Rip Kirby; un detective en la corte de la King Features Syndicate

Por su estilo y por su temática, Rip Kirby es puro cómic negro. Esto se debe a un enfoque revolucionario que el editor y guionista Ward Greene y el artista Alex Raymond se sacaron de la manga al terminar la Segunda Guerra Mundial. Bajo una apariencia de sofisticación y glamour los autores describen los problemas sociales y morales de los vencedores de la gran contienda.

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Las dos primeras tiras de la serie Rip Kirby muestran perfectamente las intenciones de sus creadores. En la primera un mayordomo recoge el periódico donde se destaca un artículo que habla sobre la desmovilización de un detective aficionado y héroe de guerra del ejército de los Estados Unidos. Estamos en los días posteriores al final de la Segunda Guerra Mundial, en un apartamento elegante de la gran ciudad. En la tercera viñeta asistimos al despertar del protagonista del artículo y casi de inmediato los dos hombres oyen un disparo en el pasillo de su edificio. Corte. Pasamos a la segunda tira – publicada un día después – donde el detective en bata y pistola en mano, seguido de su mayordomo, corren hacia la puerta. Cuando la abren una hermosa mujer se desploma en sus brazos. Desmond, que así se llama el mayordomo, admira su belleza. Rip, que así se llama el detective, lamenta que está muerta. Corte. A esperar a la edición de mañana.
Realismo, glamour, actualidad y suspense era la fórmula que tanto el editor y guionista Ward Greene como el dibujante Alex Raymond quisieron aplicar a su nueva comic strip desde el inicio.

Las dos primeras tiras de la serie (04 y 05 de marzo de 1946)

La serie nació el 4 de marzo de 1946 y se compuso exclusivamente de tiras diarias (dailies) publicadas de lunes a sábado, evidentemente en blanco y negro.

Rip Kirby no es un policía despiadado y vengativo, Rip Kirby no es un agente secreto sin nombre, ni un detective londinense que hace juegos mentales estimulado por la cocaína. Rip Kirby es un detective neoyorquino muy preparado, que investiga casos muy reales en una sociedad convulsa como la norteamericana de finales de los cuarenta y principios de los cincuenta.

Rip Kirby. Radiografía de un vencedor

En 1946 Estados Unidos era la primera potencia mundial. Pero aun así la posguerra no fue un período de estabilidad económica y social. Todavía se notaban los efectos de la crisis económica del 29, principalmente entre la población más anciana y campesina. La presidencia de Truman trajo consigo más poder para las grandes empresas, también el macartismo y la emigración de la población rural a las grandes ciudades. De cara al exterior empieza la Guerra Fría y la concepción de los EUA como policías del mundo. La economía americana empieza un período de expansión basado principalmente en el consumo interno y en la supremacía de las grandes multinacionales; del automóvil, del petróleo, armamentística y de bienes de consumo. Sin embargo, la desmovilización no fue fácil. En 1946 muchos veteranos de guerra – se calcula que unos 12 millones – intentan retomar sus trabajos o encontrar nuevas ocupaciones. La mayoría de puestos de trabajo han sido ocupados durante la guerra por mujeres o componentes de minorías como la población negra, esto produjo tensiones raciales y sociales que se tradujeron en violencia en las calles y huelgas. La administración Truman se desentendió de estos conflictos sociales dejando su resolución a las fuerzas de seguridad del Estado y a los grandes poderes económicos que primaron la consecución de beneficios a la distribución de la riqueza.

Rip Kirby se reencuentra con un compañero de la II Guerra Mundial

Sin embargo, la condición de vencedor en el conflicto, el afloramiento del dinero que no se pudo gastar durante la guerra y las bajadas de impuestos permitieron que la opulencia volviera a una parte de la sociedad norteamericana, solo si eras hombre, blanco y con familia. Se instaura una era de prosperidad y desigualdad que durará cerca de 20 años.
Algunos de los soldados desmovilizados, al no encontrar trabajo, pasan a formar parte de las organizaciones criminales nacidas en la época de la Ley Seca y que supieron reciclarse en tiempos de la guerra. Sus negocios se reorientaron hacia la prostitución, el juego y las drogas. Es la segunda edad de oro del crimen organizado.

