Superman: La llegada de los Superhombres

¿Podriamos estar ante el peor cómic del año? Entra y descubrelo.

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Edición original:Superman: The Coming of the Supermen núms. 1-6 USA .
Edición nacional/ España:ECC Ediciones.
Guión: Neal Adams, Tony Bedard.
Dibujo: Neal Adams.
Entintado:Buzz y Johs Adams.
Color: Alex Sinclair, Tony Aviña.
Formato: Cartoné, 152 págs. A color.
Precio: 16,50 euros.

 

Timo.

Esa es la mejor forma de definir de una forma clara, concisa y contundente esta miniserie de seis números. Y lo podríamos dejar aquí, para no haceros perder más tiempo.

Neal Adams llegó al cómic en 1962 y lo hizo de tal forma que, con su estilo realista y dinámico, unido a una narrativa rompedora, fue capaz de redefinir la forma de visualizar una historia secuencialmente, al ser uno de los primeros autores en romper por completo con la tiranía geométrica de la viñeta. Sus trabajos destacaban no solo por su poderoso dibujo, sino por los guionistas con los que pudo trabajar, Roy Thomas o Dennis O´Neil, firmando obras que hoy en día son consideradas clásicas, tan relevantes como Los Vengadores o La Patrulla X en Marvel y en DC, Deadman, Green Arrow / Green lantern y uno de los crossovers más extraños que se conocen, Superman vs. Mohammed Ali.

Con semejante leyenda viva en los créditos de este cómic cuesta mucho imaginar, siquiera, que pueda ser definida de la forma con la que se abre esta reseña. Neal Adams es uno de los dibujantes más influyentes del mundo del cómic, siendo todo un referente de una nueva generación de autores de la talla de John Byrne o Alan Davis, ávido defensor de los derechos de los autores y fundador de su propia agencia de publicidad, Continuity. Y hasta aquí todo lo bueno que se puede decir de esta miniserie.

El primer síntoma de que debería habernos alertado de que algo no iba a funcionar debería haber sido el trabajo anterior de Adams con Batman. La obra Batman Odisea ya dejó muy claro que Adams distaba mucho de ser un buen guionista y que sus días como dibujante estrella ya quedaban muy lejos. Si aun así su nombre te lleva a volver a apostar por su trabajo y llegas a leer la miniserie, recogida por ECC en un solo tomo, probablemente estarás sangrando por los ojos en estos momentos.

Adams plantea un escenario en el que toma varios conceptos y los une sin ton ni son con idea de contarnos algo que pueda resultar interesante. Por un lado, tenemos a Superman, por otro Nuevo Kripton y para terminar todo el Cuarto Mundo, introduciendo todo en una batidora con la que hacer trizas todos y cada uno de los brillantes conceptos que hay en cada uno de ellos.

La historia arranca de golpe, sin miramientos, sin preámbulos, sin una puesta en escena paulatina. De sopetón estamos metidos de lleno en una aventura en la que todo es desconcertante, simplón, aburrido e insultante. Tres Súper Hombres irrumpen en Metropolis para enfrentarse a la amenaza que Lex Luthor y Darkseid están tejiendo con oscuras intenciones. Y eso es todo. A partir de aquí las batallas se suceden de forma ininterrumpida, con situaciones absurdas, diálogos que obligan a realizar lectura en diagonal con el fin de poder soportar el lacerante dolor que provoca procesarlos neuronalmente. Adams traiciona cada fibra de cada personaje dotándoles de personalidades histriónicas, carentes de sentido y totalmente fuera de contexto. Superman se comporta de forma paternalista y machista, Darkseid suena más como un alcohólico con delirios de grandeza y Luthor… en fin, Luthor no es Luthor.

Y es en este punto cuando uno ya no sabe qué hacer con el cómic. El aburrimiento es tal que cada página, cargada con más y más diálogos intrascendentes, lleva una eternidad el leerla y uno empieza a experimentar que va a quedar atrapado en un bucle sin fin que acabará con una implosión cerebral.

