Opus

Analizamos uno de los mangas más interesantes del siempre sorprendente Satoshi Kon

2
4524
 

Edición original:Gekkan, 1995.
Edición nacional/ España:Planeta Cómic, 2014.
Guión:Satoshi Kon.
Dibujo:Satoshi Kon.
Traducción:Marc Bernabé.
Formato:Tapa dura. 192 páginas. B/N.
Precio:14,95 €

 

El próximo mes de agosto se cumplirán siete años desde que nos dejara Satoshi Kon, uno de los directores más influyentes de la animación japonesa. Pese a ello, el artista japonés dejó tras de sí una prolífica estela de producciones, no sólo en formato anime, sino en formato cómic. Hoy rendimos homenaje a uno de los talentos más creativos de Japón analizando el que fuera su trabajo más interesante y experimental dentro del manga: Opus.

Para los lectores menos relacionados con este nombre, debemos decir que Satoshi Kon aglutina una intensa producción animada, tanto en largometrajes como cortometrajes, amén de series, que desde siempre han cosechado grandes elogios de crítica y público. Con cintas como Perfect Blue (1997), Millenium Actress (2001), Tokyo Godfathers (2003) o Paprika (2006), el director japonés cosechó numerosas nominaciones y prestigiosos premios, entre los que destaca especialmente el gran premio del Media Arts Festival del Ministerio de Cultura Japonés que compartió con la reconocidísima El viaje de Chihiro (Hayao Miyazaki, 2001).

Fuera del formato audiovisual, su obra también ha sido dilatada y sumamente interesante pero, quizás por ser anterior a su etapa de máxima popularidad o por la mala suerte que tuvo en cuanto a periodicidades, su carrera como autor de cómic es, en comparación, mucho menos conocida.

Debutó en el mundo del manga con Toriko (1984), una historia corta galardonada con el premio Tetsuya Chiba otorgado por la revista Weekly Young Magazine de la editorial Kodansha. Este reconocimiento le abrió las puertas a participar como profesional en proyectos mayores, ajenos y propios. Consiguió trabajo como asistente de Katsuhiro Otomo y, tras graduarse por la universidad en 1987, pudo publicar su primer one-shot: Regreso al mar (Kodansha, 1990). También colaboró en el guión de World Apartment Horror (1991), el film de acción real dirigido por el creador de Akira, así como en el arte del manga homónimo que acompañó a la película.

Tras su debut profesional, Kon siguió relacionado con el mundo de la animación participando en proyectos como Roujin Z (K. Kitakubo, 1991) o Patbalor 2 (M. Oshii, 1993) o Memories (K. Otomo, 1995). Al mismo tiempo, tuvo la oportunidad de colaborar junto al también prestigioso director de anime Mamoru Oshii (Ghost in the Shell) en la creación del manga Seraphim: 266613336 Wings, del que hablaremos en próximas reseñas, publicado en 1994 y cancelado tan sólo un año después dentro de la revista Animage. Su siguiente trabajo sería el manga que hoy nos ocupa lugar.

Opus es un manga seinen que fue publicado entre octubre de 1995 y junio de 1996 dentro de la revista Comic Guys de la editorial Gakken. En él, Kon experimenta con la metaficción, estirando al máximo las posibilidades narrativas del cómic, y comienza a jugar con los que serían sus principales temas en obras futuras: el existencialismo, la identidad o el pasado como ilusión de la memoria.

Por desgracia, si hay algo agridulce en la producción del autor dentro del cómic, es que hay una especie de norma no escrita que parece extender su amarga influencia por casi todos sus trabajos (a excepción de Regreso al Mar): sus mangas quedaron incompletos. Ya sea por desavenencias o discrepancias creativas con otro el autor (Seraphim: 266613336 Wings) o por el cierre del magazine que da cabida a su obra (Opus), estas historias de Satoshi Kon quedaron cortadas.

No obstante, aunque el caso de Seraphim fue mucho más doloroso (se canceló en los primeros compases de la obra, dejando atrás una de las premisas más interesantes que ha conocido el género) con Opus, en cambio, sí que hemos podido disfrutar de un final esbozado que salió a la luz tras la muerte de su autor y que recoge esta edición de Planeta; de la que hablaremos al final de la reseña.

La trama que nos plantea Opus se desenvuelve en torno a la figura de Chikara Nagai, un mangaka inmerso en los últimos compases de su obra cumbre, Resonance. Fruto de la presión editorial, o de las dudas que surgen al encarar los últimos compases de una obra que se ha ido creando con cuidado, Nagai se sumerge tanto en su propia obra que, literalmente, acaba dentro de ella.

Lo que en un principio parece un sueño hecho realidad para cualquiera, pronto se torna una pesadilla cuando comprueba que los personajes que él mismo ha creado tienen conciencia propia y no asimilan la idea de formar parte de una obra de ficción. Es en este momento cuando las realidades comienzan a difuminarse y, ante la duda de estar en un mundo real o no, Nagai deberá aliarse con Satoko, la protagonista de su obra, y evitar que la secta controlada por «El enmascarado» domine el mundo.

A modo de experimento metaficcional, Satoshi Kon nos plantea en Opus el encuentro de un autor con su creación. Un tour de force narrativo que rompe constantemente la cuarta pared y que transciende los diferentes niveles de la creación ficcional. A modo de reflexión, pero también de crítica, el autor introduce la idea de Dios en su obra, equiparándolo al mangaka e identificándolo como el ser omnipotente del que dependen, pese a su rechazo, los personajes de la obra.

La llegada de Nagai al mundo de Resonance amenaza con alejar la obra de su final original, pues el sacrificio de uno de los personajes protagonistas era necesario para acabar con el némesis de la obra y ahora, sumergidos en una profunda crisis existencial, ninguno de los personajes quiere, ni puede, aceptar o comprender su destino.

Temerosos ante la idea de Dios y altamente decepcionados al comprender que todos ellos forman parte del imaginario de un autor de cómics, todos los personajes de la obra pronto comienzan a replantearse sus vidas. Surgen entonces preguntas sumamente interesantes: todos los problemas del pasado, la existencia de un ser maligno, las muertes de algunos personajes… ¿Ha sido todo un cruel capricho de un Dios? ¿Por qué merece la pena seguir luchando? Si nada en este mundo existe… ¿Qué es lo real?

Por supuesto, ante ideas y conceptos tan poderosos, la trama se va complicando a cada vuelta de hoja. Aunque pueda parecer que Kon se mete en callejones sin salida, lo cierto es que la acción y los giros narrativos que asaltan al lector en cada capítulo sirven para articular una trama que es, a todas luces, trepidante.

Satoshi Kon se permite incluso el lujo de jugar con el lector, desconcertándolo con algunas viñetas o chistes referenciales que ponen en duda incluso la realidad misma de la trama que el lector supone «como real». Sorprende que, pese a lo complicado del asunto, el autor (Kon) pueda salir airoso de la diatriba en la que introduce a sus personajes.

Es una auténtica pena que el cierre de la revista condicionara el final de Opus, llevándola precipitadamente a su final y privándola de un desarrollo más acorde a la magnitud que había alcanzado la trama. Aunque esta edición recopila las páginas finales, inéditas, que el mangaka bocetó en su momento, queda la sensación de que la obra merecía mucho más. Pese a ello, el final es totalmente made in Satoshi Kon y esto gustará tanto a los seguidores del director como a los lectores, ojipláticos, que se enfrenten por primera vez a una obra del autor. El desenlace, a la altura o no, es sorprendente y no dejará indiferente a nadie.

En el apartado artístico, Satoshi Kon se muestra claro y sólido. El diseño de los personajes recuerda al de sus primeras películas (Perfect Blue) y todos ellos son tremendamente expresivos, capaces de mostrarse tremendamente eufóricos o inevitablemente contenidos (algo fundamental en estas obras de tipo psicológico).

Como acostumbra a hacer gala en sus obras, los entornos con escenarios altamente detallados y realistas, lo que añade un valor estético a la obra casi cinematográfico.

La narrativa alcanza en esta historia uno de los mejores ejemplos de narrativa manga: dinámica, precisa e increíblemente ágil. Las escenas se suceden como planos de una película de acción, llena de movimiento y sensaciones. Uno de los mejores puntos de la obra.

En cuanto la edición, Opus nos llegó a España en 2014 de la mano de Planeta-DeAgostini (ahora Planeta Cómic) en dos tomos de formato prestigio, dentro de la línea Babel. Los tomos, de 192 y 178 páginas respectivamente, están editados en tapa dura con tamaño A5. Aunque incluyen una página a color, el diseño de la edición es muy bonito y la encuadernación es de calidad (cosida), puede dar la sensación de resultar cara y se hace inevitable pensar que se podría haber editado en otro formato, si no unitario, más barato. Pese a ello, la obra merece la pena y es una manera bonita de presentarla.

En definitiva, nos encontramos ante uno de las mangas más interesantes de la historia del cómic, desde el punto de vista experimental, gracias a la brillante creatividad de Satoshi Kon. Dejando a un lado el abrutpo final, Opus supone una oportunidad irrepetible para adentrarnos en el universo de una de las mentes más interesantes del manganime y dejarnos asombrar por temas y preguntas tan complejas e interesantes como la existencia, la potestad sobre el destino o la incertidumbre de lo real.

  Edición original:Gekkan, 1995. Edición nacional/ España:Planeta Cómic, 2014. Guión:Satoshi Kon. Dibujo:Satoshi Kon. Traducción:Marc Bernabé. Formato:Tapa dura. 192 páginas. B/N. Precio:14,95 €   El próximo mes de agosto se cumplirán siete años desde que nos dejara Satoshi Kon, uno de los directores más influyentes de la animación japonesa. Pese a…

Valoración

Guión - 8
Dibujo - 9
Interés - 8.5

8.5

Sorprendente metaficción experimental que satisfará a cualquier lector interesado en los mecanismos narrativos del cómic.

Vosotros puntuáis: 7.96 ( 4 votos)
Subscribe
Notifícame
2 Comments
Antiguos
Recientes
Inline Feedbacks
View all comments
Stasis
Stasis
1 mayo, 2017 7:50

Os felicito por haber reseñado una obra tan fascinante. Es agradable ver cómo de vez en cuando os acordáis de pequeñas joyas como está.

Desde aquí recomiendo a los seguidores de ZN hacerse con este cómics incluso si no sois lectores de cómic manga: dos volúmenes baratos, lectura compleja pero accesible (a veces el dibujo del manga es un poco incomprensible) y conceptualmente muy interesante.