Los Surcos del Azar

24
5843
 


Edición nacional / España: Noviembre 2013, Astiberri Ediciones.
Guión, dibujo, tinta y color: Paco Roca.
Formato: 328 páginas a color editadas en cartoné.
Precio: 25 €.

 

Las loas a Los Surcos del Azar han sido unánimes desde su aparición. ¿Es para tanto? ¿Estamos, como parece a tenor de las críticas, ante uno de los mejores títulos del año? La respuesta es sencilla y rápida: sí. E, incluso, apurando, probablemente, será uno de los mejores títulos de la década de los diez y sin lugar a dudas uno de los picos en la obra de Paco Roca.
Después de tan contundente afirmación, toca defender lo dicho. Y si a priori esto puede parecer una labor sencilla, no es menos cierto el hecho de afrontar semejante empresa con cierto miedo de no estar a la altura de la obra a analizar. Porque sí, agasajar el trabajo visual de Roca es fácil. No sólo porque su calidad como dibujante salte a la vista, con esa mirada casi científica sobre la realidad, con esa línea clara que ansía embellecer cada detalle de lo que está recreando, sino porque su habilidad para emocionar ya roza la maestría de un experto narrador. Imagino a Roca frente a su tablero de dibujo como un compositor en alza, uno tocado por la varita más exquisita, sabedor de qué nota debe tocar o de con qué compás debe abusar para jugar con las emociones del receptor con total libertad. Y es que si el lector cierra el tomo sin los lagrimales a punto de caramelo, dudo mucho que siga siendo humano. Androides, absteneos de continuar la reseña, avisados quedáis.


Que el Señor Roca ha llegado a una etapa de madurez en su carrera es evidente. Tan sólo con los redaños que demuestra la mera elección de la premisa nos demuestra que estamos ante un autor valiente, adulto, que no tiene miedo a enfrentarse al tan temible “qué dirán” de la prensa más o menos especializada. No en vano, explicar ambas contiendas, la Civil Española y la Segunda Guerra Mundial, desde la perspectiva de un superviviente de esa prodigiosa Nueve que logró entrar en París tras expulsar a los fascistas, ya supone un do de pecho, una declaración de intenciones que puede enemistarle con la mitad de un país que aún duerme adocenado por los efluvios de una dictadura que duró cuarenta años y que dejó una huella imborrable incluso en el carácter político del español medio, ese que no duda en votar a partidos de derecha aunque estos pretendan con evidente escarnio arrebatarles los derechos recuperados durante la transición. Y es que es inevitable matizar temas políticos cuando la perspectiva de la obra de Roca está tan parcializada por el filtro de su protagonista republicano. Por tanto, bravo de nuevo por el autor valenciano por tener la valentía de contar el capítulo más triste de la reciente historia española desde la perspectiva parcial del vencido. En un país donde la derecha reina de nuevo y las libertades están siendo tan mermadas como los sueldos y los mismos puestos de trabajo, la valentía del autor de Arrugas es evidente. Inevitablemente, con esta propuesta, Roca se posiciona y espero de veras que no le pase factura en un futuro, pues ya sabemos hasta qué punto la libre expresión es un ejercicio suicida en esta España retrógrada y caducada en la que nos encontramos.


En medio de ese maremagnum sociopolítico, Roca logra crear una historia que, aún teniendo todos los mimbres para sonar conocida o anticuada, aparece con el brillo de la completa novedad. Y sobre todo, con esa cercanía del documental más emotivo, esa cálida sensación a flor de piel, que logra hacernos conectar con una realidad lejana o ya pasada, permitiéndonos revivir las vivencias de ese Miguel Ruiz, ese exiliado español que no dudó en luchar contra el fascismo en Europa después de la derrota republicana durante la Guerra Civil Española. Porque, sea ficción o no, ese anciano entrevistado por Roca en un elegante ejercicio de metaficción, se antoja real, al tiempo que símbolo global de lo que tantos españoles tuvieron que padecer tras el fin de la contienda. Roca, huyendo de toda épica, desgrana la dura vida de esta persona -¿o personaje?- desde la perspectiva del detalle, de la anécdota, de la experiencia en propia piel, captando la atención del lector; no, perdón, dominando la atención del lector, en un ejemplo de empatía narrativa que el que esto escribe ha sentido en pocas ocasiones. ¿Cómo lo logra? A priori, a través de lo que Unamuno denominaba la intrahistoria, esa perspectiva particular del más pequeño, del testigo menos solemne y más humilde: en este caso, la del soldado, la del preso, la del exiliado, la del vencido. Pero también la de aquel que, gracias a su esfuerzo, venció, aunque perdiese todo, absolutamente todo, por el camino. Lo que, a no ser que seas caudillo de tu propio universo, debe conectar contigo. Porque parto de la base de que todos hemos caído luchando por algo, e imagino que todos habremos tenido curiosidad por saber cómo vivieron nuestros abuelos, porque todos nos hemos preguntado cómo demonios fueron capaces de vivir su juventud envueltos en acontecimientos tan inmensos, tan intensos, que marcaron sus vidas para siempre. Esta generación, la nacida durante la transición, poco antes o poco después, es incapaz de hacerse una idea cercana de cómo pudo ser esa vida. Por más que nos llenen de datos en la escuela, por más que hayamos visto infinidad de películas narrando vida y gloria de los personajes más ilustres. Roca, desde la perspectiva más baja, desde el lodo mismo de la trinchera, nos hace partícipes del drama de su personaje. Con el aplomo del mejor de los maestros, con la capacidad del más versado de los fabuladores, con la emoción como bandera, pero con los pies firmes en la veracidad de los hechos. Porque si de algo debiera jactarse esta inmensa obra es de su intención didáctica. Las balas silban, no para dramatizar el combate, no para fomentar la épica guerrera, sino para confirmar su capacidad destructora. La sangre salta tras los cascos alcanzados por la metralla, no en un arrebato esteticista, sino para mostrar la crueldad del conflicto bélico. Y encima, se permite no ser aleccionadora en exceso, pues logra hacernos ver no sólo las miserias de la guerra, sino esa parte positiva, esa parte inaudita por imposible, donde, frente al horror, los soldados logran escudarse en la camaradería, donde los ideales políticos aún eran lo suficientemente poderosos como para ser defendidos, aun en medio del error absoluto que supone cualquier acto beligerante.


