Homenaje a Moebius

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El pasado sábado nos sacudió la triste noticia del fallecimiento de Jean Giraud, alias Moebius (1938-2012), quien a los 73 años de edad ha dejado un vacio irremplazable en el mundo del cómic. Teniendo en cuenta el unánime reconocimiento a su trabajo y la importancia de su figura en el medio, era de esperar la proliferación de homenajes que se han sucedido durante las últimas horas. Numerosos obituarios, artículos, recopilaciones de imágenes, vídeos y declaraciones, algunos de los cuales podéis consultar en el correspondiente apartado de esta entrada. Pero en Zona Negativa consideramos que también debíamos rendirle nuestro particular homenaje.

Jean Giraud, Moebius (Foto: S. Enríquez).

A tal fin, optamos por ponernos en contacto con numerosos autores, que además de compartir con nosotros sus pensamientos acerca de la importancia de Moebius dentro del Noveno Arte, valoraron la influencia que su obra ha ejercido sobre sus respectivas carreras. Una amplia representación de profesionales del mundo del cómic pertenecientes a diferentes generaciones, estilos y nacionalidades que, unos consagrados, otros talentos incipientes, contestaron a las siguientes preguntas:

1. ¿Cuáles son tus primeros recuerdos relacionados con la obra de Moebius?

2. ¿Cómo influyó su trabajo en tu propio estilo, o incluso en tu comprensión del medio?

Sin seguir más orden que aquél en el que recibimos sus respuestas, les cedemos la palabra, agradeciéndoles la amabilidad y rapidez con la que nos atendieron [English version]:

R.M. Guéra (Belgrado, Serbia; 1959)

1. Es demasiado difícil expresarlo en palabras.

2. Demasiado obvio para ser explicado. Su presencia es irrepetible, deja un vacío imposible de llenar. Pérdida. Solo pérdida.

Jason (Molde, Noruega; 1965)

1. Conocí su trabajo como Giraud en Blueberry. Entonces vi una viñeta de Arzak en algún artículo, diciendo que había sido dibujada por Giraud bajo otro nombre: Moebius. Eso despertó mi interés. Posteriormente compré un número de Heavy Metal que contenía un episodio de El garaje hermético. Finalmente compré el libro completo, El garaje hermético de Jerry Cornelius, traducido al danés; y bueno, me dejó atónito. Fue algo totalmente diferente a lo que pensaba que podían ser los cómics.

2. Quizás no de forma directa, ya que dibujo en un estilo bastante diferente. Pero creo que ha sido una inspiración, en el serntido de que un libro como El garaje hermético está claramente improvisado, y el modo en que hizo Arzak, completamente desprovisto de palabras, dejan que el lector que saque sus propias conclusiones.

Tony Harris (EE.UU.; 1969)

1. Lo primero que recuerdo haber visto es el póster de Iron Man que pintó. Tristemente, fue bastantes años más tarde cuando descubrí su Blueberry, y su catálogo de trabajos europeos. ¡Pero lo encontré, lo lo hice!

2. Creo que el efectó que tuvo en mí estuvo más bajo la superficie. No en mi estilo visual per se, sino mostrándome las habilidades requeridas para pensar de forma poco convencional y totalmente independiente. Para tratar de innovar siempre e intentar reiventarte a tí mismo una y otra vez, de forma que te mantengas fresco.

El autor, hacia 1969 ó 1970, trabajando en Chihuahua Pearl (Fuente).

Phil Hester (Iowa, EE.UU.; 1966)

1. Cuando tenía sobre 12, o tal vez 13 años recién cumplidos, mi familia se mudó de una gran ciudad con una tienda de cómics, a un pueblo de solo 900 habitantes.Tenía morriña, echaba de menos mi habitual dosis de cómics y normalmente me sentía a la deriva. Sorprendentemente, la pequeña droguería del pueblo encargaba algunos cómics, pero sin aparente ritmo o razonamiento detrás de la selección. La variedad se limitaba a compendios de DC Comics como Superman Family y DC Blue Ribbon Digest, y en el extremo totalmente opuesto de ese espectro, Heavy Metal. Por supuesto, si la vieja y amable mujer encargada de la caja registradora supiera qué había tras esas portadas, dudo que se lo hubiera vendido a niños como yo.

Recuerdo sentirme totalmente aturdido por las historias de Moebius que por aquel entonces se imprimían con regularidad en la revista. Me sobrecogió la pura -realmente pura- imaginación reflejada en los diseños y conceptos. Nunca había visto ese nivel de brillantez imaginativa más allá de Kirby. Las historias no tenían demasiado sentido para mi mente adolescente, pero el arte fue algo de lo que bebí como si fuera agua primaveral pura. Fue como una señal de una sonda alienígena, enviando pruebas de un universo más amplio y creativo, fuera de las fronteras de mi pequeño pueblo. Fue un salvavidas.

2. Moebius entra dentro de la categoría de artistas a los que considero genios absolutos, pero no uno que haya influenciado directamente mi estilo. Ya había caído en Kirby, Ditko, Miller, Eisner, Toth y la EC cuando realmente comencé a asimilar a Moebius. Una vez dicho ésto, me cautivó tanto su sentido del diseño, como sus elecciones de color, por no mencionar su incomparable talento para el dibujo. Imagino que es como ver a Jimi Hendrix tocar la guitarra. Me sentía tan intimidado por su talento que ni siquiera me molesté en atreverme a imitarle. Simplemente no tenía los dones de Mr. Giraud. ¿Quién los tiene?

Pero por más talentosas que hayan podido ser sus manos y ojos, era su mente lo que le diferenciaba. Los mundos que creó, totalmente desarrollados y aparentemente plausibles, aunque completamente fantásticos, especialmente en El Incal, me inspiraron para aplicar ese mismo nivel de pensamiento reflexivo e ilimitado a mis propios proyectos. Por supuesto, fracasé en mi intento de estar a su altura. Todo el mundo lo ha hecho, y apuesto que todo el que le siga lo hará.

Moebius, acompañado de algunas de sus criaturas.

Miguel Porto (Vigo, Pontevedra, España; 1980)

1. Recuerdo que en aquel momento en el que yo compraba Los Nuevos Guerreros y Dragon Ball, Moebius (evidentemente) ya estaba ahí, formaba parte de esa región, que parecía inalcanzable, de la librería especializada reservada a los mayores por las ediciones, los temas, la calidad de los dibujos, y el precio, donde estaba el cómic europeo, y desde luego él siempre fue algo así como el Zeus de ese panteón. Lo conocía, lo hojeaba, y en cierto modo ya lo veneraba pero mi paga no daba para comprar sus álbumes y seguir comprando todo lo demás, creo que lo primero que tuve suyo fue a través de un saldo. Hasta entonces si alguno compraba alguno de sus álbumes o se lo cogía a su padre o hermano lo rulaba y desde luego era tal cual como entrar en otra región…pero de la mente.

