V de Vigilantes: Lázaro, levántate y anda

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“¿Es un virus? No lo sabemos. Esa gente, ¿está viva o muerta? No lo sabemos. Les he dicho todo lo que les puedo decir”. Como se puede apreciar en la anterior frase sacada del Amanecer de los muertos, los interrogantes preceden a la infección. Nunca antes una figura tan desconocida había poblado el imaginario humano convirtiéndose poco a poco, y por su propio pie, en un referente cultural. Los zombis se han ido colando, con sus andares descoordinados, en la literatura, en el cine y, por supuesto, también en el cómic. La infección ha comenzado.

“Cuando llegó Jesús, se encontró con que Lázaro llevaba ya cuatro días en el sepulcro […] Le dijo Jesús: ‘Tu hermano resucitará’ […] ‘Quitad la piedra’. Le responde Marta, la hermana del muerto: ‘Señor, ya huele; es el cuarto día’ […] Gritó con fuerte voz: ‘¡Lázaro, sal fuera!’. Y salió el muerto, atado de pies y manos con vendas y envuelto el rostro en un sudario. Jesús les dijo: ‘Desatadlo y dejadle andar’”. Así aparece en la Santa Biblia, en el evangelio según San Juan, quizá la primera referencia conocida sobre la resurrección de la carne. Lázaro estaba muerto y se levantó, aunque su figura no responde al canon actual de “muerto viviente”.

Lo primero entonces será discernir qué es un zombi. La Real Academia de la Lengua entiende como tal a “la persona que se supone muerta y que ha sido reanimada contra su voluntad por arte de brujería, con el fin de dominar su voluntad”. En ocasiones puede aparecer con la grafía anglosajona zombie y se trata, por tanto, de una figura legendaria, próxima a los vampiros o los hombres lobo, autóctona de las regiones donde se practicaban los cultos del vudú. El término podría tener una relación etimológica con el nombre de una serpiente divina a la que se rinde culto en algunas regiones del Níger, emparentada con el término kikongo nzambi, que significa dios.

Wade Davis, etnobotánico canadiense, y la folclorista americana Zora Neale Hurston, se dedicaron en 1982 y en 1937, respectivamente, a intentar aportar nuevas luces al fenómeno zombi. Neale viajó a Haití y conoció el caso de una mujer que, fallecida y enterrada, había sido vista, treinta años después, por sus vecinos convertida en un muerto viviente. Davis, por su parte, aportó la teoría de que la conversión en zombi se realizaba mediante el uso de dos sustancias: la primera induciría a la víctima a un estado parecido a la muerte, mientras que la segunda la revivía anulándole sus voluntades. Pese a todo, a día de hoy, no hay pruebas reales de estas prácticas.

Sin embargo, aunque parece tener una base realista, el concepto moderno de zombi fue popularizado por La noche de los muertos vivientes, de George A. Romero, en 1968. “Se ha descubierto que personas que acaban de morir han vuelto a la vida y han cometido asesinatos. Las víctimas muestran pruebas de haber sido parcialmente devoradas por sus asesinos”, se afirmaba en la película. Desde entonces los fallecidos se han levantado de sus tumbas para alimentarse de los humanos, desatando una temible plaga en cómics, libros y películas.

Muertos en la gran pantalla

“George A. Romero renovó con su cruda ópera prima el cine de muertos vivientes, puso de moda las películas de zombis y marcó un antes y un después en el género”, explica Desirée de Fez, periodista especializada y crítica de cine de terror, en su libro Películas clave del cine de terror moderno. “Romero abría las puertas con su magistral filme de zombis a un cine de terror estrechamente ligado a la realidad, de una violencia gráfica brutal y con un contenido crítico que trascendía la insinuación y la metáfora. […] Hizo cine social sin alardear de hacerlo y, lo mejor de todo, sin que se notará a simple vista”, añade.

