#ZNCine – Crítica de Carlitos y Snoopy: La Película de Peanuts, de Steve Martino

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Dirección: Steve Martino
Guión: Craig Schulz, Bryan Schulz y Cornelius Uliano, basado en los personajes de Charles Schulz
Música: Christophe Beck
Duración: 93 minutos
Productora: Blue Sky Studios / Peanuts Worldwide / Twentieth Century Fox Animation
País: Estados Unidos

 

El 2 de Octubre de 1950 el mundo conoció por primera vez a Charlie Brown y su pandilla, los famosos Peanuts. Nacidos de la pluma del historietista Charles M. Schulz estos peculiares niños se convirtieron bien pronto en la tira cómica más importante de la historia de Estados Unidos copando protagonismo en varios periódicos americanos de tirada nacional. Charlie Brown (conocido en no pocos países hispanoparlantes como Carlitos, algo que sucede también en España), su inseperable perro Snoopy (siempre acompañado del pájaro Woodstock) y su grupo de amigos formado por la gruñona Lucy, la pizpireta Sally (hermana de Charlie), Linus y su sempiterna mantita o el pianista Schoreder entre otros dieron forma semana a semana a un microcosmos en el que Schulz extrapolaba gran parte de su personalidad para el gozo de millones de lectores a nivel mundial que disfrutaron durante 50 años exactos las aventuras de tan entrañables iconos de la viñeta hasta que su autor murió en el año 2000 debido a un cáncer de colón, editándose la última viñeta de las criaturas a las que él había dado vida un día después de su fallecimiento. Como es lógico a parte de proporcionar ingentes cantidades de merchandishing (camisetas, figuras, gorras, videojuegos…) el éxito de Peanuts permitió que los personajes de Schulz dieran el salto de las viñetas al tubo catódico o a la pantalla grande y allí protagonizaron series animadas (El Show de Charlie Brown) especiales televisivos (La Navidad de Charlie Brown) o largometrajes (¡Buen Viaje, Charlie Brown, y No Vuelvas!) que a lo largo de cuarenta años se han convertido en parte de una producción copiosa y longeva.

Reflexionando sobre todo lo que previamente hemos comentado y sabiendo que las aventuras de Charlie Brown y sus amigos siguen más vivas que nunca a pocos debió extrañar que en el año 2012 saltara la noticia de que los Peanuts de Charles M. Schulz iban a debutar en el cine de animación en 3D tan en boga los últimos años gracias a las producciones de Pixar o Dreamworks, entre otras, pero fue la productora designada para realizar el proyecto la que sorprendió a más de un potencial espectador de esta nueva aventura cinematográfica. No es conocida la casa Blue Sky Studios precisamente por su originalidad e inventiva a la hora de dar forma a sus largometrajes animados. Desde hace años la productora vive de explotar la saga Ice Age (que estrenará en el presente 2016 su quinta entrega, Ice Age: Choque de Mundos) algo que está comenzando a hacer también con Río (que cuenta ya con dos entregas) y sólo entregándose ocasionalmente a realizar productos ajenos a estas franquicias como Robots, Epic o Horton. De esta última cinta basada en el cuento de Dr. Seuss toma Carlitos y Snoopy: La Película de Peanuts a su director, Steve Martino, que formando equipo con Graig Schulz y Bryan Schulz (hijo y nieto, respectivamente, de Charles M. Schulz) a los que se suma Cornelius Uliano, curtido en la escritura y dirección de cortometrajes, consiguen una adaptación ejemplar (aunque con algunas máculas que mencionaremos posteriormente) de los personajes en viñetas que desde 1950 llevan enamorando a millones de lectores a lo largo y ancho del planeta.

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Tomando como inspiración principal las historias Estás Enamorado, Charlie Brown y varios de los relatos protagonizados por Snoopy con su alter ego el As de la Aviación de la Primera Guerra Mundial Graig y Bryan Schulz ayudados por Cornelius Uliano ponen en bandeja de plata a Steve Martino una aventura de Charlie Brown que respira al 100% la esencia de la obra de Charles Schulz. Todos los protagonistas con sus personalidades bien definidas están aquí, así como las resoluciones formales y señas de identidad (esa niña pelirroja a la que casi nunca vemos claramente el rostro, esos adultos que hablan haciendo un estridente sonido parecido a una trompeta desafinada para acentuar lo poco que tienen que decir en este microcosmos regido por niños) y por último el mensaje de derrotismo y lacónico cariño por parte de su creador que, contrariamente a lo que han afirmado algunos espectadores que han podido ver el film, sí sobrevuela todo el metraje aunque su happy end sea una concesión al cine infantil al que inevitablemente pertenece la obra. Por otro lado y al igual que ha sucedido con otros productos recientes como Astérix y la Residencia de los Dioses de Louis Clichy y Alexandre Astier o la patria Mortadelo y Filemón Contra Jimmy el Cachondo a manos de Javier Fesser la teconología 3D se supedita no sólo a la historia que el guión de Carlitos y Snoopy: La Película de Peanuts está contando sino a una plasticidad virtuosa cuya principal misión es extrapolar las viñetas a la pantalla con la mayor fidelidad estilística posible para que los fans de los personajes puedan reconocerlos a primera vista en el celuloide. La alta tecnología al servicio de la nostalgia bien entendida.