Adams no ser rinde y por si todo lo anterior no es suficiente, añade a la ecuación un dibujo que directamente es ofensivo a los ojos. Su elegante trazo no está y su estilo está emborronado por un lápiz y unas tintas que lo hacen totalmente irreconocible. Si no habláramos de Neal Adams podríamos hasta perdonar ciertos excesos, pero siendo Adams el dibujo es un insulto directo a su talento y a todos los aficionados. Se pueden ver algunos destellos de su peculiar narrativa, pero para nada es dinámica, para nada es intensa, para nada es relevante, quedándose en algo obtuso, confuso, laberintico, que acaba por embarrancar por completo a la historia.

No se puede decir nada más agradable de este trabajo que directamente sobra, al igual que ocurre con Batman Odisea, esperando que no vuelvan a permitirle trabajar de nuevo en DC ya que para realizar este tipo de historias es mejor que se encargue cualquier recién llegado. Al menos sabemos que ese dibujante nuevo tiene por delante una carrera y por tanto margen de mejora y no como Adams que nos demuestra que sus mejores años pasaron hace tiempo y que ya nada puede aportar a un medio en el que hace años fue uno de los más grandes.

  Edición original:Superman: The Coming of the Supermen núms. 1-6 USA . Edición nacional/ España:ECC Ediciones. Guión: Neal Adams, Tony Bedard. Dibujo: Neal Adams. Entintado:Buzz y Johs Adams. Color: Alex Sinclair, Tony Aviña. Formato: Cartoné, 152 págs. A color. Precio: 16,50 euros.   Timo. Esa es la mejor forma de…
Guion - 1
Dibujo - 3
Interés - 1

1.7

Muy decepcionante.

Un desastre desde la primera página. Un cómic aburrido, sin sentido, que traiciona a todos y cada uno de los personajes de la trama y que no aporta nada reseñable para nadie.

Vosotros puntuáis: 5.62 ( 11 votos)
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Sir Gawain
Sir Gawain
Lector
17 diciembre, 2016 20:34

Ostras! A dónde han ido los comentarios?

Raúl López
Admin
17 diciembre, 2016 20:40

Hemos tenido un problema grave con las servidor y hemos tenido q tirar del backup de madrugada y se han perdido algunos comentarios y posts en los q habíamos trabajado hoy, un drama 🙁

aswered
aswered
Lector
17 diciembre, 2016 21:06

Ostín!!!! no me esperaba esa critica tán……dura. Sé que es malo, porque desde las primeras paginas no me gustó ni el dibujo ni la trama pero no me esperaba un 1.7, había intuido un 2.5 o 2.7 tirando por lo alto jajajaja

aswered
aswered
Lector
En respuesta a  Gustavo Higuero
20 diciembre, 2016 20:51

No digo que no tengas razón, mas bien lo contrario. Es mas que otra cosa que me ha sorprendido eso….la dureza tan directa que has expresado. Es verdad que no es una tendencia pero últimamente se echa en falta la «calidad» y el «mimo» que se dedicaba antiguamente sobre todo a las tramas y el argumento. No recuerdo qué autor también me decepcionó recientemente después de tenerle en tan alta estima 😛 😛 estoy un poco empanado perdonad

aswered
aswered
Lector
En respuesta a  aswered
20 diciembre, 2016 23:22

Ya caigo, era Bryan Hitch. Otro de los que en su día fue muy grande para mí ( Escalera al cielo entre otros) y que ha perdido toda su magia y encanto en la JLA actual. Su dibuja se ha vuelto tan poco realista con formas ( piernas en posturas inimaginables, pies completamente deformes….) y caras tan raras que asustan ( como destrozó a Wonder Woman ) , aparte del uso abusivo ( desde mi punto de vista) de la tinta. Parece que se la hayan regalado.

scarlet spider
Lector
18 diciembre, 2016 12:39

Crítica bastante dura,aunque muy cierta en algunos aspectos. Autores como Neal Neal Adams o John Byrne,que lo han sido todo en la industría,han sufrido una desconexión alarmante con la realidad creativa del momento y lo que los lectores demandan. Potencia sin control y la no necesidad de demostar ya nada a nadie,desatendiendo el acabado final, serían los principales pecados de Neal Adams tanto en Batman Odisea como en Superhombres.

