unahistoria

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Edición original: unastoria, Coconino Press.
Edición nacional / España: unahistoria, Colección Salamandra Graphic, Octubre 2014, Salamandra Graphic.
Guión, dibujo y color: Gipi.
Formato: 128 páginas a color editadas en rústica con solapas.
Precio: 20 €.

 

Prueba de que el tebeo es un medio maduro, que incluso puede presumir no solo de tener un lenguaje propio del todo vivo y cambiante, es la aparición en los últimos treinta años de autores que lo usan como el mejor medio posible para contar sus historias. La libertad visual y narrativa que permite el cómic le da sopas con honda a medios hermanos, como el cine, la literatura o la pintura. Y es más barato. Para el autor, me refiero. Ya no parece existir esa idea temible que defendía que el cómic era un hermano pequeño y cojo de otras artes más completas. El tebeo tiene su lenguaje, sus modos y formas y llega, con ímpetu, a lugares donde sus supuestos hermanos mayores no llegan. Es justo lo contrario entonces a ese pensamiento retrógrado.
El italiano Gipi sabe eso, lo sabe y domina el medio como el maestro que es. Ojead su bibliografía, pasad por las tiendas, y si no podéis, buscadlo en las bibliotecas. Obras como Mi vida mal dibujada o S. son productos que otorgan una enjundia artística que eleva el medio. Sin pedanterías, como es de agradecer. Y aunque existe una intención experimental, Gipi no se olvida que es un narrador de historias. Sus viñetas buscan relatar, entretener y emocionar. Y suele dar en la diana.
Después de una par de años alejado del cómic, el autor de El local regresa con unahistoria, una de sus más complejas creaciones, tanto a nivel formal como de fondo. unahistoria no es relato para todos los paladares, ya que de entrada exige una atención al lector por encima de la media. Gipi, un tipo listo, usa todas las posibilidades de la narración secuenciada para jugar con el tiempo narrativo, con la carga emotiva de la imagen y con el uso sensorial del color. Y de un vistazo, todo parece orgánico, sin lastrar el producto con costuras evidentes o tratar de epatar al lector con arrebatos tipo “ejercicio de estilo”. Y eso que el autor es un ejemplo de cómo dominar trazo y textura para llevar la carga emocional por donde quiere.

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Esto lo logra a través de una serie de aptitudes artísticas concretas. Desde un punto de vista meramente plástico, una de las características del arte de Gipi es su esponjosidad. El italiano, no cabe duda, es un maestro de las acuarelas. Las texturas que logra, la profundidad de sus paisajes, pero sobretodo, la emotividad que arranca con su paleta cromática lo eleva a las alturas del tebeo europeo, convirtiéndolo en uno de los grandes. Y lo estamos disfrutando en vivo y en directo. Gipi consigue recrear emociones abstractas con el color. Suena pedante y solemne, pero es así. Como si de un versado director de fotografía se tratase, el autor imprime a sus historias una carga ambiental que no solo supone una marca de fábrica, sino que le convierte en artista casi inimitable. Esas viñetas matizadas por la acuarela confieren a sus tramas una cualidad lechosa, esponjosa, como si cada cuadro fuera la visualización de un recuerdo, de un sueño que se escapa justo al despertar, tal es su poder evocador. Esto, desgraciadamente, no se aprende, sino que nace en las visceras del autor, lo que permite que cada historia de Gipi resulte un viaje donde cada capítulo resulta un placer emocional, ya caigamos en las garras del drama o nos dejemos llevar por sensaciones más amables.

Este poder cautivador del uso del color subraya la necesidad de darle mayor importancia al mismo, no solo en la crítica de cómic, sino en los foros y conversaciones entre amigos. Todo el mundo se fija en el trazo de tal o cual dibujante, en la fuerza del guión de tal o cual guionista. Pero el color es el gran olvidado. Y cuando este funciona de manera emotiva, la lectura se convierte en algo tan poderoso como un viaje personal, íntimo. Y esto en un medio eminentemente visual. Imaginad la diferencia existente entre la luz de la mayor parte de las teleseries españolas de los noventa, por ejemplo, y la iluminación de los grandes filmes cuando estos se rodaban en 35 mm. Pues esa es la relación del lector medio con los tebeos. La mayor parte de ellos apenas se fija en el color. A muchos, de hecho, les basta con que estén coloreados, y otros muchos se conforman con ediciones en blanco y negro de las reediciones de material antiguo. ¿Os imagináis que la única manera de haber visto Star Wars después de su estreno en cines hubiera sido en blanco y negro en tu televisor? No hubiera sido lo mismo, ¿no es cierto? Pues en el tebeo, donde las viñetas encuentran su profundidad particular con el uso del color, eso es más flagrante. ¿A qué viene este comentario? No es un reprimenda a la pusilanimidad del lector frente al color, aunque un poco de ello sí tenga, sino que certifica la pericia narrativa del propio Gipi, quien alterna la presencia y la ausencia del color en su obra. unahistoria es un ejemplo de cómo manipula nuestros sentimientos en función del detalle cromático. Su uso o abuso permite además que la historia avance o retroceda y, como en las mejores películas, da pie no solo a tal o cual sentimiento en el lector/espectador, sino que ubica la historia en distintas líneas temporales. Esto, en el cine, supone un contraste a veces excesivo. En el tebeo, y concretamente en los de Gipi, funciona mejor y se convierte en una herramienta suave o tajante según la necesidad argumental.

