Astérix: La Gran Colección Los laureles del César

Ferpectamente divertido.

8
3800
 

Edición original:Asterix. La Grande Collection 18. Les lauriers de César FRA, Hachette
Edición nacional/ España:Salvat
Guión:René Goscinny
Dibujo:Albert Uderzo
Formato:Cartoné, 56 Páginas
Precio:19,90€

¡Muy bien!¡Pues ya que lo has dicho, vete ahora mismo a Roma y tráeme la corona de laurel de César!

La publicación del anterior tomo La Residencia de los Dioses fue una grata sorpresa tras cuatro años sin saber nada de la colección, la publicación de este es una invitación a la esperanza de que por fin podamos ver publicada La gran colección de manera integra de la mano de Bruño-Salvat. Los laureles de César es el álbum número dieciocho de la colección de Astérix, obra de Goscinny al guion y Albert Uderzo a los lápices. Fue prepublicada en la revista Pilote entre los números 621 (30 de septiembre de 1971) y 642 (24 de febrero de 1972). Ese mismo año fue publicada en álbum.

René Goscinny fue un historietista francés nacido en 1926 y fallecido en 1977 y Albert Uderzo es un historietista francés nacido en 1927. Crearon Astérix en 1959 para el primer número de la revista Pilote, que fundaron junto a Charlier después de sus desavenencias con la agencia World Press, por luchar por sus derechos de autor. Antes de Astérix habían trabajo juntos en varias series (Bejamin et Bejamine, Juan Pistola, Luc Junior o Oumpah-Pah) desde que se habían conocido en 1951 pero es con el pequeño galo cuando el éxito les llega. En principio iba a ser el único personaje protagonista de la serie ya que Obélix solo debería salir en la primera historia pero la insistencia de Uderzo logro que se quedará para siempre.

Durante una cena en la casa de Homeopátix en Lutecia, un muy borracho Abraracúrcix tras aguantar la arrogancia y las pullas de su cuñado explota y se jacta de que puede ofrecerle un plato que mi su riqueza puede comprar: un estofado cocinado con el laurel de la corona de César. Así pues Astérix y Obélix parte hacia Roma para hacerse con el laurel.

Los laureles del César es una rara avis en la serie de Astérix ya que no cumple con una serie de lo que parecían ser unas norma establecidas. Para empezar la aventura no comienza en la aldea de los galos, además no estamos ante un historia lineal ya que las primeras páginas nos muestran la aventura ya comenzada y vemos el origen de la misma mediante una analepsis. Una de las características que si respeta es de alternar álbumes desarrollados en la aldea con otros de viajes como es el caso. Pero por primera vez en la serie, nuestros héroes repiten destino principal en una de sus aventuras: Roma que ya habían visitado en Astérix Gladiador. Pero también tiene otra particularidad, en los álbumes de viajes Goscinny aprovecha para mostrar como los franceses ven a esos países, normalmente cargados de tópicos, algo que no hace con Italia, ni en este ni en Astérix Gladiador así que aprovecha para criticar los aspectos relacionados con la vida en las grandes urbes. Si están presentes otras señas de identidad de la serie como los juegos de palabras, los anacronismos, guiños a obras de arte (el esclavo griego posa copiando esculturas famosas como El Pensador de Rodin, Laoconte y sus hijos de Agesandros, Polydoros y Athenodoros y el Discóbolo de Mirón), caricaturas de famosos de la época además de Obélix atizando a legionarios.

Al no comenzar en la aldea no vemos a los secundarios habituales, solamente a Abraracúrcix y Karabella pero si tenemos uno de los detonantes clásicos de las aventuras de los galos, aunque con una importante modificación. Varios de las aventuras (La Hoz de Oro, Astérix en Helvecia, La gran Travesía o La odisea de Astérix) relatan la búsqueda de Astérix y Obélix de un objeto, habitualmente se trata de algo relacionado con la poción mágica que Panorámix necesita, sin embargo, aquí no es por una causa importante sino que es el orgullo de Abraracúrcix, aumentado por el alcohol, el que provoca que deban ir a Roma a hacerse con los laureles. Sobre los problema que provoca el alcohol vuelven Goscinny y Uderzo al final del álbum, cuando el narrador que son ellos incluye un texto con una moralina y más directo de lo habitual. En otros álbumes si que tenemos una reflexión al final sobre lo que ha sucedido pero casi siempre es por boca o de Panorámix o Astérix y más sutil que en este caso.