2. Por decirlo de alguna forma no creo que Moebius forme parte de mi estructura genética de una forma directa, no he construido mi trabajo derivando del suyo (aunque es posible que muchos autores de los que si tengo una influencia más directa sí vengan de ahí), pero sin embargo siempre ha estado en la cumbre de mi ranking de dibujantes, allá arriba con Crumb, Mazzucchelli, Cooper, Jaime Hernandez… O sea que en vez de actuar de peldaño en mi formación diría que fue siempre más bien como un faro que indicaba el camino. De una forma más indirecta creo que la revolución artística que él y otros iniciaron en los 70 ha acabado por influirnos a todos por su libertad formal en todos los aspectos. Creo que la gran espontaneidad que destilan sus dibujos (a pesar del gran realismo, sin duda la marca de una maestría técnica única) prefiguran en cierto modo la forma de trabajo de esa generación de autores europeos que empieza a despuntar en los 90 y que tanta ascendencia tiene entre mi generación.

Tirso Cons (Pontevedra, España; 1979)

1. Mi descubrimiento de Moebius, aun sin saber que era él… fue de muy pequeño, cuando nos escondíamos a leer las Metal Hurlant del hermano mayor de un amigo. Pero no fue hasta más tarde cuando identifique autor y obra y me hice fan rápidamente. Siempre alterné Giraud y Moebius. Ambos me fascinaban. Y seguirán haciéndolo.

2. Es complicado de explicar, porque me resulta extraño que un autor que trabaje en el medio, a día de hoy, no esté influenciado, consciente o inconscientemente por el trabajo de Moebius. Yo aprendo algo nuevo cada vez que vuelvo sobre alguna de sus obras… y me descubre cosas nuevas. Cada vez que profundizas en la obra de Moebius te das cuenta de la riqueza que tiene. Lo visionario que era y lo abierto que estaba al mundo.

Quien me conoce, sabe que soy muy poco mitómano. Admiro mucho el trabajo de muchos profesionales. Con algunos he compartido momentos, más o menos breves. Durante un festival, en una «soiree» de autores, charlé un rato con Bilal y Boucq, y más tarde, con el ya fallecido, Victor de la Fuente. Les admiro y me han influenciado en mi carrera… Poco más tarde, sentado en una zona de sofás, junto a mi mujer. Descansaba alejado de las bandejas de champán. Se acercó un hombre, que tras sonreírnos se sentó próximo a nosotros. Yo gesticulé una sonrisa nada más. No hablé en un rato. Y el hombre fue requerido y se levantó. Al instante le dije a mi mujer «Ese era Giraud». Ella, sorprendida, y sabedora de mi admiración por su trabajo, me replicó: «Por qué no has hablado con él?». «No pude». Giraud no solo poseía un talento sobrenatural para el dibujo, la imaginación y su representación. Era mágico y sencillo en sí. No soy nada mitómano, pero está claro que siempre debe haber una excepción que confirme la regla. Tengo grabado el día que no conocí a Jean Guiraud/Moebius.

Giraud y una de sus creaciones más famosas: el Teniente Blueberry (Fuente).

Ryan Ottley (Portland, Oregón, EE.UU.; 1975)

1. Antes de que hubiera oído hablar de los cómics, ya dibujaba monstruos y ese tipo de cosas mundanas, desde que era muy joven. Aunque mis primeros cómics fueron americanos y de superhéroes -me gustaban muchísimo-, cuando vi el arte de Moebius me dijo algo de inmediato, fue algo con lo que pude conectar incluso más. Siempre tenía TANTA profundidad en su arte… era fácil transportarse al interior de cada uno de sus dibujos. Y adoraba que jugara con diferentes estilos. ¡Su sentido del diseño era tan diferente del resto, que nunca me planteé que tuviera influencias! Debía tenerlas -todos las tenemos-, pero parecía que había brotado de la tierra, dibujando perfectamente a su propia manera, durante toda su vida.

2. Suelo llenar sketchbooks intentando dibujar como él. Lo he intentado con su estilo fuertemente sombreado, y en ocasiones sus diseños más sencillos, y principalmente me sentí más inspirado a probar suerte con diferentes aspectos del arte y de los cómics. Puedes ir a cualquier lugar que te propongas con tus propios cómics, y su trabajo mostró esa inmensidad. Me ha influido muchísimo, aunque no se aprecie en mi estilo.

Akeno Omokoto (Muros, A Coruña, España; 1986)

1. He oído hablar en casa de Moebius desde pequeño, mi padre había perdido un montón de comics en un incendio (entre ellos El garaje hermético) y era una historia que siempre contaba, sin embargo, no fue hasta los 16-17,cuando un amigo me regalo una treintena de revistas Tótem, que pude disfrutar de la obra de Giraud, por aquel entonces dibujaba manga y en parte descubrir su obra y la de otros autores contemporáneos me transformo por completo (aunque he tardado años en darme cuenta de ello) la forma de ver los horizontes del comic y la ilustración. Mi primera sensación fue un shock.

2. No estoy seguro de poder contestar a esta pregunta. Digamos que me nutro constantemente de cientos de artistas distintos cogiendo cosas de unos y de otros y adaptándolas a mi manera de hacer las cosas, se que Moebius me ha influenciado mucho en muchos aspectos pero me cuesta sintetizar en cuales. Supongo que sobre todo me dio la posibilidad de soñar cosas que hasta el momento de conocerlo no podría ni imaginar.

Moebius y el Universo Marvel (Vía: quenched consciousness).

J.H. Williams III (Roswell, EE.UU.; 1965)

Los sueños pasan a través de nuestras mentes, pero viven en otros mundos.

Hoy me he enterado de la muy triste noticia de que Jean Giraud ha muerto. La mayor parte de nosotros lo conocíamos a él y su tremendo trabajo por el nombre de Moebius. Me entristece muchísimo que ya no le tengamos más. Pero sus paisajes oníricos vivirán para siempre en la exploración de otras realidades.

Lo considero una de mis más grandes influencias, y estoy seguro de que otros muchos artistas también. Su trabajo es altamente reverenciado en todo el mundo por muchos de sus coetáneos, o por cualquiera que sepa reconocer el Arte cuando lo ve. Mis primeros acercamientos a su obra se produjeron a través de sus trabajos de ciencia-ficción, cuando era un chaval. Pero lo que realmente me ganó de por vida fue su trabajo en Blueberry. Probablemente los mejores cómics de historias del viejo Oeste jamás producidos. Moebius fue un verdadero maestro e innovador de la línea, la textura y el uso de las paletas. Su trabajo ha impactado los cómics de tantas formas que es imposible rastrear todas hasta sus raíces. En mi humilde opinión, su arte ha afectado nuestra comprensión de los cómics modernos al mismo nivel que la influencia ejercida por Jack Kirby.

Tuve la inmensa suerte de poder conocerle hace varios años en San Diego, y afortunadamente accedió a dibujar un sketch en un ejemplar de un volumen de Blueberry que había metido en la maleta, con la esperanza de encontrarme con él. Nervioso ante la posibilidad de que realmente pudiera conocerle, apenas lo logré antes de que se cortara la cola. Nunca olvidaré esa experiencia, me dio vueltas las cabeza en un éxtasis friki.

Hace poco, Wendy y yo hicimos una gira europea de firmas, y una de las paradas fue Paris. Justo al final de la calle en la que estaba nuestro hotel, había una galería que resultó exhibir páginas originales del trabajo de Moebius en Arzak, y alguna otra cosa. Poder ver ese trabajo tan de cerca fue más estimulante de lo que se puede describir con palabras. Había páginas completas que eran pequeñas o sencillas viñetas, enormes en tamaño, pero que de algún modo logró hacerlas encajar en la página impresa final junto al resto de viñetas mediante algún tipo de método vudú. Tener la oportunidad de echar un vistazo a su proceso fue pura felicidad.

