Barokko y Porfiri: dos detectives italianos buscan editor español

Tanto Porfiri de Franco Saudelli como Barokko de Paolo Bacilieri nos demuestran que la serie negra es diversa y apasionante. Estamos ante dos obra nacidas en la década de los 80 que están resistiendo de manera encomiable el paso del tiempo.

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El boom del cómic español que imperó durante gran parte de las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado no fue un hecho aislado en Europa. Mercados consolidados como el franco-belga también experimentaron una eclosión de productividad y de excelencia al amparo de las revistas mensuales para adultos como (A Suivre), Charlie, Métal Hurlant, Circus o Vécu. Al mismo tiempo en Italia surgió un fenómeno parecido al español con un florecimiento de revistas mensuales de enorme calidad que se complementaron con otros formatos ya existentes y de vocación más popular. En estas revistas italianas surgieron grandes series creadas por extraordinarios autores. Por ejemplo podemos citar obras como: Valentina de Guido Crepax, Los escorpiones del desierto de Hugo Pratt, Ranxerox de Tamburini y Liberatore, Sam Pezzo o Max Fridman de Vittorio Giardino, Zanardi de Andrea Pazienza, Lo sconosciuto de Magnus, Marcel Labrume de Attilio Micheluzzi y muchas otras más.
Dos de estas series – de las más olvidadas – son Porfiri de Franco Saudelli y Barokko de Paolo Bacilieri. Son dos ejemplos perfectos de serie negra made in Italy que sin duda se merecen una recopilación digna en castellano.

Porfiri, un detective doméstico

 

Edición original: Porfiri. L’integrale (Mompracem. Octubre 2012)
Guion: Franco Saudelli, Salvatore Bollella
Dibujo: Franco Saudelli
Formato: Rústica, 216 páginas
Precio: 22€

 

La presentación del personaje llamado Porfiri; un detective que trabaja en Hamburgo, no puede ser más prosaica. Lo descubrimos dormido en su despacho cuando es despertado por su gato hambriento. El detective malhumorado y somnoliento sale a la calle en una lluviosa tarde alemana para comprarle la comida al felino y se encuentra con un cliente. Y así es como va “resolviendo” sus casos; de manera torpe, casi por inercia y con algo de suerte.

Otto Zacarías Porfiri es un investigador privado que ejerce en la Alemania de la década de los 70. Sus casos enfrentan dos mundos; el de una burguesía adinerada, sin ningún atisbo de piedad y llena de oscuros secretos y el de los bajos fondos con su amalgama de aprovechados, fugitivos y perdedores. La mayoría de las veces, el detective ha de buscar una mujer que la mayoría de las veces es la víctima de las peores pasiones de ambos mundos, pero casi nunca es pasiva ni sumisa.
Porfiri de Franco Saudelli destaca por ser una extraordinaria descripción de una sociedad opulenta, limpia y ordenada en la superficie pero oscura, cruel y sin escrúpulos en su interior. Donde una brillante fachada esconde una podredumbre moral que acaba aniquilando por completo a las personas y a las ideas. El protagonista es un exjugador de fútbol metido a sabueso que lidiará con nobles, empresarios, artistas, actrices y actores, fulleros, matones e incluso con una troupe de circo. La excelente caracterización de la policía como uno de los cuerpos al servicio de la clase dominante es otro de los aspectos destacados de esta serie.

El arte de Saudelli es brillante y tremendamente atractivo. Su narrativa elegante y precisa nos conduce por las investigaciones con paso firme. Sus personajes tienen vida y el uso del color es eficaz. Tiende a recrearse con ciertas partes de la anatomía femenina, los pies para ser preciso, pero no llega a los extremos enfermizos de obras posteriores.

Franco Saudelli (1952) es un artista italiano que es más conocido actualmente por ser uno de los maestros del arte fetichista y bondage, llegando su fama a ser equivalente a la de Eric Stanton.
Empezo su carrera a finales de la década de los 70 publicando historias cortas para las revistas Lanciostory, Alterlinus o Comic Art. Junto al guionista Ottavio de Angelis creó diversas series como Iberland, A nuestra imagen y semejanza o La hija de Wolfland. Con Ricardo Barreiro publicó El hombre de Wolfland (1984) y finalmente en 1987 encuentra el vehículo para expresar sus obsesiones fetichistas con la serie La Bionda donde se recrea en enseñar posturas provocativas, imágenes perturbadoras y argumentos mínimos. A partir de entonces se especializará en el arte erótico y serán contadas sus incursiones en el mundo del cómic como la que le leva a dibujar un episodio de la serie Dylan Dog titulado L’occhio del gato (1996). Porfiri es pues su única obra como autor completo, junto a La Bionda, aunque dos episodios estén escritos por Salvatore Bollella.

Porfiri se compone de siete historias que se publicaron en las revistas Orient Express, Comic Art y Nero. Los títulos y fechas de publicación de las historias son:
Luna Caliente, Orient Express #21/22 de mayo-junio 1984; A comme attore, Orient Express #30 de marzo de 1985; Diavoli d’uomini, Comic Art #27 de noviembre del 1986; Nero Von Wurtburg III, en Comic Art #43 de abril del 1988; Dove vai campione? en Nova Express #1-3 de marzo a mayo del 1991; Un caso semplice con guion de Salvatore Bollella en Nero #10 de febrero de 1994 y finalmente Dramma sulla scogliera con guion de Salvatore Bollella en Nero #11 de marzo del 1994. Quiero apuntar que en el índice del integral editado en Italia por Mompracem, los números y fechas de publicación de las historias aparecidas en la revista Comic Art están equivocados.

La editorial L’Isola Trovata publicó dentro de su colección Gli Albi Orient Express dos álbumes de esta serie, a color y en tapa blanda, que contenían dos historias cada uno; en concreto son las cuatro primeras. Estos álbumes son los números 17 y 34 de la colección y están fechados en mayo de 1986 y agosto de 1988 respectivamente. Posteriormente, en octubre de 2012, la editorial Mompracem publica un integral de toda la serie en blanco y negro y tapa blanda. Todo esto por lo que respecta a su publicación en Italia.

La publicación de Porfiri en castellano se limita a los tres primeros episodios que aparecieron en los números del 67 al 70 de la revista Comix Internacional y en el 89 de la revista Cimoc.
Para su hipotética publicación en este país recomendaría publicar las 4 primeras historias a color y las tres últimas en blanco y negro, tal como fueron pensadas en su momento.

Barokko: la singularidad de un giallo-pop

 

Edición original: Barokko (Casterman, 1993)
Guion: Paolo Bacilieri
Dibujo: Paolo Bacilieri
Formato: Rústica, 120 páginas
Precio: 16’15€

 

Una vez consultados varios manuales, estos me confirman mi primera impresión: el giallo no tiene nada que ver con el género de terror si no con el policíaco; con el thriller, esto sí, extremadamente violento y estilizado. Barokko de Paolo Bacillieri es entonces un giallo de libro.

Mario Barokko, el protagonista, es un detective privado a sueldo de la agencia Grip pero ya en el segundo capítulo está en paro. Esto le hace ser blanco de variados predadores que le ofrecen asuntos de dudosa rentabilidad y escasa moralidad. Sin embargo Barokko consigue salir vivo aunque no ileso de la mayoría de estos encargos.
La serie se recrea en la descripción de los ambientes sórdidos y decadentes de una Roma casi en deconstrucción. Las calles y edificios, los polígonos, los barrios de clase alta, los suburbios todo presenta un aspecto caótico, destartalado, sucio muy del estilo impuesto por la película Blade Runner y por cómics como Ranxerox de Tamburini y Liberatore.
Uno de los aspectos más originales de la serie es su factura formal. Barokko es un cóctel muy atractivo de tendencias heterogéneas. Tiene cierto aire underground en la plasmación de los personajes secundarios, también en el tratamiento del sexo y la violencia. Así mismo sigue la corriente del momento y se acerca a autores como Milo Manara, Andrea Pazienza, Moebius o el citado Liberatore, principalmente en el manejo de la anatomía y en el entintado expresivo y orgánico, además destaca por la barroca utilización de fondos y onomatopeyas de inspiración pop-art que le dan un aspecto visual atractivo y contundente.

