#ZNCine – Crítica de 20th Century Boys, de Yukihiko Tsutsumi

Analizamos la trilogía de 20th Century Boys, dirigida por Yukihiko Tsutsumi, que adapta en acción real la obra magna de Naoki Urasawa

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Dirección: Yukihiko Tsutsumi.
Guión: Yasushi Fukuda, Takashi Nagasaki, Yûsuke Watanabe (Manga: Naoki Urasawa).
Música: Ryomei Shirai.
Fotografía: Satoru Karasawa.
Reparto: Toshiaki Karasawa, Etsushi Toyokawa, Takako Tokiwa, Teruyuki Kagawa, Hidehiko Ishizuka, Takashi Ukaji, Hiroyuki Miyasako, Katsuhisa Namase, Fumiyo Kohinata, Kuranosuke Sasaki, Shirô Sano, Mirai Moriyama.
Productora: Cine Bazar, Dentsu, Nippon Television Network.
Nacionalidad: Japón.

 

«Es un chico mediocre, pero es él quien salvará al mundo.»

Tras los magníficos artículos realizados a lo largo de esta semana por Jordi T. Pardo, Ruben Merino y Alejandro García alrededor de la figura de Naoki Urasawa, llega el momento desde la sección de cine de hacer nuestro particular homenaje al genio nacido en Fuchu, Tokio. Para ello, hemos decidido revisitar la trilogía de 20th Century Boys que adapta la obra homónima del maestro nipón. Tras el éxito cosechado por el manga, no fueron pocas las ofertas que recibieron Urasawa y Takashi Nagasaki (editor de la publicación) para llevar la historia a la gran pantalla. Sin embargo, Nagasaki se negó en rotundo hasta que la obra estuviese terminada. Dicho y hecho, si en el año 2007 el manga llegó a su fin, el año siguiente vería la luz el primer capítulo de una trilogía que fue pensada, desde el principio, como una única película. La reunión que mantuvieron Urasawa y Nagasaki en 2004 con un alto mando de Nippon TV, se antojó clave para que la traslación del papel al celuloide fuera posible. Para la producción de estas tres películas se manejaron cifras que daban auténtico vértigo en el país del sol naciente por aquel entonces y que dejaba, muy a las claras, las pretensiones del Estudio para con 20th Century Boys. 55 millones de euros de presupuesto, una cantidad que no contaba con ningún tipo de precedente, unido al éxito de la obra de Urasawa hacía presagiar un éxito total de público como así fue. Las tres películas, que fueron número 1 en taquilla cada una de ellas, llevaron a más de nueve millones de personas a las salas de cine.

Llevar 20th Century Boys a la gran pantalla, significaba no sólo homenajear a la obra en sí sino también al propio cine japonés que con las producciones Toho, a mediados del siglo pasado, tantas influencias tuvieron en los cineastas de todo el globo. A pesar de que en la obra no aparezca Godzilla ni ningún otro monstruo mutante que nos aterrorice, robots gigantes cargados de armas químicas, creados por otro monstruo (humano) si que harán acto de presencia en nuestras pantallas. La mirada hacia atrás es un elemento crucial en 20th Century Boys. Las semillas que plantamos en nuestra infancia y primeros años de juventud crecerán hasta formar los seres que somos hoy en día. Esta premisa es llevada de manera genial en el conjunto de la trilogía (disculpad que a la hora de analizar trate a las películas como un único producto, pero esa era la idea de sus creadores). Constantes idas y venidas en el tiempo consiguen convertirnos (a los espectadores) en testigos de excepción de hechos que guardan relación a pesar de producirse con décadas de distancia. “Somos consecuencia de nuestros actos” reza el lema universal “y consecuencia de los actos de los demás” añade este redactor.

