Con uno y noventa y nueve #1, de Shun Umezawa

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Edición original: Ippiki to Kyuujuu Kyuuhiki to, Shogakukan 2010.
Edición nacional/ España: ECC Ediciones 2018.
Guión: Shun Umezawa.
Dibujo: Shun Umezawa.
Traducción: Yasuko Tojo.
Formato: Tomo manga rústica con sobrecubierta, 256 páginas.
Precio: 9,95€.

 

“¿Qué hombre de vosotros, teniendo 100 ovejas, si pierde una de ellas, no deja las 99 atrás en el desierto y va en busca de la perdida hasta que la halla?” Con esta cita directa del Evangelio según San Lucas arranca Shun Umezawa su Con uno y noventa y nueve, primer tomo de los dos que conforman este conjunto de relatos de uno de los mangakas más llamativos de los últimos años en Japón. Con su habitual estilo crudo, directo y crítico, Umezawa pinta un cuadro de diversas etapas y personajes de una sociedad dejada de la mano de Dios, que vive sus problemas, angustias y pasiones en silencio, dejando que guíen sus acciones en un mundo lleno de gente pero en el que al final todos estamos solos.

Shun Umezawa es uno de los autores jóvenes que más han despuntado en los últimos años, y que recientemente ha dado un gran salto a nivel internacional gracias a sus historias características y atrevidas, que nunca dejan indiferente a nadie, ya sea para bien o para mal. El pasado año ECC dio el pistoletazo de salida a la publicación de su obra en España, con la llegada de Bajo un cielo como unos pantis y Utopías, historias que gozaron de un éxito moderado entre aquellos lectores que quieren leer algo más allá de lo arquetípico y arropado por el puntito de morbo que siempre hay en las temáticas que trata y en su forma de enfocarlas.

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Shun Umezawa es un autor crítico con la sociedad y con el ser humano, y en sus mangas solemos ver una amplia galería de personajes con problemas generados directamente por el contacto con el resto del mundo o por la falta de este. En cierto sentido es un mangaka muy comparable a uno de los grandes nombres de esta generación reciente de autores nipones, Inio Asano, ya que en la concepción y contextos en los que mueven su trabajo son ambos autores muy similares. Sin embargo, es en la ejecución, en lo visceral y crudo de Umezawa en contraposición a la mayor elegancia y floritura de Asano, a la hora de narrar y lanzar el mensaje a la cara del lector, donde radica la gran diferencia entre ambos. Es una comparación similar a la que podríamos hacer en el mundo literario con Haruki y Ryu Murakami, autores que vertebran sus novelas sobre ritmos narrativos, estructuras, temáticas y personajes similares, pero siendo el segundo mucho más directo, más valiente en cierto modo, con ese puntillo morboso y prohibido, desagradable incluso en ocasiones, que le hace único.

En Con uno y noventa y nueve Umezawa sigue sin poder escapar a la comparación con Asano, aunque pienso que quizá ande más cerca de Usamaru Furuya, al igual que ocurría en Utopías, tanto por el objetivo de su crítica, como por su punto de partida religioso, así como por la desconexión aparente que hay entre casi todos los relatos que conforman el tomo. Y es que Con uno y noventa y nueve es un volumen compuesto por seis relatos breves en los que el autor nos habla de la desesperación, la duda, el dolor, la incertidumbre… Nos habla de las contradicciones que forman parte del ser humano y con las que tenemos que lidiar en una sociedad que nos desnaturaliza. Umezawa es igual de metafórico que la parábola evangélica con la que inicia el manga, y nos habla de la necesidad de conocer, entender y no dar de lado a los descarriados, al mismo tiempo que advierte del peligro que supone para el resto de la sociedad el exceso de paternalismo hacia estos y no prestar atención al resto de “ovejas” que quedan desatendidas al buscar a la que se ha salido del camino. O incluso del riesgo de que un par de estos díscolos “animales” se junten.

El tomo abre con la historia Del alba al mar del mediodía, y es un relato que bien podría estar incluido en el tomo recopilatorio de Furuya titulado Happiness, ya que incluso algunos elementos aparecen repetidos aquí de los que se utilizaban en aquel. La trama de este relato no deja de ser algo manida para los que leemos obras de este corte. Un adolescente problemático en edad escolar no para de meterse en problemas por su incapacidad para adaptarse a sus compañeros. Una adolescente perdida en su vida sobre la que circulan rumores de dedicarse a la prostitución y que fue secuestrada por uno de sus supuestos clientes desarrollando posteriormente un Síndrome de Estocolmo. Y a partir de ahí, toda la maraña de sentimientos, emociones y carencias que surgen cuando ambos se encuentran. Un buen relato sobre la soledad y el sentir que te falta algo y resignarse por ello.

