ZN Cine – Crítica de Los juegos del hambre de Gary Ross

109
1856
 

Dirección: Gary Ross.
Producción: Nina Jacobson, Jon Kilik.
Guión: Gary Ross, Suzanne Collins, Billy Ray.
Música: James Newton Howard.
Reparto: Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson, Liam Hemsworth, Woody Harrelson, Elizabeth Banks, Lenny Kravitz, Stanley Tucci, Donald Sutherland.
Duración: 142 min.
Distribución: Lionsgate.
País: USA.

Valoración:

 

Debo ser el tipo más deprimente del mundo. De unas semanas acá no hago otra cosa que escribir sobre futuros distópicos: Mara, Vic & Blood, ahora Los juegos del hambre… No lo hago aposta, pero da que pensar. Lo cierto es que este género siempre me ha gustado. Ni siquiera me lo tomo como una puñalada trapera a la esperanza sino como una advertencia bienintencionada. De Metrópolis (Fritz Lang, 1927) a Blade Runner (Ridley Scott, 1982) pasando por Días Extraños (Kathryn Bigelow, 1995), Matrix (Wachowski bros., 1999) o 12 monos (Terry Gilliam, 1995) todos nos dicen que cuidado con lo que se nos avecina. Sagas como Star Trek, con su optimismo en la ciencia y en la integración social, son la excepción que confirman la regla (también me gusta, por cierto). La literatura se ensaña más, y aunque La tierra permanece (George R. Stewart, 1953) puede leerse casi como un cuento de supervivencia, 1984 (George Orwell, 1949) o Un mundo feliz (Aldous Huxley, 1932) asfixian cualquier ilusión en la buena marcha de las humanidad.

Mejor o peor, estas historias construyen parábolas inquietantes sobre los males de la sociedad actual, de cualquier sociedad, si me apuran, porque el hombre no ha cambiado tanto desde que talló un hueso o una piedra para usarlos como arma. Al mismo tiempo, el trasladarlas a un porvenir a menudo impreciso deja abierta la puerta al cambio: esto es lo que puede ocurrir -nos dicen- pero aún estamos a tiempo de evitarlo. Depositan una semilla de esperanza, por cruel que pueda ser el destino expuesto. Es curioso porque muchas de las situaciones que se denuncian ocurren hoy varias veces al día, en distintos lugares del globo, sin que nadie las identifique porque faltan las navecitas o algún otro detalle pintoresco. O porque nos engañamos a nosotros mismos pensando que no hay alternativa. De eso trata Los juegos del hambre.

Sinopsis

Tras una guerra de proporciones colosales el mundo (o EE.UU., que para el caso viene a ser lo mismo) ha quedado dividido en doce distritos, sojuzgados férreamente por la capital victoriosa. En recuerdo del armisticio, cada año dos jóvenes (un chico y una chica) son elegidos por sorteo en cada localidad para participar en una sangrienta competición televisada donde lucharán a muerte hasta que sólo quede uno en pie. Los seleccionados, llamados “tributos”, serán agasajados como estrellas antes de morir ante las cámaras. Un sacrificio periódico que refuerza la opresión y que la capital publicita como una muestra de su generosidad.

En el distrito 12, donde la extracción de minerales apenas permite la supervivencia, una adolescente, Katniss Everdeen (¿derivación fonética de Evergreen?) trata de sacar adelante a su familia tras el fallecimiento del padre y la falta de coraje de la madre. Hábil con el arco, caza ardillas y otros animales para comer o cambiarlos en un mercadillo por los productos que necesitan. El día del sorteo (al que los gobernantes han bautizado eufemísticamente como “la cosecha”) Prim, su hermana pequeña, sale elegida y Katniss se presenta voluntaria para sustituirla. Junto a otro chaval, Peeta Mellark, representará a su distrito en Los juegos del hambre.

Katniss y Peeta viajan a la capital y entran en la dinámica que se espera de ellos. Serán aconsejados por Haymitch Abernathy, ganador hace años del concurso; participarán en desfiles y programas de televisión; serán adiestrados durante unos pocos días y mostrarán sus habilidades ante un jurado con el fin de conseguir patrocinadores. Viven un circo superficial y absurdo con la esperanza de sobrevivir en el momento adecuado. Pero, como en el Casino, la banca tiene todos los triunfos. El escenario y todo lo que contiene puede parecer un bosque inhóspito, pero está bajo el mando de los realizadores del programa, quienes pueden intervenir a su antojo alterando el clima o introduciendo criaturas letales modificadas genéticamente. Y hay 24 jóvenes acorralados cuya única posibilidad de volver a ver a sus seres queridos es aniquilar a sus rivales.

Cóctel de influencias o al totalitarismo por el capitalismo

Concursos inhumanos ya los habíamos visto antes en novelas como El fugitivo (Stephen King, 1982), adaptado al cine sin gracia en Perseguido (Paul Michael Glaser, 1987), o en The Lottery (Shirley Jackson, 1948), aunque la citada con más frecuencia es Battle Royale (Koushun Takami, 1999), tal vez porque sus protagonistas sean también escolares. También el cine se ha encargado de la caza del hombre por el hombre en largometrajes como La presa (Walter Hill, 1981) o ha llegado a la instrumentalización máxima del miserable, por ejemplo, en Cuando el destino nos alcance (Richard Fleischer, 1974). Los juegos del hambre no tiene demasiado que ver con ninguna de ellas. La autora de la novela, Suzanne Collins, quien ha publicado una trilogía sobre estos personajes, apuntó su inspiración a una noche de zapeo televisivo, mezclando imágenes de reality shows con flases de la guerra de Irak. Si la anécdota no es cierta merecería serlo: es una descripción muy exacta del resultado. De otro lado, resulta evidente que las influencias no proceden de la ciencia ficción y el pulp, sino de fuentes más clásicas como el mito de Teseo, los gladiadores romanos o la corte francesa del Siglo de las Luces. Las carrozas de los tributos recorren la arena como hemos visto en centenares de peplums; aunque se los barnice con efectos modernos de juegos olímpicos, el maquillaje de Katniss puede recordar al de Cleopatra. La decadencia y excentricidad de la sociedad opulenta tiene visos del Glam, como La naranja mecánica (Stanley Kubrick, 1971) o El 5º elemento (Luc Besson, 1997), pero su tratamiento es la de una sociedad prerevolucionaria, sea esta finalmente la toma de la Bastilla o del Acorazado Potemkin. Incluso Katniss, que sigue más o menos las pautas del elegido de la ficción judeo cristiana, no deja de ser una suerte de Diana cazadora con la trenza de Lara Croft.


La cosecha alude al registro de judíos en la Alemania nazi y, claro, a los campos de exterminio: en una sociedad hipertecnificada, donde las autoridades vuelan en naves de despegue vertical como los helicópteros, los tributos viajan en trenes cuyo destino es la muerte. Apropiadamente, Peeta, en su show televisivo, hace una broma sobre las duchas, diciendo que “son raras”. Los procedimientos del holocausto judío asoman por la grieta del inconsciente. Pero este ejército de policías, de un blanco poco recomendable para sus labores represivas (tal vez un guiño a La naranja mecánica) son indistinguibles de cualquier otra fuerza totalitaria, sea fascista o comunista. Las marchas militares, las cargas, las botas (estas sí, negras) enfatizadas como icono represor, son lugar común de todo dictador que en el mundo ha sido.

Katniss y Peeta participan en los 74º juegos del hambre, una cifra poco emblemática que demuestra ya se barruntaba la siguiente entrega. Pero detengámonos un momento en ello. El título aprovecha la fuerza de la paradoja. El juego, que asociamos a “diversión”, sabemos que es un concurso donde 24 jóvenes de entre 12 y 18 años se masacran hasta dejar un solo vencedor. Ya es tétrico que se llame “juego” a esto y, lo que es peor, los implicados lo acepten así, como demuestra el seguimiento multitudinario de las audiencias. Para los acomodados habitantes del Capitolio es como apostar a los caballos, incluyendo sus patrocinios que son la diferencia entre la vida y la muerte de los concursantes (aunque también son la manifestación de su podredumbre, de su gusto por la violencia, acertadamente mostrada en la escena en que Haymitch ve como un niño persigue a su hermana con una espada de juguete. La espada es el icono de la violencia y del juego. Recordemos lo que dice la adiestradora: todos buscan una espada, pero es más importante no morir de hambre o de frío). Sin embargo, el título también puede interpretase como “mi hambre es su diversión” y esta es la verdadera fuerza textual de la historia. El vídeo de propaganda bélica es una muestra paradigmática del paternalismo insincero de las clases dominantes. Más tarde, el Presidente Snow revela lúcidamente los mecanismos de la opresión. “Un poco de esperanza está bien.”, explica a su joven pupilo. “He conocido muchos débiles, y si tú los conocieras tampoco te pondrías de su lado”.

