Sleeper: El protagonismo de la ambigüedad

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Edición original: 2003 y 2004; Eye of the Storm, WildStorm (DC Comics).
Edición España: I Planeta DeAgostini/ II Norma Editorial.
Guión: Ed Brubaker.
Dibujo: Sean Phillips.
Entintado: Sean Phillips.
Portadas: Sean Phillips.
Color: Tony Aviña, Carrie Strachan, Alec Sinclair.
Precio: Obra completa en 4 tomos de 144 pág. cada uno (12,00 € por tomo). Otras ediciones descatalogadas.

En 2002 el guionista Ed Brubaker realizó junto con el dibujante Colin Wilson su primer trabajo para WildStorm, uno de los sellos de DC Comics: la miniserie de 5 números Point Blank, notable, discreta pero muy prometedora. La cosa no habría pasado de una mera curiosidad de no haber sido porque a Brubaker le quedaron suficientes ganas para seguir explorando el género negro y de espionaje en el mundo superheroico, «con la bendición» de Jim Lee y Scott Dunbier, que deseaban seguir con obras en el mismo tono.

Así pues, se puso manos a la obra tomando un personaje secundario pero ciertamente trascendental de Point Blank, Holden Carver, y lo convirtió en el protagonista de Sleeper, serie que duró 12 números en 2003 bajo el subsello adulto de WildStorm, Eye of the Storm. Junto al dibujante Sean Phillips, muy superior a Wilson y con fama de ser cumplidor con sus entregas, cosechó tal éxito de crítica que pronto se aseguró la continuación en 2004 en una segunda temporada, como si una producción de la HBO se tratase. Entre ambas, los sucesos acaecidos en la primera temporada sirvieron parcialmente para desencadenar los hechos narrados en Coup D’Etat.

La edición española fue iniciada por Planeta DeAgostini en mayo de 2004, y se extendió mensualmente con total regularidad hasta completar la primera temporada en abril de 2005, con formato cómic de 24 páginas. No obstante, las limitadas ventas hicieron que la editorial no se plantease editar la segunda temporada. Así llegamos a noviembre de 2006, cuando Norma Editorial (ya en posesión de los derechos de publicación de WildStorm) decide comenzar a publicar la serie desde su precuela (Point Blank) para continuar editando la primera y segunda temporadas en tomos mensuales de 6 números USA cada uno entre enero y abril de 2007. Sus títulos: A su suerte (#1-6 USA Primera temporada), Todo es mentira (#7-12 USA Primera temporada), Una línea borrosa (#1-6 USA Segunda temporada) y El largo camino a casa (#7-12 USA Segunda temporada).

Y para terminar, una curiosidad: en agosto de 2008 se supo que Sam Raimi y Tom Cruise estaban preparando juntos una adaptación a la gran pantalla del cómic. Indudablemente, a Cruise no le va el personaje principal ni en broma, pero bueno… lo mismo pensaba Anne Rice de su Lestat y fijáos qué grata sorpresa se llevaron algunos.

Argumento

Holden Carver, conocido por el alias de «El Conductor», parece ser un miembro en ascenso de una organización terrorista internacional dirigida en la sombra por el misterioso TAO, que cuenta en sus filas con numerosos miembros posthumanos con habilidades especiales, y que ha recrudecido últimamente sus actividades y atentados. Pero en realidad Holden es un agente infiltrado perteneciente a una agencia del gobierno con la misión de averiguar el nexo común, el plan alrededor del cual pivotan las aparentemente desligadas acciones de la organización de TAO. Para mantener su tapadera, ha tenido que renegar de su vida y sus seres queridos y tomar la apariencia de un traidor para todos sus compañeros; para todos excepto para su jefe directo: el manipulador John Lynch, único conocedor de la operación.

Sin embargo, cuando éste sufre un intento de asesinato y queda en coma, las apariencias que Holden ha estado obligado a guardar empiezan a convertirse en realidades mucho más tangibles que su antigua vida, a la que probablemente no podrá volver. Se convierte así en un «Sleeper», un agente infiltrado en situación inactiva o «durmiente», desconectado de sus superiores y sin posibilidad de recibir instrucciones o proporcionar información. Por si fuera poco, la necesidad de integrarse más que nunca, el compañerismo que comienza a desarrollar entre las filas enemigas y la poca diferencia de medios en ambos bandos, le llevarán a dudar de cuáles son sus lealtades para acabar concluyendo que sólo existe un bando posible (el suyo propio) y un solo objetivo: sobrevivir.