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La siguiente historia se titula Sobredosis, y aquí si encontramos bastante originalidad, especialmente en los personajes utilizados y en el tono que usa Umezawa para la narración, similar a la que podríamos encontrar en un relato de alguien como Boichi, con la yakuza y los bajos fondos de barrios como Kabukicho. En Sobredosis se nos cuenta la historia del Señor Pinky, un mafioso de pequeña estatura que ha tenido que ganarse el respeto del mundo a duras penas, a base de mano dura por un lado, y respeto y generosidad por otro. Un relato que nos habla sobre lo que engañan las apariencias, y no solo en el sentido de la relación entre tamaño y fiereza del protagonista. Visualmente es uno de los relatos más potentes del tomo, con un gran trabajo de diseño de Umezawa que encaja a la perfección con el tono del mismo, como digo con ese ambiente digno de un manga de acción, pero con una narrativa relajada y mucho diálogo.

En Rondó Pop nos encontramos un relato que mezcla la vida de tres jóvenes muy diferentes entre sí: una joven que va al instituto, un muchacho que se dedica a matar por dinero y otro chaval que vive absorbido por una especie de secta. La relación entre ambos se encuentra en un grupo de música y todo lo que genera a su alrededor, llegando a formarse un estilo de vida y una forma de entender la misma para todo el que se aficiona por ellos. Umezawa hace un gran trabajo tratando desde diferentes ángulos y puntos de vista la problemática de la necesidad de pertenencia a un grupo a ciertas edades y los problemas que surgen al no ser capaces de afrontar que no encajamos en él, o incluso en la frustración que supone darnos cuenta de que algo que adorábamos no es como nosotros creíamos. Es una historia bastante curiosa y con un genial ritmo narrativo que te mantiene pegado a las páginas, y que seguramente sería la mejor obra del tomo si no fuese por la que cierra este volumen.

En Alguien voló sobre el nido del instituto tenemos el capítulo con el título más ingenioso, pero ciertamente es el más vacío del tomo. Tenemos en primer lugar un argumento muy típico, con una chica y su profesor que mantienen una relación prohibida y un compañero de clase de la muchacha que está enamorado de ella, con el consiguiente shock que supone para él enterarse del escándalo cuando la tenía idealizada. Como digo, es una historia bastante plana y que no dice mucho más allá de ayudar a cimentar uno de los temas principales de la obra como es la necesidad del hombre de obtener una posición de poder sobre los demás.

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Y por fin llegamos a la quinta y sexta historias, que son en realidad la misma pero dividida en dos, bajo el título de How to go (Primera y Segunda parte). Ambos relatos están protagonizados por Kazuo Hana, un periodista que trabaja escribiendo relatos y artículos eróticos y picantes en una revista de dudosa moralidad. En principio Hana tiene todo lo que un joven adulto japonés debería tener: un trabajo más o menos bien remunerado, una casa, una esposa que está esperando un bebé suyo… Sin embargo todo en su vida parece estar marcado por la rutina, y vive completamente en piloto automático, sin sentir nada real e intenso desde hace años. Esta vida anodina y vacía se ve sacudida de arriba abajo cuando un día, después del trabajo, decide ir a comprar a una tienda de ultramarinos y se ve involucrado en el altercado de un chico que compraba allí y la dueña del local. Sin saber muy bien cómo ni por qué, ambos acaban agrediendo a la señora y huyen. Empieza así una suerte de historia a lo Thelma y Louise, pero mucho más rocambolesca y morbosa, donde ambos personajes comienzan a explorar territorios prohibidos socialmente para poder sentirse vivos.

