Top Ten: Morbius y la Legión de Vampiros

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Tan arraigados en todas las culturas como recurrentes en la ficción, es dificil precisar cual es el origen exacto de la moda de los vampiros. Criaturas espectrales entre la vida y la muerte que acechaban a los vivos, formaban parte del folklore de civilizaciones tan lejanas como la sumeria o la egipcia, extendiéndose como una plaga cuando el término Vampiro se extendió por europa durante el romanticismo, gracias a las obras de autores como John Polidori, Joseph Sheridan LeFanu y su embriagadora Carmilla o Bram Stocker.

Durante el siglo XX, la obra de este último cobraría una importante relevancia a través del cine de terror, convirtiéndose Drácula en uno de los personajes que en más ocasiones ha sido trasladado al celuloide. Desde Boris Karloff, hasta Gary Oldman (sin olvidar a un siempre enorme Christopher Lee) muchos han sido los actores que han dado vida al señor de los vampiros, o a cualquiera de sus siervos y derivados. Durante los últimos año, la irrupción de la saga Crepúsculo ha desatado la histeria colectiva, mientras los puristas se rasgan las vestiduras deseando que esta nueva legión de gusilués emos con horchata en las venas y brackets de diseño por colmillos sean brutalmente exterminados por los chupasangre de toda la vida.

Pero hasta que Jack Crow, Buffy, Blade, D, Batman y Hellsing decidan unirse para poner fin a la enervante plaga, las principales editoriales tratan de recobrar la cordura con acercamientos infinitamente más fieles e interesantes. Sumándose a todo este bloque por la resistencia, Morbius debuta con un nuevo volumen de sus aventuras a cargo de Joe Keatinge y el dibujante Richard Elson, trasladando a El Vampiro Viviente a un desolado escenario de la ciudad de Nuev York, para dar una nueva definición del terror. Con motivo del debut de su serie, os ofrecemos las primeras páginas del cómic, más un repaso por los más ilustres vampiros de la actualidad.



