Rising Stars vol.1: Nacido del fuego

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Edición U.S.A.: Rising Stars # 0-8; Top Cow.
Edición España: marzo de 2008, Norma Editorial.
Guión: Joe Michael Straczynski.
Dibujo: Keu Cha, Christian Zanier, Ken Lashley.
Entintado: Livesay y Jason Gorder.
Color: Liquid!, Matt Nelson, Brett Evans, Tyson Wengler.
Formato: tomo recopilatorio; 200 págs.
Precio: 18,00 €.

En la actualidad, el nombre de Joe Michael Straczynski resulta más que familiar no sólo para quienes disfrutaron con la space-opera televisiva Babylon 5, sino también para los aficionados al mundo del cómic que le han consolidado como uno de los guionistas más respetados de la industria. Pero lo cierto es que la popularidad de JMS –de este modo se suele abreviar su impronunciable nombre– comenzó a cimentarse hace menos de una década, cuando en 1999 el estudio Top Cow le ofreció la posiblidad de publicar su primer cómic de creación propia, titulado Rising Stars.

Una accidentada edición, tanto en los Estados Unidos como en España, ha impedido apreciar en su justa medida una obra que, pese a la presencia de evidentes claroscuros, se antoja como un plato de apetecible degustación para paladares deseosos de disfrutar de una curiosa aproximación al género superheroico. Pero esta contrariedad se ha visto salvada recientemente gracias a una edición que se antoja como definitiva, por cuenta de Norma Editorial. No sin antes prestar la atención debida a la figura de su creador, en las líneas que siguen a continuación analizaremos el primer acto de esta obra, recopilado en el tomo titulado Rising Stars: Nacido del fuego.

Joe Michael Straczynski: retrato de un guionista vocacional

Joe Michael Straczynski (New Jersey, EE.UU.; 1954) ha desarrollado la mayor parte de su carrera como guionista en el mundo de la televisión. En su dilatado currículum figuran series tan dispares como He-Man y Los Masters del Universo, Los Cazafantasmas, Se ha escrito un crimen, o La Dimensión Desconocida.

En 1993 ve la luz su proyecto más personal: la serie de ciencia-ficción Babylon 5, en la que ejerce de guionista y productor ejecutivo. El éxito es inmediato, ganando multitud de premios y adquiriendo una legión de incondicionales, convirtiéndose de esta forma en una serie de culto. Otra de sus facetas es la de novelista, centrándose en el género de terror con libros como: Demon Night, Othersyde, y Tribulations, además de varios relatos recopilados en Tales from the New Twilight Zone y Straczynski Unplugged.

En 1999 debuta como guionista de cómics de la mano de Image. Bajo el sello Joe’s Comics, de Top Cow, publicó obras tan recomendables como Rising Stars, Midnight Nation o Delicate Creatures. Tras el éxito cosechado por los tebeos anteriores, Marvel Comics decide ficharlo en exclusiva, pasando a ocuparse de la serie regular Amazing Spiderman.

Otros trabajos de Straczynski publicados por Marvel son: Supreme Power, Strange: Beginnings and Endings, Dream Police, Los 4 Fantásticos, The Book of Lost Souls, o las miniseries Bullet Points y Silver Surfer: Requiem. Recientemente, ha finalizado el contrato de exclusividad que le unía a «La Casa de las ideas», de forma que compagina la serie regular de Thor con la cabecera de la «Distinguida Competencia» The Brave & The Bold.

Estructura y análisis argumental

A modo de ambiciosa obra teatral de tintes dramáticos, Rising Stars se estructura en tres actos titulados Nacido del fuego, Poder y Fuego y cenizas. El tomo recopilatorio que hoy centra nuestra atención recoge las ocho primeras entregas de la serie regular, además del número “0” que sirve de prólogo o anticipo de la trama. En estos tebeos, Straczynski presenta la historia de 113 hombres y mujeres nacidos en 1969 en la pequeña localidad norteamericana de Pederson (Illinois), con la particularidad de que el instante en que el útero materno fue fecundado coincidió con el destello de un meterorito caído en las inmediaciones de la ciudad. Como consecuencia de dicho acontecimiento, todos ellos adquirieron habilidades sobrehumanas desarrolladas durante su infancia.