Como podéis ver, la colección de relatos es bastante variopinta y solo podemos encontrar el vínculo de conexión entre todos aludiendo a los valores y pasiones inherentes al ser humano que parecen guiar a todos los personajes de la obra. Esa necesidad de obtener poder, dinero, un estatus, todo para poder sentirnos integrados dentro de una sociedad, de un grupo, de una relación. Al final todo en Con uno y noventa y nueve nos lleva a pensar en la cantidad de cosas poco naturales y absurdas que hacemos con tal de pertenecer a ese rebaño y no ser la oveja que el pastor tiene que ir a buscar. Y a partir de ahí todo lo malo que genera el ser incapaz de formar parte de ese rebaño, el peligro de aguantar la presión social y convertirse en una olla a punto de estallar, la necesidad de conocerse a uno mismo… Umezawa hace en todo ello un gran trabajo para lograr un equilibrio entre el mensaje que quiere lanzar y mantener un estilo ni demasiado agresivo ni demasiado sobrio para que el lector no se pierda en el morbo y sea capaz de extraer algo más.

Y es que Umezawa está aquí bastante más comedido que en sus dos anteriores mangas publicados por ECC. Sigue teniendo diálogos y situaciones no aptas para todos los públicos, pero todo está mucho más medido para no llegar a escandalizar. Esto es un arma de doble filo, ya que hace que se pierda una de sus herramientas más características, que era la imaginación que mostraba para las escenas y situaciones más descabelladas, esos momentos de sus otras obras que generaban rechazo pero atraían al mismo momento. Pero por otro lado, este tono más sosegado y menos agresivo con el lector hace que los personajes tengan una construcción mucho mejor, con unos matices más logrados y grandes aciertos a la hora de reflejar su humanidad y la escala de grises de la misma. Umezawa sigue siendo en esta obra la oveja que se aleja del rebaño de los autores de manga típicos, pero es mucho más fácil acercarse desde cero a Con uno y noventa y nueve que intentar leer por primera vez y sin saber nada de su obra Bajo un cielo como unos pantis, por ejemplo.

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Umezawa, crea unas situaciones mucho más realistas y cercanas que se alejan del surrealismo o lo extremo de otros de sus relatos, permitiendo que los mensajes y la crítica que quiere lanzar llegue mucho mejor, pero el riesgo es que para ello convierte el tomo en algo mucho más típico, que parece que ya hemos visto otras veces con otros autores. La falta de conexión entre las historias salvo que te empapes bien del subtexto de las mismas también hace que para el lector poco familiarizado con este tipo de mangas sea complicado seguir la lectura o interesarse por conocer más del mangaka. En definitiva, Umezawa hace un complicado ejercicio que se queda un poco a medio camino de todo, ya que pierde parte de su punch para los lectores que ya le conocen, y sigue siendo demasiado críptico e inconexo para el que se acerque a él por primera vez.

En general, Con uno y noventa y nueve es un buen tomo si te gustan las obras de corte crítico y con un estilo directo y sin tabús, sabiendo que el autor se comede mucho más aquí que en sus anteriores publicaciones. Cuenta con la baza de que, pese a ser una obra de dos tomos (ya hablaré del segundo en próximas reseñas, pues tiene una concepción totalmente diferente y casi parece otra obra distinta) son suficientemente autoconclusivos y de escasa longitud como para tener que seguir un hilo argumental entre ambos y demás. Un buen acercamiento de Umezawa a la crítica social, mucho más realista y humano que en otras ocasiones y despuntando en la creación de unos personajes complejos y con varias capas, que ayudan a sacar adelante unos argumentos algo más discretos. Un manga a tener en cuenta de uno de los más recientes “enfants terribles” del cómic nipón.

  Edición original: Ippiki to Kyuujuu Kyuuhiki to, Shogakukan 2010. Edición nacional/ España: ECC Ediciones 2018. Guión: Shun Umezawa. Dibujo: Shun Umezawa. Traducción: Yasuko Tojo. Formato: Tomo manga rústica con sobrecubierta, 256 páginas. Precio: 9,95€.   “¿Qué hombre de vosotros, teniendo 100 ovejas, si pierde una de ellas, no deja…

Valoración Final

Guión - 6.5
Dibujo - 7
Interés - 7

6.8

Umezawa muestra su versión más comedida sin dejar de ser para ello directo y crudo, aunque si menos controvertido. Apoyándose en unos personajes llenos de matices el autor nos habla de la pertenencia a un grupo, el autoconocimiento, la frustración... Una obra a tener en cuenta, pero que pierde un poco de fuerza respecto a sus anteriores creaciones.

Vosotros puntuáis: 6.7 ( 2 votos)
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