Future State – Semana 3. Parte 2

Nueva entrega de estrenos del evento del año nuevo en DC Comics. Turno para Shazam, Wonder Woman y Superman.

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Aviso de Spoilers: El artículo que sigue a continuación trata información de actualidad en Estados Unidos, por lo que puede desvelar detalles argumentales que todavía no han sido abordados en la edición española.

Future State: Shazam #1

Edición original: Future State: Shazam! #1
Guion: Tim Sheridan
Dibujo: Eduardo Pansica
Entintado: Júlio Ferreira
Color: Marcelo Maiolo
Formato: Grapa, 32 páginas
Precio: 3,99$

Ya sabíamos de antemano que Future State: Shazam! era la continuación de los hechos narrados en Future State: Teen Titans. Para ello cuenta con el mismo guionista, el debutante en el medio Tim Sheridan. Pero en las primeras páginas de este primer número vemos que no únicamente esta historia – que ocurre un par de años de la primera -, también hace referencia a hechos ocurridos en otras series regulares.

Primero vemos la serie Teen Titans Academy, inaugurada por Nightwing como la Academia Roy Harper. Esto da a entender que Billy Batson se unirá a la serie regular que escribirá el propio Sheridan. Luego vemos a Amanda Waller, jefaza absoluta de la Task Force X, diciendo que pueden hacer frente a la Guerra y a la Muerte, pero no con el resto. Estos son nombres de dos de los Jinetes del Apocalipsis. Hambre lo hemos visto en las páginas de Future State: The Flash, otra serie que ya se dijo guardaría relación con las series mencionadas.

Esto nos deja Peste sin aparecer por el momento. La tercera viñeta se ve una raza alienígena y al Green Lantern John Stewart, por lo que si Hambre estaba atrapada en la Fuerza de la Velocidad, quizás Peste estuviera en un remoto y oscuro rincón del universo. Puede incluso que vaya a ser la responsable de dejar inoperativos los anillos de Green Lantern como acabamos viendo en Future State: Green Lantern.

Tenemos títulos que apenas trascienden en todas sus páginas. La primera página de esta serie, especialmente conociendo la información previamente explicada, ya genera un interés por varios frentes a partir de marzo y abril. La cosa no se queda allí. En la siguiente página doble vemos a Shazam en el infierno enfrentándose a los demonios de Nerón, quien parece estar encima de la Roca de la Eternidad. ¿Ocurrió de verdad o fue una mera pesadilla?

Shazam parece estar al frente de una Justice League Detroit con varios miembros interesantes. Vixen y un The Question que ni es Vic Sage ni tampoco Renée Montoya. Tanya Spears quien ha dejado de ser Power Girl para ser Powerhorse. Bunker. Miss Martian. Además de Jakeem y Johnny Thunder, pero el poseedor del boli mágico parece encontrarse en paradero desconocido. Su primera misión es evitar la extradición del encarcelado Creeper.

La fuga no termina bien para el robot Manhunter y Giganta, pero especialmente acaba fatal para Jack Ryder, pues Creeper es asesinado sin que los héroes liderados por Shazam se percaten de ello. The Question no se fía de Shazam, quien finalmente logra desenmascarar como el asesino de Creeper. Para el lector es poca sorpresa pues páginas antes ya ha visto que algo no anda bien con Shazam, tras asesinar al genio y con ello a Johnny Thunderbolt – de Jakeem no vemos ni rastro.

En las páginas finales vemos porque Shazam se está comportando así además de porque no soporta que lo llamen Billy. El joven Batson ha quedado atrapado en el Infierno tras un trato con Neron. Shazam no podía desactivar sus poderes puesto que esto liberaría lo que encerró en la Roca de la Eternidad, y el gobernante del Infierno necesitaba la inocencia de Billy para guardar la nueva prisión. Así que Neron separa la entidad superheroica de la identidad civil en dos seres distintos.

Esto explica en parte el cambio de comportamiento de Shazam al no ser Billy Batson. Tener personalidades diferentes ya era algo que se veía en los cómics antiguos del Capitán Marvel, si bien puede no ser tanto un guiño como una necesidad de guión. El nivel de sufrimiento para los aficionados del personaje no llega a las cuotas de Wally West, pero que no se encuentre en el nivel más bajo del Infierno no significa que se haya librado de acabar allí.

