Video Girl Ai

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Edición original: 電影少女 Den’en Shojō Ai (51/1989-31/1992, Shonen Jump).
Edición nacional/ España: Video Girl Ai (Norma Editorial, 1994-97/Planeta DeAgostini, 2001-03).
Autor: Masakazu Katsura.
Color: B/N.
Formato: Prestigio 48-64 págs./ Tomo 196 págs.
Precio: 375-395 pts c/u (Norma)/ 7’15€ c/u (Planeta).

 

Aquí, en los tardíos ’70, los conocimos por Heidi, Marco y Mazinger-Z, antes siquiera de saber que el cómic japonés (o manga) era una verdadera potencia que nada tenía que envidiar a los imperios USA y Francobelga. Los dibujos animados abrieron la brecha, con muy mala prensa entre los plumillas. El veto era tal que, cuando se quiso aprovechar en el kiosco el indudable tirón de estas series entre el público infantil y juvenil, los avispados editores españoles prefirieron apostar por adaptaciones autóctonas antes que por los tebeos originales. No fue hasta Gon y, sobre todo, Akira, que empezó a llegar con cuentagotas la producción nipona. El pase de Dragon Ball por las televisiones autonómicas desató la fiebre y algunos empezaron a hablar de “mangamanía”, con el consiguiente nerviosismo de los creadores europeos, de Ibáñez a Uderzo pasando por Moebius. En realidad, en poco tiempo la cosa se fue normalizando y sucesivas oleadas trajeron Adolf, Alita, Bateadores, Black Jack, Barrio Lejano, Buda, Detective Conan, Evangelion, Monster, Maison Ikkoku, Regreso al mar, El almanaque de mi padre, Slam Dunk, I’’S, Gamma el hombre de hierro, Gantz, Fénix, Hiroshima, etc. Todas estas (y tantas otras) podrían entrar en esa clasificación de José Luis Garci de “excepcional, obra maestra e irrepetible”. El manga nos ha enseñado que no hay género que se le resista ni público que descuidar. Con su estilo expresivo, cinético, a menudo violento y desprejuiciado, pero también sutil si se precisa, logran -en los casos más inspirados- cotas de fascinación como poquísimas veces se ha visto en el medio. Una verdadera potencia, ya digo.

Pero si, para la proverbial isla desierta, tuviera que elegir uno solo entre todos esos tesoros incalculables, echaría mano a mi colección de Video Girl Ai sin dudarlo un segundo. Siendo riguroso, entre las citadas arriba tal vez haya obras de más enjundia, historias más audaces, técnicas más deslumbrantes, etc. Pero las vivencias de Yota, Ai, Moemi y compañía están en mi top 10 de tebeos favoritos de todos los tiempos, ese que tiene en cuenta la calidad, por supuesto, pero también multitud de otros factores que acaban en esa emoción que, cuando tratamos de explicarla, se reduce a “los conozco como si fueran mis mejores amigos”. Cada vez que los visito río y lloro con ellos como si fuera la primera vez.

El Autor

Nacido en 1962 en la prefectura de Fukui (Japón), Masakazu Katsura entró en el mundo del cómic casi por casualidad. Él mismo cuenta que en el instituto suspiraba por un caro equipo de música, estaba sin blanca y la única forma que se le ocurrió para conseguir ese dinero rápidamente era presentarse al Premio Tezuka dotado con 500.000 yenes. Aficionado al dibujo y con amigos en el gremio, pensó que sería pan comido. Fracasó entonces, pero siguió intentándolo hasta que, tres años más tarde, lo consiguió con la que sería su historia de debut, Tsubasa, protagonizada por un androide. Su segunda historia, Tekosei wa hensosei, también sería premiada, animándolo a seguir adelante. Aunque sus intereses tiraban más hacia la ciencia ficción y los superhéroes (Katsura es un fanático de Batman, como no pierde ocasión de demostrar), sus colegas y editores le aconsejaron probar con la comedia romántica, dada su facilidad para dibujar chicas atractivas y femeninas. Este segundo galardón encaminó definitivamente su carrera.