Una strip pionera

Muchas de estas tensiones no aparecen en Rip Kirby, ni de hecho en todo el cómic mainstream norteamericano. Sin embargo, para analizar esta strip como se merece hemos de partir de lo que se estaba haciendo en aquel momento y no de lo que se podría hacer ahora.
En aquella época, en la prensa norteamericana las series más famosas eran: Blondie de Chic Young, Terry and the pirates de Milton Caniff, Gasoline Alley de Frank King, The Phantom de Lee Falk y Sy Barry, Li’l Abner de Al Capp o Mickey Mouse de Floyd Gottfredson. Todas eran herederas de la década de los 30 y, salvo Terry and the pirates, todas eran series de humor costumbrista o de aventuras exóticas. La primera serie que plantearía un argumento directamente enraizado en el período de posguerra es Rip Kirby.

Ejemplos de strips de mediados de 1945

Posteriormente Caniff abandonará Terry and the pirates para crear Steve Canyon, que en sus primeros años presentó un enfoque parecido a la strip de Raymond pero centrada en el mundo de la aviación comercial. También llegarán On Stage, una soap opera muy realista de Leonard Starr, a su vez Johnny Hazard de Frank Robbins se vuelve cada vez más urbana y menos exótica para centrarse en el thriller, especialmente en las tiras. Secret Agent X-9 empieza una etapa más mundana y procedural a cargo de Mel Graff, lo mismo que Kerry Drake de Alfred Andriola, un poco más tarde John Cullen Murphy aborda el mundo del boxeo desde una perspectiva casi documental con su serie Big Ben Bolt e incluso en géneros tan alejados de la vida cotidiana como el western y la ciencia ficción se impone una era de “autenticidad” con ejemplos como Casey Ruggles de Warren Tufts o el renacimiento de las tiras diarias de Flash Gordon a cargo de Dan Barry y sus colaboradores. Solo Chester Gould con su Dick Tracy sigue a lo suyo.

En los cómics de la prensa norteamericana de finales de los 40 y principios de los 50 se abandona paulatinamente la aventura exótica y el humor amable para centrarse en dos corrientes muy diferenciadas; el humor abstracto de Penauts y Pogo y la crónica realista de la actualidad. Rip Kirby fue la pionera de esta segunda tendencia y uno de sus ejemplos más excelsos.

Una serie de clase alta

Desde la primera semana el lector de la época se encontró con una serie de enfoque naturalista, de factura sofisticada y ritmo endiablado.
El protagonista que da nombre a la tira, Remington “Rip” Kirby, es un detective con formación científica, atleta y condecorado con la legión al mérito por sus servicios en la marina durante la Segunda Guerra Mundial. De aspecto elegante, lleva gafas y fuma en pipa, lo que lo aleja del tipo agresivo y con gabardina de los años 30 pero sabe golpear duro y disparar rápido lo que lo distingue de los detectives de salón tipo Ellery Queen o Hércules Poirot.

El ambiente por el que se mueve Rip Kirby es el de la alta sociedad neoyorquina; es un detective que se dedica a arreglar los problemas de la gente con dinero, a veces con mucho dinero. Pero, a menudo, en el desempeño de su labor ha de tomar partido entre encargarse de casos difíciles que le reportarán poco beneficio u otros más lucrativos pero menos urgentes y casi siempre escoge los primeros. En El rapto de Shawn su clienta es la joven viuda de un soldado de la Segunda Guerra Mundial al que han raptado a su hijo. Está en paro y tiene poco dinero. En el transcurso de la investigación, Kirby rechaza un encargo muy lucrativo del millonario Starlock preocupado por las idas y venidas de su esposa.

