Scalped: Nación India

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Edición original: ene. 2007/-; Vertigo (DC Comics).
Edición España: Planeta DeAgostini/ECC Ediciones (jul. 2008/nov. 2012).
Guión: Jason Aaron.
Dibujo: R.M. Guéra.
Entintado: R.M. Guéra.
Portadas: Mark Simpson ‘Jock’.
Color: Lee Loughridge.
Rotulista: Phil Balsman.
Precio: 10,95 € (Rústica, 128 págs.)

 

Es un hecho, bastante repetido al comentar otras series, que Vertigo necesita un nuevo buque insignia para estos tiempos; pero yo añadiría incluso más: necesita productos con propuestas sólidas, potentes y entretenidas que enganchen como los de antaño. Tal vez con ese propósito, el año pasado empezó a publicarse una serie llamada Scalped que tenía el ambicioso fin de aunar en un sólo cómic una propuesta formal y argumentalmente deudora del género negro más canónico y una crítica social descarnada de la situación de los indios norteamericanos y sus reservas.

Los encargados –y creadores– de la misma eran los casi desconocidos Jason Aaron y R.M. Guéra. El primero ya había trabajado anteriormente como guionista en el sello en The Other Side, un trabajo también muy ambicioso que retrataba a base de historias paralelas la guerra de Vietnam. El segundo, a su vez, es un autor serbio de gran éxito en su país que fue «importado» directamente al mercado americano, tras un paso bastante fructífero como diseñador comercial para la agencia Connecta (donde trabajó con marcas como Honda o proyectos como el Acuario o el Museo de las Ciencias de Barcelona) y como dibujante de cómics en España y Francia (El Coyote, Le Lievre De Mars). Para las portadas, finalmente, se buscó a alguien tan reconocido como Mark Simpson, alias «Jock».

Casi año y medio, diecinueve números y tres recopilatorios después, haciendo balance podemos decir con rotundidad que Scalped no es ni será el nuevo buque insignia de Vertigo a menos que el curso de los acontecimientos experimente un cambio radical. Desde su primer número, que vendió en el primer mes en EE.UU. alrededor de 13.644 ejemplares, las cifras han caído paulatinamente hasta encontrarse ahora con 6.927 en mayo de 2008… un escalón, todo hay que decirlo, en el que las series de Vertigo suelen ser canceladas.

Con este incierto futuro, la colección comienza en este mismo mes de julio su andadura en España de la mano de Planeta DeAgostini, mediante un recopilatorio homólogo al TPB americano que reúne sus dos primeros arcos argumentales (#1-3; #4-5 USA). La edición, como siempre, correcta pero sin muchos detalles: buena reproducción, portadas originales, introducción de Brian K. Vaughan, artículo de presentación creado para la edición española (a mi cargo) y una traducción que merece un comentario aparte; porque si bien estrictamente hablando es correcta y está bien hecha, sí que se nota poco esmero en trascender esa corrección y entrar en el terreno de la brillantez.


Portada de Scalped #4 USA,
por Jock

Y me explico: a lo largo de tebeo Aaron introduce aquí y allá expresiones indias en dialecto lakota; expresiones que no se inventa, que tienen un significado y que habrían merecido al menos unas notas de traducción. Evidentemente, soy consciente de que un traductor de inglés no tiene que saber dialecto lakota, pero yo no he tenido problemas en entender la mayoría de las frases gracias a este índice de expresiones que os aconsejo tener a mano mientras leéis el tebeo. Así podréis captar todos los detalles y saber, por ejemplo, que wachin ksapa yo significa «presta atención», que unshimalam ye oyate significa «ten piedad de mí» o que «Wakan Tanga» es tanto la deidad principal Sioux como el nombre que le dan a Cristo tras la asimilación por parte del Cristianismo. Y eso sólo en las primeras páginas.

Argumento

Tras quince años de ausencia, el joven y conflictivo Dashiell Caballo Terco regresa a lo que hace ya mucho tiempo consideró un hogar del que huir: la reserva india Prairie Rose (Dakota del Sur), uno de los rincones más deprimidos de los Estados Unidos donde la antaño orgullosa tribu oglala lakota yace ahora postrada en un mar de pobreza, corrupción y pérdida de identidad.

El reencuentro es doloroso. Su madre, antigua activista de los derechos de los indios, es en el nuevo sistema ignorada por los suyos; su exnovia, Carol Ellroy, se ha convertido en una mujer fuerte que intenta ahogar sus penas entre drogas, alcohol y sexo; todos sus amigos lo tratan como a un extraño… pero en toda esa desesperación un hombre parece haber prosperado. Porque Lincoln Cuervo Rojo –uno de los más violentos compañeros de su madre en los tiempos de trasnochada revolución de los nativos, y padre de Carol– ostenta el título de presidente del consejo de jefes tribales, posee un control completo sobre los cargos administrativos y policiales de la reserva y es, a la postre, absoluto señor del crimen organizado de la zona.