El apartado gráfico corre a cargo del mismo del penúltimo arco de Teen Titans. El brasileño Eduardo Pansica acompañado en las tintas por Júlio Ferreira y en los colores a Marcelo Maiolo. Precisamente en dicho arco se iban los Jóvenes Titanes de Damian por Cielo e Infierno en busca de recuperar a Djinn, a la par de ser donde se reintroducía a Jakeem como el poseedor del genio Thunderbolt en la continuidad principal.

Seguramente nada de esto es casual para Sheridan, quien desconocemos si será un arquitecto del nuevo universo DC más allá de Teen Titans Academy. Quizás simplemente conoce las cartas con las que jugarán el resto de sus compañeros y hace un buen trabajo para generar interés. En cualquier caso juega muy bien todas sus cartas en este primer número para ver si Shazam logrará redimirse o todos caerán víctimas de los altos precios pagados a Nerón.

Future State: Immortal Wonder Woman #01

Guion: Becky Cloonan, Michael Conrad, L.L. McKinney.
Dibujo: Jen Bartel, Alitha Martinez.
Entintado: Jen Bartel, Mark Morales.
Color: Jen Bartel, Emilio Lopez.
Formato: Grapa, 48 páginas.
Precio: 5,99$.

2021 promete ser un año en el que la presencia de Wonder Woman en DC Comics va a ser relevante después del reciente estreno del film Wonder Woman 1984. Después de ser la gran protagonista de Death Metal, ahora protagoniza su miniserie en Future State, ubicado en un futuro más alejado que el del resto de títulos de la franquicia en El Fin de los Tiempos, Diana tendrá que luchar porque el mundo siga con vida. Pero por desgracia Darkseid no se lo pondrá fácil.

Para la ocasión la amazona ha contado con un equipo creativo a la altura para contar su historia. Becky Cloonan es una de las autoras de cómic más importante de los últimos tiempos. Comenzando su carrera como artista, se dio a conocer con sus colaboraciones con Brian Wood, Channel Zero y Demo, volviendo a trabajar juntos con posterioridad en Conan: La Costa Negra, una actualización del encuentro entre el bárbaro cimmerio y la pirata Belit. Sus últimos grandes y su proyecto como autora completa East Coast Rising. Destacaría también por ser la primera mujer que escribiría una serie regular de The Punisher y donde colaboraría con el artista que redefinió al personaje, Steve Dillon. En DC dejó su impronta como artista de la cabecera del ya difunto sello Vertigo American Virgin junto a Steven T. Seagle y en los guiones junto a Brendan Fletcher en la reconocida Academia Gotham con dibujo de Karl Kerschl. Michael W. Conrad, su compañero en esta aventura, era un psicólogo que acabó descubriendo su verdadera vocación en los cómics. Después de trabajos puntuales en Marvel y en la propia DC esta es su primer gran trabajo como guionista.

Sin embargo y no por desmerecer a los guionistas, la estrella aquí es Jen Bartel. La ilustradora es uno de los grandes nombres del cómic USA actual, destacando su labor como portadista que le hizo merecedora de un premio Eisner en 2019 y sus colaboraciones con marcas como Adidas, Puma o Footlocker para diseñar zapatillas basadas en torno a personajes de DC y Marvel como Harley Quinn, Capitana Marvel o Thanos. En interiores Bartel ha colaborado con Jason Aaron en su Thor y la serie Blackbird con guion de Sam Humphries para Image, aún inédita en España. En sus perfiles en redes sociales se puede ver gran parte de su trabajo, destacando su arte sobre el reciente remake de Final Fantasy VII.

El problema de la historia es que la premisa parte de que Diana tiene que proteger el «verde» (básicamente la Cosa del Pantano convertida en el único árbol que queda en el planeta), pero no hay contexto de este futuro post-apocalíptico. Que se vuelva a estar en un futuro que el mundo está prácticamente al borde de la extinción me llama la atención y más de nuevo con Diana como protagonista, teniendo en cuenta que Death Metal ha finalizado hace menos de un mes y con obras aún recientes en la memoria de los lectores como el universo DCsos de Tom Taylor o Batman: El último caballero de la Tierra de Scott Snyder y Greg Capullo. Hace tiempo que no se ve un futuro dorado en el UDC últimamente. Además, suceden acontecimientos que ojalá se les den respuesta en el segundo número (La situación de Apokolips, porque Superman está así, la actitud de Darkseid, el porque del que el mundo esté como está…). Parece que solo hay espacio para la acción, aunque destaca la acertada caracterización de Wonder Woman por parte de los guionistas.

