Mangaland #02 por Marc Bernabé

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Gintama
Título original: Gintama
Autor: Hideaki Sorachi
Editorial: Glenat
Precio: 7,5 euros
Formato: tomo tankôbon (200 páginas aprox., con sobrecubiertas)
Clasificación: shônen, humor
Tomos: 14 (en España), 32+ (en Japón) Serie en curso

Por las características de Zona Negativa, sus lectores y mis propios gustos, es obvio que en esta sección acabaré comentando más manga de tipo seinen (para público adulto) que otra cosa, pero no por ello quiero cerrar totalmente la puerta a otros subgéneros del manga como pueden ser el josei (para público femenino adulto), el shônen (para adolescentes) o incluso el shôjo (para chicas) y el kodomo (para niños).

Es el caso de este mes, en el que quiero dedicarme a comentar un manga shônen que, para más inri, se publica en las páginas de la revista Shônen Jump, el abanderado del manga para adolescentes (aunque muchos de sus lectores japoneses son veinteañeros y treintañeros, pero ese es otro tema). Gintama es la primera obra importante de Hideaki Sorachi y se publica en la Jump desde el año 2004. A día de hoy, la serie sigue abierta, habiendo acumulado ya 32 tomos, y de hecho se encuentra en un muy buen momento de popularidad en el país del sol naciente: no solo su anime sigue emitiéndose por televisión tras haber alcanzado la nada desdeñable cantidad de casi 200 episodios emitidos, sino que recientemente se anunció el estreno para este recién estrenado año 2010 del primer largometraje para cines basado en la franquicia.

En España, el manga está licenciado y en publicación por Ediciones Glénat (actualmente llevan editados 14 tomos), mientras que el anime fue comprado por Arait Multimedia y se emite, de momento, solamente en Canal Extremadura, aunque podemos suponer que es cuestión de tiempo que sea adquirido y emitido en algún otro canal de televisión del estado español.

¿Y de qué va esta serie? Y sobre todo, ¿por qué la recomiendo hasta el punto de dedicarle la reseña de este mes?

Antes de empezar a explicar el argumento de esta serie, considero que vale la pena tener unas pequeñas nociones sobre historia japonesa para entender mejor su trasfondo. Después de tres siglos y medio de paz y estabilidad política, un arcaizado y atrasado Japón, cuya base social era de tipo feudal, recibió en 1854 la visita de cuatro barcos de guerra americanos. Esta visita, y las negociaciones políticas que comportó, obligó a Japón a abrir el país de una vez por todas al comercio exterior después de 300 años de aislamiento. El nuevo aire que entró en el país en ese momento terminó de carcomer el ya maltrecho “árbol que da sombra” del bakufu (gobierno feudal del shôgun) hasta que diez años más tarde se derrumbó definitivamente. A partir de ese momento, Japón se embarcó en una modernización feroz basada en el aprendizaje y copia de técnicas y tecnologías modernas occidentales que le permitió, solo cuatro décadas más tarde, batir a toda una potencia occidental como Rusia en la guerra de 1904.

Pues bien, ahora imaginemos que no fueron unos barcos occidentales los que llegaron a Japón a mediados del siglo XIX, sino unos extraterrestres. Todas las modernizaciones y revoluciones que sufriría el país tendrían un cariz muy diferente: por ejemplo, los japoneses no implementarían las locomotoras de vapor o los fusiles modernos, sino que directamente pasarían a las naves espaciales y a las pistolas láser. Y sin embargo, los cambios, aunque radicales y muy veloces, no llegarían de la noche a la mañana, sino que irían entrando de forma gradual: así, los japoneses seguirían vistiendo kimono, pero irían en moto; o tomarían té mientras verían la tele…


Samurais en moto

Este es precisamente el mundo imaginario en el que se enmarca Gintama, un mundo en el que los extraterrestres amanto han llegado a Japón y prácticamente lo han colonizado, convirtiéndolo en una nación marioneta e importando algunos aspectos de su avanzada tecnología sobre una sociedad de base arcaica y prácticamente medieval. Por otro lado, si en la realidad la ciudad de Edo cambió su nombre a Tokio (capital del este) una vez cayó el bakufu y se restauró la autoridad del emperador como gobernante del país, en Gintama el nombre de la principal ciudad japonesa sigue siendo Edo.

