Reseñas DC: Detective Comics #30 y Aquaman and The Others #1

Dos series marcan esta semana en DC Comics. Por un lado, el esperado desembarco del equipo creativo tras la serie The Flash, Francis Manapul y Brian Buccellato, en Detective Comics tras una decepcionante etapa bajo los guiones de John Layman. Esta pareja se ha convertido por méritos propios en una de las parejas artísticas mas valoradas y su llegada a la longeva cabecera de Batman se produce bajo gran expectación. Por otro lado, Aquaman protagonizará su segunda serie en paralelo junto con el grupo de Los Otros, creado para este Nuevo Universo DC por Geoff Johns, una de las cabezas pensantes de la editorial. Aquaman and The Others es su título y Dan Jurgens y Lan Medina el equipo creativo encargado de llevarlo a cabo.

Hablemos claro: Francis Manapul y Brian Buccellato han llegado a Detective Comics a arrasar. Primero porque la anterior etapa de John Layman y Jason Fabok ha dejado un mal sabor de boca a todos los que en su momento apostamos por esta pareja tras el nefasto paso de Tony Daniel por la serie ya que, si en sus comienzos prometían, la serie se fue desinflando hasta tal punto que ni siquiera el último arco de Gothopia –que parece dar la impresión de que Layman tuvo que terminar mucho antes de lo que había pensado inicialmente por motivos editoriales– salva del supenso-casi-aprobado-justito a su etapa en la cabecera. Segundo, porque la etapa de estos dos autores en The Flash ha sido una de las más destacadas del reinicio del universo de DC Comics tanto por sus dibujos como por sus divertidos y dinámicos guiones que han ido mejorando desde sus noveles comienzos. Y es que estas dos características se pueden ver en el primer número de su Detective Comics: el dibujo es sencillamente impresionante y el guión es increíblemente divertido.

Nada más comenzar el cómic y profundizando en él nos quedaremos con la boca abierta en cada una de sus páginas. Decía Manapul que siempre se le había encasillado en personajes tipo Superman y Flash, donde la acción y los superpoderes eran predominantes sobre el resto de factores y que por eso tenía ganas de dibujar a Batman y demostrar otros extremos de su dibujo. Y vaya si lo demuestra: el dibujo es merecedor de todo calificativo positivo que pueda ocurrírsenos, mostrándo secuencias de acción y en estático con una calidad y un detalle impresionantes y, sobre todo, sin perder las señas de identidad que le caracterizan. Los colores de Buccelatto son para dar de comer a parte ya que no sólo mantiene también sus señas de identidad con esos colores acuarela que tanto tiempo ha trabajado, sino que se atreve a ir más allá añadiendo colores mezclados, nuevos tonos oscuros junto a los luminosos que ya nos mostraría en The Flash y dejando manchas de tinta allí donde los movimientos son más bruscos, detalle que a mi personalmente me ha dejado maravillado. La grandeza estética va más allá alcanzando un nivel espectacular también en la portada donde incluso ha merecido la pena el cambio del logotipo al que han sometido a la cabecera, obteniendo un look & feel más moderno.

Por su parte, el guión deja de ser un “mero trámite” para mostrar el espectacular dibujo de estos dos artistas y se convierte en un pilar fundamental de su buen hacer. Si, como decía, su trabajo en The Flash ha ido mejorando con el tiempo, aquí tenemos el culmen de su mejoría. Nuevas situaciones, nuevos villanos y nuevos personajes son mostrados en apenas 20 páginas de historia: Elena y Annie, madre e hija que son nuevas en la ciudad y que se muestran muy expectantes y optimistas respecto a la misma (muy al contrario de la imagen que parece tener el resto del mundo sobre Gotham), Bruce Wayne convencido para apoyar en lo financiero la reconstrucción de los bajos fondos de Gotham, bandas de moteros y un villano en la sombra que actúa en torno a la droga Icarus (ya introducida en el número de The Flash correspondiente al crossover Zero Year) que promete emociones fuertes viendo el impactante cliffhanger que nos depara al final del número. Tampoco faltará un homenaje al fallecido Damian Wayne que servirá para profundizar en el dolor del Caballero Oscuro y que marcará a buen seguro sus pautas de actuación en futuros números. Pocas veces le había sentado tan bien a Batman la ambientación en los barrios más marginales de Gotham, donde asistimos a una buena trama de juegos mafiosos en el que lo sobrenatural parece que también hará acto de presencia.

En definitiva, estamos ante uno de los comienzos más prometedores que se ha visto en una serie del hombre murciélago en muchísimo tiempo, mejorando incluso el gran comienzo de Snyder y Capullo en la cabecera principal allá por 2011. Manapul y Buccellato, una de las parejas de oro del cómic americano, están de vuelta tras una extensa pausa para allanar el camino y yo, personalmente, no puedo estar más emocionado al respecto. Si todo sigue al nivel de este primer número, estaremos a buen seguro ante una de las etapas de Batman para el recuerdo.