Su primer éxito le llegó con Wingman, un superhéroe en la tradición de Ultraman, que llegó a protagonizar 13 tomos. Con influencias diversas, desde el Kurumada de Los caballeros del Zodíaco al Adachi de Bateadores, su estilo irá progresando en obras como Choikido uni Vander o Present from Lemmon, de moderado éxito, hasta que, por sugerencia de su editor, Kazuhiko Torishima, quien no paraba de insistirle en que se embarcara en una gran historia de amor, presenta Video Girl Ai, la que aún hoy es, sin duda, su obra maestra. Esta conmovedora saga de 13 tomos, que retoma, amplia y magnifica un relato corto anterior, fue un gran éxito en todo el mundo y convirtió a Katsura en estrella de la noche a la mañana. Con esta obra le conocimos en España. En Francia se convirtió en un fan favourite, con reediciones constantes (incluso en color), al igual que en Italia.

En la cima de su popularidad, Katsura probó fortuna con D.N.A.2, Shadow Lady y un breve retorno al mundo de las video girls en Video Girl Len, pero no volvería a dar la campanada hasta I’’S, comedia de enredo estudiantil que reciclaba en cierta forma lo aprendido con Ai Amano y compañía, sustituyendo los elementos fantásticos por una caracterización más profunda de los secundarios y relativizando el triángulo amoroso (aunque no los malentendidos). En la actualidad se encarga de Zetman, su enésimo homenaje al hombre murciélago, con 18 tomos publicados en España.

La historia

Ai, Moemi y Yota pasarán juntos incontables peripecias


Yota Moteuchi es un chaval de 16 años secretamente enamorado de su guapa compañera de clase Moemi Hayakawa, con quien sueña casi a diario. Su pasión adolescente sólo es conocida por su amigo Takashi Niimai, un guaperas que trae de cabeza a las chicas de su instituto sin que -por estas cosas que pasan en los tebeos- él les preste la menor atención. El último día de las vacaciones de invierno, Moteuchi, a quien -en un juego de palabras intraducible en español- apodan “sin chicas”, decide declararse, pero tras varias vicisitudes descubre que a Moemi le gusta Takashi. Destrozado, regresa a casa y por el camino tropieza con el videoclub Gokuraku, al que sólo pueden acceder “los puros de corazón”. Una cinta llama su atención por la belleza de su protagonista. “Te consolaré”, reza la carátula. Yota decide alquilarla para sobrellevar esa noche el desengaño.

Para su sorpresa, la chica de la cinta parece hablarle a él específicamente. De pronto, sale de la pantalla con una explosión eléctrica. Yota no se lo puede creer. Pero algo ha ido mal. Aunque recién adquirido, un golpe accidental ha estropeado el reproductor. La chica ha quedado inconsciente en su cuarto. Al acercarse, desconcertado, Yota ve como se le desinflan los pechos. Cuando recupera la consciencia, la misteriosa recién llegada se pone a gritarle como una poseída, recriminándole que la haya reproducido en un vídeo defectuoso. Esta no es la chica complaciente que prometía el vídeo, piensa Yota. Ella misma parece darse cuenta y se calma: se presenta como Ai Amano. Es una video girl y está ahí para consolarle.

Es increíble lo que obtiene Katsura de una premisa tan chusca. Según sus declaraciones, la idea original, por influencia de una película, era que la chica saliera de una revista porno gracias a un líquido -¡ejem!- mágico. El fluido humedecía el papel y mezclaba la fotografía de la moza con el anuncio de la otra cara, protagonizado por un hombre, lo que explicaría la impronta “masculina” del resultado. Con buen criterio se decidió apostar por el vídeo, lo que proporcionaba también un trasfondo tecnológico que, andando la historia, Katsura supo aprovechar. El arranque también puede recordar a La mujer explosiva, comedia de John Hughes que el autor nunca menciona. Sea como fuere, en Japón tienen un nombre para este “género”: Moe o Maho Kanojo (“chicas mágicas”).

