La tristeza del elefante

Amor y vida.

0
1821
 

Edición original:La tristesse de l’éléphant FRA, Les Enfants Rouges
Edición nacional/ España:Harriet Ediciones
Guión:Nicolas Antona
Dibujo:Nina Jacqmin
Color:Nina Jacqmin
Formato:Rústica, 80 Páginas
Precio:18€

 

La vida está compuesta por etapas…
La más dulce es el amor…
La más dura es la separación…
La más dolorosa es el adiós…
La más preciada es el reencuentro.

Harriet Ediciones sigue agrandando su catálogo con cómics que cubren todo tipo de géneros. En esta ocasión nos traen La tristeza del elefante de Nicolas Antona y Nina Jacqmin una historia sobre amor y vida que ha cosechado una enorme cantidad de premios en Francia después de su publicación en el año 2016.

Nicolas Antona es un historietista francés nacido en 1974. Su trayectoria en el mundo del cómic no es muy amplia ya que además de esta obra solo ha publicado el primer número de Nihasa, una serie que cuenta con dibujos de Rakjah. Lo mismo sucede con la belga Nina Jacqmin, nacida en 1989, que se encarga del dibujo de este álbum, que supuso su debut, al igual que el de Antona, en el mundo del cómic. En 2017 ha publicado Les ruines de Tagab con guiones de Cyril Legrais.

La tristeza del elefante nos cuenta la historia de Louis, un huérfano regordete, con gafas, tímido y retraído, al que nadie quiere adoptar y que es objeto de burla por parte de sus compañeros. Un día el circo llega a la ciudad en la que vive y tras ver la función se queda fascinado por Clara, una niña que se encarga del cuidado de Pegaso, el elefante del circo. Gracias a él se conocerán e iniciarán una relación, marcada por los viajes de Clara con el circo, en la que la amistad dará paso al amor y que servirá para sacar a Louis de su cascarón y enseñarle lo que es la felicidad…

Estamos ante una historia intimista marcada por un halo de tristeza, poesía e inevitabilidad que está presente en cada página de la obra. La trama gira en torno a la relación entre Louis y Clara pero la vemos a través de Louis. Su mirada ingenua y tierna se convierte en la nuestra, algo nada fácil y que es lo que le da valor a la obra ya que nos permite volver a ser niños. Pero como en la vida real la historia se llena de amargor según vamos tomando decisiones que nos hacen crecer. Nos habla del descubrimiento del primer amor, ese que nos deja una huella imborrable que nos acompaña toda la vida. Pero también es una historia de vida, de cómo nos golpea y hay que tratar de levantarse. Una historia que busca y consigue emocionarnos, pero lo logra sin caer en la sensiblería ni recurrir a elementos fantásticos. La historia está contada mediante un largo flashback que nos anticipa el desenlace de la misma. Tal vez se encuentra a faltar cierto espíritu crítico hacia a las condiciones de vida de Louis en el orfanato, del que se da una visión idealizada e algo irreal, lo mismo que sucede con los curas que lo gestionan, pero estamos ante una historia que no pretende ser una crítica social. Lo que más chirria de la historia es el personaje de Marc, cuya actitud, si bien es necesaria para la trama, está muy forzada. Quizás pueda resultar un tanto edulcorado e irreal por momentos pero Antona escribe un guion muy sólido y eficaz aunque no demasiado original y algo previsible, con todos los tiempos muy bien medidos.

Los personajes principales están bien construidos aunque tal vez resulten algo tópicos ya que o son buenos o son malos sin ningún matiz de grises, pero estamos ante una historia que necesita de este tipo de personajes para poder desarrollarse. Está muy bien logrado cómo la luz que desprende Clara consigue iluminar la gris y monótona vida de Louis llenándolo de luz. El resto de los personajes simplemente están abocetados, salvo la presencia del elefante que es el reflejo de la relación entre Clara y Louis y del propio circo en el que habita. Ya que el álbum también sirve de homenaje al circo como elemento de ensoñación y de escapismo, reflejo de unos sueños que se pueden cumplir.

El álbum brilla sobre todo por el estupendo trabajo de Nina Jacqmin, con un estilo muy deudor de la ilustración infantil pero que resulta apropiado para esta historia. Narrativamente realiza un gran trabajo permitiendo que la historia se entienda a la perfección. Todos los personajes poseen diseños que reflejan su personalidad. Sin duda, la parte más destacada de su trabajo es el color que permite destacar tanto las alegres escenas de circo como las más tristes. Usando solo negros, rojos y azules consigue una obra que luminosa, llena de color y vida y con los mismos consigue sumirnos en atmosferas que reflejan la tristeza que experimentan los protagonistas. Una delicia visual de una autora que promete regalarnos grandes trabajos en el futuro.

Harriet Ediciones hace una edición con la calidad que acostumbran, con un buen papel y reproducción que permite observar el trabajo de Jacqmin. En este álbum destaca también por el gran trabajo de rotulación y diseño. Una obra que se aleja de las que habitualmente nos llegan desde más allá de los Pirineos.

La tristeza del elefante es una obra que sin ser demasiado original en sus planteamientos consigue cumplir con creces con la intención de los autores al crearla. Un cuento triste y melancólico que refleja con cariño el primer amor y los momentos más tristes de la vida. Un notable debut de una pareja de autores a seguir.

  Edición original:La tristesse de l'éléphant FRA, Les Enfants Rouges Edición nacional/ España:Harriet Ediciones Guión:Nicolas Antona Dibujo:Nina Jacqmin Color:Nina Jacqmin Formato:Rústica, 80 Páginas Precio:18€   La vida está compuesta por etapas... La más dulce es el amor... La más dura es la separación... La más dolorosa es el adiós... La…
Guión - 7.5
Dibujo - 7.5
Interés - 7.5

7.5

Primer amor

Una obra que mezcla la emoción del primer amor con las perdidas que no trae la vida. Con un gran trabajo gráfico de Nina Jacqmin.

Vosotros puntuáis: 8.36 ( 4 votos)
Artículo anteriorVeneno 1 de Donny Cates y Ryan Stegman
Artículo siguienteEdison Rex
Diego García Rouco
Nacido en Barakaldo en 1977 donde sigo viviendo. Descubrí los cómics en una librería de barrio con Tintin, Asterix, SuperLopez y los personajes de Ibáñez. En 1989 descubrí los superheroes de la mano de Stern y Buscema con el numero 73 de la edición de Forum de Los Vengadores. A estas lecturas se fueron incorporando la novela gráfica y el manga, de los cuales, a diferencia de los superheroes, nunca me cansé. Todavía sueño con ser agente Espacio-Temporal y de Planetary, con visitar mundos de fantasía con el señor T., Philemon, Lord Morfeo, Arale y Thor. Viajar con Reed, Ben, Susan y Johnny al futuro y pasear por el cuartel de la Legión. Recorrer la antigua Roma con Alix y una cantimplora de poción mágica. Buscar Mú, perderme en un viaje al corazón de la tormenta, contemplar el Olmo del Cáucaso mientras paseo por un Barrio Lejano leyendo El almanaque de mi padre. Conseguir beber la sangre del Fénix. Leer, al fin, algún articulo de Tintín y de Fantasio sin que me molesten los absurdos inventos de Gastón. Perderme por las murallas de Samaris, mientras de la pirámide flotante de los inmortales cae John Difool. Enamorado de la chica de los ojos rojos y de Adele. Y cabalgar hacia el amanecer con Buddy Longway, Red Dust y el teniente Blueberry. Con un poco de humo azul en los labios...
Subscribe
Notifícame
0 Comments
Inline Feedbacks
View all comments