La Patrulla Condenada de Grant Morrison Libro 04: Planeta Amor

Llegamos al final de una etapa de La Patrulla Condenada, gloriosa, intensa, inclasificable y atemporal. Morrison nos demostró que siempre hay nuevas formas de hacer y con contar historias.

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Edición original:Doom Patrol núms. 54-63 USA, Doom Force Special núm. 1 USA .
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: Gran Morrison.
Dibujo: Duke Mighten, Ian Montgomery, Ken Steacy, Mark McKenna, Paris Cullins, Richard Case, Sean Phillips, Stan Woch, Steve Pugh.
Entintado:.
Color:.
Formato: Cartoné, 352 págs. A color.
Precio: 32,50 euros.

 

“El condenado apocalipsis. No podría haber esperado hasta que hubiera estado bien borracho.”

Todo viaje tiene un principio y, por desgracia, si ese viaje ha resultado satisfactorio, también tiene un final. Y es que hoy con esta última reseña, cerramos uno de los capítulos más importantes y estimulantes del noveno arte, de DC Comics, Vertigo y de nuestra propia existencia tras la lectura detallada de una de las obras más personales, impactantes y excéntricas de Grant Morrison. Han sido cuatro tomos en los que ECC ha recopilado tan importante etapa del grupo más extraño de DC, añadiendo un colofón final, una sorpresa a un pastel ya de por si perfecto, al completar esta edición con la publicación del inédito hasta ahora, especial dedicado a la Doom Force, donde Morrison ironiza sobre la situación del cómic de aquellos días. Esto no puede sino celebrarse con un sonoro agradecimiento a ECC por completar de esta forma una obra imprescindible en toda biblioteca que se precie.

¿Qué podemos esperar de este último número de La Patrulla Condenada?

Pues podemos decir que estamos frente al cierre de las puertas, la caída del telón y el fundido en negro. Morrison va a hacer uso de los números 54 al 63 para dar cierre a las múltiples tramas que tiene abiertas, todas relacionadas con el propio grupo y todos sus miembros, para dejarlos en un estado muy concreto. Si Morrison fue quien los despertó de su letargo, lo justo es que sea el propio Morrison el que remate lo que nos quería contar a través de tan magníficos personajes. Decíamos en la anterior reseña que Morrison empezaba a mostrar signos de fatiga, con tramas menos desarrolladas, mucho más forzadas, con conceptos ya explorados, que hacían que el conjunto acabara por resultar más áspero que lo leído hasta ese momento. Un tropiezo que para nada ha de hacernos pensar que estábamos ante un cómic menor, al contrario, muchos aspirarían a poder demostrar ese nivel en algún momento de su carrera, pero sí que nos dejaba ya entrever que Morrison se estaba ya acercando al final de la historia que tenía proyectada en su cabeza.

La obra de Morrison es un todo, eso es así y es la única forma de poder aspirar a comprenderla. Sin embargo, La Patrulla Condenada nace con la pretensión de dejar claro que uno puede disfrutar de algo hasta límites insospechados sin tener la necesidad de entenderlo todo. Y además no sentirse mal por ello. Partiendo de esta premisa, intentemos analizar este último número.

La Patrulla Condenada ha superado todas las amenazas que han intentado sumir nuestra realidad en algo similar al apocalipsis y ahora toca centrar nuestra atención en sus miembros. Rebis, Robotman, el jefe, Jane, Dorothy, Joshua Clay, Danny La calle… todos van a recibir la atención que Morrison parece entender que merecen en una serie de historias interconectadas que se alejan del estilo de números anteriores, para abrazar con más intensidad la aventura superhéroica.

Este viraje, tan solo en lo superficial y en lo formal, no aleja a Morrison de seguir metiéndose de lleno en las capas más oscuras en las que cada uno de los personajes está sumido. Por un lado, asistimos a la transformación definitiva de Rebis, que trasciende su propia morfología, en un número donde pasa de todo y no pasa de nada al mismo tiempo. Una retorcida espiral ambigua sobre este ser de energía negativa, que se transforma a si mismo en algo más elevado y complejo.

Robotman también sufre su particular evolución, o involución, depende de cómo se mire, siendo el maestro de ceremonias de todo este circo final que urde Morrison. Cliff ha sido el fuerte del grupo, la voz de la cordura, la realidad que fusiona máquina y ser humano, el minusválido definitivo que se verá obligado a ir más lejos que nunca para salvar de nuevo al mundo.

Crazy Jane, el personaje más definitorio de la etapa de Morrison al frente de La Patrulla Condenada, viaja a su propio mundo interior para también evolucionar internamente. Un viaje plagado de simbolismo que nos arroja con crudeza contra el pasado oscuro de Jane. Una mente fracturada que se recompone como un espejo astillado, de forma que magnifica al personaje llevándolo a un nuevo nivel, con uno de los finales más ambiguos que se pueden leer hoy en día. ¿La puerta queda abierta o cerrada? Que cada uno decida.

