ZN entrevista a Dave McKean

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«Actualmente estoy trabajando en un proyecto de Realidad Virtual»

Con la colaboración de Jordi T. Pardo y Ken Takato.

Dave McKean, nacido en Inglaterra en 1963, no puede ser ya un desconocido para nadie que se defina a sí mismo como “lector de cómics”. Uno de los artistas con el estilo más personal y definido, que ha firmado algunas de las novelas gráficas más exitosas de las últimas décadas y cuyo arte se ha desenvuelto con igual brillantez y magníficos resultados en una era en que el digital le gana terreno a lo artesanal; en que el dibujo y el color muchas veces se ven sometidos a los caprichos de las fechas de entrega de las grandes multinacionales. En esta era en que el artista parece sometido a la repetición y la fecha límite hasta lo extenuado, Dave McKean firma algo tan irreverente, extraño y lleno de sublimes pinceladas de genio como Black Dog: The dreams of Paul Nash, donde no solo aborda una suerte de biografía del personaje, sino que nos habla de la Primera Guerra Mundial y se atreve a enfrentarse al pasado, presente y futuro de la mente creativa. Hemos tenido la oportunidad de charlar con él durante el evento Ford Vignale, celebrado recientemente en Madrid y ha compartido con nosotros algunas de sus inquietudes y futuros proyectos.

foto1-2 Lo primero es lo primero: enhorabuena por su reciente trabajo, Black Dog: The dreams of Paul Nash, de próxima aparición en el mercado americano. ¿Qué le atrajo de la figura de Paul Nash para enfrentarse a este trabajo? ¿Qué buscaba transmitir?

Todo empezó como una exposición de la fundación 14-18Now; estaban reuniendo una gran cantidad de obras de arte, esculturas, pinturas, diseño de moda, para conmemorar la Primera Guerra Mundial. Pero no tenían nada de novela gráfica. Vinieron al que creo que es el mejor festival de cómics, que es The Lakes International Comic Festival, y acudieron a mí. Al principio solo me pidieron un borrador de lo que para mí era la Primera Guerra Mundial. Ahora bien, no me interesan las grandes batallas, las explosiones y los tanques. Me interesaba la idea de seguir a una sola persona, imaginar lo que supondría pasar por aquello. Esta persona nunca habría vivido nada parecido, en el mundo no había tenido lugar nada parecido. Imaginar pasar por eso y cómo puede llegar a cambiarte. Te va a perseguir de por vida.

Esa transformación me interesaba.

La mayoría de los soldados que volvían del frente, no querían hablar de ello. Por razones comprensibles. Pero una persona creativa, ya sea un escritor, un pintor, deja constancia de ello en su trabajo. Tiene que salir de alguna manera e incluso aunque no quieran hablar de ello, se ve reflejado en sus obras. Así que pensé que sería interesante acercarme a cómo la guerra cambia la imaginación de un artista, y Paul Nash es la mejor elección. No era el mejor artista, ni siquiera es muy conocido ahora mismo fuera de Inglaterra, su estilo no era muy bueno y no era una gran personalidad. Otros muchos artistas fueron a la guerra, y murieron en ella, pero por alguna razón la forma en que le afectó, la ira, su imaginación particular creó un repertorio simbólico y visual donde se perdía la luz de las personas, donde los árboles son huesos afilados y el sol parece sangre. Se las ingenió para levantar la piel y penetrar en las mentes de la guerra en una forma en que otros mejores pintores no pudieron. Así que creo que él era el indicado. La guerra le cambió a él, y por eso cambió su arte. Entró en la guerra como un pusilánime sin una gran voz, sin ser extraordinario de ninguna forma; pero volvió de la guerra sin esperanza, lleno de dolor, muerte e ira. Lo peor que un humano podría sentir. Y encontró la manera de transmitirlo. Algo que leí y usé en mi cómic es que todo el mundo hablaba de las explosiones a su alrededor, pero Paul Nash habla de las explosiones dentro de su cabeza.

Y todo eso sale en su trabajo.

