#ZNGames Friday the 13th

 

Título: Friday the 13th The Game
Desarrolladora: Illfonic
Plataformas: PC/ PS4/ XBOX ONE
Idiomas: voces y textos en inglé

 

Los campistas deben morir

Aún recuerdo la primera vez que vi a Jason Voorhees. No fue en Viernes 13, pues lo más avispados recordarán que él no era el malo de la película. Aparecía al final y en forma de niño. No. La primera vez que vi a Jason Voorhees fue cuando me topé con la tercera parte de la saga. La echaban en la tele. Algo que me cautivó de él, y sin ser mi asesino de cine favorito (ese puesto se lo dejo a Chucky), se quedó metido en mi cabeza. Es por el salvajismo, ahora que he jugado a Friday the 13th The Game me he dado cuenta. Jason Voorhees es brutal. Es pura violencia. Esencia de serie B. En los videojuegos, por las razones que sean, no se ha prodigado esta maravillosa saga de terror. Hubo una copia muy bien lograda llamada Splatterhouse, y un juego en la década de los ochentas. Pero ya. Hasta ahora.

De la mano del Kickstarter que sacó adelante Illfonic, donde triunfó en pocas semanas, llega esta aventura multijugador online en que podremos encarnar o a los campistas que sufrirán la persecución, o al propio Jason. Este es el principal atractivo del juego: en un online asimétrico, la posibilidad de encarnar al asesino y matar a adolescentes que buscan la fiesta, el sexo y la diversión.

Vienen curvas, queridos lectores. Friday the 13th The Game me ha encantado. No puedo negarlo. No puedo evitarlo. Me ha encantado pese a estar lleno de errores, de malas decisiones de diseño, de conceptos algo flojos y de la falta total de campaña (una cagada épica, si quieren mi opinión). Pero me he encontrado a mí mismo acudiendo a la consola y pasar por delante de algunas las más jugosas novedades que han ido saliendo estos meses para echar una partida rápida a Friday the 13th The Game. Y la partida rápida, se convertía en dos o tres horas de juego. Inevitablemente. Bueno, evitable cuando el servidor se colgaba.

Lo que ves es lo que hay: el juego no tiene campaña y no tiene demasiada profundidad. Partidas de 20 minutos en que encarnarás a un campista que tiene que sobrevivir o escapar, o a Jason. Obviamente jugar con Jason tiene mucho más gracia, pues además tenemos a nuestra disposición una serie de «poderes» que convierten la partida en una escabechina sangrienta. Imaginativo, eso sí. Por ejemplo: siempre que Jason se acerca a un campista, la música se eleva, se acelera, y nos advierte sobre la inminencia de la muerte. Sin embargo, uno de los poderes de Jason es cortar de raíz la música del juego durante unos segundos para aprovechar el factor sorpresa. Aunque encarnando a Jason seremos lentos y más torpes, sin duda la brutalidad siempre pondrá la balanza a nuestro favor en un enfrentamiento cara a cara.

Los campistas, por otro lado, deberán jugar a la estrategia.

Como campista, a nuestra disposición tendremos las cabañas del campamento, en las cuales Jason tiene bastante difícil entrar. Podremos atravesar ventanas en nuestra huida, escondernos en armarios y bajo las camas y recoger armas con las que podremos defendernos y retrasar así nuestra ejecución. Una serie de objetos nos ayudarán si lo que pretendemos es huir del campamento. Radio con la que llamar a la policía, un mapa para orientarnos, gasolina para el coche o la barca. Estos miniquest que nos obligan a reparar el teléfono para pedir ayuda, o el coche para escapar, añaden un plus de estrategia al juego que no nos limita a correr en la dirección opuesta al asesino y defendernos. Además, una serie de objetos ocultos en el juego nos ayudarán incluso a matar a Jason (lo más difícil del juego).

Friday the 13th The Game tiene buenas ideas, tiene una concepción muy original y una banda sonora de lujo, pero falla en muchas cosas. A nivel gráfico es discreto tirando a regular, con unas animaciones de personajes y unos modelados que poco tienen que ver con lo que vemos actualmente. Por otro lado, las caídas de servidor son regulares y como este tenga un día tonto, podéis esperar más de quince minutos para acceder a una partida. Y tal vez luego seáis expulsados del servidor.

En cuanto a variedad, pues tampoco abunda. Apenas diez modelos de campistas, cinco o seis de Jason (cada uno de una película, con habilidades y armas diferentes) y tres mapas que tienen demasiado que ver entre sí.

Sin embargo, como anunciaba al principio del análisis, no puedo dejar de jugarlo. Tras la sorpresa inicial de la novedad, sigo jugando casi todos los días. Echarse un par de partidas en las que la tensión de no morir el primero, de escapar, o de matar a todos los campistas, realmente está bien conseguida. Y los fans de las películas se encontrarán con muchos guiños y elementos de estas que despiertan una sonrisa.

Un juego que parece echo por aficionados, y que si fuera un poco más barato, se convertiría en todo un referente. Sin embargo, estoy seguro de que cuando se arreglen los problemas de conexión con el esperado parche y cuando se añada contenido, se convertirá en uno de esos juegos recurrentes con los que echarse unas risas con los amigos. De momento, la nota que le pongo al juego no hace toda la justicia a la cantidad de horas que le estoy echando.