Como siempre Goscinny brilla en la creación de personajes secundarios. Los más importantes son Homeopátix el rico hermano de Karabella y la familia de Claudius Cualquierus. Ambos representan dos de las caras de la clases acomodadas, Homeopátix solo quiere el dinero para aparentar y fanfarronear delante de los que tienen menos que él, como si esto le hiciera ser superior, cuando no es más que un ser vacio de todo contenido como indica su nombre. La familia Cualquierus además de cumplir el estereotipo de hija solo preocupada por la moda e hijo que solo piensa en juergas y dilapidar el dinero de su padre, representa la burguesía hastiada de la vida que no sabe disfrutar de lo que posee, donde de nuevo vemos a Goscinny criticando la sociedad en la que vivía . Como curiosidad la criada de Homeopátix es la representación de las españolas que durante la dictadura tuvieron que ir a servir a Francia para sobrevivir. Pero además de esta crítica a la burguesía hay una a las grandes ciudades, a su trafico imposible, sus ruidos y la delincuencia que formar el día a día.

Puede que no estemos ante el álbum de Astérix con trama más compleja pero seguro es uno de los más brillantes en cuanto a la calidad de los gags. Contiene alguno de los más memorables sobre todo los protagonizados por Obélix y Abraracúrcix borrachos que crear un chiste recurrente en todo el álbum con las expresiones ferpecto y ferpectamente que traspasarían el álbum para titular una película de Alex de la Iglesia. Pero sin duda lo más divertido del álbum es el surrealista juicio al que son sometidos Astérix y Obélix en el que es harto difícil no estallar en carcajadas. Pero hay muchos más y es que Goscinny consigue explotar de manera genial el choque cultural entre los «cultivados» romanos y los «ignorantes» galos.

Uderzo había alcanzado la perfección en su estilo y lo venía demostrando álbum tras álbum. Aquí además de su talento para hacer a sus un magníficos diseños de personajes y dotarlos de expresividad y dinamismo, brilla su faceta de dibujante realista. Nos presenta una Roma impresionante con unos edificios majestuosos y con unos barrios bajos terribles. La casa de la familia Cualquierus es una prefecta representación del domus, prueba del excelente trabajo de documentación que Uderzo hacía. Es cierto que la Roma que representa no es la adecuada ya que en la época de Julio César no era tan gran grande ni tenia esos edificios hechos de mármol pero nunca fue la intención de Goscinny y Uderzo hacer un cómic histórico. La composición de página es la que usa durante toda la serie de cuatro tiras aunque nunca pasa de las diez viñetas. Este álbum tiene una de las tiras que de niño me hicieron comprender la infinitas posibilidades del cómic que es en la que Astérix golpea una piedra y luego la acción se rebobina. Uno de los prodigios que nos regalaba Uderzo en cada página. También está particularmente acertado en las escenas nocturnas y de niebla que resuelve con gran maestría. La nostalgia del color antiguo que leímos de niños no debería impedirnos reconocer que el nuevo es una maravilla que potencia el trabajo de Uderzo que es un dibujante único e irrepetible.

La edición de Salvat es de primera, con un reproducción genial, gran tamaño, además de la nueva rotulación que sustituye con acierto a la mecánica horrible que tenían las ediciones viejas. El nuevo color de Hachette es una maravilla que hace justicia a una colección mítica como esta que merecía una edición de primera. Esperemos que en los siguientes álbumes no se hagan esperar y puedan completar la colección en el menor tiempo posible. Además siguen recuperando clásicos de la pareja y el mes que viene publican Todo Benjamín y Benjamina, un integral con la colección completa y las historias de otros personajes como Antoine el invencible, la familia Borrego, Nené y Chucho, la familia Cordero, que se une a los de Todo Umpa Pa y Todo Juan Pistola que publicaron con anterioridad. Esperamos que el Todo Luc Junior este al caer.