Es difícil, pues, escribir una reseña a la altura de semejante obra, pues la cantidad de matices, la cantidad de giros y quiebros emocionales que logra arrancarnos, daría para otro libro. Lo que sin lugar a dudas queda claro es que Paco Roca ha entregado una obra imprescindible, por madura, por elaborada y por otras tantas razones. Tanto es así, que Los Surcos del Azar debería ser una obra de lectura obligada en los institutos españoles.

Subscribe
Notifícame
24 Comments
Antiguos
Recientes
Inline Feedbacks
View all comments
Mr. X
Mr. X
Lector
18 diciembre, 2013 9:34

Desde que leí sobre la historia de “La Nueve”, pensé que daba para una gran peli bélica. http://es.wikipedia.org/wiki/La_Nueve
Por lo que parece, al menos, ha dado lugar a un gran cómic.

elrulo
elrulo
Lector
18 diciembre, 2013 10:16

Idem que jorgenexo. Este cae en fiestas fijo.

Fábula del Mundo
Fábula del Mundo
Lector
18 diciembre, 2013 11:07

Ya me he leído un poco más de la mitad de la obra y me tiene enganchadísimo. Es la primera obra que leo de Paco Roca y me está pareciendo genial, es una gran historia perfectamente narrada por su autor, lo hace con una maestría maestría sublime.
Creo que es el cómic español del año.

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
18 diciembre, 2013 11:41

Lo estuve ojeando el otro día. Y va a ir directo para la saca.

Ataúd Johnson
Ataúd Johnson
Lector
18 diciembre, 2013 11:43

Ante todo, te felicito Raúl porque yo no sabría por donde empezar a reseñar Los surcos del azar. De hecho me gustaría comentar muchos momentos que te hacen cerrar el tebeo y dejar la mirada perdida, pero como sé que no todos hemos leído esta maravilla hay que dejar que cada uno descubra los suyos. Poco más puedo añadir yo sin meterme en esos momentos, así que os animo a todos a leer esta genialidad. Ojalá en algún momento podamos hablar de ella.

molon labe
molon labe
Lector
18 diciembre, 2013 13:27

Tremendisimo, buenisimo, yo pensaba que Paco Roca habia tocado techo con «El invierno del dibujante» obviamente me equivocaba, es una de las grandes obras europeas de este año, una autentica maravilla. A mi me lo firmo la semana pasada en Zaragoza y me hizo un sketch muy majo de Miguel. Recomendabilisimo.

http://www.comicartfans.com/GalleryPiece.asp?Piece=1078864&GSub=151599

Spirit
Spirit
Lector
18 diciembre, 2013 20:55

¿Mejor que el invierno del dibujante incluso? Pues para la saca va en estas navidades, vive Dios.

Por cierto; leí la reseña en EL PAÍS este sábado y ya me entraron ganas de comprarlo.

Está bien lo de 328 páginas? Es que me parecen muchas por 25 euros en cartoné y no lo he ojeado todavía en la librería para confirmarlo…si es así, felicidades a la editorial por ajustar el precio.

molón; el enlace que has puesto está mal, pone ISRAEL y no molón…

molon labe
molon labe
Lector
18 diciembre, 2013 21:04

«Está bien lo de 328 páginas? Es que me parecen muchas por 25 euros en cartoné y no lo he ojeado todavía en la librería para confirmarlo…si es así, felicidades a la editorial por ajustar el precio.»

