Los Vengadores: La línea divisoria

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Edición original: Marvel Comics – julio – octubre – 1990
Edición España: Comics Forum – febrero – junio – 1992
Guión: Fabian Nicieza
Dibujo: Rik Levins, Paul Ryan
Entintado: Chris Ivy, Tom Palmer
Color: Renee Witterstatter, Bob Mackie
Portada: Paul Ryan, Tom Palmer
Precio: 175 pesetas (arco argumental dentro de los números 109 a 113 del primer volumen de la colección regular, de treinta y dos páginas cada uno)

 

A la hora de escoger una obra para este día de Fabian Nicieza -en mi opinion, uno de los mejores guionistas del género super-heroico de la década de los noventa- me decanté por uno de los trabajos que este buen señor hizo a modo de relleno o sustitución. Las razones son múltiples: por un lado, mi querencia por la franquicia vengadora (mi grupo preferido en los días de las lecturas adolescentes); por otro, el hecho de que se publicara originalmente en 1990, año en el que la carrera de Nicieza despegó definitivamente; por último, no por ello menos importante, el hecho de que fuera consecuencia de que ocupara el puesto de sustituto temporal a los guiones de uno de los autores-estrella de la época, John Byrne. Unos meses después, le tocaría hacer lo propio con Chris Claremont, al final de la etapa del patriarca mutante al frente de la imposible Patrulla-X. En un período relativamente corto de tiempo, don Fabian ocuparía el puesto de dos de los más importantes artífices del éxito de la casa de las ideas durante la década de los ochenta. Lo que en su momento fueron soluciones circunstanciales, se convirtieron, con el paso de los años, en el símbolo de los cambios que representaban un fin de ciclo. El guionista de recambio iba a convertirse en uno de los mejores y más prolíficos escritores de un período en el que se primaba la espectacularidad de la imagen (lo cual no era necesariamente sinónimo de buen dibujo) sobre la parte literaria.

Pongámonos en situación: a finales de los ochenta, la casa de las ideas había tomado la determinación de premiar a sus colecciones más potentes con una cadencia quincenal durante los meses estivales. En el año 1990, la colección dedicada a los Vengadores de la rama neoyorquina recibía esta distinción, la cual sería llevada a efecto en un momento ciertamente convulso en la franquicia. John Byrne, que había llegado para hacerse cargo de las dos principales colecciones vengadoras, se marchaba con viento fresco, casi al poco de haber llegado. Su trabajo en la división californiana tuvo cierto recorrido, pero en la costa este, apenas tuvo tiempo de introducir la premisa de que toda la membresía del equipo podía ser convocada al mismo tiempo si así era menester, encargarse de Actos de Venganza y traer de vuelta a Nébula -la presunta nieta de Thanos- mientras jugueteaba con la posibilidad de que Spider-Man fuera vengador. El trepa-muros no se quedó en esta ocasión, pero sí lo hizo Sersi, la eterna, la cual tendría un destacadísimo papel durante la etapa de Bob Harras y Steve Epting, pero esa es otra historia. El caso es que Nicieza tuvo que encargarse de llevar a guion el argumento esbozado por Byrne para dar un cierre a la participación de Spidey en la batalla contra Nébula. Tras esto, le tocaría pechar con la aventura veraniega, que llevaría por título La línea divisoria.

La historia se desarrolla a lo largo de seis números, distribuidos en los tres meses estivales. Sin embargo, hay que indicar que el relato ocupa solo diecisiete de las veintidós páginas de cada tebeo; las cinco restantes quedan para una aventura de complemento, escrita por Mark Gruenwald y llamada a tener su desenlace en el número inmediatamente posterior a La línea divisoria, con Edwin Jarvis y el equipo de apoyo del que disponían los Vengadores en aquellos días, por lo que tampoco tocará hablar de ello. Centrémonos, pues, en la aventura principal: un grupo terrorista soviético llamado Cuerpo de Paz, secuestra un submarino nuclear británico. Su intención es salvar al mundo mediante el lanzamiento de las cabezas del navío sobre una ciudad no revelada. El gobierno del Reino Unido pide ayuda a los Estados Unidos, los cuales envían a los Vengadores. Por su parte, la URSS toma cartas en el asunto, enviando al Protectorado del Pueblo -el súper-grupo ruso- considerando que la nacionalidad de los terroristas convierte el secuestro marítimo en asunto interno. Cuando ambos equipos discuten sobre quién tiene la autoridad para hacer qué, las fuerzas de Atlantis entran en liza. Las aguas del océano Atlántico constituyen parte de su territorio y quieren que los empijamados de tierra firme se vayan con la música a otra parte. Mientras tanto, el submarino sufre una avería y acaba emergiendo cerca de las costas de Terranova, lo que provoca que Alpha Flight haga su aparición, al ser aquello parte del reino de Canadá. Tres equipos de súper-héroes y un ejército submarino tendrán que convertirse en incómodos aliados para hacer frente a una amenaza global.