“Según los últimos análisis, se puede afirmar que estos seres monstruosos se comen la carne de los que asesinan”. Aunque Romero no fue el primero en llevar los zombis al cine (en 1932 se había estrenado La legión de los hombres sin alma y en 1943 Yo caminé con un zombi) sí se le reconoce la paternidad del prototipo de zombi que forma parte de la memoria colectiva: el muerto viviente andrajoso, en constante estado de descomposición y caníbal. Y continuaría con sus historias en posteriores secuelas. En 1978 estrenó Zombie, la segunda parte de la saga, creada con un mayor presupuesto. El día de los muertos vería la luz en 1985, cosechando también un tremendo éxito. En el 2005, con los zombis puestos de moda de nuevo, sorprendió con La tierra de los muertos vivientes, y este mismo mes acaba de salir, directamente en DVD (el año pasado se estrenó, pero aún no nos había llegado a España), su última película, por el momento, El Diario de los muertos vivientes (Diary of the dead ), en la que vuelve a narrarnos, desde otro punto de vista y cámara en mano, aquella fatídica noche en la que los muertes se alzaron.

“Al parecer necesitan comer carne fresca, conservan algunas capacidades básicas pero parecen tener muy poca o ninguna capacidad de razonamiento”, se explicaba en la película clásica. En todas las siguientes encarnaciones de los muertos vivientes se han mantenido las características que los han hecho archiconocidos; temidos y amados a partes iguales. Normalmente, el género de terror tiene una atracción especial. Los espectadores o lectores pueden emocionarse o temer algo, pero a la vez sentirse seguros por la distancia que hay entre la obra y ellos mismos.

Los años ochenta fueron, sin duda, la década del terror; y el maestro del género, Stephen King. A él se le debe el terror moderno. Desde sus relatos cortos, como El cortador de césped, a sus novelas más conocidas (El resplandor, El misterio de Salem’s lot…) o incluso en La Torre Oscura, su obra magna; en todas se encierra ese encanto terrorífico que las tilda de universales. Pero el caballero King no estuvo solo en su andadura, le acompañaban, por aquella época, dos buenos escuderos, el ya citado George A. Romero, creador del proletario del terror que poblará el mundo futuro, y Sam Raimi, director de la saga de Posesión Infernal.

Raimi aportó un gran héroe, Ash, que se enfrentaría a las legiones de muertos en las tres entregas (Posesión infernal, 1983; Terroríficamente muertos, 1987, y El ejército de las tinieblas, 1993). El secreto del éxito del director de Spider-Man (2002), según Desirée de Fez, era doble, tenía que ver por igual con su visualización de la violencia y con su manera de mezclarla con el humor.

Lejos de ser una figura estancada, los zombis cinematográficos han ido evolucionando a medida que los tiempos cambiaban, consiguiendo perder las menores partes posibles de sus cuerpos en el trayecto. Han ganado en inteligencia y voracidad. De la lentitud de las películas de Romero se ha pasado a la velocidad de los infectados en 28 días después (2002), de Danny Boyle. De la crudeza y la realidad se ha llegado a la broma más estrafalaria en la paródica Zombie’s party (Shaun of dead en el original, 2004) de Edgard Wright. Hemos tenido hasta zombis con espíritu patrio, como [REC], de Paco Plaza y Jaume Balagueró, cuya secuela es inminente. E incluso se han hecho notables remakes, como es el caso del debut de Zack Snyder, Amanecer de los muertos (2004), basado en el Zombie de Romero, donde se sintetiza en las decisiones y gestos de sus protagonistas una reflexión sobre el pánico a lo desconocido y el doble filo del espíritu de la supervivencia. “Ninguna persona ha sobrevivido a la enfermedad. Lo que ocurre es que están volviendo de entre los muertos. Parece imposible, pero estamos hablando de reanimación de una materia muerta”.

Pero no sólo del cine vive el zombi. Los muertos vivientes también son capaces de alimentar las capacidades creativas de autores de novelas como H. P. Lovecraft, de colarse en las pantallas de los ordenadores en forma de videojuegos como Resident Evil o de devorar los cerebros de los mayores guionistas y dibujantes del noveno arte. Ni siquiera el mundo de las viñetas está a salvo de estos repugnantes seres reanimados.

