Ultraverse: Break-Thru

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Edición original: Malibú Comics – diciembre 1993 – enero 1994
Edición España: Comics Forum – diciembre 1996
Guión: Steve Gerber, Mike W. Barr, Steve Englehart, James D. Hudnall, Tom Mason, James Robinson, Len Strazewski, Gerard Jones, George Pérez
Dibujo: Rob Phipps, George Pérez, Cully Hamner, Tim Elored, Ben Herrera Gene Ha, Scott Benefiel, Terry Dodson, Norm Breyfogle, Roger Robinson, Rick Hoberg, Aaron Lopresti, Jeff Johnson
Entintado: Dave Simmons, Aaron Swod, Scott Reed, John Lowe, Tim Elred, Mike Christian, Jacen Rodriguez, Andrew Pepoy
Color: Robert Alvord, Psychodelic Prisms, Moose Bauman, FoodHammer!, Keith Conroy, Violent Hues, Tim Divar, Family Fugue
Portada: George Pérez
Precio: 1995 pesetas (serie limitada de dos tomos de doscientas ocho páginas cada uno)

 

El último mes del año 1996 acogió en los quioscos y librerías españolas la que podría considerarse última publicación de las aventuras y desventuras del Ultraverso bajo el sello de Comics Forum. Con la publicación del cruce Break-Thru, se cerraba una trayectoria que había durado año y medio y que se había visto afectada por diversos cambios sobre la marcha. Los dos tomos en los que la editorial celtibérica recogía el relato, eran al mismo tiempo catálogo de lo mejor que podía ofrecer Malibú y reflejo de lo que pudo haber sido pero no llegaría a ser.

Break-Thru es una aventura concebida como un cruce clásico en el que todas las colecciones del Ultraverso se vieron implicadas y corresponde a un período en el que la empresa californiana aún no había sido absorbida por la casa de las ideas. En el momento de su publicación en nuestro país, la afición había asistido a la debacle creativa operada por la dirección creativa establecida por la nueva propietaria. La calidad de las series del ahora sello Malibú cayó en picado y sus responsables fundacionales tomaron las de Villadiego, ante la imposibilidad de mantener la línea marcada originalmente (o, ya puestos, de trabajar con ilustradores de cierto nivel). Sin embargo, a finales de 1993 nada de esto se había producido, por lo que aún se puede disfrutar en este cruce de un Ultraverso «puro y sin mácula».

La historia es una excusa de libro para presentar la división superheroica de Malibú como un ente cohesionado. Para ello, nada mejor que sacar a colación un evento que fuera común denominador del origen de los poderes de los llamados «ultras» y que obligara a estos a vivir los clásicos combates por error y alianzas circunstanciales. Los guionistas responsables de las series constitutivas del Ultraverso se conjuraron para integrar en sus respectivas cabeceras el hilo conductor de la historia: desde la Luna empieza a ejercerse un influjo que afecta a la Tierra y que está provocando todo tipo de desastres entre una población que ve cómo las personas más afectadas por esa atracción pierden la vida, víctimas de su obsesión. Diversos grupos de empijamados, así como súper-poderosos bajo control público o privado se dirigen al satélite para descubrir que tras el influjo está una entidad, muy antigua, que quizá bien podría ser la responsable –directa en algunos casos, indirecta en otros- de la aparición de seres con habilidades especiales.

Cada una de las colecciones –con pocas excepciones- tuvo un capítulo en el que sus protagonistas tenían ocasión de enfrentarse a la amenaza o misterio. Los personajes de corte urbano apenas tenían participación –en el sentido de que no estaban llamados a emprender el viaje espacial-; los de naturaleza mística o tecnológica, por el contrario, acaban encontrándose en el camino a la luna. El resultado fue una conclusión que cerraba algunos misterios, pero abría otros que seguirían alimentando el Ultraverso.

Vista con la perspectiva de los años, esta miniserie es un compendio de nombres ilustres y carreras de corta trayectoria. Así, es una auténtica delicia ver trabajar juntos a guionistas de la categoría de Mike W. Barr, James Hudnall, James Robinson, Steve Gerber o Steve Englehart; al mismo tiempo, vemos en acción a caballeros veteranos como Norm Breyfogle o George Pérez (que aquí vuelve a ejercer de ilustrador de masas) con colegas más jóvenes pero hoy ya consagrados, como Gene Ha. Entremedias, esos autores que un día nos interesaron o llamaron la atención y que ahora, al correr de los años, nos preguntamos, como en el programa televisivo, qué pasó con. Lo mismo que con el Ultraverso y sus personajes. Eso sí, hay que advertir que personajes y diseños tienen un inconfundible sabor noventero que quizá no haya superado muy bien la prueba del tiempo.

Portada del primer número del cruce
Portada del primer tomo de la edición española

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