Como no, Bartel está espectacular en el arte. De eso no hay duda. Quizá se podría acusar un poco de falta de narrativa en algunos momentos pero es, sin duda, lo mejor del número. A nivel artístico no es de extrañar que fuese considerado uno de los mejores cómics del año porque es hermoso de ver: En expresiones faciales, en el uso de color… Muy bueno. Habrá que leer la miniserie completa para ver si acaba a un nivel similar en lo referente al guion.

El reto de Nubia

En el complemento, L.L. McKinney y Alitha Martinez dan forma a la historia de Nubia, que tendrá que impedir los malvados planes de Grail, la hija de Darkseid que debutó en la recta final de la etapa de Geoff Johns en Liga de la Justicia. Es un complemento interesante ya que profundiza en el personaje y deja conocer parte de su entorno. El dibujo de Alitha Martinez está a un nivel notable y recuerda a Mike McKone en cierta modo.

A título personal, posiblemente sea el complemento que más me haya gustado porque se nota que se intenta «construir» al personaje de cara al futuro y se le intenta dotar de una identidad aparte de Wonder Woman. Solo espero y deseo que así se consiga y tanto Nubia como Yara Flor puedan ser dos de los personajes más interesantes de DC en el 2021.

Future State: Wonder Woman #1 es un cómic impresionante a nivel artístico y cuyo complemento, totalmente recomendable, da a conocer al público a Nubia a los lectores. Sin embargo, la presencia de Darkseid en el cómic principal y de Grail en el complemento traen malos recuerdos de la decepcionante etapa de James Robinson en el título principal de Wonder Woman. Aún quedan dos números por leer pero espero y deseo que el Señor de Apokolips y su hija no le roben el protagonismo a Diana como si sucedió en su momento en la serie regular del personaje, y argumentalmente todavía hace falta contextualizar más este universo. Habrá que leer los dos números restantes para ver si así sucede.

Future State: Superman: Worlds of War #1

Guion: Phillip Kennedy Johnso (Superman). Brandon Easton (Mr. Miracle). Becky Cloonan y Michael Conrad (Midnighter). Jeremy Adams (Black Racer).
Dibujo: Mikel Janín (Superman). Valentine De Landro (Mr. Miracle). Gleb Melnikov (Midnighter). Siya Oum (Black Racer).
Color: Jordie Bellaire (Superman y Midnighter). Marissa Louisse (Mr. Miracle). Hi Fi (Black Racer).
Formato: Grapa, color. 63 páginas.
Precio: 7,99$ .

Este número no es lo que esperábamos. Future State: Superman Worlds of World prometía algo con la portada. Pero de las 63 páginas que ocupan este cómic solo tres muestran realmente un contenido relacionado lo que se había anunciado. Este no es más que un compendio de historias de relleno, un auténtico engaño para el lector que espera ver avanzar la historia de Superman luchando en Warworld, pues tan solo lo vemos en una fugaz aparición en un coliseo, entrando a una lucha como un gladiador ante la mirada de Mongul. Una auténtica miel en los labios que resulta decepcionante a más no poder, dejando al lector con cara de tonto, machacado por una inmensidad de páginas con historias que no aportan, no interesan y no eran necesarias. ¿A qué mente brillante se le ocurre hacer una cosa así?

Lo que hay en el interior son cuatro relatos que apenas suman algo interesante. Tenemos una primera historia de Phillip Kennedy Johnson, del que tenemos una entrevista muy especial, que sí es preciosa, dibujada maravillosamente bien por Mikel Janín, pero resulta algo manida ya, en la que un grupo de personas se reúnen en Smallville para recordar a su salvador, pues son víctimas que en en algún momento de sus vidas fueron salvadas por Superman. Todos quieren rendir una especie de culto recordando al héroe ausente. Hacen referencia a lo que hizo Jon con Metrópolis en Superman of Metropolis. Todos cuentan sus anécdotas personales con el Hombre de Acero. Y todos le echan de menos, muchos dudan que vaya a volver algún día. Temen que lleguen más kriptonianos y desconfían de lo que ha hecho Jon.