La historia es, en cierto sentido, hija de su tiempo. En el año 1990, parecía que la guerra fría había tocado a su fin; Mikhail Gorbachov llevaba cinco años en el poder y, a través de palabras como perestroika (reestructuración) o glasnost (transparencia) había iniciado un proceso de distensión y apertura, que se había traducido en la caída del muro, el inicio de conversaciones para la reunificación de Alemania (que se produciría el 3 de octubre de ese mismo año) y el derrumbamiento del telón de acero en Polonia, Hungría o Checoslovaquia. Sin embargo, la URSS seguía siendo una potencia nuclear y cortó de raíz el intento de secesión de Lituania. La política de Gorbachov no estaba exenta de críticas internas, de modo y manera que el adversario americano siguiera viendo con suspicacia al único país que podía tratarle de igual a igual. Eran días de cambios vertiginosos, en los que estructuras que parecían monolíticas se deshacían como tierno polvorón y parecía que todo era «demasiado bonito» para ser cierto. Era inevitable pensar en la posibilidad de una reacción opuesta al sentido del movimiento aperturista. Nicieza juega con esa idea, al tiempo que refleja la mutua desconfianza que se profesan Vengadores y Protectorado del Pueblo, fruto de décadas de guerra fría. La presencia de Alpha Flight -a los que don Fabian conocía bien, pues había escrito sus andanzas en aventuras como Reconstrucción- hace de catalizador e intermediario, al tiempo que los atlantes constituyen un adversario global al que los tres grupos han de hacer frente.

En la parte gráfica hay que destacar la presencia de dos dibujantes, tristemente desaparecidos antes de lo que, quizá, les tocaba. Por un lado tenemos a Paul Ryan, que desembarcó junto a Byrne y se quedaría un poco más -antes de partir para una larga etapa junto a Tom DeFalco en la colección de los Cuatro Fantásticos-. Por otro, tenemos a Rik Levins, que, tiempo después, estaría una temporada con Mark Gruenwald en la serie del Capitán América. El primero es bien conocido por su competencia y puntualidad, con las cuales brindaba trabajos que, sin ser espectaculares, sí eran merecedores del reconocimiento que se debe a todo buen artesano; el segundo tenía un estilo más tosco y menos elaborados, con poca fluidez para las escenas de movimiento y muchas posturas corporales un tanto imposibles. De las tintas se encargaron dos ilustradores de estilos bien distintos: uno, Chris Ivy y otro, el perenne Tom Palmer, cuyos pinceles homogenizaron, para bien y para mal, los lápices de artistas bien distintos. En cuanto al color, un nombre conocido (Renee Witterstatter), y otro más bien desconocido (Bob Mackie).

El resultado final es una aventura entretenida, donde se juega con la interacción entre unos personajes muy poco definidos -no hay cama para tanta gente- y donde queda patente que Nicieza es un guionista de transición. La clásica historia de consumir y olvidar.

En España, la publicación se produjo entre los meses de febrero y junio del fastuoso año de 1992. Para entonces, la URSS ya no existía y, en su lugar, había una Comunidad de Estados Independientes. La presencia de Alpha Flight permitió a la afición «alfalfa light» tener conocimiento actualizado de las aventuras de un grupo cuya colección agonizaba por estos pagos, cargando, además, con un retraso de años. Por su parte, los Vengadores de la Costa Este vivirían unos cuantos bandazos, hasta su siguiente etapa de larga duración. Pero esa ya es otra historia.

  Edición original: Marvel Comics – julio – octubre – 1990 Edición España: Comics Forum – febrero – junio - 1992 Guión: Fabian Nicieza Dibujo: Rik Levins, Paul Ryan Entintado: Chris Ivy, Tom Palmer Color: Renee Witterstatter, Bob Mackie Portada: Paul Ryan, Tom Palmer Precio: 175 pesetas (arco argumental dentro…
Guión - 7.1
Dibujo - 7
Interés - 6.5

6.9

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Luisru
Luisru
Lector
18 mayo, 2018 11:44

Pues comparada con algunas sagas recientes de los Vengadores, esto es una obra maestra: el Capi con un puñado de vengatas recien llegados, muy en la tradición del grupo, un montón de personajes invitados muy bien escritos y superhéroes salvando el mundo. Sin muertes truculentas, regresos inesperados o la mayor crisis que el grupo haya conocido, tras la que nada volverá a ser igual. No es el Asalto a la mansión pero qué más queremos.