Paseando por las viñetas, lentamente

Los cómic-book de terror habían aparecido bajo el emblema de horror-cómic en 1947 en Estados Unidos. La primera publicación de este estilo fue Eerie, de Avon Publications, pero su éxito no fue confirmado hasta que, en 1948, American Comics Group publicara Adventures Into the Unknown. Se trataba de un cómic-book repleto de historias de fantasmas, caserones, vampiros, zombis y chicas asustadizas. Poco a poco éstas se convertirían en las pautas que marcarían el género con un cierto toque gore, quizá demasiado para la época.

Unos años más tarde, en abril de 1950, surgían los dos primeros cómics de terror de Entertaining Comic (EC): The Crypt of Terror, que más tarde se convertiría en Tales from the Crypt, y The Vault of Horror. En mayo del mismo año la editorial publicaría el tercero de los clásicos horror comic, The Haunt of Fear. Se trataban de compilaciones de relatos cortos, de seis a ocho páginas, que pronto se convirtieron en una auténtica mina de oro llegando a vender más de 400.000 ejemplares cada uno. En alguna de las historias ya juntaron a los tres monstruos más clásicos: vampiros, hombres lobo y zombis.

En el tercer volumen de la Enciclopedia Del tebeo al manga, una historia de los cómics se explica cómo surgieron los “maestros de ceremonias” que guiaban a los lectores por estas inquietantes historias: “El caso es que por aquello de dar un toque especial a esas breves pero intensas experiencias por el lado oscuro del alma, Feldtein creó a tres siniestros personajes que abrían y cerraban las historietas con sus sarcásticos y en ocasiones hirientes comentarios: El Guardián de la Cripta para Tales from the Crypt; El Guardián de la Cámara para The Vault of Horror y La Vieja Bruja como presentadora de The Haunt of Fear, anfitriones que acabarían apareciendo alternativamente en los tres títulos”. El primero de ellos era un zombi.

“Cuando vimos que las series de EC, por ejemplo, marchaban bien, publicamos un montón de títulos de terror. Básicamente repetíamos fórmulas de éxito”, ha explicado en más de una ocasión Stan Lee, guionista, editor y mítico creador de personajes de Marvel Comics. “Durante veinte años hice todo lo que me pedía mi jefe, que quería cómics de vaqueros, pues de vaqueros. Que los quería de guerra, pues de guerra, de terror, de todo, vamos, menos arriesgarnos a crear algo nuevo”.

Fue por aquella época cuando Bill Everett, creador de Namor y de Daredevil, dibujaría para el número cinco de Menace, en 1953, una historieta escrita por el mismo Stan Lee que tenía a un no-muerto como protagonista. Se titularía Zombie!, y el mismo personaje sería retomado veinte años después por Marvel en la revista en blanco y negro Tales of the Zombie (1973).

Los zombis, por tanto, han rondado y habitado en el Universo Marvel casi desde sus inicios. Aunque nunca antes habían gozado de superpoderes; hasta ahora. El año pasado llegaban, con paso ligero aunque descoordinado, dos publicaciones basadas en el concepto revolucionario de los muertos vivientes de Marvel: Marvel Zombies vs. El ejército de las tinieblas y Marvel Zombies Orígenes. Ambos basados en una original idea del enfant terrible del cómic americano, Mark Millar.

En el año 2005 Millar se encontraba preparando su segunda etapa al frente de Ultimate Fantastic Four con un arco argumental que parecía representar la primera unión entre los dos universos principales de “La Casa de las Ideas”. La premisa era sencilla: el joven Reed Richards contactaba con una versión adulta de sí mismo y, decidiendo saciar sus ansias de conocimiento, viaja a ese otro plano de la realidad. Tras esto se encontraba una inquietante trama, porque el lugar de procedencia de la contrapartida adulta de Mr. Fantástico estaba poblado por superhéroes zombis infectados por un misterioso virus, del que tan sólo un pequeño grupo había logrado librarse.