Sus libros deberían estar en las estanterías de todo lector de cómics, sin excusas.

Será muy añorado. Creo que esta noche leeré alguna historia de Moebius.

(Texto publicado originalmente en la web del autor, traducido con su permiso).

El Mayor Gruber, protagonista de El garaje hermético, ante su creador.

Frank Quitely (Glasgow, Escocia; 1968)

1. Recuerdo haber visto en primer lugar uno de los libros de El Incal en una tienda de cómics de Glasgow, a finales de los 80. Era aquel con el planeta lleno de Jon Difools, y el gran Dios-cara dorado hacia el final… y me dejó alucinado. Simplemente lo adoraba. Pero no me lo podía permitir, y cuando me acerqué a comprarlo, vi algunas de sus entregas de El garaje hermético, cosas de Blueberry e incluso tal vez algunos de sus libros de gran formato.

2. No sabría cómo evaluar su influencia en mi trabajo, pero hay muy pocos artistas que me hayan influido tanto, y ninguno más. He estado saboreando su trabajo durante un cuarto de siglo, y en cada nueva ocasión en que miro sus dibujos, aumenta mi deseo de dibujar. Ha dejado un cuerpo de trabajo que es simplemente extraordinario, ha entretenido, iluminado e influenciado a innumerables personas, y continuará haciéndolo durante tanto tiempo como la gente esté interesada en el Arte. Eso es maravilloso.

Álvaro Ortiz (Zaragoza, España; 1983)

1. Con trece o catorce años compré unas ediciones de bolsillo terribles de las tres primeras partes de El Incal de saldo en una librería. Me fliparon y las leí tantas veces que los tebeos se deshojaron del todo. Por aquel entonces ya llevaba algún tiempo comprando tebeos de superhéroes y alguna cosa de manga, y aunque tengo una memoria horrible, estoy (casi) seguro de que aquel fue uno de mis primeros contactos con el cómic europeo más allás de Tintín y Asterix. La historia es que en aquella edición no estaban publicados el resto de números, y cuando años después se publicó la edición integral se me escapaba del presupuesto. Aún hoy sigo sin saber cómo termina El Incal, con la de veces que leí y releí la escena de John Difool cayendo al vacío…:S

2. No he leído muchas cosas más suyas (algunas sí, pero pocas, lo reconozco, soy un desastre), así que poco rastro quedan en mis tebeos del impacto causado hace casi 15 años por El Incal. Pero si algo demuestra el trabajo de Moebius es que la combinación de una mente imaginativa y una página con viñetas, puede dar como resultado algo increíble y difícilmente transferible a cualquier otro medio.

Homenajes al autor, realizados por Miguel Porto, Francesco Francavilla y Akeno Omokoto.
(haced click sobre las imágenes para ampliarlas)

Brandon Graham (Oregón, EE.UU., 1976)

1. Recuerdo que siendo yo muy joven, mi hermano mayor utilizó páginas de Arzak como parte de una presentación que estaba preparando para la escuela. Y más tarde conseguí Sobre la estrella, que me dejó alucinado.

2. Ni siquiera puedo imaginar cómo podría pensar acerca del arte o cómo dibujaría si no hubiera visto el trabajo de Moebius. Recuerdo a Michael Kaluta diciendo que Moebius fue un artista que te enseñaba a dibujar con tan solo observar su trabajo. Más allá de eso, creo que mirar su trabajo y ver cómo hablaba acerca del mismo expande lo que yo creía que era siquiera posible en el Arte. Estoy relmente feliz por haber tenido ocasión de vivir en el mismo planeta, al mismo tiempo, que este tipo.

Kenny Ruiz (Alicante, España, 1980)

1. Lo conocí en la Escuela de Artes y Oficios, por Jose Miguel Castillo, mi profesor de Fundamentos del Diseño, los de dibujo no sabían que existía, pero no lo comprendí hasta que fui a la Exposición que Organizo el festival de Angouleme en el Museo del Comic… y fue probablemente la exposición mas reveladora a la que he ido, y son unas cuantas.

2. Descubrí la fuerza del vacío. La cantidad de cosas que se pueden expresar con un espacio en blanco, un hueco o un desequilibrio producido por una solitaria línea… lo descubrí, y lo redescubro cada vez que me miro un Arzach, porque aun no lo entiendo, pero ahí esta, perfectamente suspendido en el aire, a la velocidad y altura exacta a la que tiene que ir, es perfecto… perfecto.

Arzak, otro clásico indiscutible.

Roque Romero (A Coruña, España; 1978)

1. Posiblemente mi primer contacto con Jean Giraud fue en alguna entrega de CIMOC o TOTEM. Creo que su nombre se me quedó grabado a fuego tras leer LO QUE ESTÁ ABAJO, de la saga de EL INCAL. En la misma época ojeé alguna entrega de Blueberry, pero pasaría mucho tiempo hasta que me enterase de que ese universo imposible de ciencia ficción y ese oeste más plausible eran obra de un mismo autor.

2. Su querencia por el dibujo automático, las narraciones improvisadas y el que a veces parezca emplear simbolos o formas fuera del alacance de la razón, enriqueciendo sus trabajos, es algo que siempre me ha interesado. Su precisión en el dibujo y su falta de miedo a la hora de emplear para distintas historias tanto el detallismo más malsano como el sintetismo más extremo también me han puesto del hígado en más de una ocasión…

Creo que es eso. En general puedo decir que lo que he aprendido de Moebius es a perderle el miedo a muchísimas cosas. A deshacerme de prejuicios frente a obras que, en ocasiones, pueden parecer ejercicios masturbatorios pero que al mismo tiempo contienen tanto la esencia de grandes verdades como la narración gráfica en sus formas más puras. Y eso no es precisamente poco, si no todo lo contrario…

Emma Ríos (Vilagarcía de Arousa, Pontevedra, España; 1976)

1. Probablemente mi primer recuerdo sea de viejas revistas que tenía por casa, probablemente Cimoc o Zona 84. Como lectora consciente, todo comenzó con El Incal.

2. Podría balbucear durante horas tratando de responder a esta pregunta. Moebius es uno de esos escasos autores de universo embriagador, libre de cargas y original. Esa riqueza que se convierte en inspiración desde el primer segundo en que la observas y que te envuelve hasta que cualquier reflexión sobre forma o concepto se vuelve banal. Una honestidad que se refleja tanto en sus obras contenidas como en las más alucinadas, y que me ha llevado a pensar en la necesidad de aportar siempre algo propio a tu trabajo.

Página de El Incal, una de sus múltiples colaboraciones con Alejandro Jodorowsky.

Vicente Vegas (Madrid, España; 1977)

1. Curiosamente lo primero que vi de Moebius no fue cómic, sino un reportaje con sus diseños de Tron en la revista Metal Hurlant.

2. Es difícil quedarse con algo, pero siempre me han fascinado sus páginas sin diálogos. Su composición y movimiento son impresionantes, imposibles de igualar.

