Inyección 1

Reseña de Inyección, la nueva obra del autor británico Warren Ellis que vuelve a trabajar con Declan Shalvey para Image Comics.

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Edición original:Injection Vol.1 TPB. Nº 1-5 USA (Image Comics, 2015)
Edición nacional/ España:Norma Editorial (2016).
Guión: Warren Ellis.
Dibujo: Declan Shalvey.
Entintado:Jordie Bellaire.
Color: Jordie Bellaire.
Formato: Tomo rústica de 120 páginas.
Precio:16.5 euros.

 

Las teorías conspiranoicas es un tema que siempre nos interpela. Tal vez a los más ingenuos les permita cuestionar el estatus quo y a los más cínicos les permita reafirmar sus ideales. ¿Y si todo en lo que creemos es mentira? ¿Y si el sistema que sostiene todo no es más que una perversa organización que atenta contra nosotros sin que seamos conscientes?

Inyección es una nueva propuesta de la tendencia de sagas de Imagen que se enmarcan en el género de fantaciencia, y es que el patrón en series con esos cánones genéricos en Image es claro. Inyección no solo sabe donde enmarcarse, y logra encontrar su hueco y diferenciarse de sus series hermanas.

Inyección nos propone una historia sobre las consecuencias a pagar de todos estos turbios asuntos. Es una historia crepuscular en la que el lector parece que ha llegado tarde a la fiesta y se ve obligado a recoger los restos (¿O a ser testigo de cómo se intenta organizar otra?)

La información proporcionada al lector es muy escasa y se va revelando a cuenta gotas a través de flashbacks. Dicha información contribuye a que los pulsos dramáticos surtan efecto, antes de que sirvan para dejar al lector todo mascado: nos proporciona pistas o piezas del puzle que requiere que el lector vaya construyendo. Pero durante todo el relato el lector tiene la sensación de estar absolutamente perdido, de que le falta algo para poder comprender del todo las páginas. Eso genera interés al lector, aunque juega en la fina línea entre eso y el hartazgo, la sensación de que están jugando contigo con algo que no lleva a ninguna parte.

Pero no da la impresión de que sea así, hay una serie de tramas horizontales que se van hilando con el paso de los números y si uno es conocedor de la obra de Ellis, sabrá que nunca deja al azar la resolución de sus historias. Tan solo exige que el lector siga leyendo.

En cierto modo, ese recurso también sirve para que el lector sienta la misma sensación de extrañeza y de estar absolutamente perdido y sin rumbo que tienen unos personajes que, sin lugar a dudas, contribuyen enormemente al interés de la serie.

El contraste entre todos ellos, ya que son unos personajes muy distintos unos de otros, provenientes de varios ámbitos (que, incluso, chocan entres sí), y con unas características muy marcadas, los enriquece. Robin Morell: un “mago”/parapsicólogo británico, Maria Kilbride, una científica poco ortodoxa y con poco miedo de mancharse las manos, Brigid Roth, un claro trasunto de Lisbeth Salander (aunque también evoca a cierto personaje de Frecuencia Global, obra con la Inyección que guarda ciertas similitudes), Simeon Winters, un hombre de acción, un agente secreto del MI6, y Vivek Headland, un muy particular “experto en lógica y ética al que le interesa la seguridad”, que se podría definir como un imitador de Sherlock Holmes. Todos ellos son personajes profundamente excéntricos, de moralidad más que dudosa y que actúan de forma un tanto desquiciada que se han visto obligado a trabajar juntos. En un principio, todo iba a ser bueno: los reunieron para lograr solucionar los problemas que nos aquejan, pero resultó ser un completo desastre, el grupo se separó y ahora deben hacer frente a lo que ellos mismos han generado, cada uno de ellos con su propia metodología.

La narración no es lineal y se pretende sorprender al espectador y, en buena medida, gracias a esa carencia absoluta de información. Los personajes saben más de lo que tú lector, recién llegado, saben y eso permite a Ellis jugar con tus expectativas, con lo que sabes o con lo crees saber. Como mecanismo de generar interés no es en absoluto nuevo, y exige cierta capacidad por parte del escritor/guionista, pero sí termina desembocando en algo coherente, el lector quedará muy satisfecho. Tal vez en Inyección haya cierta influencia del modo de escribir de la obra Jonathan Hickman, que se ha convertido en el gran experto de esa técnica en el cómic americano contemporáneo.

Warren Ellis si tiene un punto de vista, es el de alguien que mira con recelo absolutamente cualquier cosa relacionado con cualquier estructura gubernamental o extragubernamental. Las historias de conspiraciones son una constante y un patrón en toda su carrera: de lo más superheroico a sus obras más reconocidas y alejadas de ese ámbito (Transmetropolitan, Planetary…) siempre tenemos una mirada de sospecha, pesimista, a la vez que sangrantemente certera, desinhibida y genial a cuestiones alrededor del poder, los secretos, la hipocresía y la doble vara de medir de nuestra sociedad.

Ellis es, hasta cierto punto, un autor exigente, que sabe hacer un manejo de la dosificación de la información y con un gran sentido del ritmo, que no decae ni por un instante. Las páginas se leen a una gran velocidad y en todas y cada una de las escenas sucede algo que provoca un nivel de fascinación constante por lo que se nos narra. Ellis nos recupera el sense of wonder de los cómics de ciencia ficción de los sesenta, esa sensación de que absolutamente todo es posible y que el único límite es la imaginación humana.

Para esta serie, Ellis vuelve a recurrir a su compañero de fatigas en sus maravillosos números en la serie marvelita de Caballero Luna: Declan Shalvey, que vuelve a hacer una absoluta exhibición de su gran talento. Tiene una gran capacidad narrativa por un lado, si se suprimen los diálogos, se seguiría entendiendo la página, cosa que ya demostró en su número mudo de Caballero Luna. Por otro, ha sabido proporcionar un gran diseño de personajes, logrando diferenciarlos y caracterizarlos, y buscando cierta iconicidad para todos y cada uno de ellos. Shalvey tiene líneas claras, limpias y angulosas que hacen de este cómic fácil de seguir en este aspecto, y que los personajes sean más caricaturescos que realistas, aunque sin caer en los excesos, siguen siendo imágenes figurativas. Shalvey es una artista que impacta tanto en sus espectaculares splash pages, como en escenas más íntimas. Es un artista que además sabe adecuarse al tono y estilo de la serie, es el adecuado.

Bellaire contribuye en engrandecer la calidad de este tomo, con una gra variedad tonal, pero que logra manejar y diferenciar los espacios temporales, y físicos, además de contribuir a la caracterización de los personajes a través de sus colores. Es una colorista eficiente, pero que a la vez logra aportar información o mensajes a través de la selección de una paleta de colores determinada.

La edición de Norma Editorial incluye, aparte de unas páginas separatorias entre episodios, las portadas originales americanas de los 5 números, y una página de biografía de todos los artistas implicados en el cómic.

Puede que Inyección no sea una historia más redonda en estos primeros cinco números. Pero se trata de una trama que probablemente se vaya cocinando a fuego lento, y lo presentado tiene el suficiente potencial para que, por lo menos nos quedemos a ver hacia que tierras nos dirige Warren Ellis en esta nueva y misteriosa travesía.

  Edición original:Injection Vol.1 TPB. Nº 1-5 USA (Image Comics, 2015) Edición nacional/ España:Norma Editorial (2016). Guión: Warren Ellis. Dibujo: Declan Shalvey. Entintado:Jordie Bellaire. Color: Jordie Bellaire. Formato: Tomo rústica de 120 páginas. Precio:16.5 euros.   Las teorías conspiranoicas es un tema que siempre nos interpela. Tal vez a los…
Guión - 7.5
Dibujo - 8.5
Interés - 8

8

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Chinocu
Chinocu
Lector
7 octubre, 2016 20:11

No me llegó el dinero en efectivo para traérmelo a casa, pero caerá seguro en mi próxima visita a la librería xD

Un saludo.

AlbierZot
AlbierZot
Lector
8 octubre, 2016 0:09

De las buenas de Ellis. Del cínico conspiranoico al pulp de las novelas baratas de fantasía y ci-fi.

Mr. Cesar
Lector
10 octubre, 2016 15:06

Yo aun estoy un poco perdido y, como bien dice Pedro, la información y el paso de los acontecimientos te pierden más. Seguro que Ellis resuelve, pero estoy un poco hasta los cataplines de freirme el cerebro a pensar cuando afronto una historia de ciencia ficción en los cómics actuales. Dan Dare era cojonudo y no había que tener dos doctorados para leerlo.

Así todo la terminaré. Solo espero que Norma no tarde 6 meses en sacar el siguiente tomo, porque esa es la manera más fácil de tener que leer el primero otra vez… y también estoy un poco harto de releer cómics en vez de leer nuevos.