  • Júbilo y los Perdonados (X-Men): No nos hemos equivocado. La primera entrada de esta lista es -efectivamente- aquella muchacha con gabardina color plátano, que acompañaba a Lobezno a principios de los noventa. El responsable de todo es Victor Gischler, quien llegó a la franquicia mutante con muchas ganas de escribir historias de vampiros (¿?) y ni corto ni perezoso decidió transformar en esta en uno de ellos. Esto le permitió dedicarle muchos ratos libres a su trama de los clanes vampíricos enfrentados entre sí, una idea con potencial pero algo deslucida en lo que respecta a resolución, y que dió como resultado a esta singular revisión del Bloodpack de Blade II capitaneada por el vampiro-samurai Raizo Kodo. Pese a que él y su cuadrilla llegaron con la aspiración de convertirse en los antihéroes del año, no parece que haya nadie demasiado interesado en recuperarlos para continuar sus tramas.
  • 30 Días de Oscuridad: A principios de siglo, Steve Niles y Ben Templesmith irrumpieron con fuerza en el candelero gracias a un acercamiento a los relatos de vampiros gracias a esta imaginativa historia en la que nos trasladaban a un pueblecito de Alaska que se veía asolado por una invasión de Vampiros durante el periodo invernal en el que el sol permanece oculto durante 30 días seguidos a causa de su peculiar situación geográfica. Dejando a los humildes habitantes de la localidad a merced de unas brutales criaturas de voraces mandíbulas, más cercanos a tiburones humanos que a la imagen del chupasangre clásico. La serie tuvo tal éxito que nos brindó numerosas secuelas, e incluso una adaptación fílmica un tanto desangelada.
  • Emplaca (Generación X): Durante los noventa, el grupo de cachorros mutantes creado por Scott Lobdell tuvo como principal enemigo este siniestro hombre del saco surgido de los rincones más oscuros de la imaginación del dibujante Chris Bachallo. Mutante nigromántico desterrado a una salvaje dimensión que habría intimidado a los cenobitas de Clive Baker, el hermano de Monet St Croix acechaba a otros mutantes alimentándose de su médula para sobrevivir. Para ello, Emplaca contaba con unas bocas dentadas en cada una de sus manos, a través de las que drenaba el flujo de sus víctimas. Su malsana relación con su hermana (a la que convertiría en una suerte de indestructible crisálida autista atrapada dentro de su propia mente) contribuirían a hacerlo todavía más aterrador. Pero si por algo debería pasar a la historia el siniestro villano, es por tener al esbirro más carismático de la historia del cómic.
  • Black Kiss: Ajeno a cualquier rastro de mesura o limitación, la alambicada intriga noir de Howard Chaykin tiene prácticamente de todo. Desde f********* hasta e********* f********* s************** pasando por c********** de la p***********, s*******, a*****, y cualquier otra degeneración que os podáis imaginar. Dentro de semejante exaltación del exceso más decadente -que bien podría reflejar el día a día del Club Fuego Infernal mejor que cualquier acercamiento de Chris Claremont- lo único que parecían faltar eran los vampiros, así que para asegurarse de que no os quedaseis a medias, el creador de American Flagg también nos introdujo su acercamiento personal a estos seres de la noche dentro de su obra más provocadora.
  • La Sangre (The Shade): Hija de un joyero de Bilbao, La Sangre fue convertida mientras viajaba a África junto a sus padres por una horda de piratas (¡piratas vampiro!) convirtiéndose en la reina protectora de Barcelona tras ser rescatada y educada por The Shade. En lucha contra independentistas, el terrorismo y la opresión del fanatismo y la intolerancia, la guardiana sangrienta de Catalunya fue creada por James Robinson durante su etapa al frente de Action Comics reapareciendo con más historian y bagaje en el nuevo Universo DC.
  • Jusef Sardu (The Strain): Tras divertirnos con su aproximación explotativa a los relatos de vampiros en Blade II (donde crearía a los singulares Segadores) Guillermo del Toro probaría suerte en la novela con esta trilogía literaria en la que reinventó a los chupasangres como criaturas parásitas protohumanas con incisivas proboscides en lugar de los clásicos colmillos. Con un origen poroso que los vinculaba al Holocausto nazi, el vampirismo se extendía como una enfermedad vinculada a vermes sanguíneos, convirtiendo a los infectados en monstruosos seres con un insaciable apetito por la sangre humana. La obra eventualmente sería adaptada al cómic de la mano de Dark Horse, quienes prosiguen con su publicación a cargo del incorregible David Lapham, teniendo como principal representante de sus criaturas a este inmortal vampiro de proporciones gigantescas, encarnado en un noble polaco del siglo XIX.
  • Vampirella (Vampirella): Creada por Forrest J. Ackerman y Trina Robbins a finales de los sesenta, esta visitante llegada desde más allá de nuestro mundo supuso una revolución para la imaginería vampírica dentro del noveno arte gracias a su carnal diseño tan repleto de sensualidad como excaso de vestuario. Pertrechada con botas altas de cuero alto y un escueto bikini rojo dibujado sobre su cuerpo como brochas de sangre esparcidas sobre su cuerpos desnudo (más un imposible cuello que protegía su garganta del ¿frío?). Preludio de la explosión sexual de los setenta, esta suerte de Dejah Thoris vampira proveniente de un asfixiante edén rojo en el que la sangre fluía en forma de ríos, y su raza medraba en la opulencia. En busca de la redención por medio en una constante lucha contra el resto de los chupasangre que acechan a la humanidad, Vampirella a perdurado desde entonces a través de varias editoriales, siendo publicada actualmente por Dynamite Entertaiment a cargo de Eric Trautmann así como la principal heredera de un neumático legado acuñado en sangre a través de Carmilla, Elizabeth Bathory o el cine de Jesus Franco.
  • Blade (La Tumba de Drácula): Olvidaos de Drácula Negro y de ese triste remedo encarnado por Eddie Murphy. Nunca -y digo bien, nunca- ha habido un personaje tan ******mente exploitation como el que ha visto el sol. Creado por Marv Wolfman y Gene Colan en páginas de La Tumba de Drácula, el personaje alcanzaría cierta popularidad gracias al auge de las colecciones de horror y vampiros a principios de los noventa. Sin embargo, el espaldarazo definitivo le llegaría con la película protagonizada por Wesley Snipes, donde este híbrido mitad humano mitad vampiro se elevó definitivamente como icono del género. Y aunque la editorial no ha sabido gestionarlo para brindar a su andadura comiquera de un éxito semejante, el brutal cazzador de vampiros de piel de ébano y gafas de sol perennes sigue arraigado en nuestro imaginario a golpe de hostias, metal, chulería nata y música electrónica.
  • Barnabas Collins (Sombras Tenebrosas): De nuevo de moda gracias a las peras de Eva Green la película de Tim Burton, el vampiro de la popular teleserie de los sesenta vuelve a la vida entre viñetas de la mano de Dynamite Entertaiment. Su caso fue un rara avis en el que un sencillo melodrama con dosis de misterio acababa convirtiéndose en un producto completamente diferente cuando un decidieron introducir en la serie numerosos elementos sobrenaturales. Con casi dos siglos de edad, este noble del condado de Maine fue convertido en vampiro a causa de un asunto de celos, irrumpiendo en la vida de la familia Collins como un intento de elevar la audiencia del programa. El resultado fue tal, que tras un primer arco argumental en el que ejercería como antagonista, se convertiría en un personaje de recurrente y -al poco tiempo- en la estrella central de la serie. El suyo es posiblemente uno de los primeros casos en el que el vampiro se erige como antihéroe adquiriendo un calado trágico más allá del tenebroso enfoque que se les suele dar.