El espía que surgió de WildStorm

La literatura, el cine y el cómic de intriga y espionaje no son nuevos, así como la figura del topo tampoco lo es. Sin embargo, hay unas obras clave que marcan el género de agentes encubiertos en cada medio: En literatura, por citar las que más me gustan están El topo de John Le Carré o El hombre que era Jueves, de Chesterton; y en cine es reciente el caso de Infiltrados (ganadora del Oscar a la mejor película este año), su base Infernal Affairs (aquí traducida como Juego Sucio) y brillantes antecedentes como Donnie Brasco, Cortina rasgada o El hombre de Mackintosh. Las mejores aproximaciones son aquellas en las que el agente infiltrado deja de ser un simple arquetipo y la narración se centra, en primera persona o de una forma muy cercana, en el topo en cuestión, desvelando sus motivaciones, sus dudas y sus flaquezas. Y en el centro de estas aproximaciones más complejas se encuentra la confraternización con el, en teoría, bando enemigo.

¿Qué nos ofrece Sleeper? Llevar esa angustia y esa ambigüedad al máximo mediante una figura inexplorada: la incapacidad de salir de la tapadera. En el infiltrado, la confraternización no llega a ser total por el hecho de ver siempre una salida, una vía de escape. Sin embargo, Holden Carver ha dejado de ser al principio del relato un agente haciéndose pasar por renegado, para ser indefectiblemente un agente renegado. En este juego, si nadie sabe que estás fingiendo y no puedes demostrarlo, aquello que crees que es una mentira temporal se convierte de repente en tu única realidad, y lo único que puedes hacer es aceptarlo.

De hecho, poco a poco Holden se da cuenta que aceptarlo no es tan complicado. Su jefe gubernamental, John Lynch (émulo de Nick Furia en el Universo WildStorm y ya aparecido en Gen13) y su superior terrorista, TAO (creación de Alan Moore para WildC.A.T.s), no son tan distintos; ambos poseen una inteligencia descomunal y una mente superdotada para la estrategia y el espionaje. Incluso los métodos que usan son idénticos: chantaje, manipulación, atentados contra vidas inocentes,… Sólo su objetivo es distinto, sólo su plan permite distinguir en qué lado de la línea se encuentran. Pero para Carver, cínico, hastiado y cuyo objetivo único comienza a ser la supervivencia, los planes de Lynch y TAO son poco menos que intrascendentes: ni los entiende ni tiene ganas de hacerlo así que… ¿qué diferencia puede haber entre el supuesto «bando de los buenos» y el cada vez más difuso «bando de los malos»?

Pero es que además, para Carver comienza a ser más importate lo que tiene que lo dejó atrás. El compañerismo en las filas de su teórico objetivo es mucho más acusado, y empieza a tener lo que nunca tuvo antes: amistad incondicional, de la que se sacrificaría por salvarle el pellejo a uno. Y a nivel más íntimo, las relaciones sentimentales que establece son más profundas, y no precisa ni guardar apariencias ni reprimir sus deseos ni callarse esos secretos de los que antes no podía hablar con su prometida. Así, poco a poco, nos daremos cuenta que las acciones que Carver emprende para no ser descubierto no podemos encuadrarlas bien: ¿Está protegiendo su misión o está salvaguardando su nueva vida, más completa que la vieja?

Sin embargo, al mismo tiempo, no podemos olvidar que Sleeper tiene otra vertiente muy importante: se encuadra, con muchísimas licencias, dentro del género fantástico en su variante «personas con poderes especiales». Sin embargo, dos hechos hacen este aspecto poco importante para los lectores que no gusten de tal enfoque. El primero es que la serie apenas tiene retroalimentación con la continuidad del Universo WildStorm. Es cierto que John Lynch y TAO no nacen de la nada, y que aparecen «cameos ilustres», pero me atrevo a decir que si alguien no tiene ni idea de quiénes son, la serie puede seguirse sin ningún tipo de problema y sin perderse lecturas. Sólo la segunda temporada tiene una relación más acusada con Point Blank y su protagonista, Grifter; pero aún así tampoco hay demasiada repercusión.