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Yukihiko Tsutsumi fue el director elegido para llevar a cabo tal magna empresa. Fan de la obra original, Tsutsumi (nacido en 1955) pertenece a la misma generación de Urasawa por lo que la identificación con los personajes de la obra fue total. El cineasta nacido en Yokkaichi ya había realizado películas (como Happily Ever After) que adaptaban obras de manga con cierto éxito. No se le puede negar el mimo y la meticulosidad por plasmar el espíritu de Urasawa a lo largo de la trilogía. Sin embargo, el resultado final de la misma dista de la genialidad de la obra a papel. Tsutsumi carece del talento de Urasawa y su intención desde el primer momento fue clonar la historia. Probablemente aquí nos encontramos con el primer problema. 20th Century Boys contaba con más de 20 volúmenes y, aunque el metraje total supera las siete horas, estas se antojan insuficientes para dar la profundidad necesaria a una historia tan compleja y a un conjunto de personajes tan extenso. Tsutsumi utilizó varias páginas del manga como storyboards y algunos fotogramas son idénticos a las dibujadas. Donde más se luce el director es en las escenas en que nuestros protagonistas son unos niños a finales de los años 60. Sentimientos de alegría, amistad y diversión magníficamente combinados a los que dota de una paleta de colores cálidos diferenciándolos del resto de metraje. El Cuenta Conmigo de Rob Reiner o la reciente It de Andy Muschietti nos vienen a la memoria cuando observamos a la cuadrilla de Kenji en su infancia. Curiosamente, el manga de Urasawa tiene en común con la novela de Stephen King un contexto similar: un grupo de amigos que de adultos vuelven a juntarse y tienen que centrar las miradas en su pasado para derrotar a un terrible enemigo común.

El capitulo 1 subitulado como El Principio del fin arranca con un hilo musical que a más de uno le recordará a un famoso cantautor catalán. El tema Penélope suena por los altavoces de un colegio cuando, súbitamente, se cambia de registro y disfrutamos con el tema 20th Century Boys de T.Rex. En palabras del músico Asier Goikoetxea, cantante de la banda bilbaína Señores, “T. Rex fue una banda de rock británica que junto a David Bowie crearon el movimiento Glam. El tema de 20th Century Boys tiene uno de los riffs más guapos que hay.” La música es un elemento latente en el conjunto de la trilogía y, por razones obvias, las películas ejercen como un mejor canal para hacérnoslo llegar que el manga. Además del título central de la película (de cuya experiencia vital se valió Urasawa para plasmarla en el manga) y otros propios de la misma (Bob Lennon fue compuesto por el propio Urosawa), escuchamos temas tan reconocidos, aunque sea brevemente, como el Have you Ever See The Rain de Creedence Clearwater Revival o el Like a Rolling Stone de Bob Dylan. Sin hacer uso de spoilers, el final de la saga culmina con un concierto en el que consiguieron juntar a más de 10.000 extras.

Otcho

En El Principio del fin nos presentan a los principales personajes que nos acompañarán durante toda la franquicia. Para el papel protagonista de Kenji Endo el elegido fue Toshiaki Karasawa, actor de dilatada experiencia tanto en cine como en teatro. Karasawa cumple a la perfección en el rol de héroe que se construye así mismo después de una vida vulgar y llena de sinsabores. Kenji descubrirá que una serie de muertes y desapariciones están extrañamente relacionadas con una secta religiosa que a su vez va cumpliendo todo aquello que nuestro protagonista redactó en «El libro de las profecias» cuando era un niño junto a sus amigos. Poco a poco iremos conociendo al resto de compañeros, ya adultos, de los que se encargaron de dar vida Etsushi Toyokawa (el intrépido Otcho), Teruyuki Kagawa (Yoshitsune), Hidehiko Ishizuka (Maruo), Takashi Ukaji (Mon), Hiroyuki Miyasako (Keroyon) mientras que la elegida para poner el contrapunto femenino fue Takako Tokiwa en el papel de Yukiji. Todos ellos fantásticamente caracterizados jugarán una partida de ajedrez contra el enigmático Amigo mientras el mundo se va desmoronando poco a poco a su lado. Esta sociedad enferma capaz de crear monstruos y borregos en masa ya había sido llevada en varias ocasiones tanto en literatura (1984) como en cine, siendo El Club de la lucha el más claro ejemplo al ser contemporánea de 20th Century Boys. La paranoia generada por el efecto 2000, Tyler Durden y la «Nochevieja Sangrienta» son 3 elementos que perfectamente podrían haber convivido en el mismo espacio-tiempo.