Las historias de Rip Kirby son modélicas en el tratamiento de una serie de temática negra. Desde la primera, El caso Chip Faraday a la que protagoniza Dedos Moray o El rapto de Shawn, los autores describen como el crimen tiñe todos los aspectos de la vida cotidiana de los ciudadanos americanos. El asesinato, el tráfico de drogas, el secuestro de niños, el chantaje, la guerra bacteriológica, la delincuencia juvenil… son males que azotan todas las clases sociales y todos los ambientes.
Los casos suelen inscribirse en mundo de las modelos publicitarias, en la universidad, en el mundo del cine y el teatro o simplemente en el de las clases altas de ciudades como Nueva York y Los Ángeles y también de pueblos pequeños o zonas rurales. En su repaso de la actualidad los autores “solo” se olvidan de la corrupción policial y de la persecución macartista, no se sabe si por ideología o por censura.

A menudo Rip Kirby ha sido acusada de ser una strip “reaccionaria” o simplemente “pija”. No acabo de estar de acuerdo del todo con estas acusaciones. Durante sus primeros años, y en menor medida cuando Fred Dickenson se encargó de los guiones, la serie describe desde dentro los males que aquejaban a una sociedad opulenta, con enormes desigualdades y donde el dinero parecía dominarlo todo. Generalmente existe un acercamiento honesto y certero a los conflictos que padecen las personas a las que el crimen ha golpeado cruelmente. El valor de la strip de Raymond y compañía estriba en su tratamiento fiel a la realidad, de mostrar los secretos que esconden los poderosos y de los desengaños y resentimientos que a menudo ocasionan a los menos favorecidos. No hay maniqueísmo, pero es verdad que tampoco hay crítica social. A veces adolece de un tratamiento demasiado condescendiente con las inmoralidades e incluso con las ilegalidades cometidas por los ricos, pero casi siempre un determinado tipo de justicia acaba imponiéndose. La serie se sitúa al lado de las víctimas aunque no sea especialmente vengativa con los criminales si estos están englobados en la parte dominante de la sociedad. Aunque tampoco se ahorra ciertos retratos nada complacientes de familias poderosas y terratenientes intocables en historias como El rapto de Shawn, La casa de muñecas y El otro amor de Honey.

Estilísticamente la serie se aleja del hard-boiled más hammettiano – sin renunciar completamente a ello – para situarse a medio camino entre el melodrama sofisticado, tipo Douglas Sirk, y la novela negra urbana.

El lector se topa, también, con una enorme y extraordinaria galería de personajes secundarios que van desde el mayordomo Desmond, la modelo Judith Lynne “Honey” Dorian, Pagan Lee (o Madelón) en su papel de mujer fatal y también con una extraordinaria galería de criminales. Conocer la vida y «milagros» de personajes como Dedos Moray, Silky Shaw, Priscilla Bleak o Mangler «el triturador» son experiencias que no se olvidan con facilidad.

Narrativamente, Raymond abandona su querencia ilustrativa para contar con pulso firme unas historias bien construidas y apasionantes. Leídas de un tirón las historias no presentan excesivas repeticiones de una tira a la otra. Los autores se alejan así del tratamiento clásico de las daily strips que obligaba a resumir la historia en la primera viñeta y dejarla en suspenso en la última. Greene y Raymond van más al grano y, sin renunciar a estas reglas, las reinventan y le dan un tratamiento más ágil y moderno. Esto redunda en una mejor experiencia de lectura cuando las tiras se recopilan en un álbum.

La realización gráfica de Alex Raymond es insuperable, partiendo de un realismo casi cinematográfico evoluciona hacia una estilización en la que la tira es el marco en el que mueve la narración. El dibujo es al principio más detallado, predominando las tramas mecánicas, para volverse más suelto a partir de la tercera historia y llenarse de contrastes de luz y tramas manuales realizadas con el pincel. Secuencias nocturnas, nevadas y paseos en la niebla pueblan la tira para contribuir al deleite estético del asombrado lector.