Esta bien puesto Spirit, 328 paginas a 25 napos, es un tochete bien majo y muy bien de precio.

«molón; el enlace que has puesto está mal, pone ISRAEL y no molón…»

Esa es mi identidad secreta en la vida civil.

Ocioso
Ocioso
Lector
18 diciembre, 2013 21:11

¿Eres judío? Eso explicaría que tengas tanta pasta para gastar en originales.

molon labe
molon labe
Lector
18 diciembre, 2013 21:26

Si,y los judios no es que tengamos dinero sino que lo aprovechamos todo, un ejemplo, mi padre con lo que sobro de mi circuncision se hizo las fundas de cuero del coche. Lo dicho, el secreto esta en aprovechar.

Ocioso
Ocioso
Lector
18 diciembre, 2013 21:33

¡Que jodío!

TheBaldRocker
TheBaldRocker
Lector
19 diciembre, 2013 5:52

Buenas noches, Sres.
Pongamonos serios para hablar de esta maravilla de comic.
Cae este viernes en la compra del mes. Es más,
en la tienda tengo el ejemplar apartado ya hace un par de semanas. En mi caso es compra obligada y ahora, si me permiten, les explico por qué.

Mi abuelo, como tantos otros abuelos de personas de mi generación, vivió y sufrió la Guerra Civil en propias carnes y en el bando de los vencidos.
Teniente del Cuerpo de Bomberos de Bcn, Republicano hasta el tuétano y sindicalista hasta las tripas, en 1939 cuando Franco toma definitivamente el poder no le quedó más remedio que huir dejando atrás a su mujer y a su hija (mi madre) y una orden de busca y captura (y algo más, claro) pegada a su sombra.
También se unió a la Resisténcia Francesa. También luchó contra los nazis , pero no entra en el París liberado porque lo hacen prisionero llevandolo a un campo de concentración donde permaneció hasta 1945, año en el que consiguió volver a Francia
Y ahí se perdió la pista y nada más se supo de él durante muchos años hasta que, finalmente, dió señales de vida, como digo, mucho tiempo después. Pero eso, si me permiten, ya es otra historia que por respeto a mi madre queda para la familia.
Eso si, jamás pudo volver a España. Murió en Lyon hace ya más de 30 años.

Así que la compra y lectura de este comic, del que solo he oido y leído auténticas alabanzas va, en mi caso, dedicada al abuelo que no conocí, el que como tantos otros luchó y practicamente murió en vida por defender unos ideales y una libertad que ahora, y para verguenza nuestra (la mia la primera), estamos perdiendo, otra vez, a pasos agigantados.

Y respecto a la reseña, pues ¿que decir?
Enhorabuena por el trabajo realizado Mr.Silvestre.
Como diría un Viejo Rockero patrio: «Directa al corazón». Ni más ni menos.

Eso si, dos apuntes con su permiso:

1- «Por más que nos llenen de datos en la escuela»
Pues no se vaya usted a creer, amigo. Mi hija tiene 12 años y está en 1º de la ESO y le aseguro que de datos de historia española, o de esta parte vital de nuestra historia, más bien poquito, poquito. Ya es un debate muy manido, lo sé, pero es cierto que estamos perdiendo la memory y a toda marcha, además.

2- «Obra de lectura obligada en los Institutos españoles»
+ 2!!!
Pero va a ser que no será así…

Rockeros Saludos.

Mr. X
Mr. X
Lector
19 diciembre, 2013 9:05

«En otro orden de cosas… Una escena del acto central del bar mitzvah que le preparon a Molon sus viejos:
http://www.youtube.com/watch?v=0e6deXbr914»

Vaya, no conocía esto, pero mola.

TheBaldRocker
TheBaldRocker
Lector
19 diciembre, 2013 19:01

jorgenexo
ha comentado el 19 diciembre, 2013 a las 8:40h
– «Vale, tío: ahora me vas a hacerme sentir culpable porque mis dos abuelos eran del bando nacional (falangista y requeté, respectivamente) y los disfruté de cerca hasta que sobrepasaron los ochenta y los noventa respectivamente… Qué vidas las nuestras»

Para nada Jorge, por favor, no es ni mucho menos mi intención. Simplemente hacía constar que, efectivamente, el argumento de este excelente comic es real como la vida misma.
Y para muestra lo comentado en mi anterior post.
Suerte la tuya y yo que me alegro, de corazón te lo digo, que pudieras disfrutar tantos años de tus abuelos. Seguro que las horas que pasaste junto a ellos mientras te contaban sus «batallitas» las guardas en tu memoria con todo el cariño y el amor del mundo, coincidas o no con sus ideales. A estas alturas, si hablamos de nuestros viejos, eso ya da igual. Lo importante es poder haber compartido y disfrutado con ellos esos momentos. Nada más y nada menos.