Intuyendo el potencial de estos macabros personajes, la editorial decidió continuar con la explotación de este otro universo alternativo donde los brillantes héroes de Marvel se habían convertido en hambrientos e implacables devoradores de carne humana. Primero fue una miniserie de cinco entregas titulada, de manera poco original, Marvel Zombies, pero el título no estaba exento de su gracia privada ya que por ese apelativo se conoce al grupo de fans más acérrimo de la editorial. Después llegó a las librerías especializadas y Kioscos la precuela y el cruce con otra mítica creación terrorífica de los ochenta: El ejército de las tinieblas.

Marvel Zombies Orígenes está muy bien. Desde el punto de vista narrativo tiene mucha fuerza y mantiene todos los elementos comunes que suelen aparecer en una buena película de zombis, pero con superhéroes como protagonistas. Es otra vuelta de tuerca del género. En cambio, el crossover con El ejército de las tinieblas es bastante mediocre, parece un intento fallido. Podría haber estado mejor. Lo único que se salva es ver a Ash enfrentarse a Spiderman o al Castigador, por ejemplo”, afirma Raúl Shogun, especialista en cómics, amigo, y colaborador del programa radiofónico La Rosa de los Vientos.

Para llevar a cabo estos proyectos de los superhéroes zombificados no había un autor mejor que Robert Kirkman, que ya había trasladado no-muertos a las viñetas con gran acierto en el año 2003 con la saga de Image Comics, The Walking Dead (Los muertos vivientes). Para acompañarle se eligieron otros dos grandes artistas: Sean Phillips, por su sobriedad, crudeza y dominio de las luces y sombras, sería el dibujante principal; mientras que Arthur Suydam realizaría las portadas y otra serie de ilustraciones inspiradas en las más famosas de la historia de Marvel pero ubicadas en el “Zombieverso”.

Esto último resultó ser un magnífico reclamo publicitario y el éxito fue arrollador en todo el mundo potenciando aún más la explotación del fenómeno. Tras el verano del pasado año se publicó en nuestro país la segunda miniserie, Marvel Zombies 2, y antes el one-shot Marvel Zombies: Dead Days, que servirá de preludio. Julián Clemente ha explicado el fenómeno: “La epidemia que transforma a los héroes en zombis se está extendiendo en las dimensiones paralelas y sólo es casualidad que no haya llegado a la nuestra”. Y ahora hay estamos esperando a que editen la tercera y la cuarta parte de la saga; veremos qué tal continua la historia.

Volviendo brevemente a Los muertos vivientes de Kirkman es necesario recordar que recientemente hemos conocido la existencia de una futura serie de televisión que adapta lo vivido en el cómic. El propio Kirkman será Productor Ejecutivo y participará activamente en el proyecto. Las labores de dirección y de guión del episodio piloto recaerán en el cineasta Frank Darabont (conocido por todos los amantes de Stephen King, ya que es quien con más fortuna a adaptado al escritor de Maine). El propio Kirkman ha realizado declaraciones al respecto, sobre la fidelidad que espera de esta adaptación (y que ya aparecieron en Que no sea Kang, por favor…, de nuestro compañero Raúl Martín). “No deseo que sea una traslación viñeta a viñeta del cómic-book. Creo que tal cosa sería increíblemente aburrida para mí y para todos los lectores de la colección. […] Si pasamos del piloto, escribiré episodios y supervisaré los argumentos de la serie”.

Romero cuando estrenó su primera película, hace exactamente 41 años, no hubiera podido siquiera imaginar el impacto que sus seres tendrían hoy sobre la sociedad y la cultura. Internet ha tenido, como en casi todo, una gran importancia en el salto que han dado los muertos vivientes de las pantallas al mundo real. Muchos usuarios de MySpace, por ejemplo, se están convirtiendo en zombis. Puede que el propio George A. Romero lo sea.

Transformaciones espontáneas en la red

La gente está cansada de su rutinaria vida. Se levantan y se dirigen a sus trabajos, luego vuelven a casa; siempre es lo mismo. Algunos encuentran en la red su mejor aliado contra la monotonía. En MySpace está surgiendo un movimiento revolucionario, muchos de sus usuarios se están transformando. La plaga es más fuerte que nunca, ahora ni siquiera es necesario el menor rasguño para formar parte de la masa de cadáveres animados.