El segundo hecho que hace que el enfoque de introducir «poderes especiales» no resulte chocante es que ninguno de los personajes principales va en mallas, sino que usan ropa normal. Además, los términos superhéroe o supervillano no se usan (me atrevo a asegurar) en toda la serie, prefiriéndose el término más aséptico y realista de «posthumano», muchos surgidos de experimentos y proyectos secretos gubernamentales, proporcionándose así un origen mucho más coherente.

En contrapartida sin embargo, la introducción de los superpoderes permite a Brubaker redefinir el género superheroico y machacarlo, al crear un mundo mucho más realista en el que cualquiera con habilidades especiales trabaja para algún gobierno u organización con fines políticos, y en el que las siempre claras líneas que separan a los buenos de los malos, a los incorruptibles de los villanos se difuminan. Lo único que distingue a unos y a otros es su objetivo último, el fin al que sirven; o mejor dicho, lo único que nos permite distinguirlos es nuestra coincidencia o no con dichos fines.

Y, por último, Holden Carver es una persona con un poder que no desea, que rechaza y que daría lo que fuese por deshacerse de él. De hecho, aunque le proporciona evidentes ventajas en su profesión, es el poder en sí mismo lo que le ha arruinado su vida personal obligándolo además a aceptar responsabilidades que no deseaba. Si pudiese decirse que Holden Carver odia algo más que a nada, es a esa capacidad, que tan alegremente aceptan los superhéroes convencionales como un don y que él (y Brubaker así lo dijo) toma por una maldición.

Sleeper visto por Brubaker

Sleeper es una serie con unos matices en cuanto a voluntad, edición y definición que la hace peculiar dentro del panorama estadounidense y Europeo. Para explicarlo, nada mejor que acudir a su propio co-creador, Ed Brubaker, y a las explicaciones que en diversas entrevistas fue dejando al respecto. El primer punto de interés hace referencia a que tuvo desde su aparición una acogida crítica tremendamente positiva, pero una ventas buenas aunque no excesivamente notables; la revitalización en el mercado USA le vino después, de la mano de los TPB. No deja de ser curioso que una serie discreta comercialmente conozca volúmenes recopilatorios pero el propio Brubaker lo explica diciendo que para Jim Lee, Scott Dunbier y John Nee, ésta era una serie que merecía una permanencia en el mercado más amplia y un formato perdurable. Para Brubaker, las ventas iniciales no son el único barómetro para dilucidar qué se reedita en forma de recopilatorios y, en este caso concreto, Sleeper se ha reeditado en TPB porque WildStorm y DC están orgullosos de ella y quieren mantenerla en el mercado.

La serie además fue concebida por Brubaker premeditadamente como una línea argumental ambientada en el universo WildStorm pero sólo ligeramente apoyada en él, como Planetary. En efecto, puedes comprender todo lo que necesitas sobre Sleeper sólo leyendo Sleeper algo justificado por el hecho de haber diseñado una historia muy compleja, de forma que no interesa que los lectores se paren para preguntarse quiénes son los personajes o qué cómics tienen que leer para comprender sus acciones.

Pero sin duda lo más llamativo de todo es esa voluntad de homologar el cómic con el fecundo mundo de las series de televisión, algo patente desde que se divide la historia en «temporadas». Brubaker dice: Cuando empecé a trabajar en Sleeper estaba decidido a crear un cómic adulto en la misma línea que «Los Soprano», «The Wire» o «The Shield», porque [estas series de TV] se centran sobre todo en los personajes, desarrollando varias líneas argumentales pero desarrollándolas a través de los personajes y a través de cómo les afectan. Nunca había visto esto en el cómic de superhéroes y pensé que si queríamos hacer algo nuevo más allá de una mera vuelta de tuerca más, necesitábamos algo diferente. Quería que cada número fuese un episodio, explorando un ángulo o tema diferente de la historia, y que fuese más o menos autoconclusivo aún formando parte de una historia más amplia. Y quería cada «temporada» centrada en una trama que englobase a todos los personajes. Así que los únicos ejemplos […] que puedo referenciar son las series de TV de la HBO