Quien nos iba a decir, hace 3 años atrás, cuando aún no había llegado a las tiendas el primer número de Flashpoint, que tendríamos no 1 sino 2 series centradas en el personaje de Aquaman. Pero así es, Geoff Johns, acompañado primero por el enorme Ivan Reis y luego por el no menos grande Paul Pelletier, hizo magia y devolvió al personaje a las cuotas de importancia que nunca debió perder. En los 2 años que estuvo en la serie, Johns tuvo tiempo de expandir la mitología, re-visionar los orígenes – para desgracia de los aficionados a la magnífica obra, que fue Las Crónicas de Atlantis de Peter David y Esteban Maroto, aunque lloraríamos menos si DC/ECC se sacase una bonita re-edición de la obra -, hacer un cruce con su Justice League – y otro que se avecina para algún momento de 2014 -, e incluso crear un equipo para cuando Arthur necesitase aventuras, no tuviera únicamente que recurrir a la Liga de la Justicia. A estos se lo conoce como Los Otros, y comparten conexión con Aquaman a través de las reliquias que usan. Creados durante el segundo arco de la serie, el trabajo de expandir este grupo cayó en John Ostrander, primero en el Aquaman #20 y luego en el Aquaman Annual #1. Aún así, su trabajo no fue suficiente, y decidieron apostar por alguien más veterano, y con más experiencia con Aquaman. El elegido fue Dan Jurgens, quien ya escribió en Aquaman a principios de la década pasada. Escritor aunque solvente, no suele terminar de conquistar a los aficionados, pero en DC Comics tienen mucha fe en el veterano escritor. Tanto, que será uno de los 4 escritores de Futures End. Allí podrá re-encontrarse con Firestorm, a quien escribió lo mejor que pudo hasta la cancelación de The Fury of Firestorm: The Nuclear Men. Mucho no podía hacer, heredó la serie tras un semi-reseteo a la serie, debido a un trabajo más bien pobre de Ethan Van Sciver y Gail Simone en los guiones. Aunque el grupo de villanos que introdujo al final, han tenido gran presencia en las minis de Forever Evil, especialmente en Forever Evil: A.R.G.U.S..

¿Y quienes son Los Otros? Pues son un grupo – equipo podría ser inexacto, según a quien le preguntes, y en que momento lo hagas – de hombres y mujeres de diversa edad y nacionalidad. Originalmente, cuando Arthur Curry los juntó por primera vez eran: la iraní Karina la Vidente (The Seer); el ruso Vostok-X; la brasileña Ya’Wara; y los estadounidenses Prisionero de Guerra (Prisioner-of-War) y el Operativo (Operative). Los 2 primeros murieron durante el segundo arco de Aquaman, y luego Ostrander introdujo a Sky Alchesay, una nativa americana que heredaría el artefacto atlantiano de Karina. Y es que cada miembro de Los Otros, tenía un artefacto distinto, con distintos poderes. Y con esta trama, empieza el primer número de Aquaman and the Others. La primera página, vemos a Atlan, quien mata al alquimista, para hacerse con los lingotes del oro del legado. 10 concretamente, lo cual ya atrae la curiosidad del lector, pues sólo se conocían 7 artefactos forjados por Atlan – los 6 de Los Otros, contando el tridente de Aquaman, más el cetro de Atlan -, y rompe un poco el culto/obsesión por el 7 que tiene Johns. Tras ello, vemos un misterioso grupo que quiere hacerse con estos artefactos, y nos presentan a cada miembro de Los Otros. Los artefactos, por una razón desconocida, han dejado de funcionar. Esto sirve para mostrar a los personajes sin su «arma», pero que aún así salen victoriosos. El enemigo no era extremadamente peligroso, y falta por ver hasta que punto el enemigo puede representar una amenaza real pero sirve para una buena carta de presentación para cada personaje.

Y el motivo por el cual deben actuar más conjuntamente no luce demasiado forzado, aunque si no fuera suficiente, el final tiene cliffhanger suficiente para unir al grupo y hacerlos actuar conjuntamente de momento. Y como uno de los escritores de Futures End, Jurgens aprovecha para empezar ya a promocionar la serie semanal. Aunque a efectos reales, es más un intento de captar lectores de Futures End a Aquaman and the Others, que a la inversa. Previo a esto, los protagonistas de la serie se encuentran en una situación que, aunque sin duda resolverán – siempre que la teoría acerca del mal funcionamiento de los artefactos sea cierta -, será curioso de ver, especialmente con el superhéroe del grupo. El número tiene una buena dosis de acción, con algunos momentos de humor. Pero si bien la caracterización de los miembros de Los Otros está correcta, no puedo quitarme la impresión que si no has leído nada del Aquaman de los Nuevos 52 – especialmente de Los Otros -, quizás no te hagas con todo de buenas a primeras con este primer número. Vamos, que te puedes llegar a sentir un poco… pez fuera del agua – si, tenía que decirlo -. Quien si parece estar en su salsa es Lan Medina. Si lo que DC Comics buscaba era un estilo similar que había en Aquaman, ha sido una decisión muy acertada. Las escenas de acción son claras y potentes, y las expresiones faciales en los primeros planos dan mucho juego, si bien es cierto que pierden expresividad, si el rostro aparece en segundo plano. Las tintas de Allen Martinez son un buen complemento, pero sobretodo, no le juegan una mala pasada los colores de Matt Milla – una de las asignaturas más pendientes en DC Comics -, jugando con una paleta clara y compacta. Resumiendo, si has disfrutado en algún momento de la serie Aquaman, te convencerá seguir también Aquaman and the Others. De lo contrario, o si simplemente no habías sentido interés por la serie individual, es posible que no llegues a apreciar todos los puntos positivos de esta nueva serie. Quizás visualmente no sea nada revolucionario, ni a nivel de historia se haya inventado la piedra filosofal, pero sin duda es la serie más redonda estrenada en lo que va de año, ambientada y/o relacionada con los misterios de las profundidades marinas.