La historia comienza con la narración en primera persona de John Simon, más conocido como Poeta, quien ofrece su testimonio acerca del nacimiento, vida, obra y ¿muerte? de los “especiales” –así se conoce popularmente a estos 113 individuos– de Pederson. A continuación, los autores nos trasladan a principios del siglo XXI para presentar el desencadenante de una serie de sucesos que cambiarán sus vidas para siempre: el asesinato de “especiales” por parte de alguien que, atendiendo a su modus operandi, conoce a la perfección el funcionamiento de sus poderes, y la manera de atacar sus puntos débiles. A partir de este momento, adquieren mayor protagonismo dos personajes: el excéntrico Randy Fisk –alias Ravenshadow–, y el ya mencionado Poeta. Cada uno con sus particulares métodos, iniciarán una investigación que les llevará a rememorar días pasados, plasmados a través de interesantes flashbacks: la cautela del gobierno ante el descubrimiento de sus compañeros, la tutela ejercida por el Dr. William Welles, la manifiestación y funcionamiento de sus poderes, y cómo éstos han afectado al desarrollo de sus vidas cotidianas, etc…



A través de dichos flashbacks, y del avance de la propia trama, conoceremos más detalles acerca de los “especiales”, prestando especial atención a las vidas de: Matthew Bright, superhéroe y policía, Jason Miller, quien bajo la identidad de Flagg –más tarde Patriot– se ha convertido en icono publicitario de la corporación NexusCorp, Joshua Kane, pusilánime telepredicador cuyo padre explota sus habilidades de levitación y manipulación de luz, Jerry Montrose, quien como Pyro da un uso criminal a su pirokinesis, y Elizabeth Chandra, a ojos de cualquier observador, la mujer más bellas del mundo. Sus vidas se entralzarán una vez más con las de sus compañeros generacionales, debido a una trama conspiratoria urdida en connivencia con el Gobierno de los Estados Unidos, cuyas consecuencias explotarán y sa agravarán por culpa de Stephanie Maas, cuyo trastorno de personalidad la convierte en Masa Crítica.

Expansión del “Universo Rising Stars”

Peses a lo accidentado de su desarrollo, Rising Stars no se limitó a las 24 entregas a través de las cuales Straczynski y un variado elenco de dibujantes narraron la historia de los “especiales” de Pederson, sino que desde Top Cow trataron de explotar al máximo la aceptación inicial de esta serie. Por una parte, como mecanismo de promoción se dio salida a diferentes entregas introductorias –# 0, # ½, Rising Stars, Prelude–, publicadas a precios exorbitantes, o como complemento de la revista Wizard. A su vez, ya finalizada la serie principal, Straczynski confió en una colaboradora habitual, Fiona Avery, para asumir la realización de los guiones de miniseries desarrolladas en el “universo” de Rising Stars: Bright, Voices of the Dead y Untouchable. A través de las mismas, y mediante un ejercicio de retrocontinuidad, Avery indaga en la historia personal de tres “especiales”: Matthew Bright, oficial del Departamento de Policía de Nueva York, Lionel Zerb, cuya habilidad le convierte en una suerte de medium, y Laurel Darkhaven, cuyos poderes consistentes en la manipulación de objetos minúsculos terminaron siendo utilizados con fines muy creativos por la C.I.A.



Por otra parte, el escritor Arthur Byron Cover se encargó de la novelización de los tres actos de Rising Stars, completando con estos tres libros –Born in Fire, Ten Years After y Change the World– un exhastivo análisis de una de los proyectos más reconocidos de JMS dentro del mundo del cómic.

Por otra parte, cabe destacar que desde etapas iniciales en el desarrollo de Rising Stars, tanto Straczynski como Top Cow contemplaron seriamente la posibilidad de impulsar una adaptación cinematográfica o televisiva de esta serie, hasta el punto que la discrepancia de opiniones y pareceres surgidos entre editorial y guionista acerca del modo en que afrontar dichas negociaciones fue uno de los puntos clave en excesiva dilatación en el tiempo de la publicación de esta serie. Sea como fuere, pese a que Straczynski ha llegado a comentar que el proyecto está en manos de la productora de Sam Raimi, lo cierto es que no parecen haberse producido demasiados avances al respecto.

