La Caricatura como Instrumento de Atenuación

12
2018

Mientras que en semanas previas pudimos apuntar algunas intuiciones respecto al “efecto de representación” propio del dibujo caricaturesco, esta semana toca, por mi parte, hacer más preguntas que no ofrecer respuestas. Hacer preguntas, sinceramente, porque me siento bien lejos de tener ni remotas certezas sobre las cuestiones y el terreno por el que vamos a transitar.

Si anteriormente habíamos visto en qué medida la caricatura permitía exteriorizar la personalidad de los personajes representados y magnificar su gestualidad para, de esta manera, mejor expresar lo que éstos sienten a cada momento, ahora nos toca preguntarnos por las veces en las que la caricatura logra el efecto contrario.

Las veces en las que la caricatura, en vez de enfatizar, atenúa. Dice Daniele Barbieri sobre los “funny animals”, un tipo determinado de dibujo caricaturesco, en referencia a Maus, la obra de Art Spiegelman que trata del holocausto nazi: “dibujando animales humanizados se pueden evitar más fácilmente matices patéticos que los animales humanizados no han expresado nunca en su historia, mientras que en un acontecimiento tan dramático podría ser fácil caer en ellos. La misma expresión puede parecer patética en un rostro humano, mientras que no lo es en un hocico de ratón. Puede ser grotescamente cruel en un rostro humano, mientras que parece de pura perfidia literaria en el hocico de un gato. Spiegelman emplea la caricatura (…) no para caricaturizar, sino para moderar.

Maus/Spiegelman

Tal argumentación se antoja muy pertinente por lo que respecta al manga Cat Shit One de Motofumi Kobayashi. En esta historia asistimos a las vicisitudes de unos soldados norteamericanos en Vietnam, con la particularidad de que cada parte implicada en la contienda, como en Maus, está representada por una clase de animal distinto.

Cat Shit One/Kobayashi/Glenat

En las muestras arriba expuestas, se hace evidente la falta de tensión dramática, hasta casi rozar lo ridículo, que transmiten estos “soldaditos de peluche”. Imagino que ese era el efecto buscado por Kobayashi, deseando que el drama no nos distrajera de la vicisitud, que es aquello sobre lo cuál él pretende ilustrarnos. ¿Pero hasta qué punto, tal como dice Barbieri, eso es resultado de la utilización de “funny animals” para contar este tipo de historias?

Cat Shit One/Kobayashi/Glenat

Eso mismo ponía en entredicho Kiko Da Silva en las Xornadas de Pontevedra, señalando que el dibujo de Kobayashi tenía una expresividad muy pobre, independientemente de que retratara o no a animales humanizados.

Pero si cambiamos de registro gráfico, manteniéndonos aún dentro de lo caricaturesco, hacia estilos de mayor expresividad emotiva, ¿realmente perderíamos ese efecto de atenuación que consiguen Spiegelman y Kobayashi de manera palpable? Pongamos como ejemplo el caso de Jan, al que citamos la semana pasada como paradigma de expresividad gestual. Hacerlo nos servirá para ver que, más allá del contexto argumental en el que las aventuras de Super López se sitúan, cierto dibujo caricaturesco nos aleja de la trascendencia dramática a la hora de representar acontecimientos que, desde una perspectiva realista, sí que la tendrían.

Ediciones B/Jan

En la caricatura de tintes humorísticos, “funny animals” incluidos, el dolor y lo fatídico siempre son algo pasajero que no deja secuelas. La suavidad de un trazo redondeado, el aspecto “neumático” de los personajes, la magnificación de su mundo interior… detalles todos que nos alejan de poder reconocer en ellos una humanidad similar a la nuestra. Un dolor similar al nuestro. ¿Dónde quedan nuestros matices, a veces contradictorios, en un mundo caricaturesco unidimensional? ¿Dónde nuestra sangre? ¿Dónde un dolor que dura y perdura, que paraliza y marca?

TBO/Coll

Ellas, las caricaturas, si caen, rebotan. Sus chichones no sobrepasan las cuatro viñetas. Y al ser heridos, no sangran. Sus tragedias nunca lo son de veras.

Cocobill/Buru Lan/Jacovitti

¿O sí?

Maus/Spiegelman

Estas páginas, también pertenecientes a Maus, mantienen un tratamiento gráfico caricaturesco, no realista, pero lejos de comunicar “liviandad” e intrascendencia, nos golpean con fuerza en el estomago. Transmiten pesar, aflicción, culpa, desespero… con una potencia que sobrepasa del todo lo que estaría en la mano de un dibujo más realista.

Aquí la caricatura no es amable, su trazo no es limpio, sus formas no son redondeadas. Aquí, la caricaturización duele. Porque escoge herramientas expresivas diferentes de las habituales en los “funny animals” y en las historietas cómicas.

