Reseñas DC: Wonder Woman #36 y Supergirl #36

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Nuevas y esperadas etapas en dos personajes femeninos pero muy diferentes en DC Comics. La primera, Wonder Woman, llega de vivir una de las grandes etapas de su historia y se adentra en terreno desconocido, claramente en dirección a lo que veremos del personaje en el resto del Universo DC en general y en el cine en particular –o al revés–. La segunda, Supergirl, llega de vivir una etapa tumultuosa y llena de baches y tiene por delante un amplio terreno por explorar, siendo una de las ventajas de ser un personaje más secundario y sujeto a menos responsabilidad. Adentrémonos en sus respectivos análisis.

 
Wonder_Woman_36

Edición original: DC Comics
Guión: Meredith Finch
Dibujo: David Finch
Entintado: Richard Friend
Color: Sonia Oback
Formato: Grapa, 32 páginas
Precio: 2,99 $

 
Wonder Woman #36

Meredith Finch tiene encima un marrón importante. No sólo por ese aura de enchufada que las malas lenguas le atribuyen, sino porque tomar las riendas de Wonder Woman tras la gloriosa etapa de Brian Azzarello es una tarea cuanto menos titánica. Una empresa que a su vez es una oportunidad como ninguna otra para brillar con luz propia en el complicado panorama del cómic mainstream americano y entrar con ticket directo al olimpo de los guionistas. Además, Wonder Woman es un personaje que está moda. Desde que se supo que Gal Gadot asumiría el rol de la diosa amazona en la próxima película de Batman y Superman, su popularidad se ha disparado y sus productos han crecido exponencialmente, así como su presencia en diferentes tebeos de la editorial. Así, y con la vista puesta en el cine como motor de la industria del cómic, le han encargado a la buena de Meredith acercar este icono de la editorial a lo que veremos en el cine y a lo que vemos en el resto de cómics. O lo que es lo mismo, acercar a Wonder Woman a todo lo que el anterior guionista de la colección la alejó, creando su propio microuniverso cerrado del que no se movió en tres magníficos años.

Y hay que decir que como introducción no está mal. Uno lee estas –poco intensas– 22 páginas y le es complicado llegar a una conclusión. Se tratan de 22 páginas de manual que cierran la etapa anterior y abren una nueva manteniendo un hilo de cohesión que no abandona todo lo contado anteriormente. Digamos, por lo tanto, que el cómic tiene dos vertientes. Por un lado, parece como que la editorial tiene miedo de que le abandonen los lectores que han estado junto a la amazona desde el reinicio editorial y mantiene un hilo argumental –la presencia de hombres junto a las amazonas tras la guerra contra el First Born– que conecta con el pasado. Por otro, un nuevo arco argumental que hace desfilar en apenas 22 páginas a toda la Justice League y a Swamp Thing en una trama que apenas queda introducida –la vegetación se traga un pueblo entero, ya está– y la que da pie a toda una introducción insulsa en forma de monólogo sobre el agua.

Swamp Thing, ¿Cameo o protagonista del arco?
Swamp Thing, ¿Cameo o protagonista del arco?

Como decía, es difícil llegar a una conclusión pero no imposible: el cómic se mueve entre la nada y el poco. Entre lo disfrutable y lo anodino. No es una grapa independiente. Mi angelito interno tiende a pensar que formará parte de un todo que disfrutaremos en el futuro. Mi demonio dice que este cómic no dice absolutamente nada y que solo sirve para que, una vez más, el marido de la guionista tenga espacio para dibujar el mayor número de personajes principales de la editorial posibles. Unos personajes que de no aparecer en el cómic no pasaría absolutamente nada (especialmente sangrante es la presencia de Batman, Superman y Flash, ¿Para qué? ¿No tenemos ya Batman suficiente?). La personalidad de Wonder Woman, más agresiva que nunca, adherida en este caso al pego primero y pregunto después, apenas es reconocible y nos mueve a un lugar en el que parece que nunca hemos estado antes. Esta Wonder Woman poco tiene de George Perez y de Azzarello. Quizás si que tenga un poco de J. Michael Straczynski o de Gail Simone, aunque definitivamente es demasiado pronto para saberlo.

David Finch, por su parte, es el dibujante de las sensaciones encontradas. Las primeras páginas, llenas de paisajes genéricos, son bonitas y están bien estructuradas, pero el momento de llegar los héroes el talento del veterano dibujante roza el despropósito. A parte de que el grueso entintado de Richard Friend no termina de encajar y de que los colores de Sonia Oback hayan bajado una tonalidad respecto de lo que vimos en la anterior etapa, hay momentos del cómic que son para echarse a llorar. La splash page donde se nos muestra a la Liga de la Justicia es un claro retrato de un museo de cera, en el que la figura de Wonder Woman destaca por parecer una auténtica muñeca hinchable. Lamentable y fuera de tono. No está mal la pelea con Swamp Thing –todos sabemos que hay que cubrir la cuota de batallita en cada número– en la que la representación de Alec Holland es sobresaliente, pero el Aquaman marine completamente opuesto al que Ivan Reis nos obsequió hace un par de años es de crimen. David Finch goza de una fama inquebrantable, pero parece que la confianza le ha devorado el talento. Algo así como lo que le ocurre Jim Lee. Se mueven en un espectro en el que pueden jugar con la exageración que nadie les va a decir nada. Este cómic podría ser correcto, sin más, pero las exageraciones mencionadas hace que se quede no sólo muy lejos de lo que Cliff Chiang o Tony Atkins nos obsequiaron anteriormente, sino a años luz.