A su juicio, esta serie ha tenido que enfrentar un gran escollo: el factor limitante que supone una distribución basada en tiendas especializadas. Según Brubaker, la venta de cómics en USA está mediatizada por el hecho de tener unas plataformas de distribución insuficientes a la hora de dar salida a determinados productos. Así, las tiendas especializadas no tienen espacio material ni presupuesto suficiente para exponer u ofrecer al público con el debido cuidado cada obra publicada. Sin embargo, una publicación en tomos recopilatorios es mucho mejor porque, respetando esa visión conjunta de la serie (a fuerza de perder la visión de cada número como historia autoconclusiva) el mero hecho de conocer un recopilatorio hace que los lectores de cómics se fijen más en esa serie lo suficientemente buena como para reeditarla en ese formato.

Aspectos técnicos

La unidad de forma y fondo en Sleeper a nivel de guión está muy bien desarrollada. La serie no oculta su voluntad de thriller, usando para ello un número de viñetas que oscila entre las 6-7 por página (aunque con excepciones). Suelen ser viñetas de pequeño tamaño y, para aumentar la sensación de tensión y ritmo frenético, se disponen parcialmente superpuestas y sin una estructura que resulte idéntica de página a página. Cuando se quiere orientar una secuencia de viñetas alrededor de una acción concreta se escoge una imagen de fondo mayor. Otro dato a tener en cuenta es que, para realzar el valor intrínseco de cada viñeta, para forzar al lector a centrarse cada una de ellas, se insertan en un marco blanco y regular que contribuye a destacar la relevancia de cada acción que se lleva a cabo. Además, como siempre que se trata de género negro, los textos poseen especial relevancia, escogiéndose el bocadillo tradicional para los diálogos (con fondo blanco), y recuadros regulares o recortados (destacados cromáticamente en un suave color crema) para la omnipresente voz en off de Carver, que introduce así la narración en primera persona.

Asimismo, la estrutura de las temporadas sigue el esquema de algunas series de TV actuales (me gusta compararla con las primeras temporadas de Alias), con una línea argumental maestra que la orienta (la supervivencia en la primera temporada, el doble juego en la segunda) pero que permite desarrollar en cada número un hecho concreto que más o menos queda cerrado pero que influye en esa línea argumental a modo de subargumento o de detalle importante. Un ejemplo puede ser el número en el que varios grupos intentan encontrar el expediente de Holden Carver que, sin dejar de cerrarse en ese mismo número, resulta de evidente trascendencia en la trama principal.

En todo caso, donde mejor demuestra Ed Brubaker sus dotes como guionista es en las triangulaciones (las relaciones de los personajes entre sí). Siendo una serie que se basa mucho en el desgaste psicológico del protagonista y en cómo éste desarrolla intereses personales y sentimentales en el bando enemigo, un enfoque inadecuado de las mismas habría echado por tierra todo el trabajo. Nada más lejos: empatizamos desde el primer número con Holden Carver, entendiendo todas y cada una de las decisiones que toma él o cualquier otro personaje y, lo que es más importante, sus interacciones están igualmente bien ejecutadas por la mano del guionista. La tensión psicológica es inigualable, llegando a ser especialmente desasosegantes las secuencias de viñetas que reunen a Carver con TAO; entrañables las que lo relacionan con Genocide; o agresivamente sexuales las que lo unen con Miss Misery.