Aviso de Spoiler

En realidad, Katniss nunca es representada como débil. No es débil quien saca adelante a la familia con la caza furtiva, esquivando a las fuerzas del orden. No es débil quien se presenta voluntaria para salvar a su hermana. En la terna de candidatos obtiene un 11, la mejor puntuación de los 24. Es la favorita de los distritos inferiores y temida por los asesinos entrenados de los distritos principales, que hacen piña para desembarazarse de ella lo antes posible. Katniss es fuerte y lo sabe. Es más: propicia esa imagen de seguridad y rebeldía a la menor oportunidad, conscientemente (con el cuchillo ante el mentor, con el arco ante los patrocinadores). Sólo así puede entenderse la sobreactuación a las palabras de Peeta en su presentación televisiva (convengamos en que es imposible que no se hubiera dado cuenta antes). Katniss siente una genuina preocupación por no mostrar nunca su vulnerabilidad.

Violencia e iconos juveniles

Gary Ross (conocido por fábulas amables como Big o Pleasantville) es el director de la cinta. Opta por un estilo parkinsoniano y esclavo del montaje que podría haber arruinado la propuesta. No es así. Incluso tiene algunos grandes momentos, sobre todo en la inspirada 1ª parte, con la visión del distrito 12, un pueblo minero al uso de ¡Qué verde era mi valle! (John Ford, 1941), la familia disfuncional al uso de Winter’s Bone (Debra Granik, 2010), la elección de los tributos en La cosecha, incluso el aprendizaje, tan distinto de los entrenamientos de Rocky (John G. Avildsen, 1976) o Karate Kid (John G. Avildsen, 1984). Están conseguidas las escenas en torno a Prim, que subrayan su indefensión (a la vez que apuntan a poderes precognitivos), como el detalle de la “cola de patito”. Con sus primeros planos espasmódicos acierta a reflejar la confusión de los protagonistas en varias escenas, como la despedida de Katniss antes de entrar en el tubo que la subirá al campo.


La película no espectaculariza la violencia: no disfruta con ella, convirtiéndola en algo excitante, como en el cine de Tarantino; ni la rebaja de contenido, volviéndola un choque gimnástico incruento, apta para infantes, como en las películas de superhéroes; tampoco mete el dedo en la llaga, volviéndola desagradable, difícil de ver, como en Martyrs (Pascal Laugier, 2008). Algunos espectadores se han sentido decepcionados por esta causa. La “caza” no tiene emoción. Sabemos el resultado. Normalmente, este es un requisito del cine comercial. Pese a lo que presumimos de ello, pocas veces gustamos de ser sorprendidos (de ahí los palos que se llevan películas promocionadas incorrectamente, como El bosque, sin prestar atención a sus valores reales). Durante los juegos, la película no cambia al “modelo de acción” (lo hará solo, muy brevemente, en el duelo final), sino que se mantiene como al principio, vigilando de cerca a los personajes y sus emociones. Así pues, la violencia no está filmada como un circo de tres pistas, “desde fuera”, sino como un estado psicológico de Katniss. Puede comprobarse: la escabechina inicial, el ataque con las avispas, la obtención del medicamento.

Aviso de Spoiler



Acaso la secuencia más emocionante en este sentido, a lo que contribuye la partitura de James Newton Howard, sea el entierro de Rue. La niña negra es asesinada fuera de cuadro, mientras Katniss lucha por su vida con otro tributo. Al volver la vista, descubre a su amiga atravesada por la lanza que le habían lanzado a ella. Rue se desploma y muere, arrullada por un cántico de Katniss (la canción es la misma con la que consolaba a Prim al inicio del film, lo que permite albergar funestos presagios). Estamos a mitad de metraje. En cualquier película de acción, ese habría sido el fin de la secuencia. Hay que preparar la siguiente toma vertiginosa. Sin embargo, en Los juegos del hambre Katniss recoge flores y las deposita cuidadosamente sobre el cadáver, en un bello ritual funerario. Habituados a que los héroes modernos se despreocupen de los caídos a su alrededor y los lloren -si lo hacen- superada la amenaza, el detenimiento con Rue -también, a continuación, con Peeta– despierta nuestras dormidas conciencias.

El seguimiento pertinaz de la cámara carga a los actores de una responsabilidad tremenda. En general resuelven bien la papeleta. Sin sorpresas con los veteranos: Woody Harrelson vuelve entrañable a Haymitch Abernathy, ese superviviente crápula que hace de mentor; Stanley Tucci borda su presentador histriónico y dicharachero; a Donald Sutherland (como Presidente Snow) le bastan pocos minutos (y algunas de las mejores frases) para planear sobre la película como una sombra ominosa. Wes Bentley pasa por ahí como sin enterarse de nada… que es justo lo que precisa el papel. Los chavales también se portan: Josh Hutcherson (Peeta) aguanta el tipo, sin robar la función desde su discreto segundo plano; tal vez le hubiera convenido estar algo más fuerte si lanza sacos de 50 kilos como si fueran freesbees. Liam Hemsworth trabaja bien la cara de cordero degollado de Gale Hawthorne y su química con el personaje de Lawrence. Tampoco se le puede pedir más a un papel tan escaso. Lo mismo puede decirse de Willow Shields como Primrose Everdeen. Elizabeth Banks, escondida tras una tarta de maquillaje como Effie Trinket, justifica su presencia con su entrega durante el sorteo, aunque luego quede eclipsada por Woody Harrelson. En el debe tenemos a un inexpresivo Lenny Kravitz como Cinna, que tan solo aporta presencia física, y a los concursantes del resto de distritos (salvo la pequeña Rue), que se diferencian lo justo para que los identifiquemos cuando mueren (y a veces ni eso). El rubio malo es intercambiable con el rubio malo de cualquier otro largometraje, pese a que hay trazas de que debería haber sido algo más.

Aviso de Spoiler

En su despedida, declama sobre la manipulación y el destino marcado, como en una tragedia de Shakespeare. El diálogo tiene varias lecturas: por un lado se refiere al concurso, claro, donde los supervisores hacen y deshacen. Pero también a la propia vida, que es injusta y en la que nunca ha tenido una oportunidad, a pesar de que hizo lo que le dijeron: se preparó desde niño para honrar a su distrito, hizo lo que se suponía que tenía que hacer y, al final, no sirvió de nada. Por supuesto, esta declaración resulta soportable porque es el malo de la historia (uno de ellos) y sus motivos nos parecen odiosos, pero resulta que es otro voluntario que, como Katniss, se empeña en lo que cree justo. Es su “reverso tenebroso” pero igualmente un títere que no ha sido consciente de que otros mueven sus hilos hasta el amargo desenlace. La propia Katniss tampoco es consciente de ello hasta que debe hacer su elección.

La película no se puede entender sin Jennifer Lawrence. La actriz -que, pese a ser cuatro años mayor que Katniss en el momento de empezar a filmar, obtuvo la bendición de su creadora literaria (dijo que fue “la única que capturó de verdad el personaje que describí en el libro” y que tenía «todas las características necesarias para interpretar a Katniss«)- llevaba sobre los hombros la exigencia de convertir al personaje en icono juvenil. Para ello no bastan las cualidades interpretativas, algo de lo que la chica va sobrada (merecido Oscar el año anterior por la excepcional El lado bueno de las cosas), pero que a veces incluso estorban para determinado público, como demuestra el hecho de que Schwarzzenegger o Seagal se convirtieran en estrellas. Es obvio que Lawrence estudió esta clase de películas y logró dominar ese gesto inescrutable que asociamos con la dureza, sin renunciar, en otros momentos, al minimalismo expresivo que aporta sentimientos más reales. Su composición va por los derroteros de la Clarice Starling de Jodie Foster o la Dana Scully de Gilliam Anderson más que por las fieras mujeres de James Cameron, siempre con un punto castrista irrastreable en Miss Everdeen. La madurez del carácter es esencial pero hay otro aspecto incluso más relevante, que apenas se menciona.