Es un relato muy bonito, pero tampoco es nuevo porque hemos visto otras veces las influencias positivas que los salvamentos de Superman tienen en la gente. Cierra con un mensaje a la esperanza, porque el gran héroe debe estar en alguna parte. Y lo está. Pero tendremos que esperar para verlo. Se agradece la intención de P.K. Johnson por darle valor a la grandeza de Superman, a quien echamos y echaremos de menos en su ausencia. Muestra un ideario popular interesante y pone en entredicho las acciones del nuevo portador de la S, lo cual es realmente una buena decisión. Pero nos quedamos con ganas de más. Janín está espectacular, su arte es genial, está muy adaptado al tipo de historia poética que se cuenta, con una gran labor de Bellaire, como siempre, aportando una luminosa gama cromática que ensalza el dibujo de Janín. En conjunto, Johnson promete alegrías para su nueva etapa al frente de Superman y ya estamos deseando leerla.

El relleno

Después vienen unos relatos de tres personajes que DC ha querido meter con calzador, que engañan al pobre lector. Una cosa es contar una historia sobre Superman en la que no aparezca. Si la narración es interesante puede funcionar. Pero otra muy diferente es titular de una manera un cómic, mostrar una portada espectacular y que después el contenido sea totalmente diferente. Y es que 43 de las 63 páginas son historias de personajes diferentes que no tienen cabida en solitario, al parecer. Es una decisión muy desacertada, que resta puntos a esta iniciativa que empieza a resultar demasiado fallida.

En dichos relatos tenemos a Mr. Milagro, Midnighter y una nueva encarnación de Black Racer (como si alguna vez hubiera tenido verdadera relevancia el original) en una grapa totalmente fuera de lugar. En el caso del primero, en una historia de Brandon Easton, se muestra un viaje que Shilo Norman realiza a través de un boom tubo desde Metropolis para aterrizar en una especie de vertedero en un lugar desconocido que resulta ser Mundo Guerra. Se entera de que a Clark le va a hacer falta ayuda, pero es que él está realmente perdido y atrapado. Llega, supuestamente, al coliseo en que se encuentra Superman. Pero el dibujo de Valentine De Landro está tan lejos del trabajo de Janín, que supone no solo un auténtico bajón visual, sino que rompe con la identidad gráfica iniciada y se hace difícil creer que estamos hablando del mismo planeta. Un auténtico desentone y un desacierto por juntar estos dibujantes bajo la misma cabecera. En resumen, una historia con poco contenido, que aporta poco o nada y encima no tiene un buen dibujo.

Midnighter, que llega a cruzarse con Mr. Milagro en su historieta, también se encuentra allí. Comienza la primera página en el suelo, recibiendo una paliza. Está en Warworld también. Se encuentra en una búsqueda de una fuente de energía importante pero se pierde entre una sucesión de persecuciones y enfrentamientos. El dibujo de Gleb Melnikov está a un nivel óptimo para un trasunto de Batman como es este personaje. De hecho, no son pocas las veces que a simple vista parece que estamos en Gotham y no en Warworld con un miembro de Autorithy. Sin embargo, hay ocasiones en las que da la sensación de ser un dibujante bastante amateur. Por supuesto, también desentona con el trabajo de Janín. Becky Cloonan y Michael Conrad comienzan una aventura que puede resultar interesante para los fans del perosnaje, sin llegar a ser brillante. Tal vez merecía su propio espacio, pero insertada en un número antológico no va a tener mucho brillo.

También en Warworld se encuentra Black Racer, una niña criada en las calles de ese planeta. Su sino está vinculado a luchar y ser grande allí, compitiendo en carreras mortales pilotando grandes robots, algo con lo que ella, en plena adolescencia, no sueña para nada. Vemos cómo despierta después de dos años en coma, cuidada en un pseudo laboratorio. Y comienza su huida hacia delante. Jeremy Adams crea una historia entrañable, con una protagonista de aires libertarios que busca ser inspiradora. Siya Oum dibuja un mundo mucho más decente que en los de los dos anteriores relatos, sin ser una maravilla, resulta dinámico, con una narración fluida. Pero la historia, como las anteriores, puede no despertar el interés necesario, dando esa constante sensación de estar de más en esta grapa.

Así, contamos con un decepcionante estreno de Future State: Superman: Worlds of War. Que empieza prometedoramente, con una historia decente, bonita, que quiere dignificar a Superman sin mostrarlo, una decisión que no gustará a todos, aunque se puede imaginar una intención. Pero que está infestado por tres historias que saben a pastiche innecesario, restan páginas de historias de Superman que sí queremos leer y no logran despertar la empatía necesaria como para querer saber más de sus personajes. Desde luego que este no es el camino a seguir si se pretendía hacer de Future State un evento relevante.

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