Identity Crisis

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Valoración: 4 de 10.


Guión: Brad Meltzer.
Dibujo: Rags Morales.
Tinta: Michael Bair.
Color: Alex Sinclair.
Precio: 3.95 € cada número.

Menudo revuelo ha montado esta serie limitada de 7 números en el mundo del cómic el año pasado. Desde luego ha generado mucho ruido y le ha reportado unos sustanciosos beneficios económicos a DC, pero ¿hay nueces tras tanto ruido? Vamos a verlo.
Esta miniserie de siete números a cargo del novelista Brad Meltzer, quien ya había escrito para DC una buena saga en Green Arrow, y del dibujante Rags Morales (visto en Hawkman) prometía sacudir el Universo DC, cambiándolo de tal modo que no volvería a ser el mismo. Vamos, lo que todos los grandes eventos prometen pero rara vez cumplen.

Si algo hay que concederle a Identity Crisis es que tras su paso el Universo DC ha quedado verdaderamente tocado, no solo porque su efecto se deja ver en las numerosas series regulares han perpetuado tramas de la miniserie con arcos argumentales propios, como en Flash o Teen Titans, sino porque su alargada sombra ha oscurecido la moral de los superhéroes DC y ha acentuado lo peligrosa que puede resultar la fragilidad de sus identidades secretas.

La trama que Meltzer tiene en mente es una de misterio en la que personajes tan conocidos como Superman, Batman o Wonder Woman unen fuerzas con otros menos populares como Elongated Man o Zatanna para descubrir quien se esconde tras una serie de ataques a sus familiares y amigos.
Con estas acciones sobre la mesa se plantean con relativa sutileza los puntos a tratar por el guionista: el asesinato de seres queridos, la confianza entre compañeros y la agresión sexual. Al tocar estos temas es cuando se le quiere dotar a la serie de un halo realista y adulto, pero falla al caer en la excesiva gratuidad de defenestrar a los personajes con vistas a causar un impacto en los lectores y en los personajes que justifiquen el despliegue de expectativas prometidas y el cupo de eventos catastróficos que anunciaba el aparato propagandístico. Las muertes a mansalva que con tantas prisas nos notificaban en la publicidad de la serie resultan ser las de personajes muy secundario o de tercera fila, y varias de las subtramas como el de la traición de la JLA a uno de sus más prominentes miembros se quedan en el aire sin conclusión alguna.

Los que se empeñan en comparar esta serie con Watchmen deberían ser conscientes de que la visión de superhéroes que se da en Identity Crisis carece de la profundidad suficiente como para colocarla a la altura de la gran serie de Moore. Mientras en Watchmen los héroes lo eran de verdad, para bien o para mal, en Identity Criris Superman y compañía parecen una panda de aficionados que no son capaces ni de derrotar entre todos a un villano como Deathstroke.

A pesar de que los buenos momentos abundan en la serie, sobre todo en lo referido a las relaciones entre personajes y a la utilización del pasado del Universo DC, la historia principal no está a la altura del alboroto que ha generado, sobre todo tras ese final tan abrupto y horriblemente llevado en el que la identidad de la persona que está tras las desgracias es revelada. Yo mismo jugué a acertar quien podría ser el asesino y por decir dije a voleo el nombre de este personaje, aún a sabiendas de que era bastante improbable que Meltzer fuese tan estúpido de utilizarle como mente maestra tras el complot, pero para mi sorpresa resultó que ese improbable personaje era de verdad el responsable de tanto misterio. Una sonada decepción que echa por tierra los momentos interesantes que había ido planteando Meltzer desde el número uno. Por si todo esto fuera poco, la serie tiene un par de problemas de accesibilidad para los lectores que no estén familiarizados con conceptos de DC como el Doctor Luz o la ex-esposa del Átomo. No hubiese estado mal que al tratarse de un evento tan grande y monstruoso como nos le vendían hubiese jugado sus bazas más llamativas con los personajes más conocidos y no con estos otros de segunda filas con los que la sensación de riesgo va a ser siempre menos impactante.

Estoy convencido de que Melzer es un buen escritor, porque sus novelas o la etapa en Green Arrow así lo avalan, pero da la impresión de que en Identity Crisis se haya dejado llevar por las ganas de dejar una impronta desgarradora en el mundo de DC, aunque para ello haya trastocado gratuitamente la moral y las vidas de unos héroes clásicos a los que pone fuera de lugar. Si hubiese encaminado las subtramas y la identidad del asesino con tanta maestría con la que elabora los diálogos o los momentos sentimentales, su claro punto fuerte, otro gallo cantaría al valorar el resultado final de la historia.