Puesta esta base, solo falta poner los personajes y decidir un argumento. El protagonista de Gintama es Gintoki Sakata, “Gin”, un samurái de pelo canoso y permanentado totalmente pasota e indolente, que trabaja como “chico para todo”. Es decir, acepta cualquier encargo, el que sea, desde pintar una pared a intentar solucionar un secuestro. Al cabo de muy poco se le une Shinpachi Shimura, un chaval con gafas bastante enclenque y que hace el papel de “metedor de dedo en la llaga”, haciendo comentarios que ponen en evidencia a los demás, sobre todo a Gin. La pareja Gin-Shinpachi está basada en el concepto de las parejas de manzai o talk-show humorísticos de estilo de Osaka, en los que dos personas suben al escenario para mantener una conversación humorística, haciendo una de ellas el papel de tonto o despistado (boke) y el otro el papel de listo o espabilado (tsukkomi). Así, el listo suele meterse con el tonto, chafándole sus argumentos y de vez en cuando recurriendo a collejas o pataditas en el culo para “espabilarlo”. Gin sería el “tonto” mientras que Shinpachi haría el papel de “espabilado”.

Completando los personajes, tenemos también a Kagura, una chica que viste y habla al estilo chino y que en realidad es una amanto (extraterrestre) y tiene una fuerza y resistencia extraordinarias. Kagura es metomentodo, va mucho a su bola y normalmente lleva un buen despiste encima en forma de empanada mental. Tanto Shinpachi como Kagura se unen a Gintoki (aunque este no se lo pide, al contrario) y se dedican los tres a hacer de chicos para todo. Y finalmente está Sadaharu, una especie de perro gigante al que, sin comerlo ni beberlo, adoptan en la oficina del chico para todo.


Kagura y Sadaharu

El argumento es básicamente humorístico, con un estilo de humor muy peculiar que no gustará a todo el mundo que, a medida que avanza la serie, resulta cada vez más basado en el humor guarro de “caca-culo-pedo-pis”, y que a menudo llega a sobrepasar incluso el mal gusto, sobre todo los capítulos más escatológicos. Al que le gusta, como a mí, le gusta mucho; mientras que al que no le gusta tanto o no le ve la gracia prácticamente odiará esta serie. Los capítulos de Gintama suelen ser autoconclusivos, por lo que si uno conoce a los personajes principales y más o menos a los secundarios más recurrentes puede leer cualquier capítulo y reírse con él sin necesidad de haber leído todos los anteriores, lo que convierte a Gintama en una serie muy amena. Algunos capítulos se basan en las “misiones” que encargan a los chicos para todo, pero en realidad la mayoría de ellos narran follones o movidas en las que, sin comerlo ni beberlo, se meten los protagonistas.


Ejemplo de humor guarro


Numerosos escritos de Hideaki Sorachi, el autor de este manga, amenizan los tomos de la colección en forma de extras. Se trata de comentarios, anécdotas y respuestas a las preguntas de los lectores realizadas de forma realmente divertida. Es impresionante cómo un autor japonés, en general son tal recatados y prudentes, carga con toda su pólvora y arrasa con todo; incluso llega a cagarse en los muertos de su editor-supervisor sin ningún tipo de tapujo.


Comentarios del autor

Es cierto que Gintama adolece de muchos fallos, entre ellos el de un estilo de dibujo carente de muchos detalles e incluso de tramas, lo que resulta en páginas que, vistas de lejos, tienen un aspecto muy “blanco”. Los diseños de personajes son muy sencillos, hasta el punto de que Sorachi reconoce en un comentario, medio en coña, medio en serio, que todos los personajes tienen básicamente la misma cara, solo cambia su peinado y los accesorios (gafas, barba, etc.), así como la ropa que llevan. Sin embargo, el dibujo de Gintama va evolucionando a lo largo de los tomos y, al fin y al cabo, no es el dibujo lo que importa en Gintama, sino el humor. Y en este aspecto la serie también adolece de numerosos altibajos: mientras tenemos capítulos francamente brillantes y tronchantes, otros son aburridos y absurdos (las conversaciones a veces llegan a ser tan surrealistas y extrañas que pierden toda la gracia).

Mención aparte merece por cierto la traducción española. Debido a los numerosos juegos de palabras intraducibles literalmente de la versión original japonesa, se ha intentado realizar una adaptación de los chistes y bromas para posibilitar que el lector español se ría justo en el mismo punto en el que se ríe el japonés, ya que de eso se trata, y sin recurrir a molestas notas explicativas del traductor para explicar los chistes. En este post del Glob, el blog oficial de Glénat, podemos ver un ejemplo de este tipo de traducción adaptativa usada en Gintama. Se trata de un ejemplo muy ilustrativo del tipo de humor de Gintama y de la filosofía con la que se realiza su traducción.

Ediciones Glénat nos ofrece esta colección en su formato habitual de la colección Shônen Manga, que imita en prácticamente todo a la edición original japonesa, a excepción de la calidad del papel y la impresión, superior la española a la japonesa. A pesar de que este tronchante manga es un gran éxito en Japón, en España parece que no termina que despegar, por lo que aprovecho para recomendarlo a ver si le dais una oportunidad y entre todos conseguimos que la colección resulte económicamente viable para Glénat. Desde luego, Gintama es una buena apuesta para el comprador: ofrece risas a mansalva y páginas cargadas de texto (incluso montones de extras) que hacen que la lectura no sea un “visto y no visto”, sino todo lo contrario.

Capitán Harlock de Leiji Matsumoto; Glénat; 180+ págs, b/n, 7,5 €.

Toda una generación de televidentes creció con las aventuras del mítico pirata espacial Capitán Harlock, una de las series más conocidas y apreciadas del gran Leiji Matsumoto. Esta historia llena de épica, mucha poesía y grandes dosis de “romanticismo melancólico” (si existe eso) amenizan una space opera fundamental de los años 70.

Hace años que Glénat publicó los 5 tomos de los que se compone esta obra y al parecer no se vendió muy bien (los clásicos manga no suelen funcionar en España), por lo que probablemente todavía podrás encontrarlos en las librerías. Se trata de una obra fundamental del manga setentero que goza de esos preciosos diseños femeninos tan estilizados y de pelo imposiblemente largo de Leiji Matsumoto. ¿Conseguirán Harlock y los tripulantes de la nave espacial pirata Arcadia vencer a la amenaza mazon?

Recientemente, los blogs Pepinismo y La Arcadia de Urías comentaron este manga-anime con sendos artículos y un vídeo. Poco después MangaLand se sumó a la iniciativa (clic en los links para ver los artículos).

Katsuhiro Otomo Antología de Katsuhiro Otomo; Norma; 260+ págs, b/n (unas 50 a color), 18 €.

Katsuhiro Otomo es uno de los mangaka más influyente de todos los tiempos. No en vano, muchas veces en las que he estado en los estudios de dibujantes japoneses o he visto fotos de ellos he podido observar la presencia, casi de forma invariable, de la serie completa o algunos tomos sueltos de Akira, la obra magna de este autor, por la que es conocido en el mundo entero. ¿Y qué decir de Akira que no se haya dicho ya? Desde el increíble dibujo hasta el trabajado argumento, este manga es una verdadera obra maestra.

Sin embargo, Otomo no se levantó un día, tal cual, y empezó a trabajar en Akira; antes de eso tuvo, como casi todos los autores consagrados, una trayectoria en la que se fue forjando como autor. De hecho, justo antes de Akira este mismo autor presentó Dômu (Pesadillas) un tomo autoconclusivo tan endiabladamente bueno y sorprendente que deja con la boca abierta y resulta un aperitivo imprescindible para entender Akira.

Durante los años 70, Otomo estuvo trabajando en otras obras (que al parecer no deja licenciar en el extranjero porque se avergüenza de ellas), y también en varios one-shot o historias autoconclusivas recopiladas en este tomo que nos presenta ahora Norma Editorial en una reedición calcada a la edición japonesa –la edición anterior española de este manga fue publicada por La Cúpula hace varios años en dos tomos y con el título Memorias)–.

En Katsuhiro Otomo Antología (título original Kanojo no omoide… –Los recuerdos de ella… –) encontramos varias historias autoconclusivas del autor, de calidad y extensión dispar; algunas historias tienen 30-40 páginas, mientras que otras son solo de unas pocas páginas. Algunas de ellas denotan claramente la fuerte influencia que el francés Moebius tuvo sobre Otomo, una influencia que modeló su estilo; otras se acercan mucho más al dibujo con el que conocemos actualmente a Otomo.

Cabe destacar la inclusión de Fireball, una especie de prototipo de Akira interesantísimo y con un estilo ya muy definido. Fireball fue, antes de Dômu y Akira, una obra muy influyente en Japón. Hace poco leí las declaraciones de un famoso mangaka (lo siento, he olvidado de quién se trata) en las que afirmaba que Fireball causó una impresión tan fuerte en él que decidió convertirse en dibujante.

Si te gusta Otomo y quieres comprobar cuáles son las raíces y las fuentes en las que bebe este magnífico autor, Antología es una obra indispensable en tu biblioteca.

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IsiL
4 enero, 2010 13:17

Gintama me parece un manga muy divertido y entretenido. Más de una vez, estando en el autobús, me han mirado con cara de «aléjate de mí» por carcajearme mientras lo leía. Vale, lo reconozco: soy una adicta al humor absurdo jajaja. 

obocarale
4 enero, 2010 14:27

Llevo bastante tiempo teniendo curiosidad por esta serie, aunque nunca me llego a decidir si empezar a coleccionarla o no. Si algún día veo el anime, supongo que me ayudará a decidirme, ya que eso me ha pasado con muchas series.