Rip Kirby fue creada por el ejecutivo de King Features Syndicate y escritor Ward Greene y por el dibujante Alex Raymond. Las historias se decidían en reuniones que se celebraba cada martes por la mañana, a las que asistían los dos mencionados y también el editor Sylvan Byck. Allí se fijaban los argumentos y se discutían los diálogos para que Raymond pudiera trabajar durante la semana.
Para su realización gráfica, el artista contó con la ayuda de Ray Burns que se encargaba del rotulado y los fondos y, más ocasionalmente, con la colaboración de Bob Leaterhbarrow.

La serie se vendió de manera rápida, en 1948 se distribuía a más de 300 cabeceras de periódicos estadounidenses. Durante un tiempo se pensó en añadir la página dominical al producto, llegándose a hacer entrevistas a artistas tan relevantes como Leonard Starr o Bob Fujitami para que se encargaran parcialmente de ello. Pero finalmente la idea se desechó por la enorme cantidad de trabajo extra que suponía la propuesta. Rip Kirby siempre fue una strip de tiras diarias.

En 1952, tras la marcha de Ward Greene, el periodista Fred Dickenson ayudará a Raymond con los guiones, manteniendo en general el nivel de calidad de las historias. En 1956 Stan Drake (creador de The Heart of Juliet Jones) y Raymond sufren un terrible accidente automovilístico en el que morirá el autor de Flash Gordon. Este suceso obligó a que John Prentice sustituyese a Raymond al frente del dibujo de la serie. Su primera tira se publicó el 1 de octubre de 1956. Aunque no hizo un mal trabajo, Rip Kirby nunca más fue la mejor strip de cómic negro del siglo XX.

Los creadores de la strip

Alexander Gillespie Raymond (1909-1956) empezó su carrera como dibujante sin acreditar en las series de prensa Tillie the toiler de Russ Westover y Tim’s Tyler Luck de Lyman Young.
Influido por los ilustradores de magazines de principios del siglo XX desarrolló rápidamente un estilo figurativo, elegante y eficaz que le convirtió en la gran esperanza de la distribuidora King Features Syndicate para contrarrestar la popularidad de las primeras series realistas de otras compañías como National Newspapers Service Syndicate o United Feature Syndicate que presentaban series como Buck Rogers, Tarzán y Dick Tracy.

Raymond estrenó tres series que estaban destinadas a competir con las anteriormente citadas. Las dos primeras, Flash Gordon y Jungle Jim, se estrenaron el 7 de enero de 1934 y compartían espacio en una misma página dominical como serie principal y topper respectivamente y dos semanas más tarde empieza su andadura Secret Agent X-9 en formato de tira diaria; seis días a la semana de lunes a sábado. Los guiones de ésta última estaban firmados por el prestigioso novelista de serie negra, Dashiell Hammett siendo substituido poco después por el no menos conocido Leslie Charteris, creador de El Santo.
La increíble carga de trabajo obliga a Alex Raymond a dejar Secret Agent X-9 a finales de 1935 para centrarse en las dos series de su página dominical.
No es hasta 1944, tras 10 años de constante evolución que el artista de Nueva York deja su trabajo para participar en la Segunda Guerra Mundial.
Al regresar del conflicto bélico, decide volver a empezar de cero con una serie que refleje la actualidad de la sociedad norteamericana de postguerra. Junto al editor y guionista Ward Greene crea Rip Kirby, una daily strip de género negro con marcado tono realista que refleja las tensiones de la sociedad norteamericana de los 40 y 50. Raymond se consolidará como unos de los artistas más importantes del medio dibujando esta serie durante diez años hasta que en septiembre de 1956 sufre un accidente mortal conduciendo un deportivo junto al también dibujante Stan Drake que resultó gravemente herido. La última tira firmada por Alex Raymond corresponde al 29 de septiembre de 1956.