Inversión de roles

No voy a redactar ahora un tratado sobre la mirada masculina en el cine. A efectos prácticos, créanme si les digo que, con independencia del argumento y las interpretaciones, las mujeres están permanentemente cosificadas, objetivadas y clasificadas para satisfacer la ávida mirada del varón. Es un hecho desgraciado del que podemos sacar cientos de ejemplos. A veces casi una costumbre que nos pasa desapercibida. En Los juegos del hambre apenas hay rastro de ello. En parte procede de la inversión de roles que ofrece ya el guion: Katniss tiene el rol activo (normalmente reservado al hombre), mientras que Peeta recibe el papel pasivo (normalmente reservado a la mujer). Esta es una reversión muy estimulante en cuanto que es estadísticamente improbable hallarla en el cine en general y en Hollywood en particular. No se trata de que sea un carácter fuerte (esto no es tan raro: Lara Croft, Catwoman, las mujeres de Cameron, etc.) ni de que supere el test Bechdel de presencia femenina (esto ya lo es más) sino que es el personaje que hace que las cosas pasen. Incluso en las escenas donde se muestra “sumisa” (las relativas a la preparación de los juegos) sigue teniendo el control. Observemos la relación con Cinna, con sus muestras de cariño (le toca repetidamente el pelo), o la más conflictiva con Haymitch, a quien se enfrenta y respeta como a un padre. Sigue sus consejos, pero los hace suyos, andando su propio camino. Acepta voluntariamente la representación («¿Y qué más da?«- dice Haymitch– «¡Es un programa de televisión!«) para sus propios fines. Sí, como hacían las femme fatales, solo que los motivos de Katniss son nobles y sirven para salvar vidas en lugar de destruirlas. Esto es bastante extraordinario de por sí. Sin embargo, como decía antes, hay un cierto tipo de mirada, llamémosla “sexualizadora”, que es capaz de desactivar incluso el discurso más feminista, que se concentra obsesivamente en las formas de la mujer para obnubilar cualquier otra consideración. No voy a afirmar que haya sido erradicada por completo, entre otras cosas porque no me voy a dedicar a repasar escena por escena la cinta pero casi estoy dispuesto a jurar que el personaje más “sexualizado” no es ninguna mujer sino el chaval que espera el regreso de Katniss.


Los hombres solemos despreocuparnos de este tipo de cosas, porque tuvimos a Indiana Jones, Spider-Man y los demás, modelos de imaginación y aventura, pero las niñas no estaban en la misma situación: si optaban por el género se las constreñía a ser la novia del héroe o su versión femenina. Es un poco triste. Este sistema está tan interiorizado que incluso J.K. Rowling dio el protagonismo de sus libros a Harry Potter en vez de a Hermione. Iba siendo hora de invertir las tornas. Katniss actúa; no se está quieta en un rincón esperando ser rescatada o seducir por sus miradas y contoneos; ni siquiera por su inteligencia. La cámara la sigue por las cosas que hace, no por su atractivo físico. El sambenito le ha tocado a Peeta, masculinización de “la dama en apuros” en todos sus aspectos… ¡incluido el amor secreto por la heroína! Por si fuera poco, parece claro que no es a él a quien desea Katniss. Vamos, un pagafantas. Lo salva su honestidad, no muy diferente al de las sufridas novias “reposo del guerrero” de los héroes tradicionales (Dale Arden y compañía) o al colega fiel de los westerns.

Hay una máxima que reza: si quieres agradar a un hombre pon a dos mujeres compitiendo por él. Halaga su vanidad y desdibuja a ambas contrincantes, por lo que el rol principal sale reforzado. La sentencia vale también al revés. En Los juegos del hambre Gale Hawthorne es el tercero en discordia. Lo presentan como amigo de la infancia y no hay que ser un lince (ni ver el avance de En llamas) para saber que le hace tilín a Katniss. Sospecho que en el libro su papel estará más desarrollado. En todo caso ya se han preocupado de dotarlo de las cualidades masculinas necesarias para que la audiencia opte por él en el momento oportuno.

Por lo demás, la trama tiene algunos deslices inexplicables, como de haberse descuidado en la reescritura (p.ej.: ¿por qué esperan a que Katniss baje del árbol pudiendo prenderle fuego?). No son demasiado importantes. Sin embargo, con todas las referidas virtudes, por muchas trampas comunes que sortee, al final la historia cae en aquello mismo que pretende denunciar. Gale le dice a Katniss que todos ellos bailan al son de los poderosos: “Seguimos a nuestros tributos, lloramos cuando los matan”. ¿No es eso lo que hacemos los espectadores de la película? “Un poco de esperanza está bien”, revela cínicamente el Presidente Snow interpretado por Donald Sutherland. Y con esa pizca salimos satisfechos del cine y retomamos nuestras vidas, probablemente no tan distanciadas como nos gustaría de lo que hemos visto en pantalla.

Subscribe
Notifícame
109 Comments
Antiguos
Recientes
Inline Feedbacks
View all comments
Antoine
Antoine
Lector
17 noviembre, 2013 22:22

La premisa es prometedora pero al final es una peli demasiado teenager en el sentido más Justin Beaver del término.

El guion ya era bastante infame, las actuaciones malas malas (en alunos casos de actores buenos, como la propia Lawrence), pero lo peor era lo malísimamente dirigida que estaba. Acabé la película mareado.

Lo puse el otro día, pero el trailer honesto lo explica muy bien:

http://www.youtube.com/watch?v=nW0HwjfqC7o

Torres2711
Torres2711
Lector
17 noviembre, 2013 22:41

La peña comenta sin siquiera leer el articulo. yo alucino.

buen articulo Javier.

Ocioso
Ocioso
Lector
17 noviembre, 2013 22:50

Hay articulistas (Javier no, por dios) que reseñan sin haber visto las peliculas.

the drummer
the drummer
Lector
17 noviembre, 2013 23:04

vaya por delante que no h visto la peli; dicho ésto, no me ha gustado nada.

Antoine
Antoine
Lector
17 noviembre, 2013 23:08

No se… yo es que no entiendo tanto de actuación para distinguir la inexpresividad de Lenny Kravitz del gesto inescrutable de La Lawrence.

Sencillamente me parece que están los dos fatal.

Sinceramente, la crítica está mucho mejor que la peli.

frankbanner71
frankbanner71
Lector
17 noviembre, 2013 23:18

yo la vi en video con toooodas las reservas del mundo por aquello de que es otra saga infantil mas,y ya he salido escarmentado de unas cuantas.
pero lo cierto es que me resulto bastante entretenida,que para mi ya es suficiente.

lo que pasa es que ahora con el honest trailer que ha enlazado antoine me temo que la voy a ver con otros ojos.

referencia al hermano de thor en el video:
«digo,no soy gay.pero os juro que le chuparia toda la verg*».

y yo si quiero ver la segunda,que encima tiene ,al parecer,una mayoria de criticas positivas.

NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
17 noviembre, 2013 23:20

Algún día la tendré que ver, los libros, para estar destinados a la chavalada (femenina, me atrevería a decir), no estaban mal cuando se sacudían un poco la moñez «crepusculera»

Javié
Javié
Lector
18 noviembre, 2013 0:01

Fui a ver la primera al cine, !! Al cinee!! y puedo asegurar que pocas veces en los últimos años he visto algo mas mierda que Los juegos del hambre, encima gané un cara o cruz a mi novia que quería ver Grupo 7… Día para olvidar sin duda.

Ya no se si estoy influenciado por el truño de peli que veo hasta fe a ala actriz protagonista, cara de pan de pueblo.

frankbanner71
frankbanner71
Lector
18 noviembre, 2013 0:18

¡¡gracias¡¡ por fin alguien se atreve a decir en voz alta lo que muchos pensamos.

que la lawrence esta muy lejos de ser ese icono sexual que algunos medios quieren trasladar como tal.chica corrientita y para de contar.

Javié
Javié
Lector
18 noviembre, 2013 0:23

Además se está poniendo fondona, me da igual que ahora vengan las feminazis a decir a que las lorzas son bellas o que mi amigo Jorge se indigne conmigo, las lorzas no molan, lo que mola es estar buena.

