#HowardChaykinDayZN – The Shadow: Sangre y Justicia

El pulp postmoderno de Howard Chaykin.

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Edición original:The Shadow: Blood and Judgement 1-4 USA, DC Comics
Edición nacional/ España:Ediciones Zinco
Guión:Howard Chaykin
Dibujo:Howard Chaykin
Color:Alex Wald
Formato:Grapa, 36 Páginas
Precio:125 pts.

 

Que Dios ayude a los culpables.

Howard Chaykin es una debilidad, un placer culpable en el que me encanta caer incluso con sus obras menos afortunadas, así que cuando el compañero Pedro Monje nos propuso hacer este #HowardChaykinDayZN tenía claro que debía participar. La decisión entre The Shadow y Cody Starbuck fue dura pero no me pude resistir a los ojos rojos del amo.

1986 es posiblemente el año más importante del cómic mainstream americano ya que supuso su mayoría de edad. Ese año aparecieron dos obras que lo cambiarían para siempre: Watchmen y El retorno del caballero oscuro. Dos obras maduras y complejas que significaban que DC Comics había dejado de poner limites y trabas a sus autores. Ya no tenían miedo de dejar experimentar a autores de primera linea con sus personajes. Pero esa experimentación ya venia produciéndose en el cómic indie de la época, en series como Mage y Grendel de Matt Wagner, Miracleman de Alan Moore, Nexus de Mike Baron y Steve Rude, Dreadstar de Jim Starlin, Jon Sable de Mike Grell o las fantásticas Time² y American Flagg! de Howard Chaykin al que DC llamó para revitalizar una licencia que tenía desde hace años en el armario: The Shadow. Y en ese mismo 1986, a la vez que la obra de Miller y la de Moore y Gibbons, Chaykin nos trajo The Shadow: Sangre y Justicia.

La sombra es, tras Tarzán, el personaje proveniente de los pulps que ha conservado más popularidad. Tal vez sea porque es el más claro antecedente de los superhéroes oscuros como Batman o por el halo de misterio que siempre le envolvió. La Sombra fue creado como narrador de un serial radiofónico titulado The Detective Story Magazine Hour, patrocinado por la editorial Street & Smith para promocionar sus revistas pulp. El enorme éxito del personaje hizo que comenzaran a publicar relatos con él como protagonista, así a partir de 1931 comenzaron a publicarse de la mano del escritor Walter B. Gibson que las firmaba con el seudónimo de Maxwell Grant. Entre 1931 y 1949 publicó más de 300 novelas además de encargarse de los guiones de sus cómics. Y es que el personaje enseguida comenzó a aparecer en distintos medios como el cómic y los seriales cinematográficos. Con el tiempo su popularidad declinó, aunque en 1973 volvió al cómic con una serie que contó con guiones de Dennis O’Neil y dibujada en sus primeros números por Michael Kaluta. Pero tras su cancelación en 1975 no volvió al mercado hasta que Chaykin se hizo cargo de ella.

Cuando recibió el encargo de hacer una serie limitada de La Sombra, Chaykin podría haber ido a lo fácil y entregar una historia que se desarrollara en los años treinta o empezar desde cero como DC había hecho con sus principales personajes tras Crisis en tierras infinitas. Pero opta por el riesgo y crea una historia que respeta las historias previas del personajes pero introduciéndolo en los años 80. Corrige varias de las contradicciones que había tenido el personaje en sus múltiples relatos previos y renueva o elimina a varios de los personajes secundarios clásicos y creó varios nuevos para la ocasión. Lo que no tocó fue la personalidad de Lamont Cranston. Sigue con su sentido arcaico de la justicia y con sus valores propios de los años treinta, lo que se contradice con su aspecto juvenil ya que por él no han pasado los años. Es un hombre machista, egoísta, violento, etc… Esto le sirve a Chaykin para contraponer los cambios que se han producido en la sociedad americana desde la creación de la serie y para desmitificar al personaje. Lo que no conserva es el racismo que impregnaba alguna de las novelas pulp con la omnipresente amenaza amarilla. También prescindió del origen mitológico-mágico de sus poderes para sustituirlo por uno tecnológico más próximo a la ciencia-ficción. Esta renovación fue una maniobra arriesgada que le supuso furibundas críticas, no solo de los aficionados sino de personalidades como Harlan Ellison que reclamaban la misma historia de siempre. Pero Chaykin siempre ha tenido claro que la provocación es una de las claves de sus comics y lo que lo convierte en un artista único y La sombra es una de sus mejores series.

