno de los máximos exponentes del cómic independiente norteamericano. Pero aquí está, hasta tal punto que, décadas después de su creación, se continúa publicando y se sigue hablando de él.

Usagi Yojimbo surge en 1984 de la mente de Stan Sakai y su existencia se debe a un cúmulo de influencias y casualidades vinculadas al autor. Sakai nace en Japón, pero sus padres ya habían emigrado a Estados Unidos, con lo que vive a medio camino entre dos culturas. El autor se cría en Hawái y es allí donde se enamora de una parte de su país natal gracias a las películas de samuráis, especialmente citará como influencia los clásicos de Akira Kurosawa, aunque el noveno arte no se queda lejos y la gran obra Lobo solitario y su cachorro estará en su cabeza a la hora de crear al famoso personaje. Estos dos elementos serán fundamentales, ya que en las historias de Usagi Yojimbo no solo se ven como influencia sino que se encuentran una multitud de referencias bastante directas, y es que una parte muy importante de esta obra es que no trata de ser innovadora en cuanto a qué cuenta, no le hace falta, su historia gana por su narración, la fuerza de los personajes e incluso la divulgación de la cultura japonesa en occidente. Pero si hubiera que citar una influencia por encima de las demás nos tendríamos que ir al mundo real, a la historia de Japón, para conocer las hazañas de Miyamoto Musashi, un famoso samurái que vivió entre los siglos XVI y XVII y escritor de El libro de los cinco anillos, en el cual se han inspirado muchas obras por su interesante vida (desde mitos en su propio país hasta mangas que todos conocemos como Rurouni Kenshin).

Stan Sakai siempre afirmó que el germen de Usagi Yojimbo fue un dibujo en el que hizo a Miyamoto Musashi con forma de conejo, pero ¿por qué utilizar el antropomorfismo para representar esta figura? Para responder esta pregunta hay que volver a la vida de Stan Sakai. Por aquel entonces, el autor trabajaba para Albedo Antropomorphics, una antología de historias cortas protagonizadas por animales, donde crea al protagonista de Usagi Yojimbo bajo el nombre de Miyamoto Usagi, es decir, él ya estaba ligado a los funny-animals. El flechazo con su personaje será duradero hasta tal punto que le será fiel durante toda su carrera. Un año después, Usagi vuelve a aparecer en otra antología, llamada Criters, esta vez en la editorial Fantagraphics. Mientras crea a Miyamoto Usagi, Stan Sakai trabaja exitosamente de rotulista, llegando a ganar premios por ello, en las tiras de prensa de Spiderman así como en la obra de Sergio Aragonés, Groo El Errante, la cual a su vez será una influencia gráfica importante para las futuras historias del conejo samurái. Dado el reconocimiento que estaba consiguiendo Sakai en el medio, desde Fantagraphics se atreven a editar la primera serie propia de Usagi Yojimbo en la segunda mitad de los ochenta y, aunque pasa por diversas editoriales, se convierte en la obra de Sakai de por vida. No hará casi nada fuera de ella (alguna historia para Bone, el dibujo en 47 Ronin o Las aventuras de Nilson Groundthumper y Hermy).

Para el autor la elección del conejo como animal para representar a Miyamoto Musashi era sencilla, en Japón es un fuerte símbolo de honor y suerte. Suerte tuvo, sin duda, ya que el hacerlo en forma animal le supuso una cierta fama gracias a su cruce con unos de los más famosos del momento, las Tortugas Ninja. Pudo ser por estar metido dentro de ese movimiento artístico de funny-animals o porque, como admitió alguna vez, no se le daba bien dibujar personas, pero el hecho es que esto le llevó a tener relación con Kevin Eastman y Peter Laird, que creaban a las Tortugas Ninja el mismo año que él hacía lo propio con Usagi Yojimbo, y sus universos se cruzarían en diversas ocasiones, dando una visibilidad al conejo, que de otra forma no hubiera llegado a tener, gracias a apariciones en sus series de televisión o juguetes, pero también dieron lugar a un puñado de apariciones en los cómics y una miniserie conjunta muy recomendable.