Antoine
Antoine
Lector
18 noviembre, 2013 0:36

Pues a mí me encanta la Lawrence, si es cierto que está algo fondona pero tiene ese aire de vecinita y esa actitud de no tomarse en serio a sí misma que me gusta mucho.

http://m.cinepremiere.com.mx/note.php?docid=31509

dhaldon
dhaldon
Lector
18 noviembre, 2013 0:43

«las lorzas no molan, lo que mola es estar buena.»

+1

Cuanta sabiduría condensada en una sola frase.

La peli la vi en su momento, sin esperar nada, y me gustó, así que me decidí a leer los libros y esa es la razón por la que no veré el resto de películas; la trama se vuelve más absurda a cada libro que pasa y la Catniss esta, cada vez más insufrible, vamos que estaba deseando que le pegaran un tiro ya y descansará, y nos dejará descansar a los sufridos lectores de paso.

Khonshu
Khonshu
Lector
18 noviembre, 2013 0:47

Dos estrellitas le habría dado yo a ésta y a tirar pa alante.

Es mala, pero a años luz de las crepusculonas. No son una mala opción para cumplir con la parienta y pagar penitencia por las de supes.

Javié
Javié
Lector
18 noviembre, 2013 0:47

y esa actitud de no tomarse en serio a sí misma que me gusta mucho.

Hombre la actitud de no tomarse en serio la percibí en las ultimas fotos suyas que vi, el Mc donalds, ese asesino silencioso, cuantas erecciones ha conseguido liquidar…

Antoine
Antoine
Lector
18 noviembre, 2013 0:51

Tal como la describes parece que pese 100 kg, tiene algún kilo de más para los estandares de Hollywood.
Yo sinceramente prefiero que sobre un poco a que falte.

Javié
Javié
Lector
18 noviembre, 2013 0:56

Perdone usted señor mio, yo creo tener el derecho de juzgarla de la manera que a mi me venga en gana, el día que no podamos ni criticar a los actores/actrices de Hollywwod apaga y vamonós, otra cosa es que a usted le guste, cosa que me parece del todo respetable, pero a mi no y ambos tenemos el mismo derecho a expresarnos.

Sobre la peli, pues ya lo he dicho, fue el bodrio del pasado año, lo peor de lo peor dentro del genero palomitero.

Javié
Javié
Lector
18 noviembre, 2013 1:16

Pero tu me has intentado llamar la atención cayendo justo en el mismo error:

Javier Agrafojo
ha comentado

. A mí la mayoría de las actrices de hollywood me parecen anoréxicas. Me dan más pena que otra cosa, la verdad.

Si nos ponemos en este plan de cogernosla con papel de fumar tanto la obesidad como la anorexia (ambas exageraciones en busca de la mofa o chiste en este caso) son enfermedades muy serias

pero piensa en lo que sería si en la crítica de Thor, un poner, hubiera un grupo de comentarios sobre si el chaval tal y cual. No nos parecería serio.

Chicos, decid lo que queráis sobre la peli pero venir a un post mío a meterse con Jennifer Lawrence es jugar con el baneo. (Es broma)

Ya en serio, a mí me encanta Jennifer Lawrence

Tus has hecho exactamente lo mismo que yo solo que a la inversa.

Rasputin33
Rasputin33
Lector
18 noviembre, 2013 1:33

Eh! Que a mí me gustó la de John Carter 😀
La de Los Juegos Del Hambre no la he visto, así que no puedo opinar.

Franz
Franz
Lector
18 noviembre, 2013 4:11

Tribuno o tributo? Un misterio que subsiste hasta hoy es como habrá hecho josh hutchinson en conseguir el papel de peeta, esta lejos de los «dioses griegos» jennifer y liam, en los libros no hay una diferencia fisica tan marcada. Deben llevarse mas de 10 centimetros….

Ocioso
Ocioso
Lector
18 noviembre, 2013 8:19

Una cosa. No he visto la película, pero sí el libro en que se basa. O sea, no lo he leído pero lo he visto por ahí.

Otra cosa. Después de leer varias críticas en contra pero también algunas a favor «conseguí» la película hace unos meses por si un día me daba por ahí. El problema es que le pegué un par de pinchazos para ver si estaba bien conseguida y en uno me encontré con Stanley Tucci coronado por un pelucón azul, o morado, completamente disuasorio. Buff…

Y otra cosa mas. Ya nos hemos ensañado con las carnes de la Lawrence en otro hilo, y lo hicimos a conciencia. Creo que a partir de entonces el tema da para chascarrillo aislado, pero no para dedicarle otro monográfico. Aunque mis gustos van mas por las chicas delgaditas agradezco la diversidad, sobre todo en lo que podríamos llamar la gama media: parece que Jolivud solo admite pivones o gordas graciosas. A las chicas normales no saben donde colocarlas.
¿Queremos ver en el cine de acción los mismos cuerpos clónicos que tenemos en los tebeos? Un aburrimiento.

Mr. X
Mr. X
Lector
18 noviembre, 2013 8:43

«Me dan más pena que otra cosa, la verdad. Yo soy más de Maureen O’Hara, Marilyn Monroe, Bettie Page o la Angelina Jolie de los buenos tiempos (Tomb Raider) antes de que se quedara en los huesos.»

Estoy con usted, Sr. Agrafojo, la Jolie o Jennifer Connelly eran dos pivones impresionantes antes de convertirse en lo que son ahora, dos sacos de huesos, muy lamentable.

Otro saco de huesos es la chica esta de Crepúsculo, que ahora ni recuerdo como se llama, y sobre la que corre la infundada leyenda de que está buena o que tiene algún remoto atractivo. En comparación, para mí gusto, la sra Lawrence es una diosa del sexo, la encarnación de Afrodita.

¿Qué es un pivón? Un pivón es Claudia Cardinale en Hasta que llegó su hora http://sp8.fotolog.com/photo/40/35/85/eltrufas/1204137901_f.jpg

coverface
coverface
Lector
18 noviembre, 2013 9:27

Mr. X, Clauida Cardinale es el mayor pibón de la historia..todos deberiamos tener una foto de la Cardinale en la cartera. y yo aunque ella tenga 75 le hacia el amor solo por decir que me he tirado a la gran Cardinale… eso es un pibón, no la mistica esta que se pasa los findes comiendo bollos

Ocioso
Ocioso
Lector
18 noviembre, 2013 10:10

coverface ha comentado: aunque ella tenga 75 le hacia el amor

Solo me lo plantearía si yo tuviera 90 o mas.

coverface
coverface
Lector
18 noviembre, 2013 10:19

El que tuvo, retuvo, y guardó para la vejez, mas un bidón de 1000 litros de vaselina y unos analgésicos.. eso esta hecho XD

coverface
coverface
Lector
18 noviembre, 2013 10:20

cuantos años tienes ocioso¿¿??

Daniel Gavilán
18 noviembre, 2013 10:24

Además se está poniendo fondona

Sus fotos de Halloween lo atestiguan.

Ya en serio, el día que a una chica como esta se le considere fondona, el género masculino habrá quedado oficialmente obsoleto. Ese par de molletes que tiene rodeándole la cara solo pueden desprender amor

coverface
coverface
Lector
18 noviembre, 2013 10:30

Ahí hay horas de Photshop Daniel….
que si, que aquí todos cubriríamos sus orificios sin rechistar… …pero …

Daniel Gavilán
18 noviembre, 2013 10:33

Por cierto, Mister X, la foto que has puesto de Claudia Cardinale no es de Hasta que Llegó su Hora, sino de Los Profesionales, donde estaba en pleno apogeo de su feminidad y lució el mejor par de piernas que se haya visto en la Historia del cine http://i2.listal.com/image/2991108/500full.jpg

Ocioso
Ocioso
Lector
18 noviembre, 2013 10:39

Lo bueno de ir cumpliendo años es que ya no te ponen solo las jovencitas sino que vas ampliando el rango y te gustan cada vez mayores. A mí ya están empezando a gustarme las de veinte.

Daniel Gavilán
18 noviembre, 2013 10:42

Sabía que por elegir un poster de película alguno ibais a salir con lo del Photoshop 😆 No se, a mi esta chica me mola hasta cuando sale con cuatro arreglillos puestos

Y eso porque solo es una foto inanimada, que cuando ya empieza a hablar y a moverse ya es la releche

Mr. X
Mr. X
Lector
18 noviembre, 2013 10:43

Ah vaya, gracias por la corrección Sr Gavilán. Tiene razón.
Y eso que he visto un par de veces Los profesionales –que, haciendo un inciso, no es un western que me entusiasme mucho- y un mogollón de veces ese obrón maravilloso que es Hasta que llegó su hora.