El dibujo de Sean Phillips también es digno de mención, con influencias declaradas de Curt Swan, Sal Buscema, Jim Aparo o el menos conocido Ken Houghton. Muy adaptativo según el guionista y el tono de la obra, Phillips desarrolla en Sleeper un estilo cercano al impresionismo, con una línea muy suelta (a veces cercana al cartoon) que, eventualmente hace más precisa cuando busca un efecto concreto. Su dominio sobre el aspecto gráfico se hace patente al entintarse él mismo (labores que no siempre ejerce), lo que le permite controlar los efectos lumínicos y los juegos de sombras; sombras para las que casi siempre usa machas de tinta y no gradaciones. Además, la composición de página de Sleeper (las viñetas superpuestas o «montadas» de las que hablábamos antes), unida al gusto de Phillips por los primeros planos casi claustrofóbicos y a su excelente aproximación a las escenas de acción, hacen que este dibujante alcance unas cotas de narratividad realmente sobresalientes en este tebeo. Por último, la expresividad de los personajes es total: sentimos a través del dibujo de sus expresiones y todos ellos adquieren un magnetismo especial, en especial TAO, Carver y, por supuesto, esa Miss Missery en la que se adivina la sombra envilecida pero irresistible de Rita Hayworth y su Gilda (y en ocasiones de Veronica Lake o Lauren Bacall).

Ahora bien, el color resulta igualmente fundamental a la hora de conseguir la atmósfera del tebeo y definir las líneas temporales. El género negro cinematográfico es oscuro y brumoso y gran parte del imaginario popular sigue pensando en blanco y negro. Para captar esa atmósfera opresiva y sucia, la mayor parte de las páginas de Sleeper tienen un filtro de color (que a veces es sepia, otras veces violáceo rojizo y en otras ocasiones gris o azulado). Ello consigue aumentar la sensación de opresión, de ambiente urbano cargado y dota a la obra de una unidad elegante y al mismo tiempo aséptica. Curiosamente, dado que el filtro o la imagen monocroma es usado comúnmente para los flashbacks en el cómic, aquí éstos aparecen con una paleta de colores más limpia, diferenciada y saturada, como transmitiendo una sensación de inocencia (la mayor parte de ellos son usados para esclarecer la vida de los villanos antes de serlo) que se ve amplificada por la mayor sencillez del trazo en comparación con la línea del presente.

Para terminar estos aspectos técnicos, creo necesario un breve apunte respecto a las excelentes portadas originales también a cargo de Phillips, en las que desarrolla un estilo de pintado muy personal que se define por una paleta de colores muy plástica y un desarrollo acusado de texturas, potenciando sensaciones casi sinestésicas.

Valoración

Sleeper es una gozada. Así de simple. Absorbente, cautivador, complejo y con muchas, muchísimas lecturas, este cómic hará las delicias de cualquier lector con interés por las buenas historia de espionaje, intriga dramática y género negro. Con un estilo que mezcla los mejores tiempos de Le Carré con las series más adrenalínicas de televisión como The Shield o 24, Brubaker redefine el género de superhéroes (perdón, posthumanos) y lo revoluciona, haciéndolo ambiguo, oscuro, violento y dramático. Este cómic le gustará a cualquiera que se acerque a él, demostrando que calidad técnica y argumental no están reñidas con entretenimiento. No en vano, en su lanzamiento Brubaker ofreció devolver de su propio bolsillo el importe del cómic a aquellos que nos les hubiese gustado.

Quedan un par de cuestiones, al respecto de las cuales conmino al lector a expresarse a través de los comentarios: ¿Habría resultado un cómic mejor sin haber enmarcado la historia en el ambiente superheroico? ¿Incluso así, se hubiera disfrutado mejor creando personajes directamente de la nada y no basándose en los preexistentes? Para dar mi propia opinión, respecto a la primera pregunta diría que tal vez hubiera sido una historia más universal, con menos requisitos para el público pero, sinceramente, que Sleeper pueda llegar a más gente no me importa lo más mínimo. Posiblemente podría adaptarse para TV de una forma mucho más eficiente suprimiendo las habilidades posthumanas pero lo cierto es que gran parte del dramatismo se debe a esa condición de los protagonistas, y entre los alicientes para el lector de cómics se encuentra el espíritu claramente iconoclasta y agresivo de esta obra a nivel metatextual. Sin eso queda una buena historia de espías, pero coja en la parte dramática y no tan original a nivel argumental, aunque igualmente sugerente y meritoria. Al respecto, veremos cómo se desenvuelve la nueva colaboración de Brubaker y Phillips en Criminal, cómic que al parecer ha nacido de las sugerencias que algunos lectores le hicieron a Brubaker de hacer algo parecido a Sleeper pero alejado de los superhéroes, en un tono más realista.