Reencuentro, quince
años después

En este contexto, resulta normal que cuando Dashiell hace acto de presencia, el jefe Lincoln lo contrate como matón privado, enrolándolo de paso en las fuerzas de seguridad locales. Así todos ganan: Caballo Terco es un buen elemento dando palizas, y Cuervo Rojo necesita mantener la paz de cara a la apertura de un nuevo y gigantesco casino publicitado como remedio para todos los males de la comunidad. Aunque, tal vez, nada sea lo que parece…

Hablan los autores

Muchos de vosotros os estaréis haciendo la pregunta del millón… ¿Quién es Jason Aaron? Pues bien; como mínimo, podríamos decir que es un tipo muy curioso. Tras conseguir un graduado en Periodismo en la Univesidad de Alabama (Birmingham) y especializaciones en Filología Inglesa e Historia, se dedicó a escribir críticas de películas, ejercer de camarero en un asador, distribuir porno y regentar un videoclub. Todo ello, con un firme propósito en mente: escribir, en un futuro, una biografía sobre Gustav Hasford, su primo por línea materna y, a la sazón, escritor de la novela The Short Timers que Stanley Kubrick adaptó en La Chaqueta Metálica (1987); esa misma biografía que, construida a partir de un laborioso proceso de investigación, acabó convirtiéndose en el cómic The Other Side, su primer proyecto en el sello Vertigo. Aunque no todo fue un camino de rosas…

Tras ganar un concurso de guionistas organizado por la Marvel en una Wizard World Comic Convention (2002), Aaron consiguió ver publicadas las ocho páginas sobre Lobezno que había mandado como trabajo. Pero, después de eso, tanto Marvel como Will Dennis (editor de Vertigo), rechazaron la idea de un tebeo ambientado en Vietnam. Harto, escribió el guión completo del primer número de The Other Side y entonces sí: Dennis y Karen Berger cayeron rendidos a sus pies, y le dieron vía libre. Cuando acabó, le concedieron carta blanca para poner en pie una serie regular, y entonces llegó Scalped.


Jason Aaron

¿Por qué indios y casinos? En pocas palabras, porque le encanta el género negro y la cultura india. Aaron la describe así: «es una serie criminal ambientada en una reserva india de nuestros días, y que implica casinos, juego, facciones de nativos americanos progresistas y tradicionalistas en guerra, problemas familiares, pérdida de la identidad cultural, metanfetaminas, sexo, vacas, pollos, el FBI y un misterioso asesinato con raíces en la militancia, el movimiento de Poder Rojo de los años setenta […] Pero especialmente quería centrarme en la idea de una nación del Tercer Mundo dentro de los Estados Unidos y también explorar el efecto que la industria nativa del juego tiene sobre la gente que está al final de la cadena alimenticia».

Aunque también hay otros detalles, claro. Poca gente sabe que Scalped iba a ser en realidad el relanzamiento de Scalphunter, una antigua serie de DC Comics con la que se pretendía hacer algo parecido a lo que en su día fue Blanco Humano o lo que recientemente ha constituido House of Mystery. Pero las cosas para el guionista no estaban nada claras; porque para él, tanto Scalphunter como todas las demás obras tebeísticas relacionadas con los indios, no son sino «reliquias de días en los que un protagonista que fuese totalmente un nativo americano constituía un tabú». Y la misma crítica le hace a películas como Corazón Trueno, Bailando con lobos, Un hombre llamado Caballo, Pequeño Gran Hombre o Un Hombre… Así lo expresa: «Todas caen en la trampa de usar a un héroe blanco o mestizo criado por indios; héroes caucásicos que vienen a salvar a los ignorantes salvajes de la destrucción».


Portada de Weird
Western Tales
#39

Scalped, por contra está protagonizada por un elenco de personajes que son casi en su totalidad indios de pura sangre, y se ambienta en nuestros días en una reserva inspirada por la de Pine Ridge, donde al igual que en la serie, dos agentes del FBI fueron realmente asesinados en 1975 y un presunto asesino fue enjuiciado con pocas pruebas y mucha controversia. Pine Ridge… probablemente la región más pobre de Estados Unidos, con tasas de paro del 80%, un sueldo medio de 3000 $ para los que tienen la suerte de tener trabajo, un sinfín de casos de alcoholismo y síndrome alcohólico fetal y una industria del crimen floreciente (principalmente basada en la producción de metanfetaminas y en la prostitución).

Para ir terminando con Aaron, respecto a la serie asegura que tiene planeados al menos los treinta primeros números, aunque claro, se muestra cauteloso con el tema de las ventas. Sobre traer a R.M. Guéra, Aaron cuenta: «Fue una idea de Will Dennis. Es un tío que no ha hecho realmente mucho trabajo en Estados Unidos, pero sí ha hecho un montón en Francia y España […] Lo conocimos una vez que hablamos con él y vimos por su trabajo que era la elección perfecta».

En cualquier caso, recordando que fue precisamente Will Dennis quien trajo a Riccardo Burchielli desde Nápoles para ilustrar DMZ, a mí no me parece nada raro que haya vuelto a pensar en la fértil, competente y asequible Europa para otra colección. La contratación de Guéra, que vive actualmente en Barcelona, se gestó según el autor en unos 5-6 emails en los que Dennis le ofreció hacerse cargo de una serie importante; sin embargo, al parecer el dibujante le comunicó que prefería algo más modesto para empezar y conocerse, de tal forma que así le llegó Scalped.