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Entonces, Gipi exige atención del lector y le presupone inteligente. No supone la lectura de su obra un pasatiempo, sino una experiencia a la altura de la capacidad de sugestión de un David Lynch, donde todos los sentidos deben estar alerta y el cerebro bien templado para entrar en su juego. Pero esto, que parece farragoso y denso, no lo es tanto, pues la sugerencia emocional que maneja el italiano juega con sentimientos y sensaciones espontáneas del lector. Es en el juego argumental y temporal de su obra donde la inteligencia y la percepción del lector se pone en evidencia. Ahí sí que nos pide verdadera atención pues sus tramas, como en unahistoria, suelen yuxtaponer tiempos, épocas, danzando entre flashbacks y flashforwards. Estas dos patas de la mesa, la esponjosidad emocional de sus historias y la alternancia de líneas temporales, se convierten en las dos características más importantes del último trabajo de un autor que aún sorprende, cuyo periplo vital, cuyo proceso de madurez, está permitiendo la creación de obras cada vez más complejas y personales.
Una gozada.

  Edición original: unastoria, Coconino Press. Edición nacional / España: unahistoria, Colección Salamandra Graphic, Octubre 2014, Salamandra Graphic. Guión, dibujo y color: Gipi. Formato: 128 páginas a color editadas en rústica con solapas. Precio: 20 €.   Prueba de que el tebeo es un medio maduro, que incluso puede presumir…

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Guión - 7
Apartado Gráfico - 10
Interés - 8

8.3

Gipi es siempre garantía de calidad.

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Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
26 noviembre, 2014 9:54

Vaya por dios, hombre, qué chasco.
Por un pelo no puedo hacer un comentario como es debido sobre este tebeo. Ayer acabé de leer el ‘Dossier Negro’ y el siguiente de la pila es este ‘unahistoria’ que comenzaré a leer hoy.

No he leído nada de Gipi. Pero vi un texto (no recuerdo dónde, tal vez incluso en la web de la editorial) sobre este tebeo y me llamó mucho la atención. Hace unas semanas lo vi en la tienda y, tras un vistazo rápido, me lo llevé sin pensarlo más.

No sé si la historia me gustará, me defraudará o me dejará indiferente. Pero (y eso que sólo lo he ojeado) el dibujo me parece una puta pasada. Y la maestría con la que maneja la acuarela y los efectos de luz que consigue… Joder, es como mirar un cuadro de Turner.

Mr. X
Mr. X
Lector
26 noviembre, 2014 10:00

No conocía a este señor, pero el dibujo también me parece flipante. Tengo que echarle un ojo en librería.

Mathieu
Mathieu
Lector
26 noviembre, 2014 10:52

Pues a mi también me pilla a contrapie y eso que hace meses que lo tengo. Gipi era una asignatura pendiente. Y es que es uno de esos autores que dividen a la parroquia. Le tengo ganas, a ver que tal.

Una vez más, el perjuicio al lector viene de la editorial. Sino me equivoco, tamaño reducido y tapa blanda. Yo lo pillé en italiano que efectivamente és en tapa blanda pero de mayor tamaño. Lo que me molesta de verdad es que no esta para nada justificado este cambio y uno se pregunta que piensan las editoriales cuando ponen un comic como este a 20 euros (que repelen a posibles compradores). Yo me hice con él por 13 o 14 euros. El precio de venta al publico en italia son 18.

Excelnte reseña Raúl, de las que animan a sacarlo del fondo de la pila.

Jose Angel Ares
Jose Angel Ares
Lector
26 noviembre, 2014 14:04

Gipi es de mis preferidos después de Peeters, es una maravilla en todo lo que hace.
Esta obra se me hizo corta, pero intensa. Viva Gipi!

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
27 noviembre, 2014 10:02

Mathieu; ¿qué tamaño tiene la edición esa italiana?
Empecé a leerlo y, aunque se sigue sin problemas, sí que es una lástima no poder disfrutar de esas páginas a mayor tamaño.

Aparte de eso… Supongo que el pillarlo en italiano no es por esnobismo, así que, ¿eres un hacha con los idiomas o tiras de traductor de Google? Si no me equivoco, también los pillas en francés, ¿no?

Joder, qué envidia.

Mathieu
Mathieu
Lector
27 noviembre, 2014 10:44

Buenos dias Retran, pues el tamaño de la edición italiana estaria entre la que publica Salamandra y un álbum de Bd standard. Digamos tamaño libreta grande (uff que bien me explico…)

Pues el tema de los idiomas tiene mucha relación con mi afición al comic. Ya hace unos años tuve que meterme a saco con el inglés por temas de trabajo y fueron los comics a precio «reducido» en inglés de Amazon un gran incentivo para mi.
El tema del italiano es porque, ya hace demasiado, pase una temporada en Italia y para no olvidarlo pues muy de tanto en tanto me pillo algo en este idioma que para mi, hablando catalán y castellano, pues me es un poco más fácil me atreveria a decir (Cierto que lo estudié un par de años también claro). Este año además de este de Gipi me pille un integral de los «Los escorpiones del desierto» de Pratt, nada más. Y el francés, pues mira, en un período de parón laboral obligatorio (jeje) pues por la afició a la Bd me dije: «vamos a probar con el francés a ver que tal» e hice un curso intensivo. La verdad es que leerlo es bastanta más facil que hablarlo y, si, me pillo cosillas en francés ( Johan y Pirlouit, Lucky Luke y algo más que me resulta asequible y no me obliga a tirar mucho de traductor) pero sigo comprando la mayor cantidad de comic europeo en castellano.

Pero no, no diria que soy un hacha en idiomas. Ya me gustaria. Pero ahí estamos, mejorando poco a poco.
Desde aqui animo a completar vuestra afición al comic con los idiomas que resulta bastante gratificante.

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
27 noviembre, 2014 22:55

Lo dicho. Qué envidia.