Fábulas, o como comer perdices tras 14 años disfrutando una serie

Bill Willingham creó Fábulas en 2002. He aquí su historia hasta ahora.

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Cada vez que se pueda uno debe aprovechar para reivindicar la importancia del sello de DC Vertigo, que siempre será sinónimo de calidad, pero hay que recordar que esta calidad viene acompañada de decisiones editoriales de gran peso, la más importante: Libertad creativa, llevando al cómic desde una editorial grande a sitios que solo el underground había explorado. Cierto que en su momento no tuvieron unas ventas espectaculares pero seguramente dentro de cien años series como Sandman habrán acumulado más ganancias que los números uno de la lista de los más vendidos el año pasado juntos y, lo mejor, serán recordadas. Tras la finalización de las series que iniciaron este proyecto y las que habían venido saliendo a principios de los noventa (Animal Man, Sandman, Los Invisibles, Predicador…) durante un breve momento parecía que la cosa iba a quedar así, cuanto más se acercaba el fin de siglo menor era el número de series, pero entonces un limitado número de autores tomaron su relevo, así surgen obras tan interesantes como 100 Balas, el spin-off de Sandman Lucifer o Y, el último hombre que consiguen volver a poner a Vertigo en el punto de mira de la actualidad del mundo del cómic. En este contexto aparece en el año 2002 Fábulas, escrita por Bill Willingham y dibujada por Lan Medina, aunque cambiará mucho de dibujantes siendo Mark Buckingham el que más se prodigará por la serie y el que más reconocimiento obtendrá, con razón.

La propuesta de Bill Willlingham casa con el sello desde un primer momento, el hecho de llevar las fábulas de los cuentos clásicos al mundo real dándoles un cariz adulto tiene enormes similitudes con la obra presentada por Neil Gaiman aunque se desliga rápido de la temática onírica de Sandman para introducirlos en un entorno más realista haciendo mucho hincapié en sus relaciones personales especialmente en los primeros números. La fantasía se ira apoderando cada vez más de la serie, como es normal, pero el enfoque personal siempre estará presente. Fábulas acabará teniendo el honor de ser la segunda serie más longeva del sello (tras Hellblazer) y una de las que más Spin-offs ha generado, además se llevará la friolera de catorce premios Eisner en diferentes años.

La llegada de las fábulas, o como presentar personajes que ya conocemos en un mundo que ya conocemos de forma no vista

Hay que reconocer que la idea de Bill Willingham es original y consigue enganchar, sitúa la acción en el Nueva York actual, exactamente en un edificio, aunque luego mostrará que forma parte de un conjunto de calles. Allí está Villa Fábula, el lugar donde viven un gran número de personajes de las fábulas clásicas que todo el mundo conoce pero que el tiempo y el contexto en el que se encuentran los ha cambiado, a algunos más que a otros, hasta hacerlos menos reconocibles, con personalidades más ancladas a la realidad que a la fantasía de la que proceden.

Desde el minuto uno ya muestra especial interés en los personajes de Lobo Feroz, encargado de la seguridad del complejo que hace las veces de detective (con un cierto aire a Lobezno tanto física como psicológicamente), y Blancanieves, como directora de operaciones, finanzas y principal ayudante del alcalde Rey Cole (personaje basado en una antigua nana británica). Lobo ya no es tan malo como nos cuentan sus historias, pero lo fue, se intenta redimir dada la situación de las fábulas y una amnistía post-exílio, de la misma manera que Blancanieves no es una princesa que necesite ser rescatada, es dura e inteligente, una líder nata. Pero la cosa no queda ahí, un encandilador Príncipe Azul, moralmente muy cuestionable, lejos de ser el héroe de la historia que resulta ser el mismo para todas, es decir, el ex-marido de varias fábulas, también esta una pareja formada por Bella y Bestia en plena crisis matrimonial, Cenicienta, Barbazul, Rosa Roja (hermana de Blancanieves) o Jack (el de las habichuelas mágicas) que comienzan una historia llena de secundarios que cada vez irán teniendo más protagonismo.

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El primer arco argumental, llamado Fábulas en el exilio es un poco engañoso en varios sentidos, primero por contar un asesinato que resulta no ser tal y en segundo lugar porque parece que la serie va a ir por un camino detectivesco que nada tiene que ver con lo que luego Bill Willingham contará. Esta primera historia, ganadora de los premios Eisner a Mejor Historia y Mejor Serie Nueva, si que sirve para poner al lector en situación: Los múltiples reinos en los que habitaban estas fábulas, a las cuales llaman Tierras Natales, han sido invadidas por un enemigo desconocido llamado El Adversario que gobierna con puño de hierro, la gran guerra previa a la conquista fue lo que provocó que muchas fábulas emigrasen a Nueva York. Este será el principal reclamo de la serie durante gran parte de su existencia.

El segundo arco nos presenta otra parte fundamental de la historia, la de las fábulas que no tienen forma humana y no se pueden camuflar entre la población, el Gato con Botas, los Tres Cerditos, Shere Khan y cientos de fábulas más viven en La Granja, una zona rural, lejos de la civilización y hechizada para que los humanos normales, los mundanos, no puedan encontrarla. Rebelión en la granja es una historia tremendamente politizada que nos empieza a mostrar la grandeza a la que la serie fue capaz de llegar. Además nos da otro dato esencial sobre los personajes: son difíciles de matar y más cuanto mayor sea su fama, pero no son inmortales.

El guionista continúa contando historias relativamente cortas, algunas de un solo número, más unidas al entorno en el que se desarrollan actualmente los personajes que a darnos datos sobre qué paso, cómo escaparon y quién es ese misterioso Adversario del que hablan. Según se van sucediendo, parece que Willingham tiene la intención de contarnos historias de la relación de las fábulas con nuestro mundo pero en cuanto avanza la numeración se hace notar que lo que pretende es seguir introduciendo personajes porque esos que en un principio parecían secundarios y esos otros que estaban ahí de paso resultarán tener una importancia fundamental a largo plazo. Tal es el número que se comienza a incluir una página a modo de guía al principio del cómic. Por ejemplo Un asunto sucio sirve para presentar a Zarza Rosa, de La bella durmiente, y dar más profundidad a los personajes hasta ahora mostrados mediante una historia en la que secuestran a un periodista que parece haber averiