Plaza de La Bacalá. Nostalgia y algo más

Carmelo Manresa presenta su segundo álbum. Una obra personal, nostálgica y curiosa que recorre todos los rincones de una imaginaria plaza de pueblo durante la década de los ochenta.

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Edición nacional/ España: Plaza de La Bacalá. Desfiladero Ediciones. Octubre, 2017
Guion: Carmelo Manresa
Dibujo: Carmelo Manresa
Formato: Rústica con solapas, 176 páginas
Precio:13’90€

 

Hacer de la nostalgia un reclamo publicitario es una estrategia comercial que vende mucho. Parece ser que los que vivimos nuestra adolescencia en la década de los ochenta del siglo XX tenemos la tendencia a añorar aquella época y buscamos en los medios de entretenimiento productos que nos recuerden aquel tiempo pasado que se supone fue mejor. Por esto abundan las emisoras de radiofórmula con música exclusivamente anclada en los setenta y los ochenta, que además si las escuchas a la misma hora del mismo día oirás la misma canción, también están de moda las series de televisión ambientadas en aquellos años y los festivales o noches temáticas donde se proyectan películas como Los Goonies, Ghostbusters y Galáctica que se llenan de cuarentones enfervorizados. A mí esta moda comercial no me dice nada. No pasé una adolescencia especialmente infeliz pero no añoro para nada el pasado. Prefiero la novedad, la sorpresa y no la rutina o lo dèjá vu.
Por esto el álbum de titulado Plaza de La Bacalá de Carmelo Manresa me producía a priori cierto recelo. Su promoción – muy artesanal y muy voluntariosa, eso sí – estaba demasiado centrada en el fenómeno nostálgico y a mis ojos esto no era un aliciente para su lectura sino más bien un inconveniente. Por suerte me decidí a leerlo y una vez digerido puedo decir que la obra de Manresa es bastante más que nostalgia. Con todos sus defectos y todas sus imperfecciones es una obra viva, interesante y que nos descubre aspectos del ser humano dignos de ser contados.

Carmelo Manresa narra mucho mejor que dibuja. Esto es lo primero que me gustaría explicar. Su puesta en escena es clásica, basada en un cronista omnisciente que nos va guiando por donde quiere, resaltando lo que considera importante y escondiendo lo que considera superfluo. Como un guía turístico, Carmelo Manresa nos va introduciendo poco a poco por la geografía de su pueblo imaginario y nos va presentando a su variopinta población en lo que intenta ser la representación del pueblo en el que todos hemos crecido o pasado algunos períodos vacacionales.
Villacil no existe como tal – aunque en la provincia de León podamos encontrar una localidad con este nombre – pero el autor lo sitúa en la zona del Levante mediterráneo y lo convierte en un símbolo de todos estos pueblos con una plaza central dotada de kiosko, cine de barrio y recreativos.

Plaza de La Bacalá hay que entenderla como un magnífico retrato de personajes. La descripción de sujetos tan curiosos como Manuel “el Pimo”, La “Cucu”, Antoñico “el Chu”, Pepe “el loco”, Miguel Olmo y algunos más que deambulan o trabajan en dicha plaza es soberbia. Sus traumas, sus anécdotas, sus alegrías son lo mejor que podemos encontrar entre su páginas. Entramos en su vida de manera abrupta y nos vamos de ella de igual manera con la sensación de que a partir de ahora su futuro nos preocupa y nos compete.

Carmelo Manresa divide sus páginas en una cuadrícula de tres tiras de dos viñetas. Algunas veces la primera tira es de un solo cuadro que utiliza para describirnos con todo detalle un local, una habitación, un paisaje. Su dibujo es tosco pero efectivo y se nota que el dibujante está bragado en el mundo de las revistas semanales porque su narrativa siempre es clara, nunca confundimos ni un personaje ni una localización. Si queremos jugar al juego de las influencias o de las reminiscencias el arte de Manresa me recuerda poderosamente a dos artistas españoles de los ochenta; al de Martí y al de Jordi Saladrigas.

Especialmente curiosas son las secuencias imaginadas por un personaje y ambientadas como si fueran un western. Manresa no se corta un pelo e imita el estilo de Jordi Bernet, añadiéndole los rostros de sus personajes. Un recurso curioso pero muy efectivo.

Carmelo Manresa es de Alicante, donde nació en 1965. Estudió y se licenció en la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos en Valencia. Es colaborador como humorista gráfico en las revistas de humor TMEO, Amaniaco y El Jueves. Además trabaja como profesor de dibujo en el instituto de una localidad alicantina llamada Rojales. En el 2010, se publicó el álbum Sarmiento, empleado del ayuntamiento editado por Ezten Kultur Taldea en su Colección TMEO. Por lo tanto Plaza de La Bacalá es su segundo álbum en el que el autor ha invertido cerca de tres años en su realización.

Desfiladero Ediciones ha publicado esta obra de una forma muy correcta pero sin excesos. El tamaño es algo menor que el de un álbum europeo, con tapa blanda y con una impresión y un tipo de papel muy adecuados. El prólogo corre a cargo de Javier Ikaz que ha escrito un libro titulado Yo fui a la EGB y que contribuye un poco más en convertir esta obra como un producto centrado en la nostalgia.

Plaza de La Bacalá es una obra interesante que no solo gustará a los nostálgicos de los ochenta. Es un álbum bien narrado que nos descubre toda una galería de personajes que recordaremos durante un tiempo. Unos personajes que quizás se hubieran merecido tener a un mejor dibujante que les diera vida pero que con sus limitaciones consiguen implicarnos y emocionarnos. Tampoco está tan mal.

  Edición nacional/ España: Plaza de La Bacalá. Desfiladero Ediciones. Octubre, 2017 Guion: Carmelo Manresa Dibujo: Carmelo Manresa Formato: Rústica con solapas, 176 páginas Precio:13’90€   Hacer de la nostalgia un reclamo publicitario es una estrategia comercial que vende mucho. Parece ser que los que vivimos nuestra adolescencia en la…
Guión - 7
Dibujo - 5.5
Interés - 6.5

6.3

Agradable

Un álbum diferente lleno de personajes carismáticos

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