Fábio Moon (São Paulo, Brasil; 1976)

1. Los mundos creados en sus fantásticas historias fueron diferentes de cualquier otra cosa que he visto en los cómics. Fue uno de los primeros artistas que hicieron que me interesara en el mundo, el trasfondo en el que la historia se desarrolla, tanto como me interesaba en los personajes. El garaje hermético tenía esa estructura episódica que hacía parecer posible que la historia fuera en cualquier dirección, de un capítulo al siguiente. Fue muy librador ver una historia como aquella.

2. Sus personajes son tan expresivos… gestualizan y hacen todo tipo de muecas. Eso tuvo un gran impacto en cómo dibujo, especialmente caras.

El autor, en una exposición sobre su obra (Fuente).

Brais Rodríguez (Brión, A Coruña, España; 1980)

1. No lo sé. No puedo señalar el momento en que descubrí las imágenes de Moebius. Al tratarse de un autor tan carismático y presente en la cultura popular, tengo la sensación de que siempre estuvo ahi.

2. Creo que como influencia, poca o ninguna. Quizás lo que siempre me llamó más la atención fue su estilo, la capacidad de cargar con una extraña sensación sus dibujos, como Jim Woodring o Escher.

Hilary Barta (EE.UU.; 1957)

1. Descubrí a Jean Giraud por primera vez en 1970, como Gir. Su Teniente Blueberry era una inspirada contribución a la gran tradición de Europea de ilustración de comics, y así como el mejor spaghetti western en cómics. Pero entonces vino su trabajo como Moebius, que parecía manar de un nuevo, inexplorado lugar.

2. Como artista joven intente dibujar como Moebius, amaba especialmente los intensos colores que utilizo en Arzach. Pero lo que ha mas permanecido conmigo es la claridad de su narración visual. Siempre escogía el ángulo perfecto para cada viñeta. A veces virando la perspectiva dramáticamente, a veces avanzando a saltos en la narrativa, pero sin perder jamas al espectador, siempre justificadamente.

En mi opinión, Moebius fue el primer artista desde Jack Kirby que creo un mundo enteramente nuevo dentro de los comics. Por igual extraño y familiar, un lugar tanto futurista como especifico, nunca esquemático: se siente usado, gastado, con un fondo recargado y detalles que sugieren miles de historias que podrían seguir en casi cualquier dirección. Un autentico genio. Un visionario.

Autorretratos: el tiempo pasa, algunas cosas permanecen igual.
(haced click sobre las imágenes para ampliarlas)

Santi Arcas (Cartagena, Murcia, España; 1974)

1. El primer recuerdo claro que tengo de su obra es la portada del Venecia Celeste. Yo no tenía dinero para comprar el libro, pero estaba fascinado con ese dibujo. No podía entender cómo algo tan sencillo podía ser tan maravilloso y recuerdo que pensé «¡Moebius es el mejor dibujante del mundo!»… en todos estos años, he conocido y aprendido a apreciar muchos dibujantes geniales, he ampliado mucho mis miras, pero de lo que he comentado de ese primer recuerdo, lo único que ha cambiado es que tengo más dinero.

2. Es difícil saber en qué cosas concretas te influyó cada autor, pero creo que del trabajo de Moebius se pueden sacar muchas enseñanzas. Las más importantes que ahora se me ocurren es que el dibujo no tiene por qué quedarse en describir el mundo, sino que puede crear uno propio, con sus propias leyes, que puede ser incluso algo espiritual. Y también que no hay un límite artístico en este medio. Viendo su trabajo, a menudo pienso que, de no haber existido él, ninguno hubiéramos siquiera imaginado que lo que él ha hecho era algo posible. Habríamos creído que el techo estaba mucho más bajo.

José Domingo (Zaragoza, España; 1982)

1. Pues lo primero que leí paradójicamente fue SOBRE Moebius y no DE Moebius. Fue un cuadernillo biográfico que sacó Sins Entido y que se llamaba Gir/Moebius ( el doble en el espejo), escrito por Lorenzo F. Díaz y que me releí varias veces, me interesaba mucho la dualidad de su trabajo en función de sus heterónimos, así como su evolución como autor.

Depués, el primer tebeo suyo que leí creo que fue El Incal, que me dejó con las patas vueltas, claro.

2. Sobre todo el ver la variedad de registros gráficos conservando su personalidad, el método creativo, el jugar con imágenes tanto recargadas como vacías, la capacidad de imaginar. A nivel estilístico, principalmente el color, yo creo. No obstante, siempre me ha parecido tan fuera de serie, tan inimitable, que nunca traté de asimilar o emular gráficamente su estilo, Moebius sólo hay uno.

Me quedo, finalmente, con el sentido evocador de sus ilustraciones y sus cómics, con una especie de «sentido profundo» que se dejaba entrever en sus dibujos, como si todo lo que producía estuviera conectado de algún modo, fruto seguramente de una enorme personalidad artística, una sensación de libertad imaginativa que sobrevuela toda su obra.

El cine también está en deuda con Moebius: diseño conceptual para Alien, el 8º Pasajero.

José Robledo (Madrid, 1979)

1. Recuerdo un garaje y pilas de libros hasta las rodillas. Estaba con (Marcial) Toledano y seguramente Laura (López) (con la que hicimos el monitocadaver). Creo que a través del hermano de Laura habíamos conocido a una antigua representante de Humanoides. El caso es que tenía pilas de viejos ejemplares, tanto edición francesa como española (ya sabéis, esos finitos de tapas grises). Y nos pasamos la tarde rebuscando entre esos libros (creo que algunos estropeados, se habían mojado o algo y por eso se les buscaban un nuevo hogar) a Moebius. Y entre ejemplares de Pratt, Druillet, Bilal y demás, fuimos salvando todos sus clásicos: La desviación, The Long Tomorrow, Arzach, todo El Incal, y unos tomos especiales con las Ouvres Completes. Hubo momentos Moebius antes y después, pero aquella tarde es la que recuerdo con más cariño.

2. Creo que me quedaría con su forma de entender el peso. A todos sus niveles, desde figuras pesadas e inamovibles, hasta ligeras, flotantes, que parecen saldrán volando en cualquier momento, o caerán para siempre. También la trama, sus entramados volumétricos, y su forma de representar el espacio, aunque yo no soy muy de entramar, Moebius siempre es la referencia cuando lo explico en clase.

Raule (Barcelona, 1971)

1. Lo siento, no tengo tanta memoria como para recordar la primera impresión al descubrir el arte de Moebius. Pero con el paso de los años sí ibas constatando que él estaba varios niveles por encima de otros autores contemporáneos, y a años luz de sus imitadores. Tampoco es plan de aburrir al personal, así que me limitaré a nombrar las obras que más me estremecieron en su día: Sobre la estrella (edición de Toutain), todos sus insuperables Blueberry (no dejo de babear cada vez que releo La mina del alemán perdido), el sugerente y mágico Venecia Celeste, el Silver Surfer: Parábola que me dedicó en el año 90 y sus guiones para Jim Cutlass (junto a Rossi, ¡vaya tándem!). Unas pocas gotas de su vasto universo creativo.