Deke Rivers
Deke Rivers
Lector
18 noviembre, 2013 12:06

La gracia de la Lawrence es que es una belleza un tanto «atípica».

Vamos que si uno quiere la típica rubia clónica indistinguible de otra rubia clónica tienes a, no sé, Blake Lively…

En cambio, los mofletes de la Lawrence son memorables 🙂

Jordi T. Pardo
Autor
18 noviembre, 2013 12:28

Primero de todo, muy buena crítica, Javier, además compartimos pasión por los historias distópicas 😉

No obstante, Los Juegos del Hambre, me parece como mucho una película entretenida, pero mediocre, en ningún momento me transmitió las necesidades que deberían estar pasando esas personas y menos me creí esa lucha por la supervivencia. El «honest trailer» puede exagerar en muchas cosas, pero no en lo de los árboles, la protagonista sobrevive a la contienda básicamente subida a un árbol, cuando llegan las escenas de acción… lamentables. La cámara se mueve de un lado a otro para no dejar ver absolutamente nada.

Y a mí también me resulta cansino tener que estar leyendo en cada entrada lo buena que está o no la actriz de turno. Mientras a sus compañeros los criticamos «porque no son los apropiados para ese papel» o por lo mal que lo hacen delante de las cámaras parece que con las actrices sólo se juzga lo buena que pueda estar. Y lo aceptamos como algo natural. Pues vale.

Mr. X
Mr. X
Lector
18 noviembre, 2013 12:29

«También espero con ganas American Hustle, la nueva del equipo de El lado bueno de las cosas. En USA se estrena en diciembre para entrar en la terna de los Oscars, pero aquí aún no hay fecha asignada. Un tema de corrupción política en los ’70 me tiene que gustar a poco que se esfuercen.»

Voy a hacer otro inciso para afirmar que yo espero muy poco de American Hustle porque el tal David O. Russel me parece un pedazo de bluff sin ningún talento.
Tres Reyes es una versión patriotera de La chaqueta metálica; Extrañas coincidencias una mala imitación del cine de Spike Jonze; The Fighter, una parodia de Toro Salvaje; El lado bueno de las cosas, como dijeron en Las horas perdidas, un Frank Capara wannabe. Y supongo que con esta última ha llegado la hora de copiar a Sidney Pollack o Alan J. Pakula.

Jordi T. Pardo
Autor
18 noviembre, 2013 13:06

Mi problema no viene con la espectacularidad, ni con el hecho de convertir a Los Juegos del Hambre en una película de acción (que sí se vende como tal pues te están preparando toda la película para esa supuesta Battle Royale), sino por el hecho de qué esa «cámara nerviosa» me parece una tomadura de pelo, una mala decisión narrativa utilizada por el director para tapar sus carencias o las del presupuesto de la película. Y, además, ¿por qué un buen tratamiento de la acción, claro y limpio, debe restar inverosimilitud al conjunto?

De hecho, yo prefiero un tratamiento realista, pero en Los Juegos del Hambre no mostrarme -más o menos gráficamente que tampoco se trata de eso- las penalidades que pasan sus personajes le resta precisamente credibilidad a su situación y, por ende, a la historia. El mundo del «reality show» está muy bien tratado, en términos generales, pero no puede ser que esa lucha por la supervivencia sea tan limpia y aséptica como un plató de televisión.

Mr. X
Mr. X
Lector
18 noviembre, 2013 13:18

Es que, Sr Agrafojo, El lado bueno de las cosas no me lo creí, los personajes me parecieron como dirían en mi pueblo más falsos que un duro de tres pesetas, me pareció una sucesión de tópicos algo enmascarados para que sonara a nuevo. Y el tal Bradley Cooper me irritó muchísimo.
No soy muy fan de subgénero “chico conoce chica”, pero dentro de lo mismo, comeda romantico/dramática con personajes idos de la olla, por ejemplo Las ventajas de ser un marginado o Algo en común, que son dos pelis que he visto el último año me parece mucho mejores sin ser la hostia, en especial la segunda.

Javié
Javié
Lector
18 noviembre, 2013 13:38

Ocioso

ha comentado

Lo bueno de ir cumpliendo años es que ya no te ponen solo las jovencitas sino que vas ampliando el rango y te gustan cada vez mayores. A mí ya están empezando a gustarme las de veinte

XDD, no se cuantos años tendrás ahora, pero vas mejorando los chascarrillos con el tiempo.

Cuando empecé a comentar en Zona me hacías bastante gracia, al mes por ahí ya no tanta, luego han pasado 8 o 9 años, y hoy me has vuelto a hacer reír, este me ha gustado.

Deke Rivers
Deke Rivers
Lector
18 noviembre, 2013 13:47

«Y a mí también me resulta cansino tener que estar leyendo en cada entrada lo buena que está o no la actriz de turno. Mientras a sus compañeros los criticamos “porque no son los apropiados para ese papel” o por lo mal que lo hacen delante de las cámaras parece que con las actrices sólo se juzga lo buena que pueda estar. Y lo aceptamos como algo natural. Pues vale.»

Desde el mismo momento que la mayoría de los foreros son hombres, me parece algo natural que hable de lo buena que está (o no) tal actriz.

Por otro lado poco más hay que comentar de una peli que no se ha estrenado todavía.

Deke Rivers
Deke Rivers
Lector
18 noviembre, 2013 13:56

Ah, vale.

Pido disculpas entonces.

Jordi T. Pardo
Autor
18 noviembre, 2013 14:05

«Jordi, ¿recuerdas A la hora señalada (Nick of time)? Era una película de John Badham protagonizada por Johnny Depp. La idea era mostrar cómo se comportaría una persona normal en una situación límite en la que han raptado a su hija para que asesine a un político. Sí, el mismo argumento que la 1ª temporada de 24, solo que Jack Bauer es Jack Bauer»

Me gustó A la hora señalada. Pero en ella se quería contar esa historia, dada su condición de thriller, y, por ello, creo que ofrece lo que promete. Igual que 24 estableció sus propias reglas metiendo mucha acción en el conjunto pero siempre, más realista o no, exagerada o no, entendible de cara al público.

En Los Juegos del Hambre sólo me hubiese gustado que fuesen fieles a la filosofía de la historia, esta no pedía un Rambo o Jungla de Cristal, pero sí que me mostrasen las consecuencias de la situación de esos chicos, más en plan El Señor de las Moscas, como decías tú mismo, no tanto una película de acción prototípica, pero el director escoge el camino intermedio… no nos cuenta nada y tampoco nos enseña esas consecuencias.

Es decir, en realidad creo que estamos diciendo lo mismo, lo que yo digo es que esa decisión técnica es indicativa de la falta de ambición por seguir contruyendo el relato y también de esa sensación de trama atropellada que tú comentas. Cuando yo hablo de acción no me refiero a grandes escenas con explosiones y saltos por los árboles, estas pueden tener un tono introspectivo y realista, si el director tiene el talento suficiente, pero en Los Juegos del Hambre no es el caso…

Deke Rivers
Deke Rivers
Lector
18 noviembre, 2013 14:44

Lo que pasa es que esta es una peli, digamos, juvenil.

Un poco, para entendernos, en plan Disney.

Mucho no se le puede pedir a esta propuesta, porque es eso, un divertimento juvenil «para todos lo públicos».

Enrique Ríos
18 noviembre, 2013 14:44

Me voy a meter en la conversación Jordi-Javier porque hay cosas que no me cuadran. ¿Alguno de vosotros se ha leído los libros? Porque yo sí y entiendo que las cosas que estáis discutiendo se asientan en las bases generadas en los libros y no son culpa de la película sino de la historia en sí. Culpáis de errores al director cuando provienen de la escritora, y estáis pidiendo modificaciones de la historia en pro de la acción que habrían supuesto las iras de miles de lectoras… No sé, es mejor no molestar a las adolescentes.