Ilustración de Guéra para
El Coyote

¿Qué le atrajo a Guéra del guión? «En primer lugar, la sinopsis estaba escrita claramente con corazón. Con corazón, pero también con seriedad desde el punto de vista técnico. Era distinta, pero de alguna forma totalmente familiar. Y sobre todo se leía como algo con la desesperada necesidad de una aproximación realista. Estaba hecho para mí…». Cuando se le pregunta por si hay alguna razón en particular por la que le guste ilustrar el cómic, el artista responde concisamente que efectivamente: «Siempre está absolutamente claro qué es lo que NO está escrito en el guión pero flota en el aire, entre los personajes». Sobre las virtudes de Jason, tampoco se queda corto: «Es pura calidad escribiendo. Atmósfera. Diálogos. Es seco y directo, pero humano y plausible». Dice más cosas, claro, pero el resto ya lo veremos en los aspectos técnicos. Ahora vamos con un poco de Historia…

Un poco de Historia

Que Jason Aaron se ha documentado bastante para llevar a cabo Scalped es algo que salta a la vista. No sólo tiene detalles como la introducción del dialecto lakota, o el hecho de que la Prairie Rose salvaje (Rosa arkansana) sea a un tiempo tanto la flor de los Estados de Iowa y Dakota del Norte como una leyenda Sioux, sino que ha hecho un retrato muy exhaustivo de las reservas indias y su idiosincrasia. Por ello, he visto bien introducir una sección inédita en mis artículos para acercar todo este contexto al lector español.

Lo primero que tenemos que saber sobre los nativos americanos es que su mayor enemigo cuando llegaron los europeos no fueron las armas de fuego que éstos traían, sino las enfermedades infecciosas que portaban. Ajenos inmunológicamente a nuestra biología, fue la viruela y no la sed de sangre lo que diezmó en un primer momento al pueblo indio. Pero, indudablemente, lo segundo también terminó por llegar: tras la Guerra de la Independencia, los colonizadores se encontraron con que eran libres de invadir y ocupar nuevas tierras en base al Tratado de París (1783), algo de lo que por otra parte tenían muchísimas ganas, en tanto en cuanto muchas tribus se habían situado del lado de los británicos (aunque esta decisión implicó en sí misma una pequeña guerra civil nativa). Poco a poco, primero mediante tratados forzosos (como el Indian Removal Act de 1830) y después mediante coacción pura y dura, los nuevos norteamericanos fueron empujando a los indios cada vez más hacia el Pacífico, ejemplificando cómo la mayor nación de la era moderna se construyó sobre una violenta hegemonía de inmigrantes. Todo ello acabó desembocando, como no podía ser de otra manera, en las llamadas Guerras Indias (Indian Wars), mediante las cuales los nativos y su modo de vida –los bisontes– fueron casi masacrados.


Mapa de reservas indias en EE.UU.
(Pine Ridge es la 187)

Tiempo después, a los originarios habitantes de Norteamérica sólo les quedaron dos opciones: la asimilación en el «mundo civilizado» o su integración en las Reservas Indias; o lo que es lo mismo, vastos territorios cedidos a los nativos –federalmente independientes y con una soberanía restringida– que se integran en el aparato burocrático de la nación a través del BIA (Bureau of Indian Affairs). Actualmente hay 310 reservas reconocidas en las que viven unas 561 tribus; tribus que poseen el derecho al autogobierno, a organizar sus propias fuerzas de la ley, a promulgar leyes, a regular tasas e incluso a desterrar individuos asociales. También por supuesto, poseen capacidad para definir quién es un nativo y quién no (para ello están las Blood Quantum Laws).

Pero los Navajos, Cherokees, Chippewa, Iroqueses o Sioux –una de cuyas ramas es la Oglala Lakota del cómic– que viven en los poco menos de 225.000 kilométros cuadrados que tienen a su disposición arrastran muchos más problemas de lo que parece. No sólo se enfrentan a la política férrea de asimilación del BIA, sino que la endogamia unida a la pobreza connatural de las reservas ha introducido a un tiempo enfermedades cardíacas, diabetes, tendencia al alcoholismo, suicidios, etc…

En este sentido, no es difícil adivinar que este sustrato presenta una tendencia acusada a hacer florecer el crimen. La prostitución y los laboratorios de metanfetaminas invaden las reservas como el fuego un reguero de pólvora. Y en el centro de toda esta corrupción, se encuentran tanto algunos jefes tribales (o el presidente de su consejo), que se aprovechan del analfabetismo de sus congéneres, como las llamadas Empresas de Apuestas de los Nativos Americanos, mastodónticos casinos que mueven billones de dólares al año y que, aunque atraen a muchos turistas (gracias a las permisivas leyes connaturales a las Reservas) y proporcionan trabajo, suponen el centro del crimen organizado. Tan es así que en 1994 el FBI tuvo que constituir un división especial –la Indian Gaming Working Group, IGWG– especialmente dedicada a combatir este tipo especial de mafia.


