Los Hijos del Crepúsculo

Una obra reflexiva donde las preguntas no obtienen respuestas, sino más preguntas.

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Edición original: The Twilight Children núms. 1 a 4 USA
Edición nacional/ España: ECC Ediciones
Guión: Gilbert Hernandez
Dibujo: Darwyn Cooke
Entintado: Darwyn Cooke
Color: Dave Stewart
Formato: Cartoné, 128 págs. A color.
Precio:.

14,95 euros

 

La quietud del océano. La inmensidad de un horizonte inabarcable, esquivo y en perfecta armonía con todo. El rumor de las olas. El tacto de la arena caliente bajo los pies. El aroma a salitre, algas y yodo. Sol. Y la siempre incansable brisa marina que acaricia nuestra piel con sumo cuidado. Un estado de comunión extrema entre hombre y naturaleza. Así es como uno se siente mientras lee este tomo que recopila una miniserie de cuatro números guionizada por Gilbert Hernandez y dibujada por Darwyn Cooke.

Gilbert Hernández hijo de emigrantes mejicanos, auto editó con dos de sus hermanos, Mario y Jaime, el primer número de la serie Love & Rockets que contenía historias firmadas por los tres. Gilbert centró su esfuerzo en el pueblo ficticio de Palomar donde el amor, la amistad, los celos, el sexo y la violencia conformaban el peculiar universo de bolsillo creado por Gilbert. En 1996 los hermanos se separaron para emprender caminos en solitario, momento en el que Gilbert aprovechó para publicar con Dark Horse, Girl Crazy y para Fantagraphics la serie de 8 números New Love. Fue en 1998 cuando volvió de nuevo a su querido pueblo Palomar publicando una miniserie dedicada a Luba, donde nos cuenta la vida del personaje antes de recalar en Palomar.

Gilbert, o Beto, tal y como le conocen los amigos, es un guionista y dibujante acostumbrado a moverse por el interior de los pequeños pueblos rurales, desarrollando historias cotidianas llenas de sentimientos, por lo que no es de extrañar que en este trabajo, Los Hijos del Crepúsculo, retome un escenario ya dominado que le aporte la confianza necesaria para abordar una historia de difícil catalogación.

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Los Hijos del Crepúsculo nos traslada a un pueblo costero donde el día a día se ve abruptamente roto por la aparición de una extraña esfera de color blanco que provoca desapariciones, explosiones e incluso ceguera. Estos fenómenos llaman la atención de la comunidad científica y como no puede ser de otra forma también del gobierno, cuando el misterio aumenta con la aparición de una enigmática mujer de cabellos plateados.

Así de simple y así de potente es el planteamiento al que nos quieren someter los autores de esta obra. Pero algo falla. Uno no se da cuenta en la primera lectura, pero sí que siente dentro que algo no va bien. La historia engancha, el misterio está perfectamente dosificado, la narrativa es fluida, los personajes atractivos… pero lo que falla es la quietud, esa naturalidad con la que los lugareños asumen lo que está pasando, integrando en sus vida unos fenómenos que en una situación real generarían un auténtico caos social.

De ahí que leer este cómic resulte una experiencia similar a lo relatado en el primer párrafo.

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Gilbert usa este recurso para generar una tensión incómoda, un malestar difícil de definir y que en ningún momento llega a ser tan molesto como debería. Todo es extraño y al mismo tiempo familiar, donde las preguntas no obtienen respuesta y tan solo generan nuevas preguntas. Las caracterizaciones resultan, en algunos momentos forzadas, algo extremas, llegando a ser desagradables por no terminar de estar adecuadamente integradas en la trama. El todo no se vertebra de forma orgánica y lastra al conjunto, pero sin que resulte algo molesto o aburrido.

Además, a todo lo anterior, se añade un deux ex machina con forma de mujer que aparece de la nada con intenciones desconocidas y que se integra en el pueblo con una facilidad y armonía pasmosa. Y es en este punto cuando se puede entender que esa sensación tan extraña que se siente y va creciendo a lo largo de la lectura de la obra, no es sino algo premeditado. Gilbert quiere que nos sintamos tan desconcertados como los habitantes del pueblo. Solo nuestra curiosidad nos empuja a no dejar de leer en ningún momento, esperando encontrar la respuesta que tanto anhelamos.

La obra llega a un punto en el que no importa el misterio en sí, salvo por la morbosa curiosidad que despierta. Lo importante es la resolución final, el cambio de piezas que se produce dentro de esta micro sociedad en el que se reflejan muchos de los aspectos que nos caracterizan como especie global.

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La obra está elegantemente dibujada por Darwyn Cooke que realiza un trabajo encomiable de narrativa, sentido del ritmo y composición, siendo su trabajo muy conservador pero increíblemente efectivo en lo que a contar una historia se refiere. Su arte siempre resulta refrescante y su capacidad para jugar con la luz y la sombra hace que sus páginas ganen en tridimensionalidad. Su trazo limpio, suave de línea y anguloso de contorno se adapta a la perfección a la historia y hace del conjunto un todo cohesionado donde guion y dibujo gozan de un equilibrio perfecto.