Paradójicamente, dos series televisivas, Los 4400 y Héroes han alcanzado un éxito considerable –sobre todo la segunda de ellas– partiendo de premisas sospechosamente parecidas a la de Rising Stars.

Valoración personal

El creador de Rising Stars ha reconocido en numerosas ocasiones que Watchmen, la indiscutida obra maestra de Alan Moore y Dave Gibbons, se encuentra entre los referentes más evidentes de este tebeo. Bien es cierto que ambas obras parten de un enfoque adulto del género, analizando desde una pluralidad de perspectivas los pros y contras de ostentar extraordinarias habilidades. También comparten la utilización de recursos estético-narrativos como los extractos de informes, fotografías, cartas o recortes de prensa, que contribuyen a enriquecer una ambientación que opta por la verosimilitud, en la medida en que lo permite la trama fantástica. Pero las semejanzas terminan en este punto, y es que no podemos olvidar que, mientras Moore es todo un genio y referente del Noveno Arte, Straczynski tan sólo alcanza –siempre en mi opinión– la categoría de guionista bastante solvente, con momentos muy puntuales de cierta brillantez.

Para su primera serie de creación propia, JMS planteó la enésima reformulación de la máxima “todo poder conlleva una gran responsabilidad”, que Stan Lee elevó a la categoría de mantra comiquero repetido hasta la saciedad. Evidentemente, éste es un tema consustancial al género: cómo los poseedores de los poderes que los convierten en “superhombres” deciden vivir su vida, y la reacción de la sociedad frente a quienes se podrían considerar el siguiente eslabón de la cadena evolutiva. En este sentido, el propio Straczynski admite que la trama se centra “en las elecciones éticas de los protagonistas”, mostrando actitudes muy diferentes en función de la evolución y circunstancias de cada personaje. La actitud de los poderes públicos también se refleja de forma coherente y realista, ya que tanto el ejército como el aparato administrativo de los Estados Unidos vigilan muy de cerca de estas 113 armas de destrucción masiva potenciales.



Pero este si por algo se caracteriza este primer acto es por desarrollarse dentro del marco de lo que se podría considerar un “whodunnit” clásico que presenta sus correspondientes dosis de intriga y misterio, no exenta de significativas pinceladas de acción. En general, Straczynski se las apaña para sacar partido a un interesante reparto, cuyos integrantes poseen habilidades que obedecen a los arquetipos del género, pero que en esta ocasión son utilizados de forma original por el guionista. En cuanto al resultado final, entiendo que lo más prudente es esperar al segundo y tercer tomo para enjuiciar cómo se cierra la ambiciosa historia ideada por el guionista de New Jersey.

En cuanto al apartado artístico, lo cierto es que se trata del punto más flojo de esta colección. Tanto Keu Cha como Christian Zanier y Ken Lashley evidencian los defectos más insistentes de la “generación Image”, a quienes parecen tomar como referentes o modelos a imitar. Poco expresivos, muy “creativos” -lo admito, en el sentido más despectivo de la palabra- en lo que a la anatomía y perspectivas se refiere, y por momentos realmente confusos en la caracterización gráfica de los personajes. En resumidas cuentas, lo opuesto a lo que quien escribe estas líneas suele buscar en un dibujante de cómics.

Pese a ello, este primer acto de Rising Stars entretiene -y mucho-, dejando al lector con ganas de conocer el destino de los “especiales” de Pederson. Además, la edición por parte de Norma Editorial, acompaña: con un precio razonable y una presentación intachable, tan sólo se puede achacar como mal menor que el gramaje del papel impide disfrutar adecuadamente de una original sorpresa presente en el #5 de la edición original. En definitiva, se trata de la primera muestra del talento y buen hacer de un guionista que, gracias a su trabajo en Amazing Spiderman, terminó alcanzando una posición de privilegio dentro de la industria americana.

Enlaces de interés


Worlds of JMS: completa web dedicada a este guionista.
Straczynski en Internet Movie Data Base.
Observationdome.com entrevista a JMS.
IGN.com entrevista a Straczynski (en 4 partes).