A mi la película me gustó en su día. Si la segunda es tan fiel al original como la primera, me gustará. Y si la tercera no cambia absolutamente toda la historia, no la veré. (Sí, me contradigo a mí mismo)

Thorin_II
Thorin_II
Lector
18 noviembre, 2013 14:54

Tengo que decir que ni me he leido los libros y ni he visto la primera peli. Culpa de que no la haya visto la tiene la Lawrence, ni me gusta su cara ni me gusta como actúa, hala ya lo he dicho. No me llama mucho la atención la verdad pero a la peli si que al menos le daré una oportunidad a ver que pasa, lo mismo hasta me gusta

frankbanner71
frankbanner71
Lector
18 noviembre, 2013 14:56

mureen o sullivan y claudia cardinale.

si señor.ahi hay nivel.

dos mulas y una mujer,¿un clasico?¿es en serio?.

y el lado bueno de las cosas comparado con el cine de frank capra.

tios,vais a provocarme un infarto.

Jordi T. Pardo
Autor
18 noviembre, 2013 15:00

«Culpáis de errores al director cuando provienen de la escritora, y estáis pidiendo modificaciones de la historia en pro de la acción que habrían supuesto las iras de miles de lectoras… No sé, es mejor no molestar a las adolescentes.»

Dudo mucho que Suzanne Collins especificase en su libro el uso de la cámara en mano que utiliza Gary Ross en la película. Pero sí sé, aunque no me he leído los libros, que esta escritora tiene tendencia a las lagunas. Y si abogo por molestar a las adolescentes, o a los aficionados al cómic, si es en beneficio del resultado final y siempre teniendo en cuenta que son medios diferentes… además que por lo que yo he leído la adaptación tampoco es tan fiel y los «grises» de la trama brillan por su ausencia.

Enrique Ríos
18 noviembre, 2013 15:06

El uso de la cámara es lo único que se le puede achacar al director, pero el resto de cosas de las que os quejáis (desarrollo de la trama, los árboles, etc), son todas de Suzanne. Y sí, la adaptación es fiel… Solo se han quitado algunas cosas intrascendentes y se han añadido otras que son imprescindibles para entender la tercera parte y que Suzanne se descuidó de incluir en su libro.

Mr. X
Mr. X
Lector
18 noviembre, 2013 15:16

“El uso de la cámara es lo único que se le puede achacar al director”

Bueno, la explicación es sencillísima: es una película de gran estudio dirigida a un target muy amplio, pero sobre todo a los adolescentes. Y en Usamérica se toman muy en serio la calificación por edades. Pero en la historia ¡mueren sangrientamente chavales!
Solución made in Hollywood: rodar las escenas violentas de tal modo que no se vea un carajo.

Deke Rivers
Deke Rivers
Lector
18 noviembre, 2013 15:16

«Me guardo la frase para cuando se estrene la próxima de Marvel, que esas sí que son de Disney, a ver si estás tan de acuerdo.»

Más allá que tampoco me tomo demasiado en serio las pelis de Marvel, creo que hay una gran diferencia.

Una peli como Los Vengadores intenta atraer a un público (algo) más amplio.

Los juegos del hambre es un producto claramente adolescente.

Antoine
Antoine
Lector
18 noviembre, 2013 15:30

Mr. X ha comentado: Bueno, la explicación es sencillísima: es una película de gran estudio dirigida a un target muy amplio, pero sobre todo a los adolescentes. Y en Usamérica se toman muy en serio la calificación por edades. Pero en la historia ¡mueren sangrientamente chavales!
Solución made in Hollywood: rodar las escenas violentas de tal modo que no se vea un carajo.

Bien visto pero no, sencillamente, es la moda rodar así ahora. Tanto en las dirigidas a chavales como en las más violentas. Un recurso que se verá muy antiguo en unos años, como vemos ahora los Zooms y todos esos recursos de moda de los 70.

Jordi T. Pardo
Autor
18 noviembre, 2013 15:32

«El uso de la cámara es lo único que se le puede achacar al director»

Eso y ser un soso de cuidado -por mucho que me guste Pleasentville- porque por algo le han dado la patada para la segunda y han fichado a alguien con un perfil opuesto para las siguientes entregas: Francis Lawrence (Constantine, Soy Leyenda).

«Solución made in Hollywood: rodar las escenas violentas de tal modo que no se vea un carajo.»

Sí, aunque eso también lo hicieron en El hombre de Acero, ¿y a quién iba dirigida?

«Una peli como Los Vengadores intenta atraer a un público (algo) más amplio.

Los juegos del hambre es un producto claramente adolescente.»

Yo casi veo más adolescente Los Vengadores, ¿eh? Al menos Los Juegos del Hambre mueve, bien o mal, algo de crítica social… pero la de Joss Whedon sólo es acción y pirotecnia.

Juan Luis Daza
Autor
18 noviembre, 2013 15:42

«Tres Reyes es una versión patriotera de La chaqueta metálica»

¿Cómorl? Será de Los Violentos de Kelly, con la peli de Kubrick no tiene mucho que ver más allá de estar protagonizada por militares. A mí me gusta O’Rusell o al menos todo lo que he visto de él (todo desde la misma Tres Reyes hasta ahora) aunque me gustaba más cuando no estaba tan atado en corto por los Weinstein. De American Hustle espero mucho, sobre todo teniendo a dos de las actrices que más me ponen en la actualidad con estilo de los 70.

Mr. X
Mr. X
Lector
18 noviembre, 2013 15:48

» Será de Los Violentos de Kelly, con la peli de Kubrick no tiene mucho que ver más allá de estar protagonizada por militares.»

Me refería a la segunda mitad de La chaqueta metálica. Pero si, el argumento se parece más a la de Clint. En todo caso, me parece la mejor peli de ese tío, aunque esa misma, Los violentos de Kelly le da mil vueltas, por ejemplo. Y la peor de Fighter, que es como un compedio de todos los tópicos de película de boxeadores y de autosuperación mezcladitos y con Mark W. poniendo cara de estreñido cada vez que toca sufrir.

Deke Rivers
Deke Rivers
Lector
18 noviembre, 2013 16:10

«Yo casi veo más adolescente Los Vengadores, ¿eh? Al menos Los Juegos del Hambre mueve, bien o mal, algo de crítica social… pero la de Joss Whedon sólo es acción y pirotecnia.»

Digo un público MÁS AMPLIO.

Los Vengadores intenta atraer aun publico lo más amplio posible (incluido niños).

Los Juegos del hambre es más un producto dirigido a un sector concreto (los adolescentes).

Al menos esa es mi impresión.

Daniel Gavilán
18 noviembre, 2013 16:42

Venía a decir justo lo mismo que ha dicho el señor Tamzarian sobre la comparativa entre Tres Reyes y la Chaqueta Metálica. De hecho no se me ocurre ninguna similitud entre ambas más allá de el ser cine bélico.

Y aunque creo que esta película ha envejecido muy mal muy mal (intente verla de nuevo hace cinco años y no pase de los barracones), si que voy a romper una lanza por El Lado Bueno de las Cosas, película que dentro de los típicos tópicos de la comedia romántica me parece bastante currada en lo que respecta a personajes

¿Cooper «insoportable»? Bueno, es parte de la gracia del invento. Es muy fácil hacer una película en la que retratar a la gente con estos problemas como simpáticos exéntricos, pero Russell no deja de abordar todos las complicaciones que derivan a sus vidas personales, haciéndolos difíciles, mezquinos y por momentos difíciles de soportar no ya para la gente que les rodea, sino para ellos mismos.

Demonios, si Jackie Weaver se merecía el Oscar solo por imaginar que haya una mujer por padecer la mitad de lo que ella soportaba con aquella sonrisa siempre al borde del ataque de nervios. Personalmente, me pareció bastante interesante el crisol de personalidades disonantes* que organiza Russell alrededor de esa historia de chico conoce a chica

* Virtud que -dicho lo cual- ya estaba en Tres Reyes y la ecléctica cuadrilla de soldados que reunía (incidiendo mucho en los orígenes de cada uno). Recomendar ya de paso la reseña de El Lado Bueno de las Cosas que leí en Transgresión Contínua, que era muy ilustrativo al respecto de los aciertos de esa película.

Mr. X
Mr. X
Lector
18 noviembre, 2013 16:51

» Es muy fácil hacer una película en la que retratar a la gente con estos problemas como simpáticos exéntricos, pero Russell no deja de abordar todos las complicaciones que derivan a sus vidas personales, haciéndolos difíciles, mezquinos y por momentos difíciles de soportar no ya para la gente que les rodea, sino para ellos mismos.»