2. No creo que su trabajo haya influido directamente en mi modo de escribir, qué más quisiera yo. Admiro y sigo fielmente a docenas de autores, pero sólo con Frank Miller he llegado a pensar “mataría por haber escrito esto”. Me extasiaba con las páginas e ilustraciones de Moebius, he disfrutado muchos de sus guiones (los cuales no siempre comprendía), pero nunca me pareció un simple autor de cómics: Jean Giraud/Moebius era una leyenda viviente. Era el tío que dibujaba o escribía tebeos, creaba carteles y diseños para películas hoy imprescindibles, hacía publicidad, pintaba cuadros, probaba en la animación… Un creador que se atrevía con cualquier disciplina siempre que esa nueva actividad le hiciera crecer como persona y artista (primera gran lección). El dibujante más influyente de las últimas décadas, el último genio vivo del noveno arte -tras Breccia, Franquin y Eisner– resultaba ser una persona humilde y cercana, siempre dispuesta a ayudar a los chavales que empiezan o aconsejando a sus colegas de profesión (segunda gran lección). En una época de egos desmedidos, echaremos de menos al maestro de todos.

De nuevo, el creador rodeado de sus creaciones (Vía: quenched consciousness).

Richard Starkings (Yorkshire, Inglaterrra; 1962)

1. La primera vez que vi el trabajo de Moebius fue en la contra portada de MASTERS OF COMIC BOOK ART de Doc Garriock. Era una reproducción de su portada para METAL HURLANT #4 … mostraba un simio vestido de astronauta; como todos los fans de Ciencia Ficción saben, ésto acierta en dos de los requisitos principales de cualquier fan de comics de Sci-Fi. MASTERS OF COMIC BOOK ART fue un portal a otro mundo… el primero en presentar favoritos Americanos como Harvey Kurtzman y Will Smith junto a grandes artistas Británicos como Barry Smith y Frank Bellamy, y autores Europeos como Druilet y Moebius.

Recuerdo ver HEAVY METAL en los kioskos británicos cuando era un universitario… siempre los ojeaba pero nunca tuve el dinero suficiente para invertir. El trabajo de Moebius siempre era el destacado — tanto seductor como intimidante a la vez. Sensual pero de algún modo inocente, o mejor, sin malicia. Siempre se notaba que su arte brotaba de su corazón, no de su cabeza.

Su influencia puede ser apreciada en la cultura popular tanto europea como americana y creo que es significativo que sólo artistas como Ridley Scott y Luc Besson fuesen capaces de adentrarse e interpretar su obra para las audiencias americanas. Recuerdo el momento en ALIEN, en el me quedé volado viendo los trajes espaciales que no se parecían a ningún traje espacial que hubieses visto antes. Ni siquiera sabía entonces que Moebius los había diseñado.

En América estamos en deuda con el editor de EPIC Archie Goodwin por guiar el trabajo de Moebius hasta una exitosa traducción al inglés. Al final de los 80 cuando trabajaba en las oficinas de Marvel UK, me llevé copias de muestra de EPIC con los tomos del INCAL a mi apartamento y me las leí en un fin de semana. Tuvieron el mismo impacto en mí que cuando, como adolescente, leí EL SEÑOR DE LOS ANILLOS… la sensación de que había más cosas ocurriendo en las historias de lo que yo era capaz de entender.

2. Cuando me mudé a América dejé mi colección de cómics en Inglaterra, así que cuando encontré una edición en tapa dura de esos tres tomos del INCAL en HI DE HO COMICS en Santa Mónica, me hice con ella a pesar de los considerables $45.95 que costaba. En esa época no tenía trabajo estable ni muchas perspectivas de conseguir un permiso de trabajo… pero cuando descubrí que la editorial de ese volumen, GRAPHITTI DESIGNS, estaba localizada en Anaheim, los llamé y fui, no sólo contratado en cuestión de semanas, sino también esponsorizado por GRAPHITTI para conseguir un permiso de trabajo.

Así que, de no ser por mi amor hacia el trabajo de Moebius, puede que nunca hubiese encontrado mi hueco en California… hueco desde el cual funde COMICCRAFT, el cual originó HIP FLASK y ELEPHANTMEN, el cual atrajo hasta mí a talentos como Ladronn, Moritat y Alex Medellin… todos admiradores de la obra de Moebius intentado seguir sus enormes huellas.

El ensayo de Moebius sobre rotulación en la primera colección en tapa dura de su SILVER SURFER informó mis propias ideas para intentar crear tipografías que complementen el estilo de cada artista… y sus comentarios en una entrevista que publicó GRAPHITTI en las solapas de la sobrecubierta del volumen me ayudaron a entender mi propio trabajo como artista.

En su ensayo de SILVER SURFER, Moebius decía estar consternado por sus compañeros americanos «tolerasen» que «foráneos» determinasen el aspecto de sus páginas, e incluso: «Para mí, la rotulación es una forma de grafología. Refleja tu propio estilo y personalidad. Una página de comics sin texto tiene su propia personalidad. Pero cuando añades los bocadillos, repentinamente toma un aspecto nuevo, diferente. Por ejemplo, me disgustó bastante el aspecto de mis páginas de Silver Surfer en un principio. Sin los bocadillos, me parecían apagadas, demasiado aburridas. Entonces las rotulé y cambiaron completamente. Se convirtieron en algo pleno, dinámico. La rotulación consiguió rematarlo«.

Cualquier artista especializado en la rotulación de cómics puede y debe abrazar estas palabras de Moebius, especialmente en la era digital, mi compañía Comicraft, jugó un importante papel en albergar estas premisas.

Los dibujantes ya no están limitados al estilo de rotulación de un solo artista, y un artista de la rotulación considerado debería elegir o, preferiblemente, crear un estilo específico que encaje con el trabajo de un autor de cómics, tal y como Moebius describe.

Es sumamente importante que artistas influyentes se expresen sobre todos los temas relacionados con su trabajo para que aquellos que beban el agua del pozo que cavaron puedan realmente entender la naturaleza de su propio arte.

En el quinto volumen de MOEBIUS publicado por GRAPHITTI, dice: «Un artista es por su naturaleza alguien muy sensible, que expresa en talento aquellos dolores que ha sufrido. Utiliza el arte para reemplazar la comunicación que no tuvo o no tiene con otros. La mayoría de los artistas fueron niños sensibles, a menudo introvertidos, que de pronto descubren que hay una gran demanda para esa misma expresión de su sensibilidad. Descubren el arte, en nuestro duro mundo, hay un oasis para los hacedores de sueños, e incluso te pagan por ello«.

Ésto realmente se quedó conmigo. Tan simple y tan afectivo.

Moebius y el western.

Gabor (Madrid, España; 1977)

1. Conocí la obra de Jean Giraud en la adolescencia. Uno de los momentos en el que a cualquier persona todo le deja un poso intenso, cuando todo se graba a fuego por la manera intensa de vivirlo, al menos es mi caso. No tan solo por lo que significaba la obra de Moebius y su impactante trabajo para un púber ignorante de tantas cosas, si no que formó parte de el resto de influencias culturales de esa época y que para siempre irá unido a lo que significa el momento en el que descubrí la inmensa obra de Jean Giraud.

2. Mas de lo que yo creía. En esa época de adolescente todos mis dibujos lucían esas características texturas que tan bien supo usar el maestro y a mi tanto me llamaban la atención. Al día de hoy aún me sorprendo tratando de emular la maestría con la que lo hacía J.G. siempre sin conseguir la magia que el tenía al dibujar. Gracias por tanto, maestro.

Paul Pope (Filadelfia, Pensilvania, EE.UU.; 1970)

Moebius.