  • William El Sanguinario Pratt / Spike (Buffy Cazavampiros): Aunque en el universo de Buffy, Cazavampiros hay infinidad de vampiros carismáticos a los que podríamos haber elegido para formar parte de esta lista, hemos decidido ir directamente a la madre del cordero apostando por el inolvidable chupasangre al que diera vida el actor James Marsters. Con un singular aspecto al más puro estilo del cantante Billy Idol (aunque habría que plantearse cuanto influyó en su concepción el Kiefer Sutherland de The Lost Boys) Spike debutó como antagonista en la segunda temporada de la serie de televisión, en compañía de la caótica y sugerente Drusila. Con la trama de Ángelus de trasfondo, el que aquella fuera la etapa durante la cual se labró definitivamente la grandeza de la serie permitió que regresara un par de temporadas más tarde, para emprender una interesante evolución. De villano ruín carismático, a secundario cómico para finalmente reivindicarse como figura trágica, Spike y su fijación cuasi sadomasoquista con las Cazadoras (las de cuero y las otras) se erigió como uno de los vampiros más fascinantes y complejos que hayan pasado por la pequeña pantalla. Tras un tiempo desligado del grueso de los cómics de Buffy a causa de que sus derechos estuvieran en manos de otra compañía, Spike vuelve a ser un personaje crucial en la novena temporada de las aventuras de la primogénita de los Summers, disfrutando además de una nueva miniserie para que el citado Victor Gischler pueda dar rienda suelta a su fijación con los chupasangres. Quien sabe si ahora se dedicará a contar historias sobre mutantes.
  • Marceline (Adventure Time): Nacida antes de la gran catástrofe que barrió a la humanidad de la faz de la Tierra, Marceline es una vampiresa de más de mil años, hija del lovecraftiano señor de la Nochesfera. Con una interminable melena negra que recuerda a los Yūrei del folklore nipón, esta eterna post-adolescente que parece haberse fugado de la época de la generación perdida y cuya más valiosa posesión es un bajo-hacha que ya hubiera querido para si Kim Deal parece beber tanto de la tradición más clásica en la que los vampiros eran seres espectrales que se podían transformar en cualquier suerte de criatura horrenda como de la literatura infantil escandinava. Alimentándose no de la sangre, sino del colo rojo, la vampiresa de Hora de Aventuras es una criatura complicada que encarna en cierto modo la esencia del caótico existencialismo trágico del romanticismo. Siempre en una constante búsqueda de diversión y emociones fuertes para no verse abrumada por su tendencia a la melancolía, tras convertirse en motivo de culto entre los aficionados del popular programa de dibujos animados, disfrutaría de miniserie propia con cierto ramalazo a lo Scott Pilgrim a cargo de la artista independiente Meredith Grant.
  • Lord Andrew Bennett (I… Vampire): Creado por J. M. DeMatteis y Tom Sutton a princios de los ochenta, la vida de este Lord inglés del siglo XVI cambió por completo cuando se vió arrastrado a una vida de horror, muerte y tragedia a causa de un infausto encuentro con el bíblico Caín, el primer de los vampiros. Transformado en un alma errante necesitada de sangre para sobrevivir, tras varios siglos vagando por todo el mundo, Bennett contemplaría como su maldición se extendía entre muchos otros convirtiéndose en una amenaza para la humanidad. Exaltación máxima del vampiro como antihéro trágico, Bennett vuelve a ser actualidad en el Universo DC gracias a los Nuevos 52. A cargo de los cuidados guiones de un Joshua Hale Fialkov que ha sabido congeniar el espíritu literario clásico con la fascinación urbana de los ochenta y el onírico dibujo de Andrea Sorrentino, su serie no será la más vendida de la actualidad, pero ha conseguido recuperar la fascinación por el lado más sugerente de las criaturas de la noche en un desolador panorama en el que sagas como Crepúsculo o Underworld parecían condenarnos a ver languidecer el género hasta convertirse en una sombra de lo que fue.
  • Conde Ambrosio (The Unwritten): Creado como una suerte de sosias del Voldemort de la saga Harry Potter, el murnauesco vampiro de la serie de Mike Carey encarna la imagen de ese miedo infantil corvo y siniestro que acecha desde las sombras ansioso por apresarnos entre sus garras y precipitarnos a las fauces de un voraz abismo sinfín. Tan amenazante con tanto con su presencia como su ausencia, Ambrosio es el vampiro conceptual. Una criatura forjada en los rincones más oscuros de nuestra alma, y que se alimenta a base de tragedia humana y horror. Tras una potente presentación en la serie de culto del guionista de Lucifer, el conde se convertiría en una amenaza constante incluso más allá del mero plano físico.
  • Skinner Sweet (American Vampire): Ser aficionado a los relatos de vampiros y no estar siguiendo la serie de Scott Snyder y Rafael Alburquerque es como ser aficionado al cine y no tener ni idea de quien es David Fincher. Adentrándonos en la cara oscura de la historia de los Estados Unidos de América, el guionista de Batman nos sumergería en un implacable juego de supervivencia en el que ese crisol de naciones que es la nación e las barras y estrellas se teñiría de rojo por medio del nacimiento de una nueva raza de vampiros tan hambrienta como despiadada. Y al frente de esta nueva cepa puramente americana, tendríamos a este carismático chupasangre, un sociópata forajido del lejano oeste que enfrascado en una salvaje guerra de poder contra humanos y vampiros por igual. Nada mejor para ilustrarlo que esta vistoso dibujo de Alburquerque dedicado a Newsarama.
  • Drácula (Drácula de Bram Stoker): Estaba claro que no podíamos terminar nuestra lista de chupasangres con otro que con el tenebroso conde transilvano creado por el literato británico. Mucho antes que el Doctor Muerte, Lex Luthor, Joker, Ming el Despiadado o Fu-Manchú, Drácula fue el primer supervillano con permiso del profesor James Moriarty. Prácticamente indestructible, poseedor de un conocimiento único de las artes oscuras, con unas habilidades para la transmutación que lo sitúan más allá de los límites de la comprensión humana y la capacidad de envenenar las mentes de sus víctimas como un tumor lento e insaciable que los consume por completo, hablamos de un icono del imaginario colectivo únicamente comparable con los mitos del mundo antiguo. Y aunque en más de alguna ocasión se nos ha presentado de forma devaluada, el que su influjo siga presente en prácticamente todas las editoriales americanas -desde Marvel hasta el Drácula del Buffyverso en Dark Horse pasando por Boom!, Dynamite Entertaiment y muchas otras- dan buena muestra de su poder. Como imagen representativa del Conde, nada mejor que el rostro que le diese Gene Colan en La Tumba de Drácula a través de su última aparición (en el Capitán Britania & Mi-13 de Paul Cornell). Behold! ante el príncipe de las tinieblas…



