Coleccionable Ultimate 30. The Ultimates 4. El Gran Robo de América

 

Edición original:Ultimates 2 7-13
Edición nacional/ España:Panini Comics
Guión:Mark Millar
Dibujo:Bryan Hitch
Color:Paul Monts
Formato:Libro en tapa dura. 232 páginas.
Precio:10€

 

Todo lo bueno tiene su final, y desgraciadamente éste llegó antes de lo que a este redactor le hubiera gustado. Sí, Mark Millar y Bryan Hitch se marchaban de The Ultimates, listos para afrontar nuevos proyectos, pero que nadie tema, se iban por todo lo alto.
El Gran Robo de América es una historia en la que todos los ingredientes que se habían ido presentado desde el primer volumen por fin tomar forma hasta un clímax final. En primer lugar, descubrimos quiénes son los villanos de esta historia. Por un lado ese miembro de los Ultimates que ha estado luchando por desmembrar el grupo y que de hecho lo ha conseguido al eliminar a Hulk y a Thor de su ecuación. No diremos su nombre, porque para este redactor fue toda una sorpresa descubrir quién estaba detrás de todo, y cómo una vez que se sabe, todo cobra mucho más sentido.

El daño que este Ultimate traidor genera en el grupo es algo sobre lo que es mejor no decir tampoco nada, porque supondría cargarse uno de los grandes momentos de este cómic. Y sí, quizás esta reseña no sea muy digna porque a propósito estoy vedando el tratar sobre ciertos temas, pero para eso está la pestaña del spoiler y los comentarios, en los que podremos discutir a base de bien sobre todo lo ocurrido en el clímax final de Ultimates.
No obstante lo anterior, no sólo de traidores al grupo vive este número, y es que es aquí donde por fin el gran villano que estaba detrás de todos los problemas que nuestros Vengadores 1610 iban atravesando realiza su movimiento final. Ese villano no es otro que Loki, el hemanísimo de Thor y ese movimiento final, resulta ser un plan de dominación a escala mundial digno de ser visto.

En primer lugar, la revelación de Loki como villano hace que el lector en este tomo, por fin tome conciencia de que Thor es un Dios, el dios nórdico del trueno, y no un pobre paciente de psiquiátrico que creía en seres divinos inexistentes.
En segundo lugar, el plan de Loki, cocinado como siempre a fuego lento, consiste en agitar de una vez y para siempre los odios que los Ultimates se han estado ganando durante los tomos precedentes. Y es que, si bien estos Avengers ultimatizados comenzaron como el grupo de héroes de Estados Unidos, pronto decidieron ayudar al resto del mundo, aunque a veces ayudar signifique soltar al Capitán América en mitad de Oriente Medio y deponer por la fuerza a un líder que no comparte los intereses políticos de los Estados Unidos (maniobra por cierto, en la que vemos la gran y enorme diferencia entre el Steve Rogers de la Tierra Primordial o del Cine como el de Ultimate, que no deja de ser un héroe, pero que si está mucho más dispuesto a obedecer a su gobierno en este tipo de misiones).

Así pues, el odio había llamado a la puerta de nuestros héroes, y Loki no hace sino recoger a distintos exponentes de ese odio otorgándoles poderes similares a los de Tony Stark y compañía, para de ese modo obligarles a enfrentarse a sí mismo y darles una lección de humildad. Si en el proceso, Loki consigue que el grupo esté desunido porque ha sembrado la tensión en él y además conquistar la Tierra, pues mire Vd., ni tan mal para el Dios Nórdico del Engaño y la Intriga.

En cuanto a Bryan Hitch, poco podemos decir que no se haya dicho ya en las reseñas precedentes, salvo que es en este tomo en el que da el do de pecho, sobre todo en la batalla final, dibujando unas escenas de dobles splash pages, que directamente pasaron a la película de 2012 tan sólo cambiando trasgos por chitauris. Resulta una delicia poder deternerse a contemplar una a una estas páginas, que son dignas de empapelar cualquier habitación de la casa del aficionado.

En conclusión, estamos ante un cierre y traca final digno de la saga que conformaron Millar y Hitch, de una más que necesaria actualización del concepto de Vengadores en un universo en el que no había reglas, y de un grupo que aunque viviría muchas aventuras futuras, nunca volvería a ser lo mismo tras la marcha de estos dos grandes artistas del noveno arte.