Rip Kirby (28 02 1972) Ejemplo del trabajo de John Prentice en la serie

Ward Greene (1892-1956) fue un escritor y mánager general de la agencia de distribución editorial King Features Syndicate. Estudió en la Universidad del Sur, en Tennessee y en 1913 consiguió su primer trabajo como ayudante del editor de deportes del Atlanta Journal. Durante 10 años trabajó de periodista y fue destinado a Francia para realizar varios reportajes sobre la Primera Guerra Mundial. En 1929 publicó su primera novela Cora Potts.
Como escritor destacó por obras como Death in the Deep South (1936) que se adaptó al cine bajo el título de They Won’t Forget, también What they don’t know (1944) o Happy Dan, the Cynical Dog (1945) de la que se extrajo el argumento para la película de la factoría Disney titulada La dama y el vagabundo.
Trabajó durante más de dos décadas como editor de la King Features Syndicate donde lanzó series como Rip Kirby y se encargó del renacimiento de otras como Flash Gordon. Llegó a ostentar el cargo de mánager general de la sección de comics.
Ward Greene murió en La Habana (Cuba) a principios del año 1956. Existen discrepancias sobre la fecha y el lugar de su muerte. Algunas biografías señalan que fue en Londres en 1969. Pero yo el dato lo he extraido – entre otras fuentes – de la web de la Librería del Congreso de los Estados Unidos, organismo que me ofrece total credibilidad.

Fred Dickenson (1909-1986) fue periodista y guionista de cómics. Como reportero cubrió la guerra de bandas en Chicago durante la Prohibición, en especial el episodio conocido como La matanza de San Valentín. También se ocupó de sucesos tan relevantes como el acoso y derribo del gánster John Dilliger, el secuestro del hijo del aviador Lindbergh y la explosión del dirigible llamado Hinderburg.
Desde 1952 se encargó de los guiones de la serie Rip Kirby, primero para Alex Raymond y tras su fallecimiento en 1956, para John Prentice. Se retiró a principios de 1986. Murió este mismo año en la ciudad de Saratosa.

La editorial Planeta ha anunciado para octubre el primer tomo de una colección que recopilará toda la etapa de Alex Raymond en la serie. En principio el punto de partida de esta edición son los volúmenes que la editorial estadounidense IDW empezó a publicar en su colección The Library of American Comics en 2009. Esta edición norteamericana de Rip Kirby es extraordinaria por su calidad y rigor técnico por lo que si se respetan sus características en España, puede ser una oportunidad única para disponer de la mejor etapa de la serie en un formato de lujo. Está previsto que se publiquen 4 álbumes y desconozco si posteriormente la colección abordará la etapa de John Prentice, como sí lo ha hecho la de la editorial IDW.

Características de la edición:
Editorial: Planeta Cómic
Guion: Alex Raymond, Ward Greene, Sylvan Byck
Dibujo: Alex Raymond
Formato: Cartoné. 312 págs. BN.
Precio: 45€
Disponibilidad: 2 de octubre 2018

Portada anunciada por Planeta Cómic del tomo 1 de Rip Kirby

Cuando se publique el primer tomo de esta nueva colección tendréis la oportuna reseña en Zona Negativa, donde la compararemos con la edición original norteamericana y con las anteriores versiones en castellano que se han publicado en el pasado.

Detective por vocación

Si las primeras tiras nos muestran las intenciones de los autores, la mejor plasmación de su espíritu la encontramos en la maravillosa secuencia final de la historia titulada Pasado imperfecto o en algunas colecciones simplemente Dedos Moray. Son 4 tiras que abarcan del 19 al 22 de mayo de 1947.
Tras trabajar toda la noche y cerrar el caso, Rip Kirby se dispone a entregarle un regalo a Pagan Lee (Madelón) a primera hora de la mañana. Después de despertarla y darle el presente, charlan sobre el desarrollo de la investigación y el alivio que les supone su conclusión. Entre los dos personajes existe una química más que evidente. Ver a Rip Kirby sin dormir y a Pagan recién despierta conversar sobre un asunto criminal, mientras el detective se ejercita distraídamente en el piano para rebajar la tensión de la noche de ajetreo, es impagable. Esta hermosísima escena es la demostración perfecta del tono de la strip; suave y elegante en las formas, cruda y realista en el contenido. En la siguiente historia veremos, además, que ayudar a Pagan Lee acabará causando graves problemas personales al propio Rip Kirby.

