X-O Manowar 4 al 6: General

Llegamos al sexto número de la nueva serie de X-O Manowar, eso significa que Medusa Cómics lleva seis meses en esto (siete si contamos agosto, mes en el que no se publicó nada) y se está consolidando como una editorial capaz que cargar con los cómics de Valiant, solo esperemos que las ventas estén acompañando porque, visto lo visto, apetece más Valiant. Pero esto también significa que la serie del que se puede llamar el personaje principal de la editorial americana ha cerrado su segundo arco argumental y es el momento perfecto para darle un repaso a estos últimos tres números que se agrupan bajo el título General.

Lo primero que se hace notar es el cambio de dibujante, no es nada raro que esto ocurra, más o menos nos vamos acostumbrando a que la editorial cambie de artista cada vez que se acaba un arco argumental, es algo que llevan haciendo constantemente en los últimos años y que tiene sus pros y sus contras, en parte siempre está bien tener a un solo dibujante se ocupe de una serie y le de homogeneidad, por otro se evita el cansancio y, teniendo en cuenta la calidad media tan alta que tienen los contratados por Valiant, en un gran número de ocasiones vamos a encontrar una perspectiva diferente que enriquece la lectura, a esto debemos añadir que la editorial se preocupa por lo menos de que se haga una historia completa. Así como en la primera parte tuvimos a Tomás Giorello haciendo un trabajo magnífico ahora es el turno de un veterano en la editorial, Doug Braithwaite, un autor que se ha paseado por casi todas las series importantes y cuya calidad lo pone entre los mejores, a mi parecer de lo mejor que se puede encontrar en el panorama superheroico actual. Aparte de sus sobradas cualidades para la narración y la belleza de sus panorámicas pega muy bien en X-O Manowar pues tiene un un trazo similar al de Giorello que le da al conjunto esa homogeneidad que suele faltar con tanto cambio.

En el guión Matt Kindt sigue contando su historia, la historia de un hombre que vive en un planeta que no es el suyo y que se ve arrastrado a una guerra que le es ajena, solo que en esta segunda parte a Aric se le ve cómodo en su nueva posición como capitán con un grupo de soldados de las fuerzas celestes a su cargo realizando la misión más importante de la guerra, tras su victoria en el ataque a la capital de sus enemigos, los cadmios, el presidente de estos consigue huir y esconderse en territorio de los burnt, una implacable tribu que se mantiene a cierta distancia del conflicto. Kindt enriquece considerablemente la obra al meter a este tercer bando y le da pié a que Aric saque el líder visigodo que lleva en su interior, un líder que ya no es el impetuoso joven de los primeros números del anterior volumen de X-O Manowar sino que ha sabido crecer utilizando su inteligencia y sus conocimientos sociales de estas sociedades bélicas ya lejos de lanzarse de cabeza a la batalla como hacía antes.

El guionista establece una cierta similitud entre el pueblo de Aric y los burnt lo que hace que el protagonista se vea más metido en el conflicto encontrando una motivación, un lugar en ese mundo con un grupo de guerreros con los que se siente cómodo y es lo que Kindt necesitaba pues se ve que la intención del escritor es precisamente la de jugar con el hecho de que Aric rechaza la guerra pero siempre está tentado a seguir.

Esta segunda parte sigue un esquema muy similar al anterior, con un equilibrio entre diálogos y acción algo mejor, al narrar una historia rápida pero con mucho contenido que además sigue teniendo el mismo estilo que el anterior volumen de X-O Manowar. Aquí la historia se divide en tres frentes, uno es el antes mencionado de Aric como líder, otro es el trasfondo de Aric y su pasado, con la armadura continuamente incitándole a que la vista, conversación profunda entre ambos incluida, y entrando en el terreno personal al meter por medio a su actual pareja Schon, por último está el núcleo de la historia, la guerra en la que Aric pasa mucho tiempo en pocas páginas alejándose de entretenimientos manidos a la vez que va al núcleo de la cuestión.

Kindt habla en esta parte de X-O Manowar del equilibrio de poder y su fragilidad, al acabar con los cadmios, los celestes empiezan a quejarse de los burnt con los que Aric había creado ese vínculo de honradez más cercano al que tiene con los celestes para los que lucha, no deja de ser una versión retorcida de la relación que tuvieran los visigodos con los romanos y por ello Aric anda con mil ojos, sabe que hay traiciones y que estas no tardarán en llegar. Es este añadido carácter de conspiración el que mejora la obra con respecto al anterior volumen, General bebe mucho de las historias clásicas y modernas sobre los soldados del Imperio Romano.

Si en Soldado se veía a Aric ascendiendo de recluta obligado a capitán ahora lo vemos luchar contra lo que pudre al imperio para el que trabaja y cuyo máximo exponente se ve no en la figura del emperador sino en la del general que lidera precisamente al grupo del protagonista. Una parte brillante del cómic es ver como número a número Aric se va poniendo partes de la armadura para su lucha pero Kindt sabe muy bien manejar las historias y no se queda solo con esto, mete un cuarto elemento que es el que genera el misterio en la obra, un misterioso objeto de apariencia alienígena y sin bando, que sepamos, que se dedica a atacar a los burnt en partes de sus tierras. ¿Será un plan de los cadmios?, ¿Vendrá de otro sitio? Eso lo sabremos en la tercera parte titulada Emperador.

De momento las cosas no han cambiado para la serie de X-O Manowar, sigue siendo de lo mejor que nos podemos encontrar en la temática de superhéroes de la actualidad, aunque quizás sea más justo calificar esta parte como ciencia-ficción bélica, y el arco de Matt Kindt y Doug Braithwaite es otra compra obligada, habrá que ver si sigue por este camino, si es así tendremos una serie que puede pasar a la historia de la presente década.