Rockeros Saludos

molon labe
molon labe
Lector
20 diciembre, 2013 13:44

«la más vista sea una de Ivan Reiss de no sé qué chuminada de la Blackest Night ¿¿??»

Pues si, la verdad es que a mi tambien me sorprende a veces, no se, la gente que tira al artista hot del momento en vez de a los maestros de verdad, pero bueno mejor para mi asi pillo originales chulos mas baratos.

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
30 diciembre, 2013 15:11

Leído. Y me sumo a las alabanzas. Qué tebeo más bueno, joder. Entretenido, ágil, emocionante, emotivo, cojonudamente escrito y dibujado (me ha encantado lo de las escenas en presente en bitono y las del pasado a color), y una lección de historia excelente que reivindica a esos españoles que conformaron la Nueve y que nunca han sido suficientemente recordados.

Jarmada
Jarmada
Lector
1 enero, 2014 16:12

Os invito a leer mi reseña de este ‘novelón’ gráfico:
http://despuesdelhipopotamo.com/2014/01/01/los-surcos-del-azar/
Un saludo cordial

Arturo Porras
13 enero, 2014 11:23

Recién terminada «Los surcos del azar». Y que añadir a la estupenda reseña? Por donde empezar. Básicamente, yo hablaría de dos planos distintos. El primero sería el estrictamente ficcional. La historia, los personajes, el dibujo funcionan como un todo perfecto. Roca es un narrador excelente, sabe transmitir sin grandes florituras. Su arte no es espectacular, pero si detallado y realza lo que realmente importa. El tratamiento de personajes es sobresaliente. El hecho de que él mismo se incluya hace que tengamos la sensación de participar; casi sentimos que estamos sentados con el bueno de Miguel.El episodio de Machado lo conocía de mil formas distintas, pero la traslación al papel que hace del mismo me dejo impresionado.

El segundo plano sería «Los surcos del azar» como documento histórico. Si, así como suena. La base fundamental de lo aquí contado es real. Esas personas existieron y el momento histórico es tal como es presentado. Paco Roca habría hecho un gran ejercicio de lo que en historiografía se conoce como Historia Oral.Los que nos movemos en esos estos temas sabemos de la aparente objetividad que hay que mantener ante el tema estudiado. Cualquiera que se acerque a un manual sobre la guerra civil o IIGM verá cifras de muertos, grandes nombres, descripción tácticas de batallas, etc. Nunca personas con sus vicisitudes y sufrimientos. Pero el autor no es historiador, es un narrador que está descubriendo la vida de un persona y, desde ahí, nos lleva a un contexto más amplio.Y este hecho no invalida para nada sus conclusiones. En esto concuerdo con que debería ser lectura obligada a nivel estudiantil.

Bueno, espero que se note que me ha gustado mucho. Y si todavía queda alguien que dude….. realmente vosotros os lo perdeis

toniu
toniu
Lector
4 mayo, 2021 11:55

Buenas, escribo estas líneas en 2021 porque ha sido ahora cuando he leído el cómic, y después de disfrutarlo, como suelo hacer, he entrado a leer su reseña en zona negativa, ya que vuestros textos, y también los comentarios de los lectores, me ayudan siempre a contrastar mis impresiones, y a aprender cosas de las que a veces no me doy cuenta en una primera lectura.

Mi sorpresa ha sido mayúscula cuando lo que me he encontrado ha sido más que una reseña, un alegato político, hablando de la valentía de publicar la obra (por la bilis que desprende el redactor, supongo que cuando se publicó gobernaba el PP, democráticamente por mayoría de votos en las urnas, por cierto), como si sufriese algún riesgo de censura, (que yo sepa en 2013 no estábamos en una dictadura), como si no fuese cierto que por ejemplo todas, absolutamente todas las películas que se han producido en España desde la democracia y que tienen como base la guerra civil, han sido escritas desde el punto de vista republicano. Así que riesgo y valentía, ninguno.

Por otra parte, me parecen aun más fuera de lugar las acusaciones (viene a llamarles gilipollas) a los votantes del PP, partido del que, aunque no sea santo de mi devoción, sus votantes, por muy equivocados que se pueda pensar que están, en democracia como estamos, merecen respeto.

Que nadie se engañe, no pretendo censurar el artículo, como alguien que me lea puede pretender, si no simplemente dar mi opinión y expresar mi desacuerdo con su contenido, que no sé si la intención de esta página es hablar de cómics o hacer proselitismo.

Dicho esto, sobre la obra en sí, muy buena, el mejor Paco Roca, siendo un monstruo como es él, y efectivamente, tal como dice el redactor cuando sí ha hablado sobre el cómic, me ha hecho saltar unas lágrimas al final.