Pero qué dice.
Es una fantasía hollywoodiense tópica y típica que presenta a seres que problemas psicológicos como individuos en el fondo enternecedores y queribles, algo que llevan haciendo desde… no sé. Desde siempre.
Dentro de ese sub-subgénero de comedia romántica con personajes un tanto tarados me quedo sin dudas con http://www.filmaffinity.com/es/film544824.html o incluso con esta peli española http://www.filmaffinity.com/es/film912529.html

Tronak el Karbaro
Tronak el Karbaro
Lector
18 noviembre, 2013 17:06

Estoy hasta los ……de la puñetera cámara al hombro. Es el equivalente en cine a los pistolones, bolsillos, dientes apretados y rayitas por todas partes de los cómics noventeros (solo que la cámara en mano es muuucho más molesta). Algunas (muy pocas) pelis hechas así están bien, pero la mayoría me dan ganas de colgar al director por los pulgares.

Dicho esto, una reflexión sobre la Lawrence (que a mí sí me gusta) o sobre cualquier otra:

-Fulanito, ¿te gusta….(insertar nombre de actriz o casi de cualquier tía)?

-Pues no mucho, la verdad.

-Pero…¿te la tirarías?

-¡Hombre, claaaaro!

Podéis mosquearos, pero es lo que hay la mayoría de las veces. ¡Esta juventud!.

Javié
Javié
Lector
18 noviembre, 2013 17:28

Dios, tres reyes, la vi en su época y me pareció malisima, ¿Lo es?

Ocioso
Ocioso
Lector
18 noviembre, 2013 18:16

Rambo comería cosas que harían vomitar a una cabra.
Tronak se la tiraría.

Tronak el Karbaro
Tronak el Karbaro
Lector
18 noviembre, 2013 18:46

Es que hay cabras que van provocando….y tú también te la tirarías (si fuera menor, claro)

Daniel Gavilán
18 noviembre, 2013 23:34

Hombre Mister, aunque la historia conduzca al final made in Hollywood, por el camino tienen momento bastante cuestionables. Cooper, la Lawrence o De Niro, distan de ser la amabilidad encarnada en más de un momento de la película. Me apunto las pelis que dices, que no las conocía

p.s.: A mi Los Profesionales siempre me pareció una peli maja. No deja de ser un «Equipo A» en el desierto, pero es simpática. Pero claro, Hasta que llegó su hora son palabras mayores. No hay comparación que valga cuando entra en juego uno de los mejores westerns de la Historia

Isabel López
19 noviembre, 2013 1:00

Nunca entenderé el odio hacia Los Juegos del Hambre. Bueno, miento, lo entiendo. Entiendo que mucha gente se queda con la estética de un puñado de personajes que parece que se han tirado a un monton de ropa del Desigual y a «es de adolesces = Crepúsculo = no me acerco».
A los que se achaquen ser de adolescentes, les recordaré que mucha gente sigue diciendo que los cómics son para niños.
En fin, es una pelicula entretenida, con un poco de mensaje y que pasa las escenas más crudas para que no se vean, que busca ser para todos los públicos y no iban a poner las masacres en primer plano.
Y sobre si la Lawrence está gorda o no, yo en El lado bueno de las cosas, ni en Xmen first class le he visto ni una lorza. A ver si esto va a ser forocoches donde llaman a Christina Hendricks asquerosa obesa…

Javié
Javié
Lector
19 noviembre, 2013 1:40

Milhouse: » !!Ehh, tu no tienes gracia, estás gordo!!»

Ocioso
Ocioso
Lector
19 noviembre, 2013 7:51

Isabel López ha comentado: A ver si esto va a ser forocoches donde…

¡Tché! ¡Que no me entere yo que te metes en Forocoches! Es peligrosísimo. Es como Intereconomía o los foros de los periódicos de derechas, que te metes para echar unas risas, pero a la que te descuidas te van comiendo la cabeza y terminas haciendo chistes de niños que van a colegios públicos.
Y conste que esto lo digo completamente en serio. Será lo del lado oscuro de La Fuerza o algo.

samanosuke ha comentado: Sí, aquí en ZN siempre ha habido mucha follamisses

Hombre, muchos muchos no. A ver si va a resultar que todos nos hemos tirado a las mismas.

Mr. X
Mr. X
Lector
19 noviembre, 2013 8:19

“p.s.: A mi Los Profesionales siempre me pareció una peli maja. No deja de ser un “Equipo A” en el desierto, pero es simpática.”

Yo la recordaba así de cuando la vi de niño, pero hace un par de años la volví a ver con mi señora y la parte del desfiladero se nos hizo muy laaaarga y pesada. Vamos, que me pareció más floja de lo que creía y hasta nos aburrió un poco.


A ver si esto va a ser forocoches donde llaman a Christina Hendricks asquerosa obesa…”

Quien afirme tal cosa de esa gran señora merece una muerte lenta y dolorosa, muy lenta y muy, pero que muy dolorosa. He dicho.

Antoine
Antoine
Lector
19 noviembre, 2013 10:06

Isabel López ha comentado: Nunca entenderé el odio hacia Los Juegos del Hambre. Bueno, miento, lo entiendo. Entiendo que mucha gente se queda con la estética de un puñado de personajes que parece que se han tirado a un monton de ropa del Desigual y a “es de adolesces = Crepúsculo = no me acerco”.

No será aquí, donde, entre converesaciones sobre las redondeces de Jennifer Lawrence, se han dado razones cinematográficas de porque la peli parece un churro (o no)

Jordi Molinari
19 noviembre, 2013 11:24

Si, malditas redondeces de Jennifer Lawrence…

http://thechive.files.wordpress.com/2013/03/a2xwvce.gif

Esta chica es un AMOR, y cualquiera que la critique – a ella, no a sus actuaciones – carece completamente de alma y corazón.

Mr. X
Mr. X
Lector
19 noviembre, 2013 11:31

«Si, malditas redondeces de Jennifer Lawrence…

http://thechive.files.wordpress.com/2013/03/a2xwvce.gif»

My God!
Sr Molinari, conténgase con los gif, que esos sobresaltos a estas horas de la mañana…

NobTetsujin
NobTetsujin
Lector
19 noviembre, 2013 11:38

Ya sé que llego tarde al debate de «chichas si, chichas no» y sobre qué es estar entrada en carnes y cuáles son los estándares de Jolibud, pero joder, que se supone que son Los Juegos del HAMBRE, aquí sería de recibo que los personajes fuesen algo escuálidos, digo yo…

Byrne es DIOS
Byrne es DIOS
Lector
19 noviembre, 2013 12:26

La peli es un churro, pero también la son las últimas de Marvel Studios y no pasa nada, así que…
Y respecto a la Jennifer, prefiero sus veces sus redondeces a las carnes anoréxicas de muchas otras. Ya lo dice el refrén: «mientras más masa, mejore se pasa»

frankbanner71
frankbanner71
Lector
19 noviembre, 2013 13:26

y esto pal reverend:

trailer-machete kills again…IN SPACE¡.

pelicula que jamas veremos a los que nos interese.

por motivos evidentes.

Tronak el Karbaro
Tronak el Karbaro
Lector
19 noviembre, 2013 16:32

Como decía antes, aquí mucho criticar si la chavala de turno está más o menos gorda (que no lo está para nada, aquí estoy de acuerdo con el amigo Byrne y el amigo Jordi). Os ponéis en plan exquisito y habría que ver nuestras pintas y las de nuestros ligues…..o no, casi mejor no. Como dijo el gran Lemmy (el de verdad, el de Motörhead): «Nunca me he acostado con una chica fea, pero sí me he despertado con algunas».