El crimen organizado
en Scalped

Pero no todo es pérdida de identidad histórica. Desde 1968, el American Indian Movement, abanderado del Red Power –movimiento de reivindicación similar al que en su época supusieron los Panteras Negras–, reivindica con mayor o menor violencia por parte de sus activistas tanto los derechos como la herencia cultural de los indios, a través de unas manifestaciones y ocupaciones –en limitados casos, escaramuzas armadas– que dan mucho dolor de cabeza al BIA. Y precisamente una de esas escaramuzas armadas es la que, como dijimos en el apartado anterior, sirve como base real a la trama principal de Scalped (palabra que, en inglés, designa al enemigo al que se le ha arrancado la cabellera).

Análisis conceptual

Como obra sujeta al análisis conceptual, Scalped tiene dos claras vertientes: su adscripción al género negro o policíaco (con un toque de western), y su condición de drama social, en una fórmula que no es ciertamente renovadora, aunque sí efectiva. Películas relativamente recientes como Skins (2002) o PowPow Highway (1989); trabajos como los de Sam Peckinpah, Cormac McCarthy, James Ellroy o Sergio Leone; e incluso clásicos modernos como 100 Balas, Vivir y morir en Los Ángeles o la excepcional serie de TV de la HBO The Wire podrían ser citados como referentes ineludibles. No en vano, el nombre del protagonista (Dashiell) y el apellido de la femme fatale de turno (Ellroy) hacen referencia a los inmortales autores del Halcón Maltés o L.A. Confidencial.

Ya sabéis perfectamente cómo enfocarlo: localidad o territorio deprimido donde el crimen campa a sus anchas y al que llega un forastero con ganas de impartir justicia; violencia descarnada; opresión social; situaciones que suponen un buen puñetazo en la boca del estómago, etc… y curiosamente es aquí donde Jason Aaron realiza la trampa descomunal (ignoro si voluntaria o no), porque la estructura de western estilo Yojimbo (Kurosawa)/Por un puñado de dólares (Leone)/El último hombre (Hill) no deja de suponer una destrucción de las reglas que el propio autor se impone. Si el guionista renuncia de los anteriores trabajos que versaban sobre la problemática india por presentar personajes blancos o mestizos en relación con los indios, aquí no dejamos de tener un indio que se ha pasado occidentalizándose durante quince años para volver con un espíritu redentor similar al de aquéllos. Y lo cierto es que viene a ser lo mismo, porque lo que importa no es la sangre que lleve el protagonista, sino su mentalidad. Sea cual sea la solución que Dashiell Caballo Terco tiene para su comunidad, será una solución planteada desde nuestro mundo, no desde el suyo.


Dashiell impartiendo
justicia

En otro orden de cosas, el final del primer número USA –cuidado que va un spoiler, aunque efímero en base a cuando se revela– nos desvela que también podremos evaluar con el tiempo la serie a la luz de otras obras tales como Serpico, Infiltrados, Sleeper o, en mayor medida, Estado de Gracia, una de las fuentes de inspiración más claras del tebeo (y así reconocida por el propio Aaron). Sin duda será interesante aunque, hoy por hoy, no toca todavía.

Pero, como drama social, el contexto de reservas indias le permite a Aaron reflexionar también sobre una problemática, como es la identidad cultural de una comunidad cerrada, tan interesante como extrapolable a nuestra propia realidad, más allá del costumbrismo típico de este pueblo estadounidense. Nuestros guetos inmigratorios, la comunidad gitana o, en otra escala, nuestros particularismos lingüísticoculturales son fenómenos que nos vienen a la cabeza cuando leemos este tebeo.

Reflexionar sobre si las tradiciones étnicas y sociales merecen ser no ya protegidas, sino conservadas, aún cuando choquen frontalmente con los valores morales occidentales es sin duda complejo. Tanto más cuando esa confrontación no ataca dichos valores, sino que resulta simplemente desadaptativa en un contexto en el que la mayoría –aquejada de borreguismo, poniendo en práctica el evolucionismo o víctima del totalitarismo según cada cual– no las sigue. Evidentemente cada caso es un mundo: la lengua vasca o catalana no está, ni muchísimo menos, en el mismo saco histórico, social y cultural que el velo islámico o la ceremonia calé del pañuelo; pero lo cierto es que todos ellos centran de un tiempo a esta parte la política en nuestro país, y que uno de nuestros principales retos de futuro consistirá en encontrar para cada caso un equilibrio estable, y no precario, que sirva de solución a estos problemas.


La corrupción a
veces resulta rentable

Ya para terminar es conveniente recordar que, al hilo de los mismos, también vienen dos grandes cuestiones: la corrupción de aquellos que reparten y deciden las ayudas y subvenciones para la protección de esos particularismos por un lado, y la mezcla explosiva de pobreza y aislamiento que florece bajo la forma del crimen organizado por el otro cuando al cóctel se añade la depresión. Quién y cómo gestiona ese dinero, y cómo pueden evitarse disturbios masivos como los de París son sin duda dos incógnitas añadidas que, probablemente, sí necesitamos responder perentoriamente. Cada cual tiene sus soluciones desde luego, pero hoy y aquí permitidme que sólo plantee los interrogantes. Al fin y al cabo, no es mi deseo que en este foro se quiebren esos valores morales de concordia y educación de los que nos gusta revestirnos cuando tratamos temas sensibles.