Bienvenidos al museo de cera de La Atalaya
Bienvenidos al museo de cera de La Atalaya

Todo es demasiado corriente, demasiado parecido a lo que nos da la editorial en la mayoría de las series. Las mejores series son las que se salen del canon, las que adquieren una identidad, suben un escalón, y se mantienen en él o incluso se atreven a subir más. A nosotros los lectores nos pusieron un caramelo en la boca con la anterior etapa, que no dejaba de subir escalones, y ahora nos hemos atragantado con esta vuelta a los cánones. Y eso que los cánones pueden ser disfrutables, y mucho. Si no viniera de donde viene, la serie se estancaría de lleno en la media de la editorial, llevándose como premio el “sí, pues vale” de la mayoría del fandom. Pero la serie viene de donde viene y es sangrante el haberse despedido de todo el elenco de secundarios maravillosos de los que disponía en pos de traernos a los personajes de siempre que están en todos y cada uno de los cómics a resolver las situaciones de siempre. Supongo que, en definitiva, el mercado manda. Bienvenidos a la normalidad.

Valoración:

 
Supergirl_36

Edición original: DC Comics
Guión: Mike Johnson y K. Perkins
Dibujo: Emanuela Lupacchino
Entintado: Ray McCarthy
Color: HiFi
Formato: Grapa, 32 páginas
Precio: 2,99 $

 
Supergirl #36

Un status quo nuevo no es fácil de presentar. Bueno, fácil es, lo que es difícil es que los lectores te sigan y se identifiquen con el cambio. Si bien los guionistas Mike Johnson y K. Perkins lo tenían fácil en este caso dado el camino dubitativo que el personaje llevaba siguiendo en el último año y medio, era complicado volver a hacer que los lectores confiasen en Supergirl. Para tal magna tarea, los guionistas han optado por hacer borrón y cuenta nueva y llevar al personaje a un lugar completamente diferente, rodeada de gente diferente y en la que se verá en aventuras, a buen seguro, diferentes. El número que tenemos entre manos podría llevar perfectamente un 1 en la portada si no fuera por el repaso exhaustivo que en boca de la protagonista y de su primo hacen en las primeras páginas de los eventos recientes. Un diálogo con el que intentan desatar las motivaciones que van a mover al personaje a partir de ahora, cuyo futuro –inmediato– parece estar bastante lejos de la tierra. Su talento ha sido observado por la Crucible Academy, una academia de seres superpoderosos de todo el universo,por lo que la reclutan para que sea uno de sus alumnos. Así de sencillo.

No sabemos prácticamente nada de la escuela ya que sólo conocemos a algunos de sus integrantes: Maxima y Comet, viejos conocidos de la editorial ligeramente reinventados y Tsavo, una suerte de Henry McCoy blanco. Faltará por concretar que es eso de reinventar al Captain Comet para este nuevo universo DC ya que el personaje ya pudo verse en el Action Comics de Grant Morrison. ¿Pertenecía aquel a otro rincón del Multiverso? Me estoy liando. La guionista Kate Perkins ha asegurado que veremos nuevos personajes y nuevas situaciones y nos lo creemos. La cuestión es que este cómic sirve de presentación de los mismos, pues Kara es puesta aprueba contra todos ellos para demostrar su valía y, por lo tanto, la posibilidad de entrar en tal prestigiosa academia. Lys Amata, la directora de la academia, está envuelta en un halo de misterio que sin duda dará que hablar en próximos números. Nada, por lo tanto, fuera de lo común en un cómic que cumple con creces el eje básico sobre el que debe girar todo cambio de sentido: ruptura con lo anterior y presentación de los nuevos personajes y situaciones. Trabajo bien hecho.

Kara, luciendo realmente bien, recordará todo lo andado hasta ahora
Kara, luciendo realmente bien, recordará todo lo andado hasta ahora

Y si el guión se merece buenas –aunque tibias– palabras, no es el caso del dibujo. Emanuela Lupacchino ofrece un auténtico despliegue visual en el tebeo. Kara Luce mejor que nunca (la primera página es espectacular), los personajes que la rodean (incluido Clark Kent) tienen una personalidad propia y el tebeo está envuelto en un toque que va desde lo urbano más chic cuando Kara está trabajando en una cafetería hasta el toque sci-fi moderno que vemos cuando Kara es transportada al espacio para ponerse a prueba. Digamos que este cómic es un ejemplo de composición y de variación de tesituras, demostrando la dibujante estar a un nivel demencial y demostrando que puede hacerse cargo, hoy en día, de cualquier serie que le den. Los siempre correctos colores de HiFi completan el arte con firmeza, atreviéndome a decir que están mejor que de costumbre.