Los personajes protagonistas de las obras de Chaykin comparten siempre varias características que los hacen fácilmente reconocibles, todos son del mismo molde: canallitas caraduras pero que siempre hacen lo correcto y con un sentido del humor mordaz. Algo de eso hay en su visión de La sombra, pero llevado a la exageración ya que en lugar de un canalla es un cabrón, egoísta e inhumano, un producto de los años 30. En lo que no hay cambio es en el parecido físico que comparten sus héroes, pero es algo intencionado ya que solo hay que ver a sus personajes secundarios para comprobar que es capaz de dibujarlos distintos. Usar a personajes con la misma apariencia es algo que han hecho otros autores como Tezuka y es un recurso que suele funcionar bastante bien. Los secundarios clásicos dejan de ser personajes planos y pasan a ser tridimensionales, además de crear nuevos personajes modernos que sirven para cuestionar los dudosos modos de Lamont Cranston.

La serie de Chaykin sigue conservando todas las características del personaje pulp, desde su traje característico hasta su risa, pero con una visión más moderna, casi postmoderna. Una narración tensa pero muy dinámica que no abusa de los diálogos como suele ser habitual en su obra. Así además de la violencia que suele abundar en las obras de Chaykin, hay una carga sexual de bondage, velada en parte por el absurdo Comics Code pero más que evidente, que nunca pudo aparecer en los pulp. Todo ello aderezado con el humor negro que es marca de la casa.

Es una obra que no puede evitar que sea erróneamente considerada de obsoleta por su clara pertenencia a los ochenta, por sus diálogos, su estética o temas como el miedo nuclear, la clonación o el SIDA. Pero sobre todo habla del abuso de poder de los privilegiados, algo que sigue estando de plena actualidad y son temas que siguen formando parte de nuestro día a día.

Chaykin además de crear una serie fantástica, sienta las bases para que otros autores la continúen. Cosa que sucedió en una serie regular de 19 números y dos anuales donde pasaron autores tan destacados como Andy Helfer, Bill Sienkiewicz o Kyle Baker. Por desgracia, tras la cancelación de esta serie nunca más se aprovecharon estos planteamientos, volviendo a caer en la rutina de los años treinta. Aunque por suerte en los últimos años la serie ha vuelta a florecer bajo la batuta del otro gran olvidado de los años ochenta: Matt Wagner. Además en 2014 Chaykin publicó de la mano de Dynamite The Shadow: Midnight in Moscow, una miniserie de ocho números que servía de precuela de Sangre y Justicia.

En el apartado gráfico, Chaykin estaba en su mejor momento cuando entregó estás páginas que junto a American Flagg!, Time², BlackHawk y Black Kiss son sus mejores trabajos como autor completo. Narrativamente sabe mezclar el diseño de página moderno y rompedor con la claridad para que la lectura sea fluida. Siempre es un autor brillante en el diseño de personajes y en las localizaciones, además de en las escenas de acción y en la expresividad de sus personajes. El color original de Alex Wald es fantástico, mucho mejor de lo habitual en los cómics de la época, con la excepción del tono que usa para los hijos de La Sombra, que como ocurría en la época al ser orientales su piel es naranja.

Sangre y Justicia solo ha sido publicada una vez en nuestro país de la mano de Zinco en 4 grapas en el año 1987. En Usa desde su salida en grapa en 1986 y su posterior recopilación en Trade Paperback solamente ha tenido una reedición de la mano de Dynamite que es la que hoy ostenta los derechos de edición del personaje. Esperemos que alguna editorial de nuestro país se anime y nos traiga una nueva edición, a la que acompañe The Shadow: Midnight in Moscow. Aunque cualquiera de las obras de Chaykin inéditas será bien recibida ya que sigue en plena forma.

The Shadow: Sangre y justicia es uno de los mejores cómics de Howard Chaykin, que se conserva tan fresco como cuando vio la luz por primera vez. Una muestra perfecta de cómo revitalizar una serie y un personaje sin caer en el back to basics que suele equivaler a volver a contar lo mismo.

  Edición original:The Shadow: Blood and Judgement 1-4 USA, DC Comics Edición nacional/ España:Ediciones Zinco Guión:Howard Chaykin Dibujo:Howard Chaykin Color:Alex Wald Formato:Grapa, 36 Páginas Precio:125 pts.   Que Dios ayude a los culpables. Howard Chaykin es una debilidad, un placer culpable en el que me encanta caer incluso con sus…
Guión - 8.5
Dibujo - 8.5
Interés - 8.5

8.5

Sombra

Una serie injustamente olvidada de uno de los mejores autores que ha dado el cómic americano, tan buena como cuando se publicó por primera vez.