Análisis técnico

La composición de página habitual en Scalped oscila entre 5-6 viñetas por página, generalmente jugando con la viñeta apaisada a distintos tamaños y la viñeta cuadrada o rectangular vertical de tamaño medio-alto. Por su parte, el espacio interviñeta es muy variable… en muchas ocasiones está presente (con diversos colores), pero otras veces se suprime haciendo que los márgenes de las viñetas coincidan con los bordes de la página; en otras ocasiones se juega a que los componentes figurativos de la viñeta trasciendan los límites de la misma; y, finalmente, en otras tantas se suceden superposiciones de viñetas o, simplemente, los dibujos no están enmarcados.


Juegos con la maquetación
de las viñetas

Esta variabilidad del espacio interviñeta, sumada a habituales aumentos del número de viñetas por página –se suelen hacer más pequeñas para ofrecer planos detalle– obedece a un único motivo: ofrecer una narración ágil y acompasada que transmita ahora rítmica velocidad, ahora pausa lectora, para así captar la tensión inherente a las distintas situaciones que pueden darse en una obra policíaca.

Entrando ya en materia y analizando el dibujo, lo que resulta totalmente sorprendente es la enorme plasticidad gráfica de la que es capaz R.M. Guéra. Usando tanto la línea fina como la gruesa (cuando no directamente apoyándose únicamente en manchas de tinta), el dibujante consigue un estilo enormemente expresivo que busca la opresión a partir del detalle prescindible. En efecto, Guéra es consciente de que lo bello, lo limpio, se caracteriza por el perfilado de volúmenes y la síntesis de trazo, y como quiere transmitir lo contrario, se va al polo opuesto introduciendo multitud de líneas que no resultan necesarias para definir las formas del personaje –aunque sí su estado y su carácter–.

Este hecho, unido a un empleo muy integrado tanto de la tinta como del color para unificar el ambiente y las sombras lumínicas, así como el pleno control de la texturas –a veces parece que vemos acuarelas– genera una estética casi fauvista, sólo empañada en su logro por alguna que otra incoherencia. De hecho, el predominante color marrón es usado sin disimulo para proporcionar un ambiente opresivo y sucio… al igual que la omnipresencia del desierto o esa luz mortecina enfatizan la atmósfera irrespirable de la depresión. En efecto, la creación de ambientes es esencial en Scalped. No en vano, Guéra llegó a afirmar que «su labor, o incluso su deber, es introducir en el conjunto final la emoción y la atmósfera de la historia. Aquello que debería ser visualmente esencial para entender el guión; para completarlo, no para competir con él».


Uso del color en Scalped

Y precisamente la integración y el manejo de la paleta que aplica Lee Loughridge es algo que tiene muy en cuenta Rajko Milošević (eso es lo que significan la R y la M) y se nota cuando habla de la incorporación de los flashbacks. En lugar de utilizar un tradicional tono sepia –«habría sido más potente pero menos rico», comenta– introdujo la idea de utilizar la desaturación para estas secuencias –«tratando de hacerlo más potente y más rico»–. Loughridge por su parte, cuando habla sobre Scalped, siempre comenta que «es un cómic muy difícil de colorear por el hecho de que es muy negro», como destacando ese empleo de la tinta que, a veces, nos da la sensación de estar ante una obra monocromática cuyos colores simplemente se limitan a transmitirnos calor y desesperación.

Profundizando un poco en la forma de trabajar de Guéra, averiguamos cosas como que sus inspiraciones pueden llegar a ser casi cualquier cosa: la vida, un libro, música (la mayor de la veces una canción, no instrumentales), vecinos, fotos viejas, películas. Pero nunca un cómic ni una pintura, dado que opina que la fuente de inspiración debe estar cuanto más lejos mejor del medio en general y del aspecto final en particular. Además, para la ocasión ha tenido que hacer un gran trabajo de investigación a través de fotos, películas y National Geographics varios de cara a conseguir captar las facciones típicas de los nativos americanos y, más complicado aún, ser capaz de imaginarlas coherentemente formando expresiones. En cualquier caso, él suele decir que «el resultado final [visible en el cómic] es una mezcla personal de todo eso. El sentido común que yace dentro del estilo de dibujo escogido juega un papel mayor del que la gente cree».

Sobre su ritmo y dinámica de trabajo, sabemos que actualmente es capaz de dibujar y entintar parsimoniosamente 22 páginas completas cada mes y medio, de tal forma que el editor del título planificó las cosas para que cuando saliera el primer número, ya hubieran trabajado al menos en las nueve o diez primeras entregas. Y sí, Guéra se entinta a sí mismo: «Mis lápices y bocetos son TAN rudos, que dudo que nadie pudiera hacer algo con ellos ya que, cuando trabajo en una página, rara vez defino mucho con el lápiz». En otro orden de cosas, cuando recibe un nuevo guión de Jason, de la misma forma que con los personajes (Aaron sólo los describe psicológicamente, dando carta blanca en su aspecto), Guéra tiene libertad total para cambiar tanto el número y orden de las viñetas como los eventuales elementos figurativos… después lo consulta («casi siempre») con el guionista y si no estuviera conforme, no pararían hasta quedarse ambos totalmente satisfechos. Paralelamente, tanto el editor como su asistente –Casey Seijas– planean sobre todo este proceso dando ideas y mostrándose interesados.