Los guiones son terribles,casi una broma de mal gusto. Si Kirby en el cuarto mundo jugaba con muchísimas ideas y conceptos locos,uno lo disculpa en cuanto el exceso y la identidad visual de ese autor. Adams simplemente parte de 1º de guión y nos muestra una historia que haría un quinceañero en los 70. Pero aún encima con todos los malos vicios de aquella época. Textos y diálogos farragosos que no aportan nada y hacen insufrible la lectura,personajes planos y estereotipados y dificilmente reconocibles,escenas hiladas sin sentido,un caos de batallas porque si. Está tan fuera de época que asusta,pero lo peor es que el autor no es consciente de ello,no es una broma o juego que el pretenda hacer con el lector adulto,no,es el reflejo de un ego que demuestra lo poco conectado que está con el panorama del comic actual. Leyéndo esta obra uno se pregunta cuando fue la última vez que Neal Adams abrió un comic que no fuera suyo. Para más inri el guión parece estar supeditado a las imágenes al más puro estilo de los 90. Uno tiene la sensación de que este primero dibuja lo que le apetece para luego tratar de darle sentido.

Sobre el dibujo,pues algo que viene sufriendo este autor desde hace mucho tiempo. Desidia. Ya ha demostrado lo bueno que era en el pasado y lejos de preocuparse por seguir impresioanando o perfeccionando el acabado de sus páginas ,prefiere desatender el resultado final. Sus dibujos siguen siendo poderosos e impactantes,pero Adams no sabe o no quiere entintarse bien.Trata la tinta de manera muy tosca,casi como si estuviese enintando un boceto,sin pulir tramas y haciendo lo justo para «limpiar» las figuras y rostros. Esa tinta más orgánica,de la que también hace uso John Byrne en los últimos tiempos,es desastrosa para el acabado final. Parece un simple trámite para sacarse la página de encima. Las mejores páginas de Adams contanban con entintadores de primer nivel como Giordano o Palmer,que aligeraban y limpiaban sus figuras a la vez que aportaban trazos bellos y pulidos. Ver lo que se hace Adams duele,es como ver a un modelo con cuerpo escultural mutilarse y prenderse fuego… Simplemente, destruye la base,que por otro lado es muy buena. De contar con un entintador a la altura,las páginas de este autor ganarían mucho más. Un Paul Neary o Mark Farmer le darían otra sustancia.

Y para finalizar me gustaría salientar el terrible trabajo que le hace Alex Sinclair,su colorista habitual y de Jim Lee y hasta de Frank Miller en la actualidad. Sinclair parece que se quedó anclado en la primera época de Image y el primer tutorial de photoshop que se leyó. Su técnia es siempre la misma,da igual el autor que trate. No aporta nada a la narración de la historia,en el tratamiento de las figuras abusa de brillos y mil volúmenes,todo pastoso,pegado. Nada llama la atención o te hace querer ponerlo de fondo de pantalla. Es un sin dios que seguramente esté aplaudido por el propio Adams,que se colorea de forma muy parecida. Un coloreado más clásico y plano como el que realizan Dave Stewart ,Matthew Wilson o Matt Hollingsworth le sentaría mucho mejor. O en una línea realista Laura Martin sería la mejor elección. Da pena,mucha pena. Neal Adams me recuerda a la última época de Ronaldinho en el Barça. Talento arrastrándose cunado aún tiene cuerda para rato. Una lástima,tanto para él como para los lectores que lo disfrutábamos y ahora lo sufrimos.

No recomiendo la compra de este tomo a no ser que sea muy fiel a este autor. Leerlo es perder el tiempo,si estuviese escrito en binario lo disfrutaríamos aún más si cabe.

Postdata: El ver con que falta de ganas autores como Byrne o Adams tratan sus páginas,hace que uno le de mucho más valor si cabe al esfuerzo y mimo que siguen aportando autores veteranos como Walter Simmonson,Alan Davis o José Luís García López. Gente a la que no los devoró su ego y todavía respetan al lector y sobre todo a su legado. Sigo pensando que Adams tiene mucho que decir todavía,lo malo,que no se de cuenta de cuando vive,de lo que reclama el lector y lo que su dibujo necesita. Y algo me dice que esas tres cosas no le importan nada.