Criminal

Pero refiriéndome a la segunda pregunta, yo sí hubiera apostado por una independencia total del universo WildStorm. Aunque para la primera temporada resulta poco trascendente haberse leído Point Blank, para la segunda tampoco es indispensable, pero sí altamente recomendable; y el juego de conexiones y referencias que se derivan de ésta ya hunde demasiado sus raíces en todo el imaginario del sello de DC. Todo por la innecesaria introducción de un solo personaje: Grifter. ¿No podría haberse sustituido por otro? ¿No sería más universal dentro del mundo del cómic (y no fuera) la obra si se hubiera suprimido este personaje y las referencias que conlleva?

Sleeper en la web

Última actualización de este artículo: 23 de enero de 2010

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fletcher
1 junio, 2007 8:33

grandiosa serie, al menos la primera temporada, que me la pille cuando le editó Planeta…tengo pendiente la segunda temporada, a ver cuando me paso, es que ya son demasiadas cosas…AYUDAS PARA EL COMPRADOR DE COMICS YA!!!

Fletcher!!

Cannonball
1 junio, 2007 8:41

Es curioso, yo siempre he considerado «point blank» como un ‘prologo’ de Sleeper, no como una miniserie independiente (aunque lo sea).

En cuanto a la inclusion de Grifter, tal vez se uso como reclamo para que los lectores ‘tradicionales’ del universo Wildstorm se animaran a echar un ojo a Sleeper; aun asi, tampoco creo que dificulte la comprension de la historia.

Por lo demas, genial, como siempre, aunque esperaba que profundizaras mas en la labor de Philips, que en esta ocazion realiza una tarea excepcional.

Blade Runner
Blade Runner
1 junio, 2007 9:49

Coincido totalmente: Sleeper ES UNA GOZADA. Me encanta todo lo que escribe Brubaker, me encanta todo lo que dibuja Phillips y los dos juntos en esta serie creo que se han superado. Yo compraba la edición de Planeta y a punto estuve de pasarme a los TPs americanos viendo que tardaban tanto en sacar la «segunda temporada», pero no lo hice porque estaba SEGURO de que un comic tan bueno no iba a quedar inédito. Me alegra que Norma se haya decidido por los tomos recopilatorios, así cunde más la lectura del tirón.

Ahora estoy deseando que alguien se anime con Criminal…

highlander
1 junio, 2007 9:50

Una serie genial.
La devoré…
Le presté el primer tomo (1-6) a un amigo y me echó la bronca porque le había «obligado» a comprarse la serie entera.
Así que ya sabéis, si no queréis alterar vuestro presupuesto, ni siquiera le echéis un vistazo rápido…porque una vez que entres en las maquinaciones de Tao y de Lynch es imposible escapar de ellas ¿o no?

Aviso de Spoiler

se lo tendréis que preguntar a Holden Carver

Phantomas
Phantomas
Lector
1 junio, 2007 9:56

Con respecto a las cuestiones que planteas, a mi me gusta que esta historia de espías transcurra en un ambiente de SH’s (o post-humanos, o personas especiales, o como cada uno prefiera llamarlos). Creo que es parte de la gracia de la obra. Amén que, paradójicamente, me resulta más creíble esta historia (aún con personajes con poderes), que cualquier trama de 24, por ejemplo, donde se supone que Bauer es una persona “normal”. Además, creo que ese hecho cada vez es menos trascendente de cara a su universalidad, viendo el éxito de público que ha supuesto una serie de TV como Héroes.

En cuanto a la segunda cuestión, y teniendo en cuenta que la segunda temporada está en mi lista de lecturas pendientes, creo que el acierto de la primera es que si bien TAO es un personaje existente, no es especialmente necesario conocer su trayectoria. Yo no he leído prácticamente nada de WildCATS y no tuve sensación de estar perdido en Point Blank y mucho menos en Sleeper. Además, creo que el peso de la historia, además de en Carver, recae en los otros “lugartenientes”, tanto en los de TAO como en Genocidio que es el del propio Holden, y creo (no estoy 100% seguro) que estos personajes son de nueva creación.

