Los hombres lobo de Montpellier

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Edición original: Les loups-garous de Montpellier (noviembre de 2009); Editions de Tournon-Carabas.
Edición nacional/ España: junio de 2011; Astiberri Ediciones (Colección Lecturas Compulsivas).
Guión, dibujo y entintado: Jason (John Arne Sæterøy).
Color: Hubert.
Formato: tomo de 48 págs. encuadernado en rústica con solapas.
Precio: 12,00 €.

 

Con nueve años de presencia ininterrumpida en nuestras librerías especializadas, Jason (nacido John Arne Sæterøy en Molde, Noruega; 1965) se ha convertido en un sospechoso habitual a la hora de mentar a aquellos historietistas que, sin apenas pretenderlo y haciendo gala de una sorprendente naturalidad, muestran un estilo y una sensibilidad tan personales como inmediatamente reconocibles. Son sobradamente conocidas las coordenadas por las que suelen discurrir sus obras: animales antropomórficos de rostro hierático, historias con cierto deje melancólico planteadas a través de las más improbables y arriesgadas combinaciones de géneros, un agudísimo sentido del humor y, en en lo puramente gráfico, empleo de línea clara, colores planos y una clara tendencia a mantener inalterable la composición de página. Lo comentado puede inducir a pensar que la repetición de esquemas o la sensación de déjà vu está al orden del día cuando se trata del noruego; pero aunque resulta innegable que abrir las páginas de cualquiera de sus cómics implica adentrarse en un imaginario cuyas claves y códigos son conocidos de antemano por el lector habitual, Jason sigue demostrando su capacidad de sorprender –formal y temáticamente–, propiciando que el ejercicio de la suspensión de la incredulidad que requieren sus historias, ese “todo vale” que dan por bueno protagonistas y secundarios, se asuma con curiosidad y gozosa complicidad.

Valga como ejemplo perfecto el tebeo que hoy nos ocupa, décimo título de su bibliografía publicado por Astiberri Ediciones. A través de Los hombres lobo de Montpellier conocemos detalles acerca de las tribulaciones de Sven, artista que en su huída de una relación sentimental fallida se traslada a la citada ciudad gala. Allí comparte vivencias con su amigo Igor, y sus vecinas Audrey y Julie, mientras se decanta por abrazar un peculiar modo de vida: cometer robos nocturnos disfrazado de hombre lobo. Pocos sobresaltos –salvo los inevitables, cuando se asume el riesgo de cometer semejantes tropelías–, hasta que una de sus incursiones delictivas sale lo suficientemente mal como para llamar la atención de los medios de comunicación locales; una circunstancia que molesta sobremanera a los integrantes de una sociedad secreta de auténticos hombres lobo…

Dos páginas de Los hombres lobo de Montpellier, extraídas de la web de Astiberri Ediciones.
(haced click sobre las imágenes para ampliarlas)

Nuevamente, un cóctel aparentemente imposible se convierte en la enésima marcianada -maravillosa marcianada- de Jason, quien para la ocasión parece haber hecho uso de su experiencia personal como residente en Montpellier, formulando divertidas observaciones acerca de sus conciudadanos franceses y enunciando inolvidables perlas de «sabiduría popular» (que adquieren su mayor significado cómico en la escena de las escaleras mecánicas). Conjunto de comentarios y conversaciones que, junto a estampas de la cotidianidad de Sven, dan forma a una de las caras de este tebeo poliédrico: la costumbrista; pero a ésta se le suman la faceta humorística, terrorífica –en forma de unos personajes tan arquetípicos del género, como los hombres lobo–, y romántica. Todos los ingredientes para dar por buena la frase promocional que define esta obra como un cruce entre Desayuno con diamantes y Un hombre lobo americano en Londres, a mayor gloria de un par de almas perdidas que parecen tener serias dificultades para encontrar su lugar en el mundo.

Más de lo mismo, diríamos siempre en el sentido menos despectivo de la expresión, si no tuviéramos en cuenta que Jason se saca de la chistera unas cuentas escenas en las que se muestra más atrevido de lo que en él suele ser habitual: si bien no existe atisbo de duda acerca de su dominio del medio, sorprende muy gratamente el empleo de recursos como la rotación del interior de las viñetas para retratar determinadas sensaciones –la genial secuencia de la borrachera–, la alternancia de planos y contraplanos mudos con fines enfáticos –en los prolegómenos de la partida de póquer–, o la elección de perspectivas inusuales –la observación a través de la mirilla–. Un conjunto de atractivas soluciones, materializadas en páginas que invariablemente presentan una retícula de 2×4 y que, sumadas a una precisión milimétrica en el planteamiento y el desarrollo de los diálogos (no deja ser digno de elogio el tino en la elección cada palabra, y la sutileza en la inserción y duración de cada silencio) se convierten en irrechazables alicientes para adentrarnos de nuevo en el universo ficcional de un autor en plena forma y madurez, que rara vez defrauda. Y ésta no es precisamente una de esas contadas ocasiones. Muy recomendable.

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Omar Little
Omar Little
18 junio, 2011 19:24

¿Ya está a la venta? Menos mal. Últimamente no tenía ninguna excusa para acercarme hasta la tienda de tebeos.

Omar Little
Omar Little
18 junio, 2011 22:51

No digo que no haya nada bueno, David, sólo que no hay nada que a mi me interese o me atraiga.
Saludos

TigreHobbes
TigreHobbes
Lector
19 junio, 2011 13:06

siempre le hecho un ojo a los comics de Jason, siempre merecen la pena y tiene algunas salidas con las que me parto!

Askani
Askani
19 junio, 2011 14:59

Este tio a mi me encanta, la mezcla de generos, lo desgarrador de algunas de sus historias (Espera…, Yo mate a Adolf Hitler), la melanconia de sus personjes. Pese a lo repetitivo no me cansa y su forma de narrar me parece simplemente abrumadora. Cuenta mas en tres viñetas que muchos otros en paginas y paginas de comic.

jorge
jorge
21 junio, 2011 17:52

leido! Jason como siempre genial, de hecho creo que este es uno de los que más me ha gustado.