En la novela El largo adiós de Raymond Chandler, un gánster acusa despectivamente al detective protagonista de ser “un Tarzán en un gran monopatín rojo”. El matón está celoso porque no ha podido ayudar a un amigo común y en cambio Marlowe sí ha podido hacerlo, aun a costa de ir a la cárcel.
Rip Kirby tiene este perfil; ayuda a las personas por profesión y también por vocación. Las que él considera que necesitan ayuda, aunque no puedan pagarle como se merece y aunque esto pueda acarrearle problemas en su vida privada. Nuestro sabueso es en cierta medida otro “Tarzán en un gran monopatín rojo”. Luego vendrán Lew Archer, Matthew Scudder e incluso Jack Herriman, pero Kirby fue uno de los primeros y los que lo conocemos a fondo sabemos que siempre estará ahí… afortunadamente.

Salut!

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Toni Boix
Autor
13 septiembre, 2018 13:10

Estupendo artículo, Tristán. Consigues despertar las ganas de profundizar en la obra. ¡Muchas gracias!

Arturo Porras
13 septiembre, 2018 13:43

Simplemente soberbio, Tristan. Un post maravilloso, aplauso total. Poco más que añadir… Solo que hay que ir a comprar esta edición de Rip Kirby en cuanto salga….
Un saludo

sibaix
sibaix
Lector
13 septiembre, 2018 14:57

Maravilloso articulo y esta vez si Planeta esta a la altura de la obra compra segura.

AlbierZot
AlbierZot
Lector
13 septiembre, 2018 17:19

Muchas ganas de ver esa comparativa de ediciones. A mí me gustan los tomos de Kirby de la Biblioteca GDC (los de Terry y los Piratas pej. serían otro cantar) pero parece claro que juegan en distintas ligas. De momento este artículo me ha hecho lanzarme de cabeza a por ellos.

Alejandro Ugartondo
Autor
13 septiembre, 2018 23:53

Excelente artículo Tristan. Rip Kirby es una obra magnífica, con un guion muy bueno y un dibujo sencillamente magistral. Me maravilla lo que puede hacer Raymond con un formato tan restrictivo como una strip de periódico

Pablo Menendez
14 septiembre, 2018 10:59

Enorme artículo. Para mi, un clásico a la altura de Terry y los piratas.

Dynamo
Dynamo
Lector
14 septiembre, 2018 11:47

Coincido con el parecer general. Excelente artículo que llama a lanzarse al producto.

Save
Save
Lector
14 septiembre, 2018 23:14

«En King Features Syndicate, por ejemplo, las series más famosas eran: Blondie de Chic Young, Terry and the pirates de Milton Caniff, Gasoline Alley de Frank King, The Phantom de Lee Falk y Sy Barry, Li’l Abner de Al Capp o Mickey Mouse de Floyd Gottfredson»

Terry and the pirates era de Chicago Tribune Syndicate, que de hecho eran los dueños, lo que propició que Caniff se largara al King Features Syndicate a hacer Steve Canyon.

Eso sí, vaya catálogo. Alguien desarrolló muy bien su trabajo editorial y desde luego el KFS hacía honor al título de rey.

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Lector
En respuesta a  Tristan Cardona
15 septiembre, 2018 1:46

Gracias ti, que aprendo mucho leyéndote aquí y en la canción.

Bondele
Bondele
Lector
16 septiembre, 2018 22:48

Soy un lector habitual de la web pero nunca me habia registrado. Lo he hecho solo para decirte que me ha parecido un articulazo y que me han entrado unas ganas muy grandes de hacerme con el tomo cuando salga! Un saludo