Un saludo y hasta la semana que viene! (eso espero)

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Telemaco24
Telemaco24
12 julio, 2008 11:51

Yo la descubrí el otro día y realmente me gustó mucho. Si bien el apartado gráfico deja q desear en algunos números(a veces todas las caras parecen iguales), la historia me gustó mucho. Muy recomendable.

dacosta
dacosta
12 julio, 2008 14:14

el numero en el que cuentan los abusos a un menor es de los mas emotivos ke he leido en mi vida, precioso

Jarlaxle
Lector
12 julio, 2008 15:58

Esta es una de mis series preferidas desde hace años, siempre la recomiendo. Para mí el mejor trabajo de Straczynski por encima de Midnight Nation o de Supreme Power. Sí es cierto que en el apartado gráfico no está a la altura de las anteriores pero eso se subsana a partir de la entrada de Brent Anderson.

Y es que la serie lo tiene todo, en este primer acto hay algunos momentazos para el recuerdo. Todo el número 5 es una maravilla aunque el mejor momento es en el número 7 cuando Matthew Bright le dice a Poeta: “Mira. John, ambos sabemos que no puedes vencerme. Jugar con las ondas electrónicas y la tele no te otorga poder para evitar que te arreste…” jeje claro, claro. Poeta for president.

Vazquez
Vazquez
12 julio, 2008 20:49

A mi personalmente me encanta, pero me parece que tiene 3 problemas:

1 El apartado grafico
2 Un comienzo titubeante en el que la trama principal parece que no avanza nada durante muchos numeros.
3 Una cierta empanada mental al final, tanto en el tema mistico-predestinacion marca de la casa, como en el patriotico, No lo estoy copiando porque no quiero buscarlo, pero decia algo asi como «Y america volvio a ser lo que siempre debio, un faro, un ejemplo para que las demas naciones la contemplen y sepan lo que tienen que hacer»

Pero no os fieis de mi opinion, crearos la vuestra propia, y para eso hay que leer el comic.

COMPRAD, COMPRAD MALDITOS!!

Colonial One
Colonial One
12 julio, 2008 22:24

Decir que el apartado gráfico deja que desear es el eufemismo del siglo…Vaya dibujos más feos!!
Yo siempre digo que se debería extender el concepto del «remake» a los cómics, y este «Rising Stars», junto con las saga de «Hábitos peligrosos» de Hellblazers son dos serios candidatos… joder, si fuera millonario, me daría el capricho de decirle a, por ejemplo, a Gary Frank que me redibujara pa mi solito el Rising Stars, y a Mazzuchelli que me redibujara el Hábitos peligrosos… mmm … Voy a echar un boleto del euromillón y vuelvo en un momento!!

john sandman
john sandman
13 julio, 2008 2:00

En los tres tomos Norma ha editado casi todo el material,incluidas alguna historia que fue publicada en la revista Wizard,pero les falta un numero que editó planeta en grapa concretamente el 9 que corresponde al Rising Star Prelude

lobezno23
lobezno23
14 julio, 2008 20:42

Lo descubri hace algunos meses en mi tienda de comics habitual. Cuando mire que era de JMS dije, mira iwal es interesante, xq venia de leer su etapa en amazing spiderman y realmente me gusto lo que hizo con un personaje un tanto gastado. Me lo compre despues de ojearlo un rato y cuando llegue a casa y empece a leerlo la verdad es q no podia dejarlo. La historia me parece que esta bien construida y a pesar de no ser el comic mas novedoso y original del mundo, si que da un nuevo enfoque del mundo superheroico. En mi opinion altamente recomendable. Visto el panorama actual…

Pedro
17 julio, 2008 8:37

Coincido con todo lo anterior. Añadiría que quizá los últmOs números no sólo resultan «una empanada mental» 🙂 como ha dicho Vázquez en el comentario 4, sino que peca un poco de maniqueo: De repente hay «especiales» buenos y malos. Pero es que encima los buenos son muy buenos y los malos, muy malos.

El apartado gráfico y ese «atroprellamiento» por acabar la historia en mi opinión hacen que, auqnue está muy por encima de la mayoría de cómics comerciales, no llegue a la categoría de «obra maestra».