Por último, me gustaría comentar que no estoy del todo acuerdo en definir este comic como hiperviolento. Es cierto que existe violencia y que los personajes no dudan en matar, pero no me parece que sea la única forma de resolver una situación. Aquí Holden, TAO, Miss Misery también juegan con el engaño, con la infiltración, con la psicología de los otros o con la capacidad de conseguir (y utilizar) información sin que los demás sepan que la tienes. Ese apelativo me parece más indicado para obras como Predicador, Authority o Ultimates donde es el único recurso que se utiliza para obtener el fin deseado.

Cannonball
1 junio, 2007 10:00

por cierto, que esta tambien me la recomendaste tu, Phantomas, hace ya….

Ricard Clau
Ricard Clau
1 junio, 2007 10:43

Este es uno de aquellos comics que todo lector habitual de lo que sea no puede dejar escapar.

Sinceramente, no entiendo como grandes obras com esta pueden pasar relativamente desapercibidas, aunque es cierto que a mí me la recomendaron en Antifaz, que si no… probablemente también la hubiera dejado en estos tiempos de novedades sin parar.

Conozco poco de Wildstorm (Authority y alguna cosilla de Gen13 de mis años mozos) y en ningún momento me perdí. Más bien al contrario, entran ganas de saber más cosas de los personajes.

Lectura súper recomendable y a un precio (en mi opinión mucho más que correcto). La edición de Norma, impecable.

Cannonball
1 junio, 2007 10:46

Personalmente Colin Wilson no me desagrada, no es Giraud, pero cumple a la perfeccion con las necesidades de la historia

Phantomas
Phantomas
Lector
1 junio, 2007 11:18

Bueno, me alegro de que después de “hacerme caso” disfrutaras del comic, Cannonball. Para mi es lo más redondo que he leído de Brubaker. Su Capitán América que intenta seguir, en la medida de lo posible, su estela de comic de espionaje me parece algo fallido, aunque quizá tenga que ver el famoso decompressive storytelling. Por cierto, ¿has leído alguno más de Fábulas?

En cuanto a lo de la violencia, estoy de acuerdo contigo José, en que es más fría, más real y más potente que en otros comics de SH’s. Pero lo que intentaba explicar es que yo entiendo un comic como hiperviolento, cuando esta se usa de forma gratuita y los personajes no tienen otros recursos para solucionar las situaciones que se plantean.

Dicho de otro modo, para mi Rambo es una película hiperviolenta y el Padrino no, aunque en esta última me parezca más real, más cruda y me acojone más por esos motivos.

Mt
Mt
1 junio, 2007 11:46

Utilizar la violencia como chiste (ey, qué gracioso, le he arrancado la piel de la cara a un tipo y ahora se la voy a clavar al reves a martillazos…¡cómo molo!) es hiperviolencia.

Que asesinar a gente porque trabajas para una organización criminal y eso te provoque arcadas y graves problemas morales es realismo.

jmponcela
jmponcela
1 junio, 2007 11:53

Sleeper es un buen tebeo que, efectivamente, comparte dos caracteristicas con las modernas series de television:
– Las dos terceras partes de los episodios son de relleno.
– Una vez leida entera, nunca más vuelves a leerla por completo. La relees por partes porque ya sabes que te puedes saltar la mayoría de las páginas hasta llegar a las importantes.

¿O alguien se va a chupar entera otra vez la 2º temporada de 24?

Cannonball
1 junio, 2007 11:59

>>Por cierto, ¿has leído alguno más de Fábulas?

No, pero tengo los que ha publicado PdA cogiendo polvo en la mesa, a la espera de encontrar algo de tiempo

R.
R.
1 junio, 2007 12:39

Por poner una pega… «ninguno de los personajes principales va en mallas, sino que usan ropa normal» (justo debajo de la imagen de un tio semidesnudo con un arnés cósmico y antifaz…) 😛

Phantomas
Phantomas
Lector
1 junio, 2007 14:13

Yujúuuuuuuuu 😉

El critico
El critico
1 junio, 2007 15:11

Lo mejor de wildstorm.Me gusta más que Authority e incluso más que Planetary.Sin lugar a dudas lo mejor de Brubaker (y eso que tiene puño de hierro, daredevil, capitam américa, catwoman, criminal…)Yo me la voy a comprar (me los dejaron) en cuanto termine de pillarme todo lo de Runaways del primer volumen. Es que tengo la economía muy pillada.