De hecho, en 1993, tras cerrar lo que sería el primer volumen en Fantagraphics, con 36 números publicados, Stan Sakai lleva su serie a Mirage Publishing, editorial de las cuatro ninjas mutantes, aunque esta aventura duraría poco, 16 cómics, ya que dos años después se moverá a Dark Horse, donde se mantiene hasta 2019 tras haber publicado 165 números, especiales y algunas miniseries. Aunque este no es el final del gran samurai, ni mucho menos, Stan Sakai volvió a cambiar de editorial, esta vez a IDW, donde ya había trabajado gracias precisamente a un cruce con las Tortugas Ninja. IDW es la editorial que actualmente posee los derechos de las mismas, pero lo que sí hay ahora en Usagi Yojimbo es un importante cambio, las historias dejan el blanco y negro para pasarse al color. No es la primera vez que vemos las aventuras de este conejo coloreadas, pero esto ocurría de forma puntual, ahora no, su nueva colección en IDW brilló de una manera distinta pero siguiendo la misma línea de siempre, la de la calidad.

Y digo «brilló» porque poco después las cosas volvieron a cambiar. Stan Sakai decidió cesar su contrato con IDW para volver a Dark Horse, donde saca miniseries del personaje, como venía haciendo los últimos años. Eso sí, manteniendo el color.

En España ha habido, y está habiendo, una publicación bastante regular de las aventuras de Usagi Yojimbo desde 1998, cuando Planeta empezó a editar los recopilatorios de Dark Horse en un formato más pequeño que el del comic-book habitual pero más grande que el de los tomos de manga, formando una colección que reúne todo el material de las diferentes colecciones en las distintas editoriales, Fantagraphics, Mirage, Dark Horse y siguiendo, ya en un formato más grande, con la de IDW, a color, por lo que es un material accesible y a buen precio que nadie se debería perder. Además, desde hace unos años, Planeta ha iniciado Usagi Yojimbo Saga, unos compendios de alrededor de 600 páginas, con mayor calidad, en las que vuelven a lanzar esas primeras andanzas de este tremendo personaje en Dark Horse, pero no se han olvidado de la etapa anterior y también la podemos ver recopilada en dos tomos, que llegan a las mil páginas cada uno, titulados Usagi Yojimbo Integral Fantagraphics.

Lo curioso de esa primera edición de Planeta era el orden, comenzaban directamente con la colección de Dark Horse, lo que en Estados Unidos era el “Book 8” para España era el tomo 1, pero, por una mezcla entre presión y ventas aceptables, el tomo 6 resultó ser el “Book 1”, con las primeras historias de Fantagraphics, así, en muy poco tiempo, Usagi Yojimbo estaba completo y casi al día en este país. ¿Importa este orden?, pues entre poco y nada. Si alguien quiere leerlo en estricto orden cronológico deberá mirar la numeración de dentro del tomo, pero lo bueno de este formato es que, a excepción de alguna cosa puntual, cada uno de estos tomos contienen un arco argumental que funciona como historia completa. Una vez avanzada la edición de Dark Horse ya sí que se ve una línea, una importancia dentro de los hechos del pasado que tienen repercusiones en las aventuras posteriores de Usagi Yojimbo, pero sobre todo hay que tener en cuenta que las historias previas a las publicadas por la editorial del caballo y las primeras en esta son, en su mayoría, historias cortas que pueden funcionar muy bien como flashbacks o presentaciones de ciertos personajes.

Así es, cuando surge Usagi las historias planteadas por Sakai no iban más allá de las 10 o 15 páginas, rara vez llegaba a las 20, y veíamos al samurái enfrentándose a pequeñas aventuras, generalmente autoconclusivas pero que, a pesar de su tamaño, lograban contar mucho, con temas bastante más profundos de lo que pueda parecer y dejando mucho peso a las tradiciones o mitos del Japón Feudal. El conejo se enfrenta a un demonio que en realidad era un samurái traidor, con su familia por medio, se pelea con un clan de ninjas para poder cumplir el último deseo de otro samurái, persigue a ladrones, se topa con algún fantasma o ayuda a quien lo necesite, pero sobre todo lo importante es la contextualización, los personajes secundarios y los figurantes que reflejan los diferentes estamentos de la sociedad japonesa de la época son fundamentales, todos ellos muy grises, nada de bandos ni de estereotipos cerrados. Siempre centrando la acción en el personaje principal. Miyamoto Usagi es un ronin, como lo fuera el personaje real en que se basa, y su ocupación es la de Yojimbo, guardaespaldas (Usagi Yojimbo significa así Conejo Guardaespaldas), por ello se va moviendo entre aldeas haciendo diversos trabajos. La base es sencilla pero da cuerda para hacer historias de estilos muy diferentes. De hecho la primera historia larga que vemos en la serie de Fantagraphics es una sucesión de nueve capítulos, que apenas llegan a las diez páginas cada uno, en el que nos cuenta el origen del protagonista.