El “defecto” original -a la postre, la gran virtud no sólo de la video girl sino de la historia al completo- permite a Katsura sortear, ya de entrada, la vulgaridad del planteamiento de la “acompañante virtual ideal”, combinando humor gamberro con ciertas sutilezas sobre la mecánica de los sentimientos (eso que los cursis llamarían “lo que nos hace humanos”), que no dejan de tener su gracia. Por lo pronto, borra la idea de la perfección femenina a que remiten los productos del Gokuraku, basado en la dulzura irreal, la sumisión, los cuerpos neumáticos (particularmente la obsesión masculina por los pechos grandes) y las sabidurías culinarias que, mucho me temo, pueblan las fantasías de no pocos hombres. Ai no es nada de eso. Destacará, más aún, cuando aparezca una video girl “completa”, Mai Kamio, con el propósito de destruirla. Pero es que Moemi, quien empieza como una poco prometedora idealización de «novia», va adquiriendo capas a medida que avanza la historia, sobre todo tras una experiencia traumática que aquí no revelaremos. Nobuko y Natsumi son también, en sus respectivos registros, personajes interesantes y valiosos.

La despiadada Mai ataca a nuestra heroína al más puro estilo Carmilla


Aceptado el punto de partida y todo lo que conlleva (como las constantes preocupaciones sobre el ciclo de reproducción de Ai), la fantasía cede terreno a la comedia estudiantil y a los enredos amorosos. Sin perder nunca de vista los elementos de ciencia ficción y aventura, que vuelven para explotar en finales de ciclo, la narración se trenza en anécdotas y angustias cotidianas, conducidas por el angst adolescente en estado puro. Sí, los protagonistas se comportan a menudo como imbéciles. Vamos, como cualquiera de nosotros con 16 años. La gracia del asunto es que Katsura no se sube al pedestal para mirar por encima del hombro a sus criaturas, sino que se sumerge en el torbellino de las emociones hormonadas con la única salvaguarda de la propia idealización juvenil. Es decir, sus chavales se alejan de la justificación retrospectiva que hacemos los adultos para comportarse según sus propios criterios ideales, incluidas puerilidades como la “pureza de los sentimientos”, con las que podemos permitirnos ser cínicos bien entrados los treinta, pero que tenían su aquel cuando no habías cumplido los diecisiete. Y esta es la genialidad de Katsura, lo que hace que nos impliquemos en cada quiebro y subterfugio del drama, aun cuando con nuestra mentalidad de adultos podamos -a veces- sonreír con condescendencia.

Paradójicamente, “sin chicas” Moteuchi llega a estar picoteando hasta con tres chavalas diferentes en poco más de un año. El lío es fenomenal porque va de la una a la otra y de la otra a la una sin aclararse. Así tenemos a Moemi, la chica de la que ha estado enamorado siempre; a Ai, que se propone ayudarle en esa conquista (y lo que surja); y a Nobuko, una alumna nueva a la que dejó fascinada en un viejo curso de pintura y desde entonces quiere convertirse en su novia. No está mal si pensamos que las tres le adoran y que su amigo Takashi, el guapo oficial del instituto, en ese tiempo solo sale con una… que encima le deja por Yota. El cambio está sabiamente administrado y se justifica, claro, con la madurez que alcanza gracias a su relación con Ai, que le permite, poco a poco, vencer su timidez y romper con la idealización femenina adolescente. Es otro de los aspectos llamativos: si bien Ai Amano puede oponerse sin dificultad al rancio paradigma machista señalado más arriba, tampoco podemos pasar por alto que responde a otro arquetipo, el del “chicazo” (o “el amigo con tetas” que diría Carlos Pacheco), tal vez menos indignante, pero reduccionista, al fin y al cabo. Por fortuna, tal corsé se le queda pequeño. La video girl que quiere ser humana es un personaje complejo y atractivo y, en definitiva, el alma de la serie.