¿Cómo se ha aproximado al trabajo de Paul Nash y lo ha aprovechado para que case con el suyo propio?

Siento una gran simpatía por él y su trabajo. No es muy conocido, (refiriéndose a los entrevistadores) ¿lo conocéis? ¿No? No es nada conocido fuera de Inglaterra, una tardía generación de artistas británicos tienen cierta influencia de Paul Nash, pero en su generación fue un desconocido. Pero es uno de los incitadores al surrealismo, el vio el surrealismo, estuvo en él, vivió el surrealismo en el campo de batalla. No creó un surrealismo político, como hicieron en Francia, ni un surrealismo sexual, creó un surrealismo que trataba de cuestionarse todo en lo creía como hombre británico: la autoridad, el sentido de la guerra, el valor de la vida. Es muy poderoso en la cultura británica, aunque no lo sea fuera, por eso siento una gran empatía con él.

No me importaba; lo que más me gusta son las historias. Las historias personales, no los productos. Creo que hemos hecho ambos, libros que eran básicamente productos y en los que me esforcé pero siempre fui más feliz con las cosas personales, con los proyectos que nacen de la creatividad absoluta.

Volviendo a sus anteriores trabajos, su estilo tiene grandes influencias que van más allá del cómic, como el cine, la literatura, la música, ¿sigue esto influenciando en su trabajo o ha encontrado la comodidad del autor respetado que solo tiene que repetir sus fórmulas?

Todo está relacionado. Cualquier medio me interesa, y los cómics especialmente. La historia del cómic, no tanto en Europa, pero sí en Inglaterra y América, siempre ha mirado hacia dentro. Se repetía en un club muy cerrado que miraba solo hacia sí mismo. Hubo un tiempo en que las películas se repetían unas a otras, yo soy más partidario de que todo se relacione, de que todo se mezcle, y todo arte puede influenciarme. Mirad aquí mismo (se refiere a la Casa Decor de Madrid, un maravilloso espacio dedicado al interiorismo donde se desarrolló la entrevista), que maravilloso edificio para inspirarse. Y sí, es interiorismo, pero muchas ideas, muchas combinaciones de imágenes, de colores, pueden ser inspiradoras.

Por lo tanto, el arte debería huir del convencionalismo…
¡El arte no debería pretender ser nada! No hay nada necesariamente malo en ser convencional, a lo mejor es lo que te pide la historia, eso está bien. Si el arte tuviera que ser algo, y soy bastante contrario a decir que deba ser nada, es comunicativo. El arte debería comunicar algo. Y a menudo hay cosas que quieres que la gente vea y solo pueden mostrarse de una forma completamente nueva. Por eso hay se dice que hay que huir del convencionalismo, porque a veces necesitamos fórmulas nuevas para transmitir lo que queremos. No se trata solo de hacer algo nuevo porque sí, porque nadie lo ha hecho; sino de hacerlo porque tienes algo realmente poderoso que decir y esa es la única manera de decirlo.

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¿Fue difícil entrar en el circuito profesional del cómic en una época en que las editoriales tendían más al clasicismo en esta materia? ¿Alguna vez pensaste en tirar la toalla o rendir tu estilo a formas más convencionales de cómic?

Tuve mucha suerte. Tuve mucha, mucha suerte. El momento en que dejé la escuela y empecé a hacer cómics, en América los cómics estaban de capa caída. Un grupo de artistas y guionistas que realmente amaban el cómic acudieron a los medios y dijeron: “Sabemos cómo hacerlo. Dadnos los medios y os traeremos nuevos lectores.” No tenían nada que perder y funcionó. Y es muy raro encontrarse con una época así. Solo 5 o 6 años después de empezar, los editores decidieron que el éxito se debía a que estábamos trabajando con Batman, con DC, y no necesitábamos experimentar nada más, sabíamos que no era por eso. Pero el momento, desapareció. Tuvimos mucha suerte en llegar a ese momento. Y lo puede ver en otros medios, lo puedes ver en la música, en el cine, hay grandes momentos en que el mundo necesita grandes cambios y un grupo de artistas están ahí para dárselos. El cine en los 70 estaba casi muerto y de repente llegan Francis Ford Coppola, Martin Scorsese, y simplemente dicen: “Danos el dinero, sabemos lo que hay que hacer.” Es muy difícil de reconstruir ese momento.