Ser zombi es para ellos más que una protesta contra lo establecido, es una actitud vital. Víctor Alonso, PepinoZombie, es uno de los jóvenes que ya forman parte de este movimiento: “Los zombis son gente despreocupada que sólo busca divertirse sin parar, sin necesidad de dormir para descansar. Además, defienden como nadie la idea de colectivo; las películas de este género ensalzan valores bonitos como la amistad. Un zombi solo a lo mejor no puede hacer gran cosa, pero cuando se junta con sus amigos… ¡La unión hace la fuerza!”.

Los fieles a este extraño estilo de vida, que podrían considerarse miembros de una nueva tribu urbana, alegan que lo que está pasando en la red no es más que una acción- reacción ante lo que ocurre en el mundo real. “Por fuera parece una moda, pero encierra una protesta contra los convencionalismos, contra lo establecido”, sentencia Víctor.

Otras páginas web muestran que en la red los zombis están más vivos que nunca. En Apocalipsis Z se contaban historias, como si de un diario se tratase, sobre una supuesta infección global; en zombiepresidents.com se han devuelto a la vida, digitalmente hablando, a los más carismáticos presidentes americanos, y, por último, cabe destacar una página que quiere destapar el lado sexy del asunto de la no-muerte: zombiepinups.com.

Como dicen en el Amanecer de los muertos, “la infección se propaga por medio del contacto de fluidos que penetran en la herida abierta”. Parece que la infección se ha propagado cada vez más, y que ha arraigado ya en la mayoría de los pilares de la sociedad moderna. Es indiscutible que la figura del zombi continua siendo atractiva gracias a su capacidad de inquietar, aterrar y animar al espectador a reflexionar sobre el estado de las cosas. Parece que en la actualidad, gracias en parte a las nuevas tecnologías, estos muertos vivientes, estos modernos «Lázaros», se han desatado del todo. Se han levantado y siguen caminando.

Nos leemos.

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horterator
horterator
30 septiembre, 2009 8:43

Articulo interesante sobre el mundo de los zombies. Pero echo en falta que no hables de Braindead, la peli de zombies de Peter Jackson. O por que no hablar de «No profonar el sueño de los muertos» en vez de hablar de la penosa REC. Que no es mas que una mala copia de Demons 2 de lamberto bava (creo). Tambien no haces referencia a las pelis del italiano lucio fulci (se llamaba asi?).
En cuanto comic, me extraña que no comentes alguna historia que se publicará en Creepy, Zona 84 ó 1984.

John Space
John Space
30 septiembre, 2009 10:07

Pues yo estoy más harto de los zombies… Tanto tebeo y tanta película sobre ellos me han provocado alergia al tema, como me pasó en los 90 con los dinosaurios. Y si encima todas las historias me parecen iguales, imaginaos.

Oneyros
30 septiembre, 2009 10:55

Apoyo a John Space. Yo soy fan de los VAMPIROS!!! tienen mucho mas interes… sin contar Crepusculo claro…

Komakino
30 septiembre, 2009 11:15

Buen artículo! como buen Zombiefilo siempre me interesa leer sobre el tema.
Por cierto, a mi humilde parecer, la peli del Snyder, Amanecer de los muertos tiene los mejores 10 minutos iniciales de cualquier peli de Zombies que haya visto. Tremendo principio en el que han conseguido plasmar perfectamente el desconcierto, caos y terror de una situación así … 

Visperas
30 septiembre, 2009 12:07

La verdad es que están saliendo demasiadas obras de zombis, pero el truco es quedarse sólo con lo mejor. Para los verdaderos fans: The Walking Dead de Kirkman y la novela World War Z de Brooks son ineludibles. Luego, pues con las de risa como Shaun o la próxima Zombieland, yo me río mucho.
P.D: Y si los zombis se han hecho pesaos, no hablemos de los vampiros…

Bender The Offender
Lector
30 septiembre, 2009 12:38

Pedazo de reportaje bien currado. Me ha resultado muy interesantes, y eso que no soy zombiefilo. Sólo te ha faltado profundizar en el tema de los videojuegos, donde los zombies están dando ahora mucho juego (valgas la redundancia) con títulos como el divertidísimo Left 4 Dead o el inminente Dead Rising 2.