El elenco femenino de la serie (de izq. a der.): Moemi, Nobuko, Ai y Natsumi


Poco a poco, también vamos descubriendo cosas sobre la naturaleza del Gokuraku, las video girls y sus creadores, lo que irá cobrando más importancia a medida que se acerque el desenlace. Hay muchas cosas que me dejo en el tintero. Para contar mínimamente los detalles de la trama necesitaría como tres veces el espacio de esta reseña y tampoco serviría de nada. Disfrutarán más leyendo el cómic. Por cierto que el final, que no desvelaré, me dejó sin aliento como sólo otra vez me ha pasado (con Robin y Marian, por si se lo preguntan).

Sensualidad y lágrimas

El talento de Katsura se ha visto eclipsado, incluso ninguneado, por el potente sex appeal de sus personajes femeninos. Esta faceta ha enmascarado sus excepcionales habilidades para la narración y la expresividad de sus criaturas, a un nivel al que muy pocos pueden soñar. Y aquí está incluso por encima de sí mismo.

Una hermosa viñeta de cena a tres bandas que muestra la habilidad de Katsura para “congelar” un momento inolvidable

Entrevistado por el equipo de Norma Editorial para la primera edición española de Video Girl Ai, Katsura admitió no ser un gran seguidor del cómic japonés, a pesar de tener buenos amigos entre sus compañeros (como Akira Toriyama, creador de los celebérrimos Dr. Slump y Dragon Ball) y el único nombre que le sonaba fuera de su país era el de Moebius, sin duda por su gusto por la ciencia ficción. Curioso, ciertamente, si reparamos en que Katsura es un fan confeso de Batman, al que homenajea sin pudor a la menor oportunidad. Para hacer sus páginas tomaba como referencia revistas de moda y señala que, con la introducción de Nobuko, empezó a preocuparle que los movimientos de las figuras fueran cada vez más auténticos, menos paródicos y humorísticos. En efecto, desde la vuelta a la escuela de Yota y su relación con Nobuko se percibe una deriva hacia el “realismo” que no abandonará sino en contadas ocasiones y, en general, como paralelismo de situaciones originadas en las primeras entregas (con Ai y Yota haciendo el payaso, básicamente). Esta meditada renuncia a la deformación más extrema de gestos y figuras condiciona el tono, que se vuelve más serio y grave, al tiempo que le obliga a encontrar nuevos recursos que mantengan la expresividad necesaria para una historia “más grande que la vida”.

Katsura trabaja a fondo la expresividad de sus personajes. En este caso obsérvese la diferencia entre el lado izquierdo y el derecho del rostro para transmitir la sensación de zozobra próxima al llanto

Tampoco rehúye la alegoría, como en esta hermosa imagen que no le habría importado firmar a Moebius

Como parte fundamental de la caracterización, el autor ensaya peinados y viste a sus personajes con mimo (¡hasta en los complementos!), atento a los cambios de situación o de ánimo. En su caso es aún más importante, porque físicamente todas sus heroínas están cortadas por el mismo patrón. A lo mejor es que al protagonista le gustan del mismo tipo. Las lágrimas son también un elemento fundamental para transmitir emociones.



Katsura es variado en la composición de página. Engañosamente simple en sus soluciones gráficas, juega con viñetas de todas las formas y tamaños, así como con distintas técnicas de acabado para transmitir emociones dispares. Arriba hemos visto varios ejemplos. Pero hay más: sueños y ensoñaciones se suelen representar sobre fondo negro; para hacer pasar el tiempo entre secuencias aumenta el tamaño de las calles y se ahorra el “mientras” o el “después”; los fondos, normalmente trabajados, pueden desaparecer por un tramado especial si quiere resaltarse algún detalle; etc. Como es frecuente en el manga, la narración es ágil y “cinematográfica” y, sin embargo, no renuncia a los bocadillos de pensamiento ni a las reflexiones, abundantísimos a lo largo de toda la obra. A medida que se va sintiendo más seguro de su estilo confía más en las figuras de cuerpo entero, que pueden ocupar toda la página, acompañadas de paneles donde continúa la acción. Sin embargo, el secreto de su efectividad anida en el equilibrio entre los planos cortos, precisos para gestos y cambios sutiles (se ha ido viendo), y los planos de situación, que no sólo ubican sino que transmiten la poesía del paso del tiempo (muy importante en la obra).