Dorothy, la niña que ha estado rondando el grupo y que ocultaba un pútrido secreto se revela de forma clara y contundente, dejando salir su lado más heroico. Dorothy ha sido uno de los personajes que Morrison ha dejado pasar sin, aparentemente, caracterizar. Su poder de deformar la realidad era demasiado intenso como para darle uso y ahora vamos a entender las razones que han llevado a Morrison a describir a Dorothy de la forma que lo ha hecho.

Y el Jefe, el enigmático mentor y creador de La Patrulla Condenada que finalmente deja salir todos sus secretos, su pasado como científico de curiosidad infinita y sus ansias por cambiar el mundo. Morrison ejerce sobre el personaje una presión enorme en este tomo y le obliga a dar un paso al frente y a exponerse de tal forma que el lector pueda de verdad vislumbrar quien es y porque actúa como lo hace. Es la última vuelta de tuerca, el apretón final que ha de llevar a Caulder a definirse a si mismo.

Un mosaico de héroes caídos, de luchadores de lo desconocido, pobladores de la locura, condenados a enfrentarse a su propia extinción para hacer honor a su apocalíptico nombre.

Llegados a este punto no estamos frente al mejor de los volúmenes de esta etapa, pues Morrison aquí se deja llevar ya por la propia inercia de la historia que ha construido. No vamos a encontrarnos con un despliegue sin parangón de imaginación sin límites, ni vamos a sentir que estamos leyendo algo distinto a todo cuanto hubiéramos podido leer antes. No, este tomo no es de ese estilo, el del Morrison al cien por cien, es un Morrison en punto muerto, dejando ya que su creación caiga por su propio peso. Sin embargo, no existe, o no se percibe de la misma forma que en el anterior tomo, esa sensación de que todo está forzado, siendo una de las razones la sencillez con la que Morrison ha optado para rematar su trabajo en la colección.

No es justo, por tanto, juzgar muy duramente este final, que puede o no gustar, pero que es el final de una etapa gloriosa y enormemente vivificadora como pocas obras. Estos cuatro tomos son una obra inclasificable, influyente y a la que el paso del tiempo no le ha afectado de ninguna forma. Leer esto hoy es lo mismo que leerlo el día que fue publicado originalmente. La Patrulla Condenada ha superado la prueba del tiempo para convertirse en un clásico por derecho propio.

Pero esto no ha terminado todavía.

Al final de este número nos encontramos un cómic inédito en España y cuya inclusión no podría ser mejor recibida. Se trata del mencionado especial en el que Morrison, acompañado por un buen puñado de dibujantes, se marca un número en el que parodia hasta la extenuación el estilo narrativo y visual de muchos de los comics que se publicaban en ese momento. Nos referimos al impagable especial titulado Doom Force, donde los protagonistas son un trasunto de La Patrulla Condenada, con trajes estrafalarios, poses imposibles, dientes apretados (con bocas pobladas por un sinfín de molares), mujeres y hombres casi desnudos y una historia que roza el insulto.

Morrison se ríe abiertamente de este tipo de trabajos simplones, sin ningún sentido, alejados de todo estilo formal, donde todo es espectáculo barato y exceso de líneas para llenar unas viñetas en las que los fondos y la narración brillan por su ausencia. No resulta muy complicado dilucidar a quien estaba atacando el escoces con este trabajo.

Bien por ECC por culminar esta recopilación con este número que sirve de guinda a un pastel que se puede y debe degustar al menos una vez al año, pues con cada lectura, aunque sigamos sin entenderlo todo, estaremos más cerca de entendernos a nosotros mismos.

  Edición original:Doom Patrol núms. 54-63 USA, Doom Force Special núm. 1 USA . Edición nacional/ España: ECC Ediciones. Guión: Gran Morrison. Dibujo: Duke Mighten, Ian Montgomery, Ken Steacy, Mark McKenna, Paris Cullins, Richard Case, Sean Phillips, Stan Woch, Steve Pugh. Entintado:. Color:. Formato: Cartoné, 352 págs. A color. Precio:…
Guion - 8
Dibujo - 9
Interés - 10

9

BOOM!!

Toca cerrar las puertas, bajar le telón y reflexionar sobre lo que esta obra, al completo, no tomo a tomo, ha significado para el medio. Una etapa que es todo un clásico moderno.

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Yomismo1
Yomismo1
Lector
9 julio, 2017 17:17

Gracias por la reseña Gustavo, aunque yo tengo que discrepar contigo. A mi en ningún momento me ha dado la sensación de bajón o de ser repetitivo para nada, todo lo contrario. De hecho este tomo junto con el primero son mis favoritos y he devorado el tomo viendo como se entrelazaban los argumentos( Rebis, el tema de Jane, Dorothy, la » sorpresa » con el Jefe etc…) y con la maestría con que los concluye Morrison… Lo dicho, sobre gustos colores y para mi ha sido un verdadero disfrute y un colofón por todo lo alto para una serie que sin duda alguna lo merecía. Un saludo

Yomismo1
Yomismo1
Lector
En respuesta a  Gustavo Higuero
9 julio, 2017 22:33

Totalmente de acuerdo contigo en lo de la maestría en toda la etapa y si, también muchos podrían aprender a mantener la atención y la sorpresa a lo largo de sus etapas