No obstante Stan Sakai tarda muy poco en empezar a crear personajes que serán recurrentes. La primera es Tomoe Ame, en un capítulo que se titula “Conejo solitario con niño”, en una muy directa referencia al manga antes mencionado “Lobo solitario y su cachorro”, algo que se repetirá en el futuro de manera más directa todavía al titular un tomo “Cabra solitaria y su hijo”, donde nos cuenta la historia de un personaje igual que el de la serie clásica.

Con aspecto de gato, Tomoe es una samurái del clan Geishu que aparece como protectora de Noriyuki, heredero destinado a ser líder del clan, tomando una posición política importante. A su vez Tomoe también está basada en un personaje real, Tomoe Gozen, una guerrera que vivió entre los siglos XII y XIII conocida por liderar alguna que otra gran batalla. En el cómic que aquí ocupa será una poderosa aliada de Usagi desde su primera aparición, así como un personaje que ocupará muchas páginas de la obra de Stan Sakai, hasta el punto que, más tarde, en la etapa de Dark Horse, llegará a protagonizar uno de los arcos argumentales, aquí visto en el tomo 22, titulado La historia de Tomoe, donde podemos ver las aventuras de Usagi y Tomoe a lo largo de su vida. La gata samurái tiene el honor de ser la primera gran aliada de Usagi así como uno de los personajes más interesantes de la serie.

Ya en estas historias de Fantagraphics se ve la intención de querer hacer un hilo aunque sean historias cortas, gracias a estos personajes, pero la primera vez donde esto se deja caer es al mismo tiempo otra de las grandes presentaciones, en el capítulo titulado “Cazarrecompesas” el autor nos enseña a un rinoceronte de esa misma profesión, que se le reconocerá posteriormente por su cuerno cortado, al cual llama Murakami Gennosuke, pero que conoceremos mejor como Gen y cuya importancia será enorme, hasta tal punto que, al igual que Tomoe, será protagonista de un gran arco, aquí recopilado en el tomo 7 como La historia de Gen, es decir, en la etapa previa a Dark Horse. Gen conoce a Usagi y se juntan para una misión, pero le acaba timando, es un personaje bueno pero con un toque caradura que lo diferencia del protagonista, aunque su gran corazón hará que tengan una enorme amistad y que el público se rinda a sus pies, al final empatizábamos con este samurái descendiente de una familia caída en desgracia que se dedicaba a cobrar por sus servicios. Llegó a ser tan importante que se le utilizó para el cruce con las Tortugas Ninja.

Es justo en la presentación de Gen en la que se ve un punto importante dentro de la divulgación de la cultura japonesa que quiere hacer Stan Sakai en su obra, además de los diferentes aspectos sociales y culturales, el autor introduce algunas palabras en su idioma original como por ejemplo la profesión de los personajes, que siempre aparece en japonés con la traducción entre paréntesis pero dentro del bocadillo, no fuera como se suele hacer. Este es el momento en el que hay que recordar que Sakai, además de autor, es el rotulista más laureado de Estados Unidos.

Ahora bien, si hay algo que una obra puede hacer para demostrarnos que quiere ir lejos, nada mejor que crear un antagonista, enfrentarlo al protagonista y dejarlo vivo. Este es el caso de Zato-Ino, representado como un cerdo, se cruza con Usagi como un masajista ciego que también resulta ser un temible samurái. Aunque su primer encuentro será amigable, acabarán luchando, Usagi le corta la nariz, teniendo que usar una prótesis de madera muy característica y prometiendo venganza, algo que tratará de cumplir a lo largo de la serie de Dark Horse.