Boceto para la serie,
por R.M. Guéra

Finalmente, sobre el cambio de trabajo desde un modelo y estilo europeo a un modelo americano, el ilustrador afirma que no usaría la palabra «alterar» sino más bien la palabra «ajustar» para definir el proceso mediante el cual su trabajo se adapta a las necesidades de la historia. Así lo cuenta: «Es simplemente otro lenguaje usando las mismas palabras. Me gusta sentir que el estilo de Scalped existía antes incluso de que la serie fuese escrita o dibujada, y que nosotros simplemente ayudamos a la historia a encontrar su camino natural».

Para completar el apartado, merece la pena detenernos en las magníficas portadas que Jock ha desarrollado para la serie, también muy plásticas y a base de colores cálidos. Jock, quien dice tener un gusto particular por los diseños fuertes y simples, tuvo que realizar numerosas modificaciones hasta alcanzar una portada para el #1 USA que trasladara toda la potencia del personaje principal sin perder ni un ápice de la misma. La saturación hacia tonos de naranja, la incorporación de elementos tradicionales (el plumaje) y contemporáneos (la camiseta), o las siluetas que pueden verse en la parte inferior vinieron después, en aras de enfatizar los distintos aspectos –el calor, la chica, el casino, la pérdida de identidad cultural– que rodean la colección. El proceso creativo, enormemente complejo, podéis verlo aquí.


Variaciones para la portada de
Scalped #1 USA

Valoración personal

Es más que probable que haya pasado una media hora desde que empezasteis a leer este artículo –si lo habéis leído completo, claro–, pero recordaréis que comenzamos diciendo que Vertigo necesitaba hoy en día dos cosas: un nuevo buque insignia y productos con propuestas sólidas. Pues bien; a mi gusto tan cierto es que Scalped no va a ser el nuevo buque insignia de nada (así lo demuestran sus cifras de ventas) como que es una de las obras más completas, serias y –sí– sólidas que ve la línea en mucho tiempo.

Uno no puede sino admirar, en tiempos en que los cómics de Vertigo parecen revestidos con una voluntad de trascendencia que se queda más en pretenciosidad que en contenido real, el hecho de que un tebeo pueda estar tan bien escrito, guionizado y resuelto (aunque sea en su mera presentación) como éste. Y es que además de constituir una pieza de género negro solvente y eficaz, Scalped profundiza sin pedantería ni remilgos en una situación social como es la de los indios estadounidenses hasta convertirla en un drama intimista. Para colmo, a nivel de dibujo y factura técnica, lo cierto es que Guéra se desenvuelve increíblemente bien. Las únicas pegas, por ahora, serían una narrativa algo confusa en los pasajes de acción (si bien el dibujante las defiende diciendo que tales circunstancias resultan caóticas en la vida real) y un manejo de las sombras parcialmente incoherente (aunque en muy contadas ocasiones, y es despreciable). En cualquier caso son detalles, estoy seguro, que se irán puliendo con el tiempo.


Boceto para la serie,
por R.M. Guéra

Conclusión: No estamos ante una séptima maravilla del mundo ni ante un cómic que vaya a descubrirnos otra forma de hacer tebeos. Pero sí ante una obra potente y a la altura de su planteamiento argumental que es más que digna del sello. Al menos, por ahora… A nivel de recomendación, se la aconsejaría a cualquiera con inclinación por el género negro más descarnado, el cine y la literatura de policías contra maleantes, y el entretenimiento con trasfondo social.

Enlaces recomendados

Empezamos con los clásico de siempre: el artículo de la Wikipedia en inglés y la ficha en Comic Book Database. Precisamente en la primera, resulta también interesante echarle un ojo a los artículos dedicados a Jason Aaron y R.M. Guéra. Si queréis más información sobre el excepcional dibujante de la serie, echadle un ojo a esta retrospectiva con entrevista incluida que tuve el honor de hacerle para esta misma página en diciembre de 2008, o a estos especiales (exposición, charla, visita guiada) recabados durante las Jornadas de Avilés 2011. Finalmente, tenéis una buena reseña sobre El Otro Bando en esta misma web a cargo de Raúl Martín.

Turno ahora para un poco de perspectiva histórica, gracias de nuevo a nuestra amiga la Wikipedia: ilustrativos enlaces para los que quieran saber más sobre los indios estadounidenses, sus reservas, sus casinos o sobre los oglala lakota. También muy interesantes resultan la página sobre su idioma nativo y este artículo de Comic Book Resources sobre los indios en el cómic.

Hablemos de páginas personales. Jason Aaron se prodiga mucho gracia a su blog, su cuenta en Flickr y su MySpace. Por si fuera poco, invitó a una gran parte de los actuales guionistas de Vertigo a mantener en activo un foro donde hablar con los lectores y proporcionarles información. Mucho más modestos en cuestión de nuevas tecnologías son sin embargo R.M. Guéra y Jock (éste último también en MySpace). Por cierto, sendos autores emprendieron la realización de una guía referencial sobre la obra de indudable valor.

