Un cómic antes de dormir (8): Paul en Quebec

Michel Rabagliati nos habla de uno de los episodios más trágicos de su vida en boca del protagonista de sus historias, Paul. Tan emotivo como magistral.

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Edición original: Paul à Quebéc
Edición nacional/ España: Astiberri
Guión: Michel Rabagliati
Dibujo: Michel Rabagliati
Color: blanco y negro
Formato: Rústica con solapas, 192 págs.
Precio: 18€

 

No son pocos los que me habían recomendado acercarme a la obra de Michel Rabagliati sabedores de que por encima de todo valoro de forma muy positiva cuando en una historia encuentro el desarrollo de las relaciones humanas. Michel podríamos decir que comenzó tarde su aventura en el mundo del cómic, su debut se produjo en 2007 cuando contaba con 36 años – actualmente tiene 55 años – y lo haría contando las aventuras de alter ego Paul en la revista La Pastèque su éxito fue inmediato y desde ese momento y hasta la actualidad ha publicado siete volúmenes bajo el paraguas de la editorial canadiense Drawn and Quarterly, sus títulos son: Paul va a trabajar este verano (Fulgencio Pimentel), Paul en el campo (Fulgencio Pimentel), Paul va de pesca (Astiberri), Paul se muda (Astiberri), Paul en Quebec (Astiberri), Paul en los Scouts (Astiberri) y Paul en el norte (Astiberri), la singularidad de esta obra es que en primer lugar como os decía, el protagonista Paul es tan sólo la forma de dar salida a pasajes personales convirtiendo la obra en una semi-biografía del autor, la segundo particularidad que esconde es que no sigue un hilo cronológico, es decir, con cada nuevo volumen nos cuenta sucesos importantes de su vida pero por ejemplo en su última obra, Paul en el norte, nos habla de cuando tenía 16 años y en cambio en su quinta obra, Paul en Quebec y de la que os quiero hablar nos encontramos a un Paul ya adulto, casado y con una niña teniendo que hacer frente a un trágico suceso. Al final, tendremos una biografía completa y cronológica y quedará en la decisión del lector si organizarlos de esa forma y como fueron concebidos sirviendonos para poco a poco inmiscuirnos en su vida.

Tras esta breve introducción para poner en contexto a aquellos que no conozcáis su obra toca abordar Paul en Quebec, y es que aunque cada volumen tiene su encanto, su sensibilidad y buen hacer, lo cierto es que es en este donde Rabgliati despliega toda su artillería para convertir una obra triste y que fácilmente podría haber llevado al melodrama en un ejercicio de naturalidad y buen gusto salpicado con pequeñas escenas que conseguirán dibujarnos una leve mueca en nuestra sonrisa a pesar de la historia en la que estamos sumergidos.

Paul en Quebec trata de la muerte de un ser querido, ni más ni menos, en él vemos como Paul, su mujer Lucie y la pequeña Rose viajan a Quebec donde viven los padres de esta para pasar unos días en familia junto al resto de sus hermanas, maridos e hijos. Estas páginas son utilizadas por el autor para “presentarnos” a la familia, hablarnos de sus relaciones y conocer detalles de la infancia de las tres hermanas. La historia avanza y vemos como también Paul y Lucie deciden emprender la aventura del cambio de casa, esta en buena medida es la grandeza de esta obra, lejos de ceñirse en un suceso concreto lo que Rabagliati hace es como si fuese un “corte” cinematográfico de aquellos años y nos explica los diferentes sucesos que marcaron esa época. Todos estos cambios rápidamente verán como pasan a segundo plano cuando reciben la noticia de que Roland, el padre de Lucie ha caído enfermo de cáncer de próstata, a partir de ese momento la obra gira entorno a ese suceso y cómo esto afecta a la vida de su mujer Lisette y como es obvio a la de sus hijas, yernos y nietos.

Estamos ante una historia para nada edulcorada, tampoco lo exagera para caer en el melodrama, es ni más ni menos las diferentes etapas por las que pasa cualquiera cuando a un familiar cercano le detectan un cáncer, desde la detección hasta en el peor de los casos el desenlace final, lo se porque por desgracia me tocó vivirlo en mis propias carnes con mi suegro, quizás por ese motivo he conectado tanto con la historia porque muchos de los pasajes que en él se cuentan me ha tocado vivirlos, ver como un hombre grande, lleno de energía y que transmitía felicidad se terminó consumiendo poco a poco hasta que tristemente nos dijo adiós, nosotros también tuvimos que ver cómo pasaba de casi cien kilos a poco más de cincuenta, y obviamente es imposible no emocionarse al recordar cómo bailaba con su frágil cuerpo el día de nuestra boda al que se empeñó en llegar.

Estamos pues ante el volumen perfecto para adentrarnos en sus vivencias, una historia dura pero emotiva de esas que consiguen emocionarnos y convertirnos en fans del autor para siempre, su trazo de dibujo agradable se ajusta como un guante y aunque a veces puede parecer excesivamente simple lo cierto es que consigue transmitir perfectamente situaciones y momentos que a otros dibujantes quizás con un trazo más expresivo o realista no vería capaz de hacer, para muestra las páginas que incluyo a lo largo de este texto.

Michel se ha ganado mi favor para siempre con esta obra y ni que decir tiene que en las próximas semanas haré por ir disfrutando poco a poco del resto de volúmenes, en él he encontrado justamente lo que buscaba, historias adultas llena de emociones, de relaciones humanas, sencillamente, llenas de vida y que ante determinadas situaciones o momentos me hagan reflexionar o simplemente recordar momentos vividos.

  Edición original: Paul à Quebéc Edición nacional/ España: Astiberri Guión: Michel Rabagliati Dibujo: Michel Rabagliati Color: blanco y negro Formato: Rústica con solapas, 192 págs. Precio: 18€   No son pocos los que me habían recomendado acercarme a la obra de Michel Rabagliati sabedores de que por encima de…
Guión - 8.5
Dibujo - 8
Interés - 8.5

8.3

Emotivo

Michel Rabagliati nos habla de uno de los episodios más trágicos de su vida en boca del protagonista de sus historias, Paul. Tan emotivo como magistral.

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Raúl López
Naci en Sabadell (Barcelona) en 1978 aunque siempre he vivido en Barbera del Vallés. Mi afición por los cómics de superhéroes se comenzó a gestar en el momento en que mi profesor de EGB, Joan, me dejó algunos números de Clásicos Marvel que contenían las historias: La muerte del Capitán Stacy, La muerte de Gwen Stacy y La última cacería de Kraven. Desde ese momento me convertí en fan absoluto de Spiderman y por extensión de Marvel Comics. Con el paso de los años aprendí a paladear el buen cómic sea cual sea la editorial, el personaje o autor. En 1999 fundé Zona Negativa como el rincón donde hablar de aquello que me apasionaba, el resto es historia.
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