Durante las siguientes historias cortas irá creando otros personajes que tendrán importancia a largo plazo, figuras muy diversas como Kitsune, una artista callejera que se dedica al robo, el inspector de policía Ishida, Sasuke el cazador de Demonios o grandes villanos como el asesino Jei o Lord Hikiji, representando dos aspectos diferentes de la maldad. Más adelante incluso le dará a Usagi una familia muy especial con Mariko y Jotaro, pero esto es mejor que lo descubra el propio lector. La cuestión es que, cuando la serie empieza su andadura en Dark Horse, según avanza cada vez agranda más sus arcos argumentales, eso sí, sin olvidar las historias cortas, pero ahora podemos ver cómo hay muchas que ocupan varios números. Las intrigas con los señores feudales, la incursión de otros personajes y la vida propia de Usagi van teniendo más importancia, aunque la forma en la que se recopilan los tomos hacen que su lectura sea bastante autónoma en general. Merece la pena resaltar una de las primeras historias largas, llamada «Segadora» y publicada en Dark Horse en 1997, llega a cubrir diez números de la serie y a ganar un premio Eisner en 1999 a Mejor historia serializada. En ella junta mitología japonesa con grandes batallas para contarnos el paso de una espada mágica por las manos del conejo samurái y llegará a tener una segunda parte unos años después. «Segadora» es un ejemplo de hasta dónde llega esta serie y su enorme calidad.

A pesar de que en Usagi Yojimbo hay una cantidad de violencia considerable, el tratamiento de la misma o detalles como la representación de la muerte, en un bocadillo y con un símbolo, hacen que sea perfecta para edades muy diversas, evidentemente tenemos una lectura adulta de los hechos que van sucediendo, pero para un público joven es muy asequible, con escenas emocionantes y divertidas, sin olvidar la inclusión continua de los Tokage, lagarto en japonés, que son precisamente eso, unos pequeños animales de forma graciosa que van saliendo en las viñetas de adorno, pero también protagonizando partes, ya que en este imaginario mundo se utilizan como mascotas. Hay que añadir también la importancia de la divulgación de la cultura japonesa, muy documentada en todo momento, que llevó a autor a ganar un premio como embajador cultural de Japón, uno más entre muchos ya que Stan Sakai ha sido galardonado tanto en su país como en el extranjero, hasta en nuestro país tuvo más de uno.

Además de su serie principal, en Dark Horse salieron algunos productos diversos relacionados con Usagi, además de los cruces con las Tortugas Ninja, especiales diversos o series limitadas fuera de continuidad. Por un lado hay tres libros de ilustraciones, empezando por El arte de Usagi Yojimbo, donde el autor explica cómo hace la serie, además de dar un buen número de detalles sobre la misma, este tipo de álbum lo suele realizar la editorial con alguna de sus grandes colecciones, como Sin City. Otro de ellos salió con motivo del treinta aniversario de la creación del personaje, bajo el título The Sakai Proyect, un libro creado para sufragar los gastos médicos derivados de la enfermedad de la mujer de Sakai donde autores de renombre daban su visión de Usagi y demás personajes. Por último, esta vez para el treinta y cinco aniversario, desde Dark Horse sacaron un recopilatorio con todas las portadas de la colección.

Para el cuarenta aniversario la editorial americana ha preparado varias miniseries, que son continuaciones de spin-offs ya hechos, ambientados en otros mundos. Así vuelven Chibi Usagi, con historias dirigidas a los más pequeños y cuyo primer tomo se publicó en España, o Space Usagi, una reimaginación de su mundo en el futuro, una especie de space-opera en la que el protagonista es un descendiente de Miyamoto Usagi que luchará contra samuráis espaciales o dinosaurios extraterrestres y cuya serie original se publicó en Dark Horse en los noventa. También se iniciaron una nueva serie de recopilatorios de las historias más importantes, bajo el título Usagi Yojimbo 40th Anniversary Reader y, la que puede ser la más golosa para los seguidores más acérrimos, una figura de edición limitada a mil unidades.

En definitiva, la respuesta a la pregunta ¿Cómo un conejo ha podido llegar hasta aquí? resulta ser muy sencilla cuando se lee esta colección: Por su calidad, su cariño, su fondo, su documentación y sus personajes. Usagi Yojimbo no solo es recomendable, es aconsejable y es imprescindible, un hito del cómic americano a muchos niveles que nadie se debería perder.

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Luis Javier Capote Pérez
Autor
2 diciembre, 2024 20:14

イゴールさん、本当にありがとうございました