Ya iba siendo hora de ver el rótulo de Supergirl sin un evento encima –recientemente habíamos visto Red Daughter of Krypton, Futures End y Doomsday, todo seguido–. Abandonamos pues la mediocridad anterior y nos aventuramos en una nueva etapa que, si bien aún desconocemos del todo por lo introductorio del número, pinta bastante mejor que lo que Alan Nelson y Tony Bedard –alias fill-in– escribieron en su momento. Es incertidumbre de la buena, de la que te hace sacar la fe a rodar y augurar buenas cosas a pesar de no haber visto nada todavía. Quizás sean las ganas que tenemos los fans del personaje de leer algo consistente. Si alguien quería un punto de entrada, aquí lo tiene. En la portada pone, con letras luminosas: “Estáis todos invitados”.

Valoración:

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Mr. X
Mr. X
Lector
20 noviembre, 2014 12:37

Sobre la WW de los Finch, con ver esto https://www.zonanegativa.com/imagenes/2014/11/Captura-2014-11-19-a-las-22.54.30.jpg lo único que te queda por decir es esto otro http://www.troll.me/images/grandma-finds-the-internet/la-madre-que-pero-que-mierda-es-esta.jpg

Sobre Supergirl: no dudo que sea mejor que sus anteriores versiones. Pero el hecho es que es el ¡cuarto! cambio de equipo en 36 números. Que, vamos, no sé cuántos lectores tendrá ahora SUpergirl, pero DC debería, como mínimo, condecorarlos.

(E insisto: el número de Multiversity Pax Americana es el NÚMERO)

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
20 noviembre, 2014 18:12

Nunca entenderé el éxito de David Finch, de verdad.

En fin. Adiós, Diana. Ha sido un placer.

Terrific Lines
Terrific Lines
Lector
20 noviembre, 2014 18:52

El WW #36 parece que se queda a medio camino. Nos quiere contar algo, pero apenas avanza en la historia. En todo caso, salvo eso (que ya es importante), a mi el estilo de Meredith Finch no me ha desagradado. Cierto que el monólogo inicial es un pelín extraño, pero ha conseguido crear una buena transición entre lo ocurrido anteriormente y lo que tenga que ocurrir a partir de aquí. Lástima, como decía, que se quede simplemente en eso.

Sobre el dibujo de Finch, pues se le criticará en varios aspectos (especialmente por sus caras acartonadas), pero aquí se saca unas cuantas páginas que son una maravilla, como en las que vemos a Swamp Thing.

De momento volveré para el WW #37. Dependerá de ese número que siga o no con la serie…

Tronak el Karbaro
Tronak el Karbaro
Lector
20 noviembre, 2014 19:13

Pues sí, el dibujo de la Liga parece un grupo de maniquíes (aunque son aún peores los antiguos dibujos de la Liga de Howard Porter, eso sí que es el horror), pero el dibujo se Swampy me parece una chulada.

r7varola
r7varola
Lector
20 noviembre, 2014 20:20

Sin haber leído nada (ni pretendo hacerlo), no me apuraría en criticar a Meredith Finch por meter a Batman y resto de la Liga en la historia en WW. Claramente debe ser una imposición editorial de que en este «primer» número apareciera toda la liga, aunque fuera a pito de nada, como potente señal de los nuevos aires de la colección y del «regreso» de Diana al universo DC del que la había apartado Azzarello. La historia puede ser buena o mala pero el campo de acción viene delimitado por los jefes. Y aunque pueda parecer mala jugada, no hay que olvidar que tal vez el nuevo giro de WW atraiga más lectores, que no digamos que la etapa de Azzarello reventaba en ventas, y al final a las empresas solo les importa cuanto venden a fin de mes fijándose muy poco en la calidad de lo que venden.

Jordi Molinari
20 noviembre, 2014 20:32

De momento le daremos 1-2 números más de margen a los Finchs en Wonder Woman. No ha estado tan mal como temía, pero tampoco me ha sorprendido gratamente.

Mejor resultado sin duda el nuevo número de Supergirl. Veremos que saldrá de todo esto, y como recompondrán la Superfamilia una vez haya pasado Convergence…

Daniel Gavilán
20 noviembre, 2014 21:38

Finch tiene algunas páginas nada malas en el cómic y otras que dejan bastante que desear. Pero en general, bastante anodinos tanto su Wonder Woman como la de Tomasi y Mankhe con Superman. No ya solo comparado con la de Azzarello, sino también con la de Soule y Tony Daniel.

A Supergirl le tenía interés por Lupacchino y el regreso de Johnson, pero la verdad es que lo dicho en el post vecino sobre Spider Woman se podría aplicar a esta, con una de esas tramas que parecen concebidas más para ganar tiempo hasta que se nos ocurra algo interesante que para ofrecer una propuesta con sustancia

Liponidas
Liponidas
Lector
21 noviembre, 2014 11:09

No les parece cansino tanto brillito por parte de los coloristas? a mi me hecha para atrás completamente, me resulta hasta demasiado noventero…Ay Mattheu Wilson, donde estarás ahora…