20th Century Boys es una historia heredera de su tiempo, que nos narra la crónica de una generación y el drama del cambio de testigo con la siguiente promoción. La perdida de inocencia sucede cuando los sueños de la infancia se rompen bien por un hecho traumático o bien por la propia madurez. Amigo construye un escenario del que se le privó cuando era niño, recreando una fantasía de manera enfermiza. Por lo que aunque el macguffin de las películas es ¿Quién es Amigo? Lo realmente importante es ¿Qué es amigo? Una vez más, el cariño con el que se trabajó para llevar el espíritu del original al celuloide es más que evidente y la intriga funciona en todo momento, aunque no tenga el mejor de los montajes. En el capítulo 2 (subitulado La última esperanza) principalmente centrado en el año 2015, Kenji cede su protagonismo a su sobrina Kanna, interpretada por Airi Taira quien dota a su personaje de manera más que creíble de la fuerza, valentía e independencia que se le prosupone. El Partido de la Amistad, fundado por Amigo, dejó de ser una secta para entrar de lleno en el poder generando un Estado Totalitario en un proceso que nos retrotrae al nazismo. Si el mejor truco del diablo fue convencer al mundo de que no existía, el mejor truco de Amigo fue convencer al mundo de que él era su salvador. Desgraciadamente, la ficción muchas veces se parece demasiado a la realidad y no son pocos las poblaciones que a diario sufren represiones por culpa de la religión o la economía (poderes estos que emergen como salvadores y que muchas veces generan masacres o desahucios).

Para llevar a cabo el paso de los años, muchos de los protagonistas necesitaron largas sesiones de maquillaje y el resultado final es más que aceptable. Más problemas podemos encontrarnos con unos efectos especiales un tanto limitados y las maquetas que utilizan para algunos escenarios. Si bien es cierto que tampoco tratan de maquillar estos aspectos, al tratarse de una plasmación en acción real quita verosimilitud a la historia y, en caso de no estar acostumbrado a este tipo de cine, puede sacarnos en alguna ocasión del visionado. Igualmente, si eres desconocedor de la obra de Urasawa es probable que en alguna ocasión no se entienda la motivación o desarrollo de determinados personajes. 20th Century Boys es una trilogía hecha por y, principalmente, para fans del manga original.

Nos acercamos al final como en el Capítulo 3, subtitulado Redención. Un tramo este cargado de épica, ambientado en un cuasi apocalíptico 2017, en el que serán resueltos todos los misterios generados anteriormente. La estética, como en toda la trilogía, abraza la de alguno de los grandes nombres del Hollywood de comienzos del siglo XXI como Zack Snyder o David Fincher. Precisamente, la sociedad decadente y la amenaza del armageddon de Watchmen son otros de los elementos comunes con 20th Century Boys. Cualquier cosa que ocurra ahora es consecuencia de algo que ocurrió en el pasado. Esta premisa con la que se cimienta la historia vuelve para poner el broche final cerrando el círculo de manera magistral. En conclusión, la versión cinematográfica de 20th Century Boys es una obra menor comparada con el manga de Naoki Urasawa (quien ejerció de asesor de las cintas, así como de co-guionista del primer episodio) a pesar del esmero y cuidado que Tsutsumi puso en el intento de calcar el espíritu intrínseco de la obra. Como complemento del manga satisfará a sus millones de seguidores pero aconsejamos que, en caso de que este sea tu primer acercamiento a 20th Century Boys, optes primero por su lectura; al fin y al cabo, es una obra maestra dentro de su medio.

  Dirección: Yukihiko Tsutsumi. Guión: Yasushi Fukuda, Takashi Nagasaki, Yûsuke Watanabe (Manga: Naoki Urasawa). Música: Ryomei Shirai. Fotografía: Satoru Karasawa. Reparto: Toshiaki Karasawa, Etsushi Toyokawa, Takako Tokiwa, Teruyuki Kagawa, Hidehiko Ishizuka, Takashi Ukaji, Hiroyuki Miyasako, Katsuhisa Namase, Fumiyo Kohinata, Kuranosuke Sasaki, Shirô Sano, Mirai Moriyama. Productora: Cine Bazar, Dentsu, Nippon…
Dirección - 6
Guión - 7
Reparto - 7.5
Apartado visual - 6.5
Banda sonora - 7.5

6.9

La trilogía 20th Century Boys recoge el espíritu del manga de Urasawa pero dista de la genialidad de la misma al carecer del talento cinematográfico necesario para conseguirlo.

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Kanna
Kanna
Lector
6 diciembre, 2017 7:55

Estoy bastante de acuerdo con todo. A mí como fan de la obra me encantó porque es muy fiel pero entiendo que de forma independiente pueda no calar tanto entre la gente. Creo que es la elección de actores y caracterización más fiel que he visto nunca. Lo que más me gustó fue la primera película y el final de la tercera. Como curiosidad la edición especial japonesa venía con regalos como una púa de Kenji y la bandera con el símbolo; esto en el caso de la primera película que es la que compré yo en su día, en las siguientes no sé qué viene, tengo pendiente comprarlo si no está descatalogado.