Encima luego os ponéis a criticar que siempre dibujen a las superheroínas «de manera sexista» (signifique esto lo que signifique). A ver si os ponéis de acuerdo.

bowler02
bowler02
Lector
19 noviembre, 2013 18:00

• Los juegos del hambre o las vaguedades del infortunio
Adaptación del primero de la muy exitosa trilogía para adolescentes de Suzanne Collins (“Los juegos del hambre”, “En llamas” y “Sinsajo”) “Los juegos del hambre” narra la odisea de Katniss Evergreen (Jennifer Lawrence, magnética) que se ha ofrecido de voluntaria para ocupar el lugar que le correspondía a su hermana menor Primrose (Willow Shields).
Dirigida por Gary Ross, un realizador mediano, sin ninguna película destacable en su haber, “Los juegos del hambre” evita la feroz narración en primera persona que le concede al texto un gran vigor y que ha capturado la imaginación de tantos lectores (“Algunas veces, cuando limpio una presa, le doy a Buttercup las entrañas. Él ha dejado de gruñirme. Entrañas. No gruñe. Es lo más cercano a lo que jamás nos aproximaremos a amarnos”).
“Los juegos del hambre” abreva de diferentes fuentes, podría ser la película japonesa “Battle Royal”, relatos de Scott Card o Stephen King, otros largometrajes como “Muerte en directo” sobre la fascinación televisiva en transmitir la muerte a una población que rápidamente se acostumbre y goza con el infortunio de los actores involuntarios de su propia desdicha.
“Los juegos del hambre” se enmarca en una perspectiva feminista de crear heroínas fuertes y arrojadas, que están al par, si no por encima, de los hombres en fuerza e inteligencia y ocultan su vulnerabilidad con actividades físicas. Es, a la vez un vehículo para canalizar ansiedades adolescentes con respecto a su lugar en el mundo tanto frente a los adultos, como a las personas de su edad.
Filmada en un estilo retrofuturista, gracias la cámara de Tom Stern, colaborador habitual de Clint Eastwood, en donde conviven impresionantes avances tecnológicos con vestigios de un pasado privado de avances consumistas, la película tiene sus mejores momentos en el bosque artificial en el que los contendientes saben que han entrado en una arena gladiatoria para la mayor gloria de las omnipresentes pantallas voyeuristas.
Entretenimiento que no exige demasiado pero que cumple satisfactoriamente con un par de horas de diversión, sostenido por la gran actuación de su protagonista que oscila entre una sexualidad reprimida y las vacilaciones para matar o convertirse en la presa que se resiste a ser. En breve, “Los juegos del hambre” es comida chatarra para el cerebro, que por lo mismo a veces causa adicción más que rechazo.

Ocioso
Ocioso
Lector
19 noviembre, 2013 18:49

La chica tiene una gestualidad basta. Así es como siempre me he imaginado a las americhonis que viven en los parkings de caravanas del Medio Oeste.

Javié
Javié
Lector
19 noviembre, 2013 19:20

En El lado bueno de las cosas estaba que partía bellotas con el culo, dura y apretada, como debe ser.

Jordi T. Pardo
Autor
19 noviembre, 2013 19:25

Pues yo siempre he dicho y sigo sigo diciendo que la maldita calificación por edades ha destruido el potencial de muchas películas en las últimas décadas. Una cosa es planificar desde un principio una historia para ser dirigida a un público determinado, infantil, adolescente, adulto, o para todos los públicos, pero otra es coger un material determinado, historias o personajes y pretenderlos pasar por lo que no son, triturados en la picadora de calificación de edades sólo para llenar unas cuántas butacas más.

Tronak el Karbaro
Tronak el Karbaro
Lector
19 noviembre, 2013 19:57

Por eso lo decía, Javier. Por eso pongo que a ver si nos aclaramos. Y por eso he entrecomillado. Y totalmente de acuerdo en que suele ser en plan pose de «mira qué moen-no y liberal que soy». Luego sale alguna moza de carne y hueso y la criticamos porque no está lo bastante buena….

Oci, es que no todas pueden ser ameripijas como Winona. A mí me parece una chica muy natural, una Ellen Page con tetas.

Ocioso
Ocioso
Lector
19 noviembre, 2013 20:21

Tronak el Karbaro ha comentado: una Ellen Page con tetas.

¡Eso es un oxímoron!

Franz
Franz
Lector
21 noviembre, 2013 23:47

No se uds pero jennifer se ganó mi fanatismo a perpetuidad desde la escena en la que, usando una espectacular minifalda azul, se sienta en el regazo de la bestia para ver por el microscopio en xmen first class.

Jordi Molinari
22 noviembre, 2013 13:37

Venga va, por 25 pesetas, historias para adolescentes en un medio escrito y/o visual en la que, básicamente, no tengan protas cuasimesiánicos.

Ocioso
Ocioso
Lector
22 noviembre, 2013 14:03

Si Mistica se sienta sobre la Bestia…o sea…la chica va en bolingas. ¿Como sabemos que no se la está clavando?

Igverni
Lector
23 noviembre, 2013 12:48

Ayer vi la película, prometí a mi mujer que vería En Llamas con ella, así que tuve que ver ésta antes.

me pareció penosa

Excepto por Jennifer Lawrence, que al menos sí hace un convincente papel, todo lo demás, actores (Woody Harrelson, p.ej), el mundo de la capital, el argumento, las trampas ridículas del guión y elipsis sin explicación (el disfraz árbol), el final con los lobos!!
es de verguenza ajena…

Ahora bien, lo cierto es que me siento muy mayor y un poco abuelete cascarrabias… porque esto no está pensado para mi («un veterano») sino a adolescentes a los que parece que sí les encantó, no acabo de entender muy bien por qué …

ya que tengo que cumplir la promesa, confío que «En Llamas» sea mejor que esta primera parte, más mala no creo que pueda ser… y explore más la explotación de la sociedad y no se centre en el triangulo amoroso como en Crepúsculo…(que no pienso ver, mi cordura esta en juego)

Ocioso
Ocioso
Lector
23 noviembre, 2013 13:08

igverni ha comentado: adolescentes a los que parece que sí les encantó, no acabo de entender muy bien por qué …

Porque un adolescente está a mitad de camino entre un niño y un adulto. Tienen la cabeza a medio hacer.

Antoine
Antoine
Lector
23 noviembre, 2013 13:18

Pues a mi me parecce de lo más normal que les guste, están hechas para ellos y, sobre todo para ellas.

Igverni
Lector
23 noviembre, 2013 14:41

Me parece genial que hagan peliculas en las que los roles protagonistas los tengas mujeres/chicas, ademas esta claro que hay un amplio mercado que lo pide (las adolescentes que van al cine). Ante eso, ningun problema…
Pero cuando vi esta pelicula y veo (por decir algo). Que el novio la traiciona para matarla… Que en lugar de talar en arbol, o prenderle fuego se quedan alli esperando… Que quereis que os diga…
Y cuando la Lawrence le encuentra con la cara disfrazada de arbol… Realmente creo que nos toman por tontos… Pero a mi o a un adolescente, a cualquiera.
Porque, o sea, que te ataca y te hiere la pierna con una espada un tio mas fuerte y mas rapido que tu… Pero te da tiempo no solo de escapar de una pelea cuerpo a cuerpo, sino de maquillarte y esconderte!!!
Lo dicho, de risa…
Pero ella va y le perdona, asi porque si, sin mas explicacion…
Tal y como yo lo veo, no se trata de edad, sino de inteligencia, y me fastidia parecer un pedante escribiendo esto, pero asi lo siento

Tulip Stark
Tulip Stark
Lector
25 noviembre, 2013 0:19

Muy buena crítica Javier. En general estoy de acuerdo en todas las apreciaciones que haces, incluidas algunas en las que no había caído, y que encuentro bastante estimulantes,
como las alusiones a la alemania nai y sus campos de concentración en el comentario de las duchas.
Pasando por alto el espacio lamentablemente desperdiciado en comentarios sobre las carnes de su protagonista principal, sí me gustaría hablar acerca del planteamiento de la violencia en la película. Como acertadamente se menciona en la crítica, el film no se regodea en ella, convirtiéndola en el entretenimiento falso y desnaturalizado de muchas otras producciones de hoy en día. Sin embargo, esto no hace a mi entender que se echen de menos escenas más esplícitas en este sentido, como han señalado otros foreros. Es muy probable que el hecho de que la mayoría de las muertes se produzcan fuera de campo sea una decisión premeditada del director para llegar a una audiencia más amplia, pero en mi opinión lo hace elegantemente.
La película resulta más violenta desde un punto de vista moral. Si bien está alejada de ser propiamente una película de lucha de clases o denuncia social, plantea desde el principio una sociedad de desigualdad, regida por un gobierno tirano y alimentada por unos medios de comunicación que hacen de la vida de las personas una suerte de espectáculo circense en el que poco importa si vives o mueres mientras quede bien en pantalla y sirva de entretenimiento. Lo peor de todo es que los propios ciudadanos lo tienen asumido, reprimidos por el miedo del recuerdo aún reciente de una terrible guerra. En este punto, creo que consigue ser bastante emotiva, si bien es cierto que la «rebeldía» de los protagonistas actúa como un bálsamo en nosotros los espectadores, que volvemos a nuestra rutinaria realidad un tanto anestesiados y felices.