No es el nombre de un hombre, sino el nombre de una cosa: un fenómeno matemático, una paradoja, un imposible. El nombre evoca imágenes de Escher y sus hormigas rojas desfilando, navegando por la tira de papel de un solo lado durante toda la eternidad. Y lo mismo sucede con Moebius, el artista. Desde la distancia, puede parecer una imposibilidad inabordable: no tanto un hombre, en absoluto, sino más bien una fuerza artística imparable e intemporal. Una presencia generosa y brillante: un espíritu vital, viviendo en algún lugar entre las curvas infinitas y líneas y colores que emergen de una mano paciente y firme, siempre nueva y única, siempre firme, sin importar cuántos años hayan transcurrido.

Jean «Gir» Giraud, fue la otra cara de Moebius, un hombre al que le gustaba reir y comer y hablar y escuchar música. Extrovertido y tranquilo al que genuinamente le gustaba estar rodeado de gente, que amaba a París y a Jimi Hendrix y a Miyazaki, que disfrutaba la buena comida y los buenos chistes, especialmente si se trataban de dobles sentidos o cualquier otro juego de palabras elaborado (tanto en inglés como en francés… hablaba de forma fluida en ambos idiomas). Y se tomó su estatus real con calma, con Isobelle, su segunda mujer, como una constante y silenciosa compañera. No creo haber visto nunca a alguien con un séquito, literalmente, hasta que estuve cerca de Jean/Gir/Moebius y sus fans. Bueno, en realidad, prácticamente toda la gente con la que nos encontramos se sumaba a su séquito, por eso fue y es uno de los ciudadanos franceses más queridos, hot en día.

Podía entrar en una cafetería aleatoria de Parías para tomarte algo, y allí habría un poster o una lámina de Moebius, enmarcada en un lugar de honor tras la barra. En ocasiones, podía parecer que estaba en todos lados. Casi cualquier persona que te encontraras, incluso gente sin ningún tipo de vínculo con los cómics o el cine, tenía una historia de Moebius, o al menos conocía su nomnbre. Compartimos el mismo editor en Francia, así que en los últimos años, en diferentes ciudades y lugares, tuve la suerte de poder pasar unos cuantos buenos ratos con él. Su apodo para mí era «Pol Pot». Él podía presentarme ante otros como Pol Pot, nunca se cansaba de la broma.

Perdonadme si suena como un cliché, pero su muerte ha sido un completo shock para mí. El pensamiento de él muriendo nunca pasó por mi cabeza, literalmente. Parecía tan jovial y cómodo en su propia piel. Sé que conforme se hacía mayor, sus problemas de salud le impidieron dibujar durante algunas temporadas. No quería confiar en la cirugía tradicional o en las medicinas para lidiar con sus problemas; prefirió tratamientos holísticos «más suaves». En sus últimos años, pasó fases en las que todo lo que podía esbozar eran diseños garabateados que, aunque bastos, seguían siendo hermosos y llenos de fuerza. Esas líneas errantes señalaban su dolor físico. Y, entonces, ahi podía regresar, de nuevo en plena posesión de sus facultades. Su cómic de 2008 para Dargaud, un nuevo capítulo del thriller belga XIII, todavía en curso, fue una de las novelas gráficas más vendidas del mercado francés. Y después de unas cinco décadas de Westers, pensarías que no podría producir una nueva entrega de Blueberry que pudiera ser incluso mejor que sus trabajos anteriores. Pero lo hizo. Desde esos trabajos comerciales, pasó a otros trabajos tan asombrosos, inescrutables y sui generis, como La Faune De Mars, o 40 Jours Dans Le Desert B (la última de ellas la podríamos traducir como «40 Días sin la hierba»… ésto es, «sin marihuana»). Lo hizo, una y otra vez. Superó a artistas con la mitad de años, y le amamos por ello.

Me enteré casi tan pronto como falleció. Resultó que estaba despierto en medio de la noche y recibí la noticia de un amigo común. Y no quería creérmelo; apenas habia transcurrido media hora desde su muerte, la noticia todavía no había llegado a los medios, así que en cierto modo esperaba que se tratara tan solo de un nuevo caso de «celebridad asesinada por internet», que actualmente parece ser el pasatiempo morboso de los bromistas crueles e idiotas. Creo que nunca he conocido a una persona más tranquila que Jean. Irradiaba una poderosa energía espiritual. Era casi imposible siquiera pensar en él como un anciano, porque de alguna extraña manera, realmente no era viejo. Tenía una cualidad que he visto muy raramente en adultos: una especie de fascinación infantil por, bueno, prácticamente todo. Lo mantenía preternaturalmente joven y curioso y poderoso.

Podría decir que será añorado, pero su trabajo todavía vive, con su espíritu en él.

La ceremonia por Jean será oficiada el jueves 15 de marzo en la Basílica of St. Clotilde, Paris. En la invitación, la familia dice que el púrpura y el blanco serán los colores dominantes. Lo que encaja: púrpura por un Rey, blanco por un sabio.

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Página de Arzak.

Xurxo G. Penalta (A Coruña, España; 1976)

Afortunadamente, uno siempre descubre a Moebius por primera vez; en cada encuentro con una pieza nueva, en una de las muchas desconocidas o con sólo fijarse en alguno de los infinitos detalles, no absorbidos u olvidados, en las ya conocidas. ¿Cuando termina uno de ver un paisaje a través de una ventana? Te detienes, apartas la mirada, pero jamás terminas de verlo, ese concepto no se aplica.

Con Moebius todo es sumamente complejo, hábilmente indefinible y a pesar de todo ello, evidentemente lógico. Esto nunca lo vi tan claro como cuando, hace unos pocos años, encontré sus 40 Días En El Desierto, en el que, aún más que nunca, cada página del libro resulta ser un relevante descubrimiento empírico, un hallazgo antropológico y una revelación mística a la vez.

Moebius desafía el termino «leer». La habilidad exclusiva de su obra, para visualmente revelar, en cada paso, descomunales hipótesis jamás sospechadas al espectador, entra en conflicto con la capacidad de comprensión lectora que utilizamos habitualmente, ésta se ve sobresaturada por el impacto del volumen, la magnitud y la relevancia de los contenidos no-textuales simultáneos con el texto y la narración en el caso de los cómics. Todos hemos «leído» Moebius, si es que alguna vez hemos «mirado» su obra, o mejor, «a través» de ella como de una ventana.

Moebius es un artista ajeno a las categorías, a las etapas y a las cronologías. Parte de esto es sobradamente demostrable enumerando sus populares, relevantes e influyentes interacciones con distintos medios creativos. En cuanto a la cronología, por ejemplo, su obra vigente, es muy superior que aquella con la que encontró mayor popularidad, hace más de 30 años, y aún así áquella sigue siendo aún hoy simplemente insuperable, salvo por él. Por esto, desgraciadamente, debemos saber que su desaparición conlleva la irremediable pérdida de las mejores de sus obras, todas ellas aún por realizar.

Quizás por su edad y por sus muchos méritos, el evento que nos ocupa, parece motivar públicamente la solemne tristeza de cuando fallece un viejo maestro, cuando a mi honestamente me inspira más la frustración y la rabia ante la trágica desaparición de un deslumbrante, irremplazable y urgentemente necesario nuevo talento.