La caricatura, pues, revela ser un extenso territorio, repleto de estilos diversos. Cada uno con diferentes potencialidades emocionalmente representativas. Donde también caben la agonía y el esperpento…

Nicaragua/Muñoz/Planeta

…la desesperación, el miedo o la muerte… incluso tratándose de «funny animals» 🙂

La Cofradía del Mar/Nancy Peña/Dib buks

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Toni Boix
“Me llamo Toni Boix y soy un DC-Adicto”. A pesar de que mi niñez esté inundada de Sal Buscema y mi adolescencia de Spirit, Metropol, Cimoc y Zona 84. Porque Zinco me devuelve al redil. Zinco y Wolfman y Perez y Moore y Totleben y Gibbons y Miller y Bolland y García López. Después, el ansía. La escasez. La falta absoluta de alegrías. Mueren las revistas de cómics y Zinco vegeta. Mi ilusión se marcha a hacer las Américas. Suerte del Previews… y de los cómics que se malvenden. Le pido a Raúl López que me deje escribir una reseña en Zona Negativa promocionando Fallen Angel… y el resto es esta historia.
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Alberto Benavente
19 octubre, 2006 12:17

No creo que sea tanto el usar caricuturas como el utilizar «buenas interpretaciones» de los personajes. Es decir, que podrian hacerse exactamente el mimo tipo de historia y tener la misma crudeza con funny animals o sin ellos. La cuestion es lo que se plasma. Supongo que estoy de acuerdo con Kiko Da Silva, pues.

Y sobre la crudeza del dibujo recuerdo que en mi juventud, un profesor de plastica nos explicaba como las formas angulosas o rectas eran frias, como algo inexpresivo…y como al reves las formas onduladas, redondeces varias cumpliean el efecto contrario. Con los años descubri cuanta razon tenia mi profe, en cuanto me fijé en varias peliculas Disney. Ahi la caricatura tambien se usa para copnseguir un efecto suavizador de los acontecimientos, donde muchas veces la sangre o el daño no perduran, pero donde podemos apreciar que las formas rectas se usan para retratar habitualmente a «los malos de la peli» y las formas curvas para retratar a «los buenos». Un ejemplo al alcance de todos son Simba y Scarr de «El Rey Leon».

Alberto Benavente
19 octubre, 2006 12:19

Por cierto, me ha encantado la imagen de Cocobil. Tu ya sabes. 😉

Plissken
19 octubre, 2006 13:32

Hombre, alguien que se acuerda del genial Coco Bill, la versión gamberra de Lucky Luke. Llevo buscando los albums durante años. ¿Alguien sabe de alguna tienda donde tengan en stock?

Jordi Ballera
19 octubre, 2006 16:32

Interesantísimo apunte sobre la atenuación de la caricatura. No estoy seguro de compartir la idea de que Maus recurre a la caricatura para atenuar el horror de la historia. De hecho Spiegelman hubiese podido hacer caricaturas con personajes humanos. Podemos discutir si los personajes de Maus son o no son caricaturas, pero esta sería una discusión de segundo nivel. El primer nivel de la obra se basa en la «animalización de los personajes». ¿por qué lo hace? Puede ser que para deshumanizar la historia. Tambien puede ser que recurra a esos animales como «metáfora». El ratón acorralado…
Es un tema complejo.

MDIAZ
MDIAZ
19 octubre, 2006 16:53

QUE GRAN DIBUJANTE ERA COLL

Juan Gómez-Jurado
19 octubre, 2006 16:59

ole, ole y ole! Toni, cada vez me gusta más leerte. De todas maneras me inclino por la tesis de Jordi sobre Spiegelman.

el tio berni
19 octubre, 2006 18:02

Uf, es un tema complicado este, porque igual que en dibujo realista, hay grados, y hay artistas que pueden transmitir más o menos usando recursos distintos o incluso bastante similares. Los funny animals que has puesto al principio, los de Kobayashi, no transmiten porque se representan con realismo, no tienen la capacidad de hacer gestos humanos. Los de Spiegelman transmiten poco por exceso de simplificación. ¿Qué buscaba Spiegelman? Por un lado lo que dice Jordi, usar una metáfora obvia pero que nos acompañe a lo largo de toda la obra y se clave en el cerebro. Por otra parte pienso que más que deshumanizar, despersonalizan. Los personajes siguen teniendo sentimientos y reacciones humanas, pero se confunden unos con otros, y la desgracia de un ratón es la desgracia de todos los ratones, de todo un pueblo.
O así…

kiko
19 octubre, 2006 22:39

Hola, cocobill yo lo he conseguido por internet en italiano (no tengo ni idea del idioma de la pasta pero son tan chulos que no pude resistirme a pillarlos) Son bastante caros pero traen páginas a color y planchas desplegables. Pero en EBAY teneris una puja por uno en castellano por si os interesa.

Un saludo kiko.

kiko
19 octubre, 2006 22:48

Ups me acabo de fijar… ya ha terminado la puja de éste: pero en compensación os dejo un link a la portada de un álbum en plan 2001 odisea en el espacio que también me compré en su momento.
Un saludo kiko

Plissken
20 octubre, 2006 12:12

Muchas gracias Kiko, seguiré atento a Ebay por si las moscas 😉