Vosotros puntuáis: 7.92 ( 7 votos)
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Diego García Rouco
Nacido en Barakaldo en 1977 donde sigo viviendo. Descubrí los cómics en una librería de barrio con Tintin, Asterix, SuperLopez y los personajes de Ibáñez. En 1989 descubrí los superheroes de la mano de Stern y Buscema con el numero 73 de la edición de Forum de Los Vengadores. A estas lecturas se fueron incorporando la novela gráfica y el manga, de los cuales, a diferencia de los superheroes, nunca me cansé. Todavía sueño con ser agente Espacio-Temporal y de Planetary, con visitar mundos de fantasía con el señor T., Philemon, Lord Morfeo, Arale y Thor. Viajar con Reed, Ben, Susan y Johnny al futuro y pasear por el cuartel de la Legión. Recorrer la antigua Roma con Alix y una cantimplora de poción mágica. Buscar Mú, perderme en un viaje al corazón de la tormenta, contemplar el Olmo del Cáucaso mientras paseo por un Barrio Lejano leyendo El almanaque de mi padre. Conseguir beber la sangre del Fénix. Leer, al fin, algún articulo de Tintín y de Fantasio sin que me molesten los absurdos inventos de Gastón. Perderme por las murallas de Samaris, mientras de la pirámide flotante de los inmortales cae John Difool. Enamorado de la chica de los ojos rojos y de Adele. Y cabalgar hacia el amanecer con Buddy Longway, Red Dust y el teniente Blueberry. Con un poco de humo azul en los labios...
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pedrete
pedrete
Lector
19 septiembre, 2018 22:47

que levante la mano el que quiera que ECC reedite este volumen!!!!! yo quiero!!!

AlbierZot
AlbierZot
Lector
20 septiembre, 2018 0:10

Otro tebeo descomunal de un autor en su plenitud. Flipo con que la edición de Zinco sea la primera y la única. No me lo puedo creer.
Yo tengo debilidad por la continuación (y cierre) de Andrew Helfer y Kyle Baker. Lo de Sienki está bien también pero cuando se juntan Helfer y Baker la mala leche y el juego de cartas marcadas sube a mayores

Parménides
Parménides
Lector
20 septiembre, 2018 6:37

Completamente de acuerdo con la reseña de Diego y con el comentario de AlbierZot. Parece increíble, en la ola de reediciones del siglo XXI, que esto no haya sido publicado una y otra vez porque es una puta obra maestra.

Me lo he leído de adolescente, me lo he leído de joven adulto y me lo he leído de adulto y siempre me parece una maravilla pop, una película de acción y misterio narrada con pulso firme, hasta con maestría argumental, con mala leche y con un diseño y dibujo soberbios. Hablando del dibujo, lo posterior de Sienkiewicz tenía un toque gráfico más genial (a la altura del talento descomunal del artista de Elektra Assassin), pero la modernidad, experimentación gráfica, dinamismo y nervio de Chaykin aquí es impresionante.

No he leído todavía «Midnight in Moscow», aunque sí los ojeé por encima… y me parece un Chaykin muy inferior, manierista, empeorado respecto a la obra de 1986, copiándose a sí mismo una y otra vez, pero cayendo en tics nefastos… y no creo que deba achacarse solamente a la decadencia gráfica de un autor sexagenario que dejó atrás sus mejores años (porque el Chaykin de Conexión Escorpio, cómic muy cercano a esa época, era igualmente del Chaykin «malo»), sino a que es extremadamente difícil mantener ese nivel de genialidad, modernidad y creatividad gráfica sin compararse con lo mejor que es capaz de ofrecer.

En conclusión, y volviendo a la obra en sí, descubrirla fue para mí un antes y un después (me encanta el comentario de «1986 es posiblemente el año más importante del cómic mainstream americano ya que supuso su mayoría de edad») porque cuando leí «La Sombra» de Chaykin, sentí verdaderamente una voraz apertura a una nueva dimensión de lo que el cómic era capaz de ofrecer (a la par que cierta pérdida de inocencia).

Athos
Athos
Lector
22 septiembre, 2018 21:16

Chaykin es uno de los pocos autores completos que puedo afirmar que cumplen con calidad como como dibujante y guionista, y esta obra es una buena muestra de ello. De lo mejor que se ha hecho con The Shadow.