Si bien Katsura no sigue un patrón concreto, tampoco renuncia a la composición con aparentes motivos simétricos que le aporten solidez

Y sí, no podemos olvidarnos de los frecuentes escorzos alrededor de las minifaldas de sus protagonistas. Un rasgo de estilo como otro cualquiera.

El precedente

Video Girl Complete Story sigue las andanzas de la Video Girl Haruno, la precursora de Ai. Es un banco de pruebas de lo que será Amano, incluida la “masculinización”, aquí incluso más evidente en tanto que el protagonista se confunde al reproducir la cinta, pulsa el rec y sobreescribe parte de un anuncio de tv en la video girl antes de que esta salga de la pantalla. Prácticamente todos los detalles han sido reutilizados, desde la forma de vestir (incluida la gorra) hasta diálogos y situaciones, siempre profundizados y mejorados en su heredera. La historia, en su pequeño formato, funciona razonablemente bien, pero queda en mera curiosidad o “resumen” tras conocer a Ai.

Una continuación sui generis

Ya hemos dicho que Video Girl Len supuso la vuelta de Katsura al universo creado en su obra maestra. La trama no se limita a ser una continuación tal cual, entre otras cosas porque es muchísimo menos extensa y ambiciosa, aunque tiene ciertas similitudes (y ciertas discrepancias) simpáticas y, hasta cierto punto, brillantes, que bien merecerían un análisis específico. Si la traigo a colación, empero, es por la recuperación de algunos personajes de Video Girl Ai.

Aviso de Spoiler

Yota, siete años después de los hechos narrados en Video Girl Ai, ejerce como maestro de la escuela de pintura, gracias a su éxito como ilustrador de libros infantiles. Uno de sus alumnos es quien alquila la cinta de Len y, claro, Yota sabe, nada más verla, de donde ha salido. Pero ahora es un adulto, ha perdido “la inocencia” y ya no puede acceder al videoclub. En recuerdo de los viejos tiempos, el dueño sale para charlar con él. Yota le daba por muerto, pues la última vez que se vieron lo dejó en situación comprometida. Es así como el viejo se entera de que Ai está bien, convertida en ser humano y viviendo al lado de Yota, quien le pide que vaya a visitarlos alguna vez.

Es probable que quien se acerque a Video Girl Len buscando a Yota y a Ai se sienta decepcionado. No había, realmente, necesidad de volver sobre ellos, pues todo se contó entonces. Katsura, tácitamente, lo admite, demostrándonos que se han convertido en una pareja como otra cualquiera, indistinguible para quienes no estén en las claves de su verdadera historia, como resolviendo así una papeleta que tal vez nació de una imposición editorial. El mismo Yota se ha vuelto un adulto juicioso dando al nuevo muchacho consejos sobre los asuntos que, a sus 16 años, no comprendía y que nosotros, como lectores, siempre supimos. Yota ha perdido la inocencia, ya no está en las claves del agnst adolescente que tiempo atrás le consumía, y por eso debe, discretamente, hacer mutis por el foro y dejar paso a las nuevas generaciones.

Los OVAs

En seis capítulos de media hora de duración condensaron en 1992 la saga de Yota, Ai, Moemi y los demás. El resultado es necesariamente pobre, teniendo en cuenta que adaptan hasta el tercer tomo de la edición tankobon, dejándose otros diez volúmenes fuera, y que, además, tienen que apañarlo para que lo que en el cómic no era sino un contratiempo provisional aquí se convierta en un final definitivo. ¡Y ni siquiera llegan a introducir personajes esenciales como Nobuko o Natsumi! Por si fuera poco, los guionistas alteran la estructura del relato, presentando a Ai antes que el desengaño de Yota con Moemi o el accidente del vídeo (para lo que recurren al flashback), resintiéndose la lógica interna, como si sólo les interesase el personaje de la video girl cuando, en realidad, el protagonista está enamorado de su compañera de clase. De resultas de esto, aprovechan bien momentos como “mi cita con Yota llevando el vestido que me ha regalado”, inolvidable para quien haya leído el cómic (y también aquí), pero las situaciones en que Ai no participa han sido recortadas o eliminadas directamente, mermando la caracterización del resto de personajes y desvirtuando el triángulo (que en el manga llega a ser “cuadrado”) amoroso.