Y con esta selección de criaturas de la noche de cara al próximo estreno de Marvel NOW!, concluimos el año deseándoos que despidais 2012 por todo lo alto y que tengáis una entrada en 2013 por todo lo alto, a ver si con suerte todos los negros augurios que nos anuncian para el nuevo ejercicio son tan ficticios como los mundos en los que habitan estos seres. Disfrutad de la noche, y a comenzar el nuevo año de la mejor forma posible. Que no consuman vuestras vidas aquellos que solo ven en ellas un objeto de saqueo para mantener las suyas propias y que todo chupasangres que os encontréis sea en forma de figura decorativa molona.

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jojojajo
jojojajo
Lector
31 diciembre, 2012 17:08

 ¿Como que el Drácula Negro de Eddie Murphy era malo? No sabéis reconocer el arte cuando lo tenéis delante.

David For President
David For President
Lector
31 diciembre, 2012 17:22

«el creador de Jack Flagg»

Daniel, creo que te refieres a Reuben Flagg, ¿no?.

@Mister_Air
@Mister_Air
Lector
31 diciembre, 2012 17:38

La verdad es que en comic no me atraen mucho las historias de vampiros no se por qué.
De 30 días de oscuridad y Blade vi las pelis.
Era fan incondicional de la serie de Buffy y me he leído «La Trilogía de la Oscuridad» de Guillermo Del Toro» aunque el tercer libro me dejo un poco frío.
Pero en Comics sólo he leído los X-Men de Gischler y la saga me pareció un poco meh la verdad.
De lo que no tenía ni idea era de la existencia de esa Vampiresa Española.