¿Y qué piensa de este momento? ¿Cree que es un buen momento para que se de otra vez esa apertura de los medios tradicionales?

Realidad Virtual. Los artistas deberían hacer lo que quieran, si quieres pintar de forma tradicional, pinta, si quieres escribir en papel, escribe, pero ahora es el momento de escribir qué es la Realidad Virtual y será un medio muy poderoso en los próximos quince años. Le diría a cualquiera en la escuela de artes, o a cualquier narrador, que pruebe la Realidad Virtual y apoye para mejorarla. Es un terreno completamente virgen, probadlo.

¿Le gustaría a usted probarlo?

¡Me encanta! Ya estoy trabajando en un proyecto de Realidad Virtual, algo que tenía en mente desde hacía mucho tiempo y que traté de escribirlo como una película, pero no funcionó, un cómic tampoco, no encontraba el medio. Pero sería una experiencia de exploración perfecta para Realidad Virtual. La narración es realmente extraña y complicada, demasiado para una película, pero hecha a medida para este medio. Me encantaría que se lanzara.

Por lo tanto, cada historia escoge su propio medio para ser contada…

Absolutamente. No es que una gran novela, o un gran cómic, no pueda ser convertida en una gran película, pero creo que debe evolucionar y ser cambiada. Tienes que extraer el máximo del medio. En mi experiencia, siempre que tengo una idea esta me grita: “necesito ser una película” “tengo que ser un cómic”. Hay historias que necesitan movimiento, música, otras necesitan ser estáticas, mover la imaginación del lector. Las historias saben cómo quieren que las cuentes.

Así que, sobre su trabajo con Neil Gaiman, que es probablemente el que más atención y fama le ha procurado y donde el mercado editorial se rindió definitivamente a sus pies, ¿qué disfrutaba más: los libros infantiles o las novelas gráficas adultas?

No me importaba; lo que más me gusta son las historias. Las historias personales, no los productos. Creo que hemos hecho ambos, libros que eran básicamente productos y en los que me esforcé pero siempre fui más feliz con las cosas personales, con los proyectos que nacen de la creatividad absoluta.

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Black Dog: The dreams of Paul Nash estará disponible en el mes de octubre, aunque ya ha sido posible conseguir una exclusiva edición limitada y firmada de la obra que como era de esperar en poco tiempo ha agotado su tirada.

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Pedro Pascual Paredes
22 junio, 2016 13:28

Muchas gracias por la interesante entrevista. He echado de menos preguntas sobre sus obras mas conocidas (o «productos»). Pero me imagino que el tiempo era escaso.
Gracias por el trabajo realizado.

Igverni
Lector
22 junio, 2016 14:14

Gracias por la entrevista!!

Dave McKean encarna perfectamente el paradigma de ARTISTA, habiendo tocado muchos palos diferentes y casi siempre bien. O al menos, trasmitiendo un carisma y una personalidad que ya les gustaría a mucha gente. Se le ve un tío curioso que sigue buscando, que no se ha acomodado.

Me anoto la fecha de Octubre para estar atento a este Black Dog.

Por cierto, una curiosidad por si alguien la sabe. Por mi trabajo sé que Ford patrocina CasaDecor Madrid, por lo que es normal que sus eventos se hayan hecho allí. Pero ¿sabeis qué conexión hay entre McKean y Ford? Simple curiosidad, ¡gracias!!

mespinpe
mespinpe
Lector
24 junio, 2016 18:13

Yo lo que quiero es que alguien publique de una puñetera vez sus álbumes de historietas cortas PICTURES THAT TICK. Por lo menos el primer volumen. Planeta, alguien, por diós.