Su modelo artístico, de perpetua progresión constante, es al que debemos aspirar.

Creo y confío tan profundamente en Moebius, que encontré gran dificultad en creerme los desinformados medios de comunicación que publicaron escuetas noticias sobre su muerte. A mi, por definición, me es imposible imaginarme el mundo sin Moebius, ya que cuando nací, el ya había empezado a cambiarlo y por tanto no lo conozco de otra manera. Hoy es sólo el cuarto día de su ausencia, aún es pronto para opinar.

Moebius, un talento infinito.

Francesco Francavilla (Italia)

1. Aunque por aquel entonces no sabía que tuvo que ver algo con ello la primera vez que vi la película, mi primer contacto con Moebius debe ser Alien, de Ridley Scott. Más tarde (siendo italiano y un gran amante del género western), me enamoré de Blueberry y su mundo, tan ricamente ilustrado y presentado. Eso fue lo que realmente me empujó a buscar más trabajos de Jean Giraud y a descubrir a Moebius y sus fantásticos mundos.

2. Creo que su estilo (junto al de otros como los primeros Manara o Enki Bilal) ha tenido una gran influencia en mí, incluso aunque en un primer momento no fuera consciente. La forma en la que detallo algunas sombras rayadas, o el modo en que me aproximo a la línea clara, definitivamente tiene algo que ver con la cantidad de libros y páginas que he leído y visto de Jean Giraud.

Carlos Pacheco (San Roque, Cádiz, España; 1961)

1. Descubrí a Jean Giraud mucho antes de descubrir a Moebius en las clásicas revistas Bruguera. Fui un autentico enamorado de Blueberry desde su primera aventura. El Fort Navajo de Bruguera fue probablemente el primer álbum de historietas que tuve y aun conservo

A Moebius lo descubrí en la portada del numero 1 de Tótem, aquella clásica portada del chimpancé astronauta. En el interior Arzach iniciaba su vuelo. Compré Tótem el mismo día que compre el primer Iron Fist de Byrne. Quizás por eso no deje los superhéroes.

2. Giraud fue determinante en mi trabajo y en mi trabajo y en mi personal análisis del medio. Esa noción de «espectacularidad» de la historieta europea tan distinta de la norteamericana vino de mano de Giraud. La espectacularidad de la perspectiva, del control del espacio, como dibujar kilómetros y kilómetros, trenes inacabables en viñetas minúsculas era algo que vi por primera vez gracias a Giraud y, sinceramente, creo que aun sigue siendo el maestro absoluto en todo eso.

J.M. Ken Niimura (Madrid, España; 1981)

1. El primer cómic suyo que leí fueron las entregas de El teniente Blueberry que aparecían en un suplemento infantil de cómic. Reconozco que aunque me fascinaban los dibujos, en aquel momento era Superlópez el que estaba en lo más alto de mi ranking personal. Muchos años más tarde encontré Arzak en una librería, y eso fue otra historia…

2. De Moebius me quedo con su dibujo, que es la herramienta con la que ha demostrado obra tras obra la falta de límites del medio del cómic. Da un poco de miedo plantar el lápiz sobre el papel sabiendo que Moebius ha pasado antes por ahí.

Sergio Bleda (Albacete, España; 1974)

1. La primera vez que vi una viñeta de Moebius fue en la contraportada de un libro teórico/práctico titulado Para hacer historietas escrito por Juan Acevedo, considerado como uno de los mejores humoristas gráficos de Latinoamérica. La viñeta mostraba a un chico harapiento corriendo sobre la superficie roja y arenosa de un extraño paraje. Tras el iba un dinosaurio del tamaño de un pastor alemán. Aquella imagen me cautivó de inmediato y supe que no encontraría descanso hasta leer el resto de la historieta. Años después descubrí que la imagen pertenecía a la historia autoconclusiva titulada El universo es un pañuelo. Eran los años 80 y el libro fue un regalo de Jose Antonio, mi padrastro. Núnca le estaré suficientemente agradecido. Curiosamente fue en este mismo libro donde también descubrí a Carlos Giménez, Guido Crepax, Hugo Pratt, Breccia y muchos más, cuyo trabajo servía como ejemplo a las explicaciones de Acevedo sobre el oficio de historietista.

Un tiempo después mi madre me regaló Starwatcher y decidí que yo de mayor no quería ser dibujante de tebeos, quería ser Moebius… Ahora se que nunca lo conseguiré, pero no me culpen por intentarlo. Creo que todos los dibujantes del mundo han querido dibujar como él al menos una vez en su vida.

2. Es posible que se trate del autor extranjero, junto con Franquín y Regis Loisel, que más me ha influido en mi carrera. Desde el momento en que lo descubrí, no solo trataba de coleccionar obsesivamente e imitar gráficamente de manera compulsiva cualquier material dibujado por el genio francés que caía en mis manos, también me abrió a la mente a nuevas posibilidades tanto temáticas como narrativas.

Cuando era sólo un crío que todavía no había leído prácticamente nada que no llevase el gato negro de Bruguera en la cubierta leí esta cita de Moebius que me marcó para siempre: “Una historia no tiene por qué ser como una casa, con su puerta para entrar, sus ventanas para ver el paisaje y su chimenea para el humo. También es perfectamente imaginable una historia en forma de elefante, de campo de trigo o de fuego de bengala”. Moebius no me mostró un camino. Me hizo ver que había un número ilimitado de ellos.

Enlaces de interés

 Web oficial de Moebius, donde se puede acceder a la tienda oficial, al archivo de exposiciones y a una galería de imágenes, entre otros contenidos.

 Fichas del autor en la Wikipedia, Comic Book Data Base, Comic Vine, Comic Art Fans y Comic Art Community.

 La noticia de su fallecimiento, en los medios de comunicación españoles: Rtve.es, El País, Público, El Mundo, ABC, La Razón y La Voz de Galicia. En El País también se publicó un interesante artículo firmado por Toni Guiral, repasando los hitos en la carrera del historietista francés.

 Homenajes en la red de redes, comenzando por el impresionante especial que le han dedicado en Entrecómics: vídeos, links a entrevistas, cómics y un buen montón de curiosidades.

 También se está homenajeando a Moebius en Es Muy de Cómic, blog en el que Pepo Pérez está publicando una serie de posts realmente interesantes. En este enlace, todas las entradas relacionadas con el Giraud, publicadas en el anterior blog de Pepo: Con C de Arte.

 Continuamos recopilando entradas de diferentes webs, en este caso francesas: Actua BD (1 y 2), con declaraciones de autores como Jim Lee, Benoit Peeters, Paulo Coelho, Neil Gaiman, Thierry Groensteen, Bastien Vivès, Patrick Gaumer, Richard Marazano y Jacques Terpant; Bodoï y BD Gest’.