Los aficionados suelen destacar las voces y la música, con un tema interpretado por el propio Katsura, como prueba de su implicación en el proyecto. Es posible que hace 20 años luciera entre las series del momento, pero a día de hoy ni lo habría advertido de no ir precavido por las fuentes consultadas. Aunque no puede decirse que sea un mal producto, la opera magna de Katsura merecía mucho más.

Ediciones

Los 15 volúmenes de la edición de Planeta


Para esta reseña he manejado la edición de Norma Editorial de 41 entregas en formato prestigio publicada entre 1994 y 1997, hoy totalmente descatalogada. Aunque la reproducción es mejorable, la gran ventaja aquí es el tamaño comic-book. Planeta DeAgostini publicó entre 2001 y 2003 una reedición en 13 tomos tankobon (15 si contamos Video Girl Len y Video Girl Complete Story), que no debería ser difícil de localizar en las tiendas. Más fiel a la edición original, la desventaja aquí es el pequeño formato. Ambas están occidentalizadas. Urge ya una edición definitiva del estilo de los kanzenban de I»S o Slam Dunk, pero por el momento no hay noticias sobre ello. Una pena.

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Mr. X
Mr. X
Lector
8 julio, 2013 12:12

Sr Agrafojo, si usted nos asegura que, con semejante argumento, este manga es una obra maestra imprescindible, yo me lo creo… Eso si, antes de buscarlo tengo que terminar con el Tezuka, que estoy disfrutando un montón.

Kaulso
Kaulso
Lector
8 julio, 2013 12:16

Planeta publicó este gran Manga entre el 2001 y el 2003, no en el 2008 😉

¡Vamos Planeta (o quien sea) REEDITADLO DE UNA VEZ! Eso si, que no sea caro como el Fenix o el Bastard 🙂

Mr. X
Mr. X
Lector
8 julio, 2013 12:26

Si, y me pienso poner muy pesado recomendándolo porque es una puta maravilla… se parece a MW, pero es aún más turbio y morboso.

Jordi T. Pardo
Autor
8 julio, 2013 14:47

Genial reseña, Javier 😉

Yo también espero una nueva edición de esta obra porque en su día no pude leerla entera.

alberto240880
alberto240880
8 julio, 2013 15:50

Cuantos recuerdos me trajo, de las pocas que se han editado completas en mexico, pero al contrario del redactor creo que las ovas si bien no son perfectas tienen la virtud de no excederse en la trama, en el manga llega un momento donde empeze a hastiarme, hay varios momentos donde el protagonista da signos de haber madurado en un numero y en el siguiente se le ve haciendo lo mismo que antes, algo que causa gracia es el apodo del personaje e ironicamente como se llena de chicas hasta decir basta.

fanboy73
fanboy73
Lector
8 julio, 2013 16:30

hola,si hay alguien interesado,tengo la coleccion de norma completa de video girl ai en venta en todocoleccion,por 75 euros,en muy buen estado y de regalo video girl len completa,mi nick de vendedor es ricardo1973,si estais interesados decidme cosas,un saludo

Louontherocks
Louontherocks
Lector
8 julio, 2013 16:36

Estaba muy bien esta serie, yo no la terminé porque no me llegaba la paga semanal para los gastos… curiosamente el otro día estaba pensando en que era momento de una rendición

judeh
judeh
Lector
8 julio, 2013 17:37

A mi esta serie me pillo después de I»s, compre el primer tomo, pero no me llamo mucho la atención. Y como comentaban antes, tenía muchas series abiertas, y al final no pase de ahí.