El cuñao de Rocky
El cuñao de Rocky
1 junio, 2007 17:07

Deberian prohibirte escribir articulos en esta pagina.
Me has hecho que me interese por este comic que no conocia.
Eres un peligro para la economia de los lectores de comics.

JackHawksmoor
JackHawksmoor
1 junio, 2007 17:44

Ei,Phantomas,la hiperviolencia que dices tu que utiliza Predicador y las otras nombradas no es el unico recurso para obtener el fin deseado.
Segun tu,que lo repites ademas en otro comentario,Predicador,los Ultimates y Authority solo utilizan la violencia como unico recurso para solucionar los problemas de los personajes.En Sleeper no,segun tu,claro.En Sleeper pasa lo mismo y lo llamas de manera diferente.Ademas para mi Sleeper es eternamente inferior a las series que nombras.Y me parece menos creible que Predicador en muchos sentidos,aunque Predicador sea mas ficticia en los elementos de la historia.Y da igual que una persona sea romantica en la cama y luego en las peleas con gente malosa que son unos hijos de puta les da su merecido justo,Jose.Yo no me voy cargando peña por ahi pero si me jodieran como joden a Jeese Custer y pudiera hacer lo que el hace lo haria.Es muy creible la violencia empleada por JC,por el resto pues son personajes extremos que tratan de aportar otras cosas no realistas,como el humor negro que habeis dicho,la provocacion…Me parece que decir eso de Predicador poniendola como si fuera peor que Sleeper pues no lo veo logico.Ademas muchos topicos vi en Sleeper.Aunque en el tono general parezca mas realista el uso de la violencia en Sleeper,veo mejor empleada la violencia en las demas series nombradas.
Sleeper esta bien,pero tampoco me emociono mucho leerla,la verdad.
Predicador en cambio me dejo babeando y nada indiferente,todo lo contrario que Sleeper.Predicador o Sleeper???Es que ni se deberia poner en duda.

tristan
Autor
1 junio, 2007 17:58

Sleeper, me parece un gran comic. Por los comentarios veo que se está dejando de mencionar otra gran mini-serie de Brubaker «La escena del crimen», dos prestigios de Norma mas una historia corta en «Vertigo, al filo del invierno» 2. Es género negro puro y la historia corta de las mejores que he leido en comic. Por cierto todo dibujado por Michael Lark y entintado por Philips. Todo cuadra…

santibilbo
santibilbo
2 junio, 2007 13:04

A mi me gusta más la primera temporada,redonda en sí misma,un cómic brillantísimo.De la segunda,descontando el final,me parece más previsible y poco aporta a las situaciones morales o a los caracteres de los personajes ( de hecho Tao adquiere motivación,pero pierde omnipotencia)

El hermano Vudu
El hermano Vudu
Lector
3 junio, 2007 20:14

Muy de acuerdo en los matices sobre la violencia de Phantomas y Mt.
La forma de mostrar la violencia en esas series es bastante distinta. Missery podria parecer en ocasiones Hiperviolenta si no tuvieramos la explicacion del origen de sus poderes.
Un 10 a Sleeper, y un final muy bueno recuperable en cualquier momento.
Es capaz de emplear a personajes Wildstorm , respetando los personajes, mostrandolos coherentes con quienes son, incluso enriqueciendolos con matices nuevos. Yo seguidor de Wilcats, Backlash, Gen 13, Coup détat, etc me encanta como ha realizado esta obra.
Brubaker demuestra que no es tan complicado respetar el pasado de los personajes. En genesis mortal me daba la sensacion que volvia a encontrarme con personajes reales que conoci.
aunque lo de Banshee me parecio innecesario, y la reaccion de su hija muy lógica (Peter David a veces eres un genio).
Un saludo