Los argumentos tienen su miga. Barokko es puro hard-boiled. La violencia es explícita y va en aumento. A menudo la historia tiene el mismo ritmo que un coche desbocado, sin frenos circulando por una pendiente pronunciada y cuesta abajo. Y el resultado suele ser el mismo. Paolo Bacilieri, el autor de Barokko, dota a su descripción de la sociedad romana de finales de los 80 de un cinismo desaforado y de una amoralidad galopante cercanos al nihilismo.
La historia titulada Conad es un claro exponente de todo lo explicado. Y es que la enloquecida huida del asesino llamado Sandokan nos conduce hacia una orgía de balas y sangre que termina con el fugitivo encaramado en su particular cima del mundo. Un relato con connotaciones de cine negro clásico y que mucho más tarde retomaría, con notables similitudes, Oliver Stone en su Natural Born Killers.

Quentin Tarantino y sus acólitos tienen aquí, en Barokko, un claro referente para sus violentas, enloquecidas y excitantes películas como Reservoir Dogs o Pulp Fiction.

Paolo Bacilieri nació en Verona el año 1965 y creó Barokko en 1988, al principio de su carrera, para la revista francesa (À Suivre) y se publicó también en la italiana Comic Art. La serie duró unos 4 años y consta de cinco episodios que llevan los siguientes títulos: Otello 9, Autopista A22, Tragicomixage, Erika! y finalmente Conad que en el resto del mundo se tituló Sandokan ya que Conad es la marca de una cadena de supermercados conocida sólo en Italia.

Bacilieri se une al no tan numeroso grupo de autores que a mediados de los 70 y durante los 80 renovaría el comic de serie negra europeo. Hablamos, claro está, de Carlos Sampayo y José Muñoz con Alack Sinner, El Cubri con Peter Parovic, Jean-Patrick Manchette y Jacques Tardi con Griffu, Antonio Segura y Leo Sánchez con Bogey o Vittorio Giardino y su Sam Pezzo. Siempre bajo el poderoso influjo del maravilloso pastiche-noir creado por Dan O’Bannon y Moebius titulado The long tomorrow publicado en la revista Métal Hurlant el año 1976.

Como hemos dicho, Barokko empezó su andadura en la revista francesa (À Suivre) en el número 127 de agosto de 1988 y en Italia se estrenó en la revista Comic Art #49, publicada en noviembre del mismo año. Posteriormente en Francia la editorial Casterman lo publicó en un bello álbum recopilatorio que vio la luz en 1993 dentro de su colección Les Romans (A Suivre) y finalmente en Italia Black Velvet Edizioni reprodujo fielmente este álbum en el 2004.
Aquí sólo se han publicado tres episodios – creo – en la revista El Víbora. Son en concreto Otello 9 en el #151, Erika! en el #158 y Conad/Sandokan en los #160 y 161/162, éste último era un número doble al ser un especial de verano.

Barokko y Porfiri son dos series policíacas magníficas que se merecen que un editor atento las rescate de su ostracismo. Quien sabe y a lo mejor un día alguien nos da una grata sorpresa… y si no, por eBay o Amazon se encuentran con relativa facilidad. Eso sí hay que dominar la lengua italiana o la francesa. No se puede tenerlo todo.

Salut!

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Jesusy
Jesusy
Lector
17 junio, 2018 11:04

Suscribo. No hace mucho recordaba la serie de Saudelli, de la que algo se editó por aquí. Ojalá se anime alguién.