Si todo esto os ha parecido poco, atención a las entrevistas. Jason Aaron las ha concedido a Newsarama, Comic Book Resources (por partida doble), IGN, Silver Bullet Comic, Comic Bulletin, Daily News y Publishers Weekly. No está mal ¿verdad? Guéra por su parte también ha realizado algunas para CBR, Comics International y Sceneario. Incluso se ha lanzado a analizar su propio trabajo en un documento que resulta una auténtica delicia. En último lugar, tenemos otra, también estupenda, a Jock.

Más números de esta colección

Scalped vol. 2: Casino Boogie. 144 págs. 11,95 €. Planeta DeAgostini. Reseña.

Scalped vol. 3: Madres Muertas. 168 págs. 14,95 €. Planeta DeAgostini. Reseña.

Scalped vol. 4: La grava en tus tripas. 144 págs. 12,95 €. Planeta DeAgostini. Reseña.

Scalped vol. 5: Triste y solo. 128 págs. 14,95 €. Planeta DeAgostini. Reseña.

Scalped vol. 6: Roído. 144 págs. 14,95 €. Planeta DeAgostini.

Scalped vol. 7: El blues de la reserva. 192 págs. 16,95 €. Planeta DeAgostini.

Scalped vol. 8: Has de pecar para salvarte. 160 págs. 15,95 €. Último número en Planeta DeAgostini.

Scalped vol. 9: Preparado para luchar. 136 págs. 12,95 €. ECC Ediciones.

Scalped vol. 10: El final de la senda. ECC Ediciones. 112 págs. 11,50 €. Último número.

Última actualización de este artículo: 11 de octubre de 2012

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megan
megan
Lector
11 julio, 2008 10:12

hola JOsé.
antesdeayer me hize con scalped, y me encantó.
también me sorprendió ver tu artículo al final del tomo, que es realmente bueno, por no decir excelente, igual q esta reseña de hoy q para mi gusto, es una de las mejores q has hecho, o al menos estás en el mismo buen nivel q otras similares.
respecto a la serie en cuestión, una maravilla, con tus comentarios sobran palabras, pero en mi opinión es formidable. también la de muchos otros, a juzgar por las buenas criticas en distintas webs.
es una serie q empieza potente, pero ojo; el siguiente arco será un poco más lento, y nos tomaremos un descanso en la trama principal, pero no hay q preocuparse demasiado pues el q le sigue, EL ARCO MADRES MUERTAS, es de lo mejor q he leido en un comic de género. ese arco consolida la serie, y la hace una de mis favoritas junto a 100 balas, criminal, y otras tantas.
saludos, y espero q a la gente le guste para q venda, y siga la serie adelante.

Phantomas
Phantomas
Lector
11 julio, 2008 10:38

Jo, vaya curro de reseña… Estoy con Megan en que cada vez te quedan mejor.

Poco que comentar, que ya sabes que no la he leido todavia, pero pinta bien…

rorschach
rorschach
11 julio, 2008 11:22

Así da gusto. Seguramente compre el primer tomo, por lo original de la propuesta, y después lo recomendaré a gente degustadora del género negro.

Siempre sentí lástima por esta gente, por cómo se la refleja en las pelis y demás. El indio amigo del Ranger…, el chaval rebelde (y sin causa), el borracho… el músico, el viejo jefe en la reserva… Me parece un poco triste cierta hipocresía en reafirmar y normalizar a esta gente tras lo que se les hizo.

Quizás «Doctor en Alaska» y su ausencia de moralina, sea la excepción.

Cannonball
11 julio, 2008 11:26

Um, he visto que habia salido esta mañana (cuando me he acercado a por el Flash de Waid XD) pero, a decir verdad, no me llama nada la atencion ¿es grave Doctor?

Cannonball
11 julio, 2008 11:42

Pues si, el genero negro no me desagrada, pero a 100 Balas no le termino de coger el puntillo, y eso que los lapices de Risso inclinan la balanza a favor de la compra… lo mismo este Agosto, que suele haber menos novedades, le doy otra oportunidad.

En cuanto a Scalped, ya me estas haciendo dudar XD, pero tambien teniendo en cuenta que tambien ha salido un recopilatorio con los primeros numeros de Gotham Central, que deje pasar en su momento… no se, no se, esta complicada la cosa XD

Raúl López
Admin
11 julio, 2008 11:53

Aplaudo el artículo Jose creo que es uno de los que más me han gustado tuyos y que quieres que te diga que si ya tenia ganas de leer scalped despues de ponerme en contexto aun tengo muchas más ganas 🙂

Enrique
Enrique
11 julio, 2008 11:56

100% con Megan, enhorabuena por los artículos.

El cómic es espectacular. Independientemente de sus calidades como obra se convierte en un vector de primera para entrar en una realidad social, un detonante para nuestra curiosidad y posterior conocimiento.