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Como previamente hemos comentado los descendientes de Charles Schulz que se ocupan de la escritura del guión, ayudados por otras dos manos, entienden al dedillo la impronta, el discurso autoral y los conceptos ideados por el creador de Peanuts y saben llevarlos a imágenes. El pesimismo de Carlitos, el dinamismo y la chulería de Snoopy, la ternura de Woodstock, el mal humor de Lucy, la simpatía desatada de Sally, el carisma de Peppermint Patty, todos caracteres que hemos visto en cientos de tiras cómics y decenas de cintas animadas y que aquí hacen acto de presencia por medio de una fidelidad encomiable y un acabado técnico envidiable. También la estructuración del guión merece grandes elogios, pero su naturaleza dual es la que ofrece los mayores fallos que un producto como Carlitos y Snoopy: La Película de Peanuts comete, que aún sin ser de gravedad si empañan en cierta manera un trabajo que podría haberse revelado como más redondo de lo lo que ya lo es, no poco precisamente. Mientras la trama central de la Niña Pelirroja por la que Carlitos bebe los vientos y por cuyo amor correspondido es capaz de cometer actos de torpeza propios de la personalidad del personaje protagonista creado por Charles Schulz (qué bien quedan en pantalla pasajes como lo del comentario de texto de Guerra y Paz, de León Tolstoi o el de las actuaciones en el baile del colegio delante de todo el público) funciona a toda máquina ofreciendo momentos memorables llenos de sorna, simpatía, descreimiento y situaciones 100% Peanuts es la subtrama de la novela que escriben Snoopy y Woodstock sobre el combate aéreo del primero contra el Barón Rojo la que lastra en cierta manera el ritmo de la película. La inclusión de esta trama secundaria es comprensible tanto porque Snoopy posiblemente es el personaje más querido y demandado por los fans de Peanuts (de hecho hay más merchandising con su cara que con la de Charlie Brown) como por el alarde de técnica que suponen los pasajes de batallas de aviación que se marcan el célebre cánido y el afamado piloto alemán de la Primera Guerra Mundial. Pero como afirmamos esta subtrama en cierta manera vampiriza el buen discurrir de la principal y la hace estancarse hasta cierto punto.

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Inside Out, El Viaje de Arlo, Minúsculos: El Valle de las Hormigas Perdidas, La Oveja Shaun, Home, Los Minions o la ya mencionada Astérix y la Residencia de los Dioses son la muestra clara de que el pasado 2015 fue un año sobresaliente para el cine de animación a nivel internacional. Carlitos y Snoopy: La Película de Peanuts se suma a esta hornada de buen celuloide animado en 3D y aunque no es de las más logradas de la cosecha, el nivel está altísimo con sólo mirar las dos entregas que nos ha colado Pixar, sí se revela como lo mejor que le podía pasar a la más famosa creación de Charles M. Schulz a la hora de darse a conocer en pantalla grande a una nueva generación de espectadores que con un poco de suerte, y afán curioso, podrían incluso convertirse en potenciales lectores de las tiras cómicas originales, pero eso ya es soñar demasiado. Por suerte Blue Sky Studios no sólo han cumplido con nota la misión de extrapolar las aventuras de Charlie Brown de un medio a otro, también han conseguido con su última obra la que es sin lugar a dudas la mejor película que han ideado como casa desde que comenzaron a dar forma a su producción propia como creadores de cine animado para toda la familia. Como ya hemos afirmado no podemos hablar de una obra maestra por culpa de esos problemas de ritmo a los que la subtrama aboca al conjunto cinematográfico, pero nos encontramos ante un proyecto con los suficientes aciertos, momentos memorables, pasajes nostálgicos y personajes inolvidables como para que tanto el espectador casual como el fan irredento de las correrías en viñetas de los Peanuts se sientan satisfechos e incluso esperanzados si la productora decide invertir en una nueva franquicia de largometrajes protagonizados por Carlitos, Snoopy y sus amigos para que la obra de Schulz siga estando tan viva como siempre, cincuenta años después de debutar en papel para enamorar a millones de niños grandes que ya los consideran una parte importante de sus propias vidas.

  Dirección: Steve Martino Guión: Craig Schulz, Bryan Schulz y Cornelius Uliano, basado en los personajes de Charles Schulz Música: Christophe Beck Duración: 93 minutos Productora: Blue Sky Studios / Peanuts Worldwide / Twentieth Century Fox Animation País: Estados Unidos   El 2 de Octubre de 1950 el mundo conoció…
Dirección - 8
Guión - 7.5
Aspecto Visual - 8.5
Banda Sonora - 7.5

7.9

Excelente traslación de las tiras cómicas de Charles M. Schulz a la pantalla grande que respeta escrupulosamente a los personajes y el mensaje de Peanuts.

Vosotros puntuáis: 9.3 ( 3 votos)
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