R.I.P.
R.I.P.
Lector
30 septiembre, 2009 14:09

¿Y «SOY LEYENDA»? Creía que era la referencia más antigua a zombis… de hecho, se basaba en una novela de 1954 escrita por Richard Matheson. Fue adaptada al cine diez años más tarde por Roger Corman, si bien la adpatación más famosa (hasta el remake protagonizado por Will Smith hace un par de años) era la de 1971, que protagonizó Charlton Heston y que se tradujo «EL ÚLTIMO HOMBRE VIVO» (el título orignal era The Omega Man).

Por otro lado, la resurrección de Lázaro no es la primera referencia bíblica al levantamiento de la carne (en griego, anastasis). En el libro de los Reyes se mencionan tres resurrecciones, efectuadas por los profetas Elías (el hijo de una viuda) y Eliseo (un joven y un cuerpo que al ser echado en una fosa tocó los huesos del profeta y resucitó). Y el propio Jesucristo, antes de levantar a Lázaro, resucitó al hijo de la viuda de Naín y a la hija de Lázaro, según cuentan los evangelios.

Pero, salvo estas pequeñas matizaciones, interesante artículo, Diego. Como siempre, un placer leerte.

R.I.P.
R.I.P.
Lector
30 septiembre, 2009 14:13

Ah… me estoy acordando del mejor videoclip de la historia… el Thriller de Michael Jackson… ¿no iba también de zombis? Con eso de su reciente muerte, más de uno estará esperando verlo pronto convertido en un zombi auténtico.
🙂
Por cierto, también yo prefiero los vampiros… Espero con ansias tu artículo sobre estos sasnguinarios señores de la noche.

R.I.P.
R.I.P.
Lector
30 septiembre, 2009 14:17

Perdón… rectifico… la adaptación de 1964 no la dirigió Roger Corman. La protagonizó Vincent Price, el director era Ubaldo Ragona. Bendita IMDB.

zape
Lector
30 septiembre, 2009 15:44

Ciertamente la obra maestra de Matheson es más vampírica, pero su reinvención de la mitología del horror y la incorporación de la enfermedad/virus están en el tuétano del zombie actual. ¿No es «28 días despues» una versión libérrima de «Soy leyenda»?. La apertura de «Amanecer…» es ejemplar, por desgracia es lo único valioso que tiene, hace tiempo ya dejé por aquí mi , al parecer, muy polémico análisis de la relectura derechista que este film suponía de la ideología del cine de Romero y no lo voy a repetir, pero en cualquier caso un título sospechosísimo (y confirmado por los siguientes trabajos de Snyder, el visionario director) y que ayuda además a finiquitar una de las más bellas (y aterradoras) metáforas del zombie; la lentitud. Como el tiempo, como el sistema, como la sociedad misma, piensas que puedes escapar porque se mueve pesadamente, se arrastra torpe, está lejos, pero al final te coge, al final pierdes.
Por cierto rescatar un título zombie italiano originalísimo y magistral en su mirada conceptual y renovadora sobre el género, «Zeder» de Pupi Avati, la metafísica del muerto viviente.