No sé si fue antes de las historias cortas de Katsura, las cuales me gustaron tan poco que condicionaron las siguientes novedades del autor. Como es el caso de Zetman.

Ocioso
Ocioso
Lector
8 julio, 2013 18:15

¿Ya han sacado un spin-off de Avengers AI? Joder como se pasan.

Grijaldo
Grijaldo
Lector
8 julio, 2013 18:37

Una gozada de manga sin duda,y no ha llovido desde la primera edición de Norma madre mia,me siento viejuno.

Enrique Ríos
8 julio, 2013 23:22

Video Girl me encantó en su día y es un clásico entre los clásicos, pero al final me quedo con I’s. 😛

Mathieu
Mathieu
Lector
8 julio, 2013 23:35

Recuerdo que leí los primeros números de la primera edición y me resultaron muy divertidos. Lástima que me quedé en los primeros. Ahora bien, era un adolescente. Y como muchos mangas que leí entonces, ya no me enganchan como antes, sobre todo los de temática juvenil (que son muchos). Aun así, ante una futura reedición, se valorará.

Por otro lado, se me hace difícil calificar de obra maestra muchos mangas de los que citas. En mi opinión, siendo buenos cómics (unos muy buenos, otros buenos, otros peor), se me antoja excesivo ese calificativo (mira que no mencionar Tekkon Kinkreet…)

Buen post.

Pd: Acabo de recibir el cofre de Nausicaa y debo decir que me he llevado una grata sorpresa. Una edición impecable a un precio razonable (43 euros).

x-ternon
Lector
9 julio, 2013 8:21

Muy buena serie, de los tiempos en los que había abandonado los superhéroes y casi los tebeos. Personajes carismáticos, buen dibujo y tramas muy bien contadas. Por ponerle alguna pega y no es tal, hubiera preferido que con el paso de los números no hubiera ganado tanto peso el drama frente a la comedia.

Cassidy
Cassidy
Lector
9 julio, 2013 10:55

Me ha llamado la atención lo del líquido «mágico» que se vierte sobre una revista porno y se mezcla con otra. Está sacado de una historia corta de los «Cuentos Asombrosos» de Spielberg. Supongo que por eso lo cambió por cintas de vídeo para que no le acusaran de plagio.

McHartnigan
McHartnigan
Lector
9 julio, 2013 19:31

En Japón no hay edición Kanzenban, pero si hay Aizoban (9 tomos) que sirve igual:

http://es.wikipedia.org/wiki/Aiz%C5%8Dban#Aiz.C5.8Dban

Es curioso que siendo Katsura tan fan de Batman no haya nunca dibujado nada oficial sobre el personaje, cosa que si han hecho otros mangakas como Kia Asamiya (Batman: El Hijo de los Sueños) y Yoshinori Natsume (Batman: La Máscara de la Muerte).

McHartnigan
McHartnigan
Lector
11 julio, 2013 11:58

@Javier Agrafojo: Si, efectivamente, ocho para Ai y el último para Len. Aquí puedes ver las portadas de esa edición en miniatura (además de las de la edición Bunko con su curioso diseño cinta de video).

McHartnigan
McHartnigan
Lector
11 julio, 2013 11:59
Javier
Javier
1 abril, 2017 1:16

Se que esta publicación es de hace años pero acabo de terminar de ver la ovas y me gustaron tanto (Ojalá el anime actual fuese así) que busque más información y encontré esta maravillosa publicación que se nota que tiene horas de trabajo y mucha dedicación en cuerpo y alma (espero que después de decir esto no sea un copypaste xD). No se quien eres ni si veras esto, pero quiero darte las gracias por tu trabajo. Ojalá te vaya bien en la vida y si me dieras alguna recomendación anime seria lo más!

Muchas gracias, de verdad
Atte. Un desconocido

Leo
Leo
En respuesta a  Javier
11 junio, 2017 22:16

:v

Leo
Leo
11 junio, 2017 2:17

Increible, amo los mangas y animes romanticos de Katsura. DNA2 y Videogirl Ai