Sputnik
Sputnik
Lector
31 diciembre, 2012 17:40

«(…)En lucha contra independentistas, el terrorismo y la opresión del fanatismo y la intolerancia, la guardiana sangrienta de Catalunya (…)»

¿Eso es en serio? ¿Llevan metralletas y camisetas con la cara de Lluis Llach, o cómo va la cosa?

Por cierto, falta Blácula. Que es un personaje de cine, sí, ¡pero fijo que hubo cómics!

Jordi Molinari
31 diciembre, 2012 18:44

Luchó contra ETA aka independentistas terroristas, y casi se «cepilla» al bueno de Mon-El. Pero si, queda un poco confuso y a mi también me ha hecho levantar la ceja en primera instancia xD

Reverend Dust
Lector
31 diciembre, 2012 18:45

¿Como que el Drácula Negro de Eddie Murphy era malo? No sabéis reconocer el arte cuando lo tenéis delante.
Hay Dráculas negros y Dráculas negros, y el de Eddie Murphy no era el bueno, sino el de William Marshall. Un drácula funky con pelotas. ¡Que hasta salía en un episodio de los Simpson!

Yo añadiría mi más reciente placer culpable, que es la miniserie de tres números Transfusion (en IDW). Sí, esa de vampiros vs. robots con una resistencia humana de fondo. La historia no tiene nada especial, pero el dibujo está entre experimental y raruno, y sobre todo sucio y apocalíptico… Que ya digo, el cómic no tiene nada (aunque en el último número había un homenaje descarado a Nosferatu), pero no sé por qué espero con muchas ganas el número final.

Ocioso
Ocioso
Lector
31 diciembre, 2012 19:11

El de la primera imagen no es Morbius, es Michael Jackson subido a algo.

New_Rodro
New_Rodro
Lector
31 diciembre, 2012 21:28

» Nunca -y digo bien, nunca- ha habido un personaje tan ******mente exploitation como el que ha visto el sol«

Anda que no se te ha visto el plumero con esto:

John Shaft, Cleopatra Jones, Coffy, Youngblood Priest, el duo Ataud Johnson y Enterrador Jones y mas recientemente Bruce LeRoy y Black Dynamite.

Por no mencionar -ya en comic- a Luke Cage y Pantera negra

Quentin Tarantino se estará cagando en tus muelas. xD

honorio76
honorio76
31 diciembre, 2012 23:04

Ey, ¿Y Edward Cullen? 

¿Acaso no merece estar en esta lista? 

¿Cuántos de estos vampirulos pueden brillar como Edward?

Reverend Dust
Lector
1 enero, 2013 21:02

 Sï, Daniel, en la foto de Blade… xD

birdman
birdman
Lector
1 enero, 2013 21:58

 y Cassidy ??

Deadpool
Deadpool
Lector
2 enero, 2013 3:08

 Que me gustaría ver a Skinner Sweet haciendo un cameo en Crepúsculo en uno de sus días malos 

Mr. X
Mr. X
Lector
2 enero, 2013 11:00

 Por cierto, y ya que el post viene a huevo, ¿alguno de por aquí es lector de American Vampire? ¿Vale la pena? He estado varias veces a punto de pillarme el primer recopilatorio y cuando estaba a punto de cogerlo de la estantería de FNAC me venía a la cabeza el careto del mamón de Crepúsculo y pensaba «jodidos putos vampiros», y lo dejaba donde estaba…

Cassidy
Cassidy
Lector
2 enero, 2013 11:38

p.s.: Birdman, Cassidy desde luego es de los grandes, pero al no estar de actualidad perdía puntos para formar parte de la lista

Muy mal Daniel >_>

syx
syx
Lector
2 enero, 2013 18:58

 El lomo de mi edición de Carmila dice Sheridan Le Fanu.

Como fan de los vampiros que no brillan me ha gustado mucho el top, y muy genial la definición de Marceline, no me lo había planteado pero creo que es perfecta. 

Deadpool
Deadpool
Lector
3 enero, 2013 16:51

 Mr. X yo lo he leído y la verdad es que merece la pena, nada que ver con Crepúsculo, tiene su parte de amor vampiro-humano pero bien desarrollado y sin resultar vomitivo, pero en general es acción con buen grado de violencia y un trasfondo interesante. Y los personajes tanto de Skinner Sweet como de Pearl Jones se salen, el tipo de vampiro al que no te gustaría cabrear. Ah, y no brillan con el sol 😉