Por cierto, y sin entrar en polémica, muchas personas no catalanas también nos hemos criado desde pequeños con las aventuras del Capitán Harlock gracias a su emisión en castellano por algunas autonómicas 🙂

Saludos.

jorgenexo
jorgenexo
4 enero, 2010 15:37

Sin acritud, pero los escritores catalanes de este blog tienen que empezar a ser conscientes de que no eran los únicos con televisión autonómica en los 80-90: los anime en particular y series de televisión en general, incluso películas y partidos de futbol, eran comprados y emitidos al alimón por el conjunto de las autonómicas existentes en el momento. Sí, Toda una generación de televidentes catalanes creció con el Capitán Harlock… y con Dr Slump, Dotakon, El rey Arturo, Sandibell, Bola de Dragón, etc. Pero también vascos, gallegos y demás.

elequipaje
elequipaje
4 enero, 2010 16:33

No he leido Gintama en version manga, pero desde luego en su version anime es muy buena, en VOS, en castellano no lo he visto nunca, en especial recuerdo los capitulos parodicos a Death Note o en el que aparece Sadaharu. Lo malo es que los fansubs castellanos no van muy rápidos…

PD: Los openings de la serie tb están francamente bien, y no me parece tan escatológica como se dice en la crítica!

Marc
4 enero, 2010 19:23

Gracias por el feedback, me alegro de que en general haya gustado la reseña. Mis disculpas por mencionar que Harlock se emitió solamente en Catalunya. Siempre que he hablado con gente de otras comunidades me han dicho que no conocen al personaje, así que al final acabé deduciendo que solo se emitió en Catalunya. Me disculpo porque según decís no fue así. Raúl, si lees esto por favor corrige la frase, ¿vale? (no tengo acceso para editar la entrada).

Raúl López
Admin
4 enero, 2010 19:56

Corregido, disculpad pero a mi me pasó lo mismo al redactar el resumen y cometí la misma errata, ya está corregido en ambos lados. Por otro lado y ya centrados en la reseña 🙂 me ha atraído y mucho Gintama creo que le daré una oportunidad aunque sea el primer tomo y la que caerá seguro es la del Capitán Harlock que recuerdos por dios 🙂

Mistic
Mistic
4 enero, 2010 20:05

¡Una reseña de Gntama! Y yo que creí que era el raro por gustarme esa serie. Me alegra saber que en Japón las cosas le van tan bien. Debería ver el anime.

Estoy de acuerdo con el análisis. El dibujo no es el mejor del mundo (aunque yo prefiero la falta de tramas a su abuso), el humor a veces es demasiado surrealista y/o escatológico, pero es un manga que consigue que ría a carcajada suelta al menos una o dos veces por tomo. Es fácil para un cómic hacer sonreír, pero es muy difícil hacer reír.

Yo no vi nunca el anime, pero gracias a la biblioteca he disfrutado del Capitán Harlock. Muy recomendable.

Blade Runner
Blade Runner
Lector
5 enero, 2010 16:47

Vale, so miserables, ya habéis conseguido que me pique la curiosidad. El viernes me pillo el primer tomo sin falta, a ver qué tal.

joshy
joshy
8 enero, 2010 20:02

me alegra que haya una reseña sobre un manga de alta calidad como lo es gintama, en japón es uno de los mas destacados semana a semana, y no solo su humor, sino que sus propias historias autoconclusivas estan en un nivel demasiado alto, todas sus paginas contienen detalles dignos de leer, y cuando llegan los momentos serios, incluso el autor es capaz de hacerte reir, denle la oportunidad, se lo merece como no tienen idea, uno pelea todo el dia de este lado del mundo porque alguien reconozca la calidad cuando la tienen frente a ustedes, es en extremo agradable y vale la pena a mas no poder, enhorabuena por gintama

Yui
Yui
23 diciembre, 2010 13:53

A mi me encanta Gintama, me compré el primer tomo hace mucho y la libreria de mi ciudad no trae mas… (habrá que ir a barcelona entonces…)
Seguro que muchos, igual que yo, pensarán «que rabia que solo lo emita Extremadura TV». Y es que en Catalunya, como no tengas un buen TDT no lo pillas.
Recomiendo mucho tanto el manga como el anime, y os digo que ya hay fansubs subtitulando la pelicula!

Yani-chan
Yani-chan
9 septiembre, 2011 22:42

A mi me encanta gintama, lastima q no pueda verla en español pero ya es la segunda vez q me la veo y nunca paro de reirme.