 Las webs centradas en el mundo del cómic situadas al otro lado del Atlántico también se han hecho eco del fallecimiento de Moebius: en Comics Alliance le han dedicado un completo artículo; en Comic Book Resources se hacen eco de las reacciones de autores como Jeff Parker, Jason, Neil Gaiman, Will Pfeiffer, Francesco Francavilla, Becky Cloonan, Larry Marder, C.B. Cebulski‏, Jamie McKelvie, Tom Spurgeon, Tonci Zonjic, Mike Norton, Scott Dunbier, Jonathan Ross, Joe Quesada, Joe Keatinge, Stephen Mayer, Tony Moore, James Sime y Fred Van Lente; en Newsarama, Comics Bulletin y The Beat publicaron artículos y semblanzas biográficas de Moebius; en The Comics Journal publicaron un artículo y recogieron declaraciones de Paul Pope, Brian Chippendale, James Jarvis, Michael Allred, Anders Nilsen, Zak Sally, Frank Santoro, Dash Shaw, Will Sweeney y John Workman; también Rich Johnston ha dedicado una serie de posts a Giraud en Bleeding Cool (1, 2, 3 y 4). Y para finalizar, Neil Gaiman ha escrito su propio homenaje en su diario on line.

 Teniendo en cuenta la importancia de Moebius dentro del mundo del cine, no podían faltar los homenajes de bitácoras centradas en este ámbito temático. Destacamos especialmente dos: el artículo que le dedica Miguel Ángel Refoyo «REFO» en Un mundo desde el abismo; y la serie de entradas publicadas en Uruloki: dos centradas en repasar las películas que se beneficiaron de su inagotable imaginación (1 y 2) y esta otra, imprescindible, en la que se puede visualizar el documental Moebius Redux completo.

 Llevando al extremo la máxima según la cual «una imagen vale más que mil palabras», cerramos este homenaje recomendándoos un par de galerías en las que disfrutar del talento de Jean Giraud, Moebius: la muy recomendable Quenched conscousness, y Luggage for the long journey of Moebius (donde se estan publicando homenajes gráficos al autor). Ambas alojadas en Tumblr.

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Armin Tamzarian
Autor
13 marzo, 2012 16:00

Gran homenaje a un maestro, a él y a su influencia le deben mucho autores como Geof Darrow o Frank Quitely.

Ivan Rivas
13 marzo, 2012 16:59

Sorprende ver cómo grandes autores reaccionaban ante su presencia, como si fuesen fans de 15 años. Normal, era un leyenda viviente.
Yo, como muchos otros no lo descubrí hasta bien tarde, pero creo que es mejor así, cuando puedes comprender y apreciar como y por qué esto era algo distinto.
Bonito homenaje, David, felicidades.

El Asombroso Espaiderman
El Asombroso Espaiderman
Lector
13 marzo, 2012 17:12

 Genial articulo, un homenaje grandioso a un semidios de la BD.

serenity
serenity
13 marzo, 2012 17:13

¡¡dios mio, menudo articulo mas completo!!

Enhorabuena David.

tigrehobbes
tigrehobbes
Lector
13 marzo, 2012 17:19

Es la mejor definición de arte para el medio del comic. Alguien te pregunta si el comic es arte, tú le sacas una plancha de Moebius y… se acabó la conversación.
Campar de niño por una biblioteca pública y encontrarte de morros con una de sus ilustraciones… eso cambia vidas, no me cabe duda.

Israel Huertas
Israel Huertas
Lector
13 marzo, 2012 17:19

En la web de Deviant Art se están haciendo un montón de homenajes a Moebius, tanto por profesionales como por amateurs. Igual que en vida, sigue moviendo a todo aquel que pretenda ser un dibujante en esta vida.

el tio berni
13 marzo, 2012 17:23

Una entrada fabulosa. Gracias.

Roque
Roque
13 marzo, 2012 17:52

Pues lo dicho… GRACIAS!!!

tigrehobbes
tigrehobbes
Lector
13 marzo, 2012 18:32

Jurm. Es curioso. Alguien escribe para simplemente dar las gracias y… le caen manos rojas… Moebiushaters? es eso posible?!

MhBeyle
Lector
13 marzo, 2012 18:35

Era el último pilar vivo sobre el que se asentó el cómic tal y como lo conocemos hoy día. El último genio.

Ahora toca esperar a que surja alguien que revolucione el mundo del cómic como él lo hizo. Y me temo que, tal y como están las cosas, habrá que esperar quizás demasiado…

Alex Cruz
Lector
13 marzo, 2012 18:37

https://www.zonanegativa.com/imagenes/2012/03/1203.jpg

Ahi esta la inspiracion, un buen porro Mexicano de MariaJuana… Viejo hippi, te extrañaremos centurias.

«»»Jean Giraud/Moebius era una leyenda viviente. Era el tío que dibujaba o escribía tebeos, creaba carteles y diseños para películas hoy imprescindibles, hacía publicidad, pintaba cuadros, probaba en la animación… Un creador que se atrevía con cualquier disciplina siempre que esa nueva actividad le hiciera crecer como persona y artista (primera gran lección).»»»

«»»El dibujante más influyente de las últimas décadas, el último genio vivo del noveno arte -tras Breccia, Franquin y Eisner- resultaba ser una persona humilde y cercana, siempre dispuesta a ayudar a los chavales que empiezan o aconsejando a sus colegas de profesión (segunda gran lección). En una época de egos desmedidos, echaremos de menos al maestro de todos.»»»

Esas dos lecciones definien lo que fue, es y sera por siempre el ejemplo de Moebius.

Antonio
Antonio
Lector
13 marzo, 2012 21:58

Excelente entrada. Y leyendo a Santi Arcas, yo también veía los libros de ilustraciones de Moebius desde fuera del escaparate. Y ahora que podría comprarlos, Norma no los tiene en catálogo…

koki
koki
13 marzo, 2012 23:19

El gran dibujante Bill Sienkiewicz escribió en su facebook el sábado:

>>A True Visionary passes: Jean Giraud , aka «Moebius».

He made our world a little more beautiful , a little more surreal, a little more alien, and a little more human.

Rest in peace, Jean.>>

Dellius
14 marzo, 2012 0:03

Como duele, se fue un padre…

Alex Cruz
Lector
14 marzo, 2012 5:13

http://www.youtube.com/watch?v=DRvbPH_6lcQ

Increible como desde su pequeño estudio que parece la habitacion de un niño influencio tanto el comic mundial y cine de fantasia y ficcion… Un genio.

Interrobang
14 marzo, 2012 19:31

Felicidades por el magnífico post publicado. Añadiré mi granito de arena diciendo que lo conocí leyendo Arzack y en mis intentos como aprendiz de dibujante influyó de tal modo que todo lo que dibujaba estaba suspendido en el aire. Flotando. Grande Moebius.

koki
koki
15 marzo, 2012 23:51

Katsuhiro Otomo, creador de Akira, dejó el domingo escrito en su Twitter:

>>El horizonte distante que has creado… ¿Si logras llegar hasta allá, me esperarás ahi? Quería volver a hablar contigo. DESCANSA EN PAZ, MOEBIUS.

(Otomo).>>

Leído aquí:

http://mangaversos.wordpress.com/2012/03/10/obituario-fallece-el-legendario-dibujante-frances-moebius/

santiago
santiago
17 abril, 2012 2:44

El es el responsable de que yo me hiciera fanatico de los comics,pero no ahora…hablo de cuando la feria de los inmrtales venia como un suplemento de la revista humor y se diferencia muchisiimoooo con el tipico Comic «Marbel» el tipíco superheroe al servicio de la justicia…No salen de ahi!El comic europeo…Enki Bilal,Milo manara,Caza!!!Hugo Pratt,Y el GRAN Gimenes