david
david
30 septiembre, 2009 15:45

hola, muy buen articulo y aprecio la simplicidad que permite el que todos lo comprendamos, el soy leyenda de matherson es completamente vampirico ya tuve la oportunidad de leerlo y todas las referencias es a vampiros, las adaptaciones son las que han dado un aspecto zombificado a los perosnajes en algunos casos comoe le omega men de mark dacascos jejeje 

david
david
30 septiembre, 2009 15:46

por cierto esperare con ansia el de vampiros

david
david
30 septiembre, 2009 15:48

y ojala le puedas echar una ojeada a DEL CREPUSCULO AL AMANECER  si es que no la has visto es una chorrada, pero me gusta por el concepto de antiheroe que maneja, ademas sale tarantino  y la direccion es de robert rodriguez

jorgenexo
jorgenexo
30 septiembre, 2009 16:05

Sólo hecho en falta en el artículo mayor referencia a la novela y al libro de autoayuda del hijo del inventor de la velocidad absurda, es decir, los zombies en la literatura contemporánea. Respecto a la saturación de zombies y vampiros, totalmente de acuerdo. El colmo es la parida esta de Nocturna coproducida por Del Toro, con zombies vampiro o vampiro zombies, no sé como denominarlos: ha constituido una de mis lecturas veraniegas «ligeras» y temo que no haya valido ni como para eso. Me reconozco más de vampiros que de zombies, nunca le he visto excesivamente la gracia a las pelis de Romero y el subgénero carece de referentes literarios de calidad como sí ocurre en el caso de los vampiros (nunca me cansaré de reivindicar la novela de Stoker). Pero Los muertos vivientes de Kirkman me encantan (no así la memez de los Marvel Zombies). ¿La mejor peli de muertos vivientes de la historia? ¿Vale «Jesús de Nazareth»?

david
david
30 septiembre, 2009 16:05

me imagino que si es la misma ( si es donde baila salma hayek si es la misma jejeje ), y de las continuaciones solo he visto la dos y si tiene su gracia

jorgenexo
jorgenexo
30 septiembre, 2009 16:06

Jodeeer, sólo «hecho» con h… alguno me va a crucificar y con razón.

zape
Lector
30 septiembre, 2009 16:10

Agradezco el enlace a tu colega, pero en realidad que en miblog aparezacan títulos terroríficos no es indicativo, mis filias se dirigen al rescate de lo marginal y olvidado que paradojicamente nació con voluntad popular y hay cabe desde Naschy o Jesús Franco hasta Monte Hellman y Seijun Suzuki. El terror actual me interesa entre poco y nada. Aquí podrás leer mis «impresiones» sobre «Amanecer…» http://www.filmaffinity.com/es/review/91469240.html
Zeder tiene mucha miga y el Avati fantástico es un autor personalísimo (y por desgracia único), «La casa dalle finestre che ridono» es una obra maestra. Muy recomendadas ambas.

zape
Lector
30 septiembre, 2009 16:14

¡hay!, que patada al diccionario, es «ahí», por supuesto.
«Jesus de Nazareth», brillante.

zape
Lector
30 septiembre, 2009 16:27

Gracias Diego hombre, pero será mejor que vovamos a la programación despues de esta pausa para publicidad que se nos va a soliviantar la parroquia.
Fijate que yo creo que el zombie tiene un componente visual que quiza sea lo que haga que no resuslte muy apetecible para el escritor, mientras el vampíro o lo vampírico tiene una capacidad de sugerencia a la que no es ajeno el erotismo (hay que remarca la manera en la que vieron esto lo films de la Hammer, la manera en la que el vampiro se convertía en un agente de subversión moral a través de la sangre y el sexo)  que resulta más literaria.

jorgenexo
jorgenexo
30 septiembre, 2009 16:50

La Guía de supervivencia zombi tiene su gracia… las 30 primeras páginas, como curiosidad. Luego es bastante repetitivo,  capítulo final exponiendo diferentes encuentros con zombies a los largo de la hisotoria incluido. Y La Guerra Mundial Z… pues depende del capítulo, hay de todo, pero tampoco es para lanzar cohetes.  Esperaba algo más de un tío con padres tan ilustres como el director de El jovencito Frankenstein y Mrs. Robinson. Ambos libros, como el Nocturna antes comentados, son cesiones de mi hermano que leo en parte por cortesía, en parte por lo que disfruto luego poniéndoselos a parir. La pena es que yo no consigo que él lea los libros de Bolaño, Roth o Coetze que le paso, ni quiera me lee a Michale Chabon, a lo sumo la inevitable trología de Larsson (en la que la buena de Lisbeth tiene, por cierto, un momento cuasizombie bastante conseguido…)