En cambio el aspecto gráfico no tiene nada que reprocharle, porque Rags Morales lo da todo para demostrarnos que es un grandísimo dibujante capaz de transmitir la emoción de los momentos más tiernos o dramáticos y la espectacular actividad de las peleas y acciones propias de los superhéroes. Además la paleta de colores de Alex Sinclair es un perfecto complemento para la impecable narrativa de Morales, a quien se le augura un futuro envidiable en el mundo de los cómic. Eso sí, las portadas son de Michael Turner, que como es muuucho más conocido que Morales a DC no le importa que sea un dibujante bastante más limitado.

Pero con un dibujo tan logrado no basta para elevar esta serie a los estándares prometidos. Tanto bombo y platillo para dejarnos con la cara a cuadros al descubrir que lo que parecía iba a ser una historia apasionante se desinfla en el momento en el que tiene que dar el do de pecho. Y eso sí que es una auténtica crisis.

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alterego
alterego
17 octubre, 2007 17:02

Saludos.
Concuerdo que la autopublicitada «gran serie» es decepcionante.
Me parece que trabaja un tema de vulnerabilidad filial en el mundo de los superhéroes que no era tomado en este esntido (si en otros). Eso es lo único válido.
El resto me parece una bravuconería de mal gusto y clichés altramente patéticos. algunos ejemplos:
– El conteo regresivo (como si eso fuero sinónimo de crechendo de suspenso)
– Dialogos o monólogos paralelos (unicamente identificables por sus viñetitas de color distintas)
En resumen una intriga que interesa y decepciona.
Un decenlace miserable, Meltzer pensará que somos idiotas, da la impresión que conformo una trama tan aburridamente hermética que despues quiso sorprender con una improbabilidad que no la cree ni él.
Sobre su impacto el universo DC, es posible que sea admisible por la inmensa mediocridad en que muchas series se encuentran actualmente.
«en el pais de los ciegos el tuerto es rey…»
de escala de 1 a 10 le coloco con benevolencia un 5.
Lo peor de todo es que un charlatan como este guionista se va creer un genio, por tanta alabanza y pleitesía de los ignorantes.
Una pena.

Alfeizar
Alfeizar
15 marzo, 2010 10:10

Pues yo pienso todo lo contrario:

La serie me enganchó de primeras sin ser un fan de DC, sino todo lo contrario.

Desconocía a los personajes de la trama como Dr Luz y la ex-esposa de Atom, pero tampoco fue un problema, al contrario, al desconocerlos no estaba trabado sobre sus límites morales o personales.

Me gustó mucho ver cómo había en verdad dos grupos de JLA: los intocables «Superman, WW, MM, …» y los que pisaban la tierra: «Zatanna, GA, Canario Negro…» y un poco en medio Flash y GL.

Me gustó ver como los «intocables» no eran capaces de arreglarlo todo siempre.

El dilema moral que plantea el solucionar el abuso sexual de los malos es un tema nunca antes tratado y deja muchas interrogantes abiertas. Me encantó ver el reflejo de estas situaciones en todos y cada uno de los «metahumanos», ver  cómo les afectaba la situación y a algunos casis plantearse «¿Y si me hubiera pasado a mí?»

Como toda buena saga, su final deja abiertas nuevas interrogantes, nuevas posibilidades. Y plantea también un tema pocas veces tratado:  Cualquier persona puede llegar a realizar acciones malvadas bajo ciertas circunstancias. No hace falta ser un supervillano.

Lo bueno que tengo es que estuve ajeno a la publicidad que se le dió. Me lo encontré de repente y aluciné. Para mí es con mucho la mejor saga que he leido hasta ahora. ( Y Ya digo, no soy fan de DC, sino todo lo contrario)

Por último, el «tocar» de la forma que se hizo a Batman, por parte de Zatanna, es como la caida de una barrera, de una ley no escrita. Además de plantear el tema de si el fin justifica los medios.

Ya digo, me encantó la saga. Y como no tenía espectativas previas, la disfruté como un enano. (Con perdón para los enanos, que sólo es una frase hecha)

Avenger_Fan
Avenger_Fan
15 marzo, 2010 12:07

A mi tambien me gustó mucho esta mini-saga, Alfeizar.

¿que te ha parecido lo de «La gente no es estupida, Wally. Cree lo que quiere creer (batman) y escucha lo que quiere escuchar (superman)»

PD: HE vuelto!

Alfeizar
Alfeizar
15 marzo, 2010 12:45

Esa frase en Marvel pasa desapercibida.

En DC, es toda una bofetada a la historia superheroica de sus dos grandes.

De hecho creo que esa es la cuestión, que era una historia para Marvel, no para DC.
Los personajes de Marvel (salvo el capi, Thor y alguno más) pueden hacer cosas moralmente dudosas en ciertas circunstancias: Tony stark sin duda, y a Parker le tocó hacerla un poco antes de la mefistada con su vuelta al negro.(Seguramente influenciado por esta Crisis de Identidad). De Logan, Xavier o Fury ni hablamos.

Por eso me es tan llamativa esta saga. Porque llevó a los héroes Dc a un lugar nunca antes transitado.