Lo devoré ayer por la noche y ya lo estoy recomendando a diestro y siniestro. A amantes del cómic, a adoradores de los Soprano, a curiosos por conocer más a fondo los USA…

Zantoblin
Lector
11 julio, 2008 14:24

Me sumo a los elogios del artículo. Me ha gustado sobre todo la parte de la historia del pueblo indio hasta nuestros días. Ha sido fenomenal.
También te felicito por tu nuevo puesto de articulista
en Planeta.
Sobre SCALPED, haí va la humilde opinión de uno que sigue la edición USA:
Empieza muy bién (con un potencial tremendo tanto de guión como de dibujo); luego durante una larga temporada (en la saga CASINO BOOGIE) la serie decae al hacerse repetitiva hasta la saciedad.
Aunque la última saga publicada DEAD MOTHERS me ha hecho recuperar la fe en la colección.
Esperemos que continúe por el buen camino y la colección prosiga por lo menos hasta que se resuelvan las tramas pendientes.
Un saludo.
PD. No me dejes sólo en el frente VERTIGO por mucho tiempo.

PAblo
11 julio, 2008 16:07

Hola José,

A mí también me ha gustado bastante el primer arco de Scaped, seco, duro y sin concesiones como debe ser un hard boiler pero con una critica social soterrada que sirve para enmarcar y encuadrar la historia.

Te dejo el enlace a la entrada que dediqué ayer a la serie porque me parece bastante complementaria a tu excelente artículo.

http://ellectorimpaciente.blogspot.com/2008/07/scalped-nacin-india-de-jason-aaron-y-rm.html

Impacientes Saludos.

Lord Deu
Lord Deu
11 julio, 2008 18:28

NOtable, solo he leido el primer numero y lo encontre muy solido, voy a acompletar el primer arco para ver como se desarrolla….
Buenisima Reseña.

Miguel Rodríguez
11 julio, 2008 20:04

Gran artículo José! Me dejas sin palabras…
Si este primer número de Scalped se aproxima un poco al nivel de tu artículo y lo que dices en él, tendrá un lector asegurado cada… «x» tiempo 😀

Ya te contaré cuando lo lea. Jeje

Tony Ruiz
Tony Ruiz
11 julio, 2008 23:41

Excelente exposición, José. Coincidiendo con todo el mundo pues… un placer leerte.

Una cosa: el enlace que has puesto para aclarar expresiones lakotas es mucho más que útil y resulta muy evidente que, como ya dabas a entender en tu texto, la edición de Planeta debería de al menos incluir alguna página haciendo referencia a aquellas expresiones utilizadas en los tomos para exponer su significado.

Pero yo estaba pensando ¿de veras no podrías intentar hacer algo al respecto como articulista asignado a la colección de tomos? ¿Lo has comentado a la persona que te los encarga y/o te los supervisa? Todos te agredeceríamos muchísimo que ayudaras a subsanar ese aspecto y ahora mismo nadie mejor que tu, en principio, que se encuentre en una buena posición para tratar de subsanarlo. Probablemente ya estás en ello o lo estás intentando, pero de veras que te estaríamos tremendamente agradecidos todos los que pensamos hacernos con la edición española. Gracias en cualquier caso.

RIP
RIP
12 julio, 2008 12:53

Pese a llevar unos diez años visitando regularmente esta web y sus predecesoras, reconozco que me prodigo poquísimo por estos lares. Sin embargo, he de hacerlo hoy. Me quito el cráneo ante la pluma del Sr. Don José Torralba. Por supuesto, compraré Scalped. Estoy casi seguro de que me gustará. Pero dudo que pueda superar la calidad de esta reseña, digna de ser enmarcarda.
José, no nos conocemos, pero chapeau. El análisis, la documentación, las opiniones… cada línea que has escrito me ha parecido fabulosa.
¿No has publicado nada? Si tienes ensayos, novelas, cuentos o artículos publicados por ahí, te estaría muy agradecido si pudieras facilitarme un listado bibliográfico, porque me voy a todo correr al FNAC a comprarlos.
Muchas gracias por hacernos partícipes de tu vasto conocimiento. Y, por favor, no dejes de deslumbrarnos con tus críticas y sugerencias siempre tan certeras.

El hermano vudu
El hermano vudu
Lector
13 julio, 2008 10:45

Menudo curre de reseña prevacacional.
A mi me molesta bastante que no te traduzcan una parte del comic porque este en un idioma que no sea el ingles pues te pierdes una parte y creo que es mas facil que se esfuerce uno en traducir que que cada lector se busque la vida. Gracias a ti y al listado de expresiones podremos disfrutar de otro modo la obra.
Yo no entendia ni jota de las expresiones de Gambito en x-men que hacia en Frances, cajun o lo que sea ni las paginas de Queen & Country en Frances (solo por poner dos ejemplos que me vienen a la cabeza). Costaria poco poner en el correo o a pie de pagina la traduccion.
Un abrazo a todos y gracias por la reseña.

bongo
bongo
Lector
13 julio, 2008 21:49

Me encanta Scalped, de lo mejorcito de vértigo en mi opinión, ójala que aguante las ventas. Supongo que el nuevo buque insignia del que hablas José puede ser DMZ pero esta me parece una gozada