Ziggy
Lector
30 septiembre, 2009 19:30

Pues me ha gustado el artículo.
(Pero personalmente prefiero «El último hombre sobre la tierra» y el «Hombre Omega» al remake de Will Smith).
Pero yo pensaba que quien creo a Namor era Bill Everett, no «Hill».

honorio76
honorio76
Lector
30 septiembre, 2009 21:52

¿Y de «Blackest Night» ningún comentario? Digo, es evidente que los Black Lanterns también son zombies…

david
david
1 octubre, 2009 6:47

gracias diego por la recoemndacion igual me gustan la hora del espanto 1 y 2 y vampiros de wes craven

david
david
1 octubre, 2009 6:48

y aqui en mexico hay unos clasicos de culto como la del vampiro con abel salazar y santo contra las vampiras, y aprovechando te pregunto que tan zombie es una momia o es otra categoria, jejeje

zape
Lector
1 octubre, 2009 14:54

Hombre, el vámpiro mexicano, el Conde Lavud. Las dos de Fernando Méndez son estupendas, eso si Salazar es insufrible aunque hay que concederle el mérito de haberlas producido, lo realmente mítico es la personificación vampírica, elgantísima y despiadamente magnética que realiza el gran actor gijonés Germán Robles. 

Sergio Robla
Admin
1 octubre, 2009 15:23

honorio76, tiene gracia que lo menciones. Lee esto:

Are Black Lanterns mindless zombies?

😉

Sergio Robla
Admin
1 octubre, 2009 15:29

Ah, y falta otra imagen de Suydam mejor que esas tontadas que hace en Marvel:

Arthur Suydam dibuja DC Zombies

😀

zape
Lector
1 octubre, 2009 18:31

http://www.filmaffinity.com/es/review/39620008.html , aquí una reseña que hice de «El vampiro» de 1957, para que no parezca que me hago publicidad indiscriminadamente tambien te recomiendo que busques en Pasadizo que tienen un análisis estupendo de esta misma http://www.pasadizo.com/peliculas2.jhtml?cod=492&sec=1. Muy interesante lo que apuntas del origen geográfico de los vampiros/zombies, quizás este en ese nacimiento antillano, de cultura oral preminentemente, la razón primera de la falta de literatura. Que fabulosa «I walked with a zombie» por cierto, yo la prefiero a «La mujer pantera», las maravillas que hacia Tourneur con cuatro perras y mucha sugestión atmosférico-romántica.

Uroborus
Uroborus
22 octubre, 2009 1:39

Muy buen artículo, los zombies tal vez sean un personaje de terror no tan añejo cómo los vampiros pero si que han sabido darse su boom de poularidad. ¿Han notado esas tendencias en el cine de terror? digo, en los 80 fue zombies, en los 90… pues no me acuerdo (ah sí, entrevista con el vampiro), para el 2000 fueron las de espíritus (entiendase los extraños y el Aro), entre 2003, a 2005 los zombies o «afectados» por algún virus volvieron por sus fueros, y del 2007 hasta ahora una clase de romance entre vampiros pubertos (saga crepúsculo, que sí… lo confieso, tengo toda la colección de Meyer :-p) y zombies (que combinación *-*).

Y pues, ya que hablamos de sustento literario para los zobies… Una de mis historias favorita es la obra de H. P. Lovecraft: Herbert West, el Reanimador. En esta obra, lovecraft nos describe al «zombie» o cadaver reanimado como un ente que posee un comportamiento parecido al de una fiera o un dinosaurio (digo, por la ferocidad) debido al daño cerebral que por falta de oxígeno sufren los sujetos de prueba del tétrico doctor (sí, se que suena más a lo Frankenstein). Pero ahí también podemos ver una de las características arquetípicas del zombie actual: el canibalismo. Las historias de lovecraft sobre el Dr West molan… no sé si tenga mérito mencionar además, que esta historia (o historias, ya que es una serie de relatos) inspiró una serie de comics y películas, que según sé, son del gusto de los goréfilos.