Los laureles del César no es el mejor álbum de la serie, pero es una gran nuestra del altísimo nivel que mantuvo mientras Goscinny era el encargado de los guiones. Critico, mordaz y tremendamente divertido es un álbum lleno de grandes gags y con un Uderzo que nos lleva a una Roma realmente espectacular.

  Edición original:Asterix. La Grande Collection 18. Les lauriers de César FRA, Hachette Edición nacional/ España:Salvat Guión:René Goscinny Dibujo:Albert Uderzo Formato:Cartoné, 56 Páginas Precio:19,90€ ¡Muy bien!¡Pues ya que lo has dicho, vete ahora mismo a Roma y tráeme la corona de laurel de César! La publicación del anterior tomo La…
Guión - 9.5
Dibujo - 9
Interés - 9.5

9.3

Ferpecto

Goscinny y Uderzo siempre son garantía de calidad y en esta álbum estaban en su mejor momento. A la diversión le acompaña un crítica a las grandes ciudades y a la rica burguesía de mediados del s.XX.

Vosotros puntuáis: 9.4 ( 5 votos)
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Diego García Rouco
Nacido en Barakaldo en 1977 donde sigo viviendo. Descubrí los cómics en una librería de barrio con Tintin, Asterix, SuperLopez y los personajes de Ibáñez. En 1989 descubrí los superheroes de la mano de Stern y Buscema con el numero 73 de la edición de Forum de Los Vengadores. A estas lecturas se fueron incorporando la novela gráfica y el manga, de los cuales, a diferencia de los superheroes, nunca me cansé. Todavía sueño con ser agente Espacio-Temporal y de Planetary, con visitar mundos de fantasía con el señor T., Philemon, Lord Morfeo, Arale y Thor. Viajar con Reed, Ben, Susan y Johnny al futuro y pasear por el cuartel de la Legión. Recorrer la antigua Roma con Alix y una cantimplora de poción mágica. Buscar Mú, perderme en un viaje al corazón de la tormenta, contemplar el Olmo del Cáucaso mientras paseo por un Barrio Lejano leyendo El almanaque de mi padre. Conseguir beber la sangre del Fénix. Leer, al fin, algún articulo de Tintín y de Fantasio sin que me molesten los absurdos inventos de Gastón. Perderme por las murallas de Samaris, mientras de la pirámide flotante de los inmortales cae John Difool. Enamorado de la chica de los ojos rojos y de Adele. Y cabalgar hacia el amanecer con Buddy Longway, Red Dust y el teniente Blueberry. Con un poco de humo azul en los labios...
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Luis Javier Capote Pérez
Autor
10 octubre, 2018 11:28

¡Ferpectamente! ¡El ese tiene razón! ¡A mis brazos!
Coincido plenamente con tu valoración y pongo este álbum entre mis preferidos, junto a «La residencia de los dioses».

Gerardo
Gerardo
Lector
10 octubre, 2018 13:33

No es el suegro, sino el cuñado de Abraracurcix…

Drury Walker
Drury Walker
Lector
13 octubre, 2018 9:48

Puede que no sea el mejor, pero es de los mejores sin duda. El abandono de la fórmula, los giros de guión, decisiones narrativas como el rebobinado, caracterizaciones y diálogos de lo mejor de Goscinny (que eso ya es decir), el recorrido por distintas clases y profesiones plamando una sociedad reflejo paródico de la francesa de su época… Para mí en el top 3 del personaje junto con «Obelix y compañía» y ambos deberían leerse en los colegios

Abraham
Abraham
Lector
4 noviembre, 2018 21:56

Uno de mis favoritos sin dudarlo

Aun asi, me cuesta encontrar argumentos para comprarlo teniéndolo en otra edicion