Un cómic diferente, lleno de ideas inconclusas, donde los autores dejan espacio al lector para que desarrolle sus propias respuestas y deje volar su imaginación mientras se queda mirando el horizonte plano e infinito que se esconde al final de océano del que todos procedemos.

  Edición original: The Twilight Children núms. 1 a 4 USA Edición nacional/ España: ECC Ediciones Guión: Gilbert Hernandez Dibujo: Darwyn Cooke Entintado: Darwyn Cooke Color: Dave Stewart Formato: Cartoné, 128 págs. A color. Precio:. 14,95 euros   La quietud del océano. La inmensidad de un horizonte inabarcable, esquivo y…
Guion - 7
Dibujo - 9
Interés - 9

8.3

Coitus interruptus

Un trabajo interesante pero inconcluso. Una lectura agradable y entretenida, que no es capaz de llegar a explotar todos los conceptos descritos. Aun así resulta placentera.

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Jose Angel Ares
Jose Angel Ares
Lector
26 abril, 2016 14:59

Como publicación paralela en fecha de salida, mucho mejor ‘El día de Julio’. Aquí no sé qué me quieren contar y el cómo lo cuentan solo me hace dar vueltas.

pelayo
pelayo
Lector
26 abril, 2016 17:44

Más o menos coincido con tu opinión, Gustavo, aunque mi puntuación sería más baja. Si me lo compré fue por Darwyn Cooke, que me gusta a rabiar, y que es quien salva los muebles en una historia con mimbres de Expediente X pero que no resuelve nada, sólo propone cosas abracadabrantes (las esferas, los niños ciegos, Ela, ¿un culto?…) pero que ni se molesta en hilvanar con algunas conexiones mínimas (lo de «los autores dejan espacio al lector para que desarrolle sus propias respuestas y deje volar su imaginación» es un eufemismo muy generoso y educado). El pueblo y algunos de sus habitantes -salvo Bundo- me han resultado un cliché por lo poco desarrollados u originales (menudo científico y menuda trama con agentes secretos), con esa concesión al culebroneo del triángulo Tito-Anton-Nikolas, muy made in Hernández.
Como lectura es un meh! en toda regla.

Mr. Cesar
Lector
En respuesta a  Gustavo Higuero
27 abril, 2016 10:52

Buena crítica, Gustavo, sobre todo porque te habrá costado lo tuyo hacerla sin cascarte 100 spoilers. Digo esto porque como NO PASA NADA a los largo de sus 128 páginas, escribir la reseña ha sido todo un logro sin destripar mucho –de lo que no hay–.

Aunque creo que caes en el mismo vicio que ECC, que no es otro que plantear una sinopsis muy interesante para el comprador y así hacerle gastar los cuartos: historia con visos de ciencia-ficción, misteriosas bolas de ¿energía?, agentes del gobierno y científicos disputándose la resolución del misterio y todo ello con dibujos del gran Cooke. Pero luego el interior está vacío, todo eso no se desarrolla y se queda solo en arranque de un culebrón «venezolano» visto mil veces en mil películas.

Estoy con tierra616 en que es un gran eufemismo lo de que «los autores dejan espacio al lector para que desarrolle sus propias respuestas y deje volar su imaginación», dado que para eso ya tengo la vida real. Si pago por una historia quiero que me la cuenten, no que la tenga que acabar yo (¡qué vete a saber tú si la acabo bien!).

Este tomito es de esos que jamás volveré a leer, pero que tampoco venderé en el wallapop, ya que Cooke me encanta y aquí, aunque las chicas se parezcan mucho a las de Bruce Timm, no está ni tan mal. Eso sí, yo lo hubiera editado en tapa blanda y no le hubiera cascado 15 merkels ni de coña, pues no merece semejante edición.

pelayo
pelayo
Lector
En respuesta a  Mr. Cesar
27 abril, 2016 15:46

César (ave!), no he entendido la referencia a ECC, o quizás es que te referías a Vertigo. La editorial española, por su parte, hace lo que todos los editores en sus reseñas, solapas o contraportadas: te prometen que es la historia más alucinante que te vas a echar a la cara de en muchos años, que es la repera, que vas a alucinar… para que piques y aflojes la pasta… es su tarea y son sus lentejas, y si pueden sacarte unos leuritos más con tapas de cartón porque saben que los vertiguistas somos muy de estantería de salón, pues lo hacen…
No leerá por segunda vez esta historia, pero cada vez que el dibujante de un tebeo le arañe las corneas, hojee/ojee este algunas páginas del bueno de Darwyn: es como echarte pomadita en las quemaduras.

Mario
Mario
5 junio, 2017 19:06

…carambas
ojala hubiese leído la reseña y opiniones antes, aquí en México a salido a la venta hace poco (2017) me leí la sinopsis de la contraportada y me pareció interesante, así que me la compre….

Pero vamos, cuando me la leo completa y me doy cuenta de que no entendí nada al final, que la vuelvo a leer y me doy cuenta de que es que la misma historia no te transmite nada de los «misterios» que según exponen. las esferas, la chica, el chico que estuvo tiempo atrás y que esta casado con una de las isleñas en el tiempo que transcurre la historia, por que los abducen, la cegera… que

saludos