“La gente de este barrio no existe para nadie”
Pablo Guaymasi es uno de los tres responsables de la revista Culiau! de la ciudad de Córdoba, Argentina, que cuenta ya cinco años de publicación. Pero no vamos a hablar de esa publicación sino de otro proyecto en solitario del autor, en el cual a través de dos relatos breves (y uno más corto de presentación) nos introduce en Barrio María, uno de esos tantos espacios olvidados por las autoridades gubernamentales y gran parte de la sociedad, que existen tanto en Córdoba como (seguramente) en cualquier país del mundo.
Mediante la contundencia de las narraciones, tanto en palabras como en las imágenes (de un estilo emparentado con el indie de la década de 1990), Guaymasi consigue contradecir la cita con la que comenzamos el texto: la gente de este barrio existe para nosotros, y sale desde estas ficciones para golpearnos haciendo dar cuenta que todo esto existe y ocurre mientras está uno tan tranquilo leyendo una historieta.
En este aspecto la tarea del autor recuerda a algunas de las motivaciones que Harvey Pekar tenía para contar las historias que contaba, crudamente reales. Esas razones tenían que ver con evitar la lectura escapista con el fin opuesto de empujar a la realidad a quien lee; y por otra parte, con el destacar el heroísmo de las personas promedio, cotidianas. Guaymasi parece estar alentado por objetivos similares en la realización de este cómic.
En la breve narración que oficia de prólogo y presentación del mundo de esta historieta, nos introduce en este humilde barrio ignorado o ninguneado por la sociedad, para luego desarrollar dos historias que lo atraviesan y nos impiden ignorarlo y hacer como si no existiera.
El primero de esos relatos se titula La Campera, remontándose a los orígenes de este caserío a partir de un hecho presente que le ocurre a un hombre ya mayor y que no vive más allí, pero las casualidades y causalidades lo llevarán de vuelta obligándolo a rememorar. En el segundo, que tiene por título A nadie le importa, el centro de atención estará en una escuela en frente de la cual han muerto niños atropellados por el simple hecho de faltar un semáforo, aludiendo a la falta de voluntad de las autoridades de ocuparse de una barriada olvidada.
Es de destacar que ambas historias tocan de lleno cuestiones relativas a la infancia, teniendo como personajes muy importantes de una u otra manera a niños. Asimismo, otro rasgo común es la apelación a las emociones, presentando los hechos que narra tan crudamente como son en realidad.
De esta forma, Pablo Guaymasi no solamente hace que exista e importe la gente de Barrio María, desde esta ficción tan fácilmente traspolable a la realidad cotidiana, sino que lo hace de una manera que es imposible que no conmueva en su lectura. Por lo tanto, se desea que ese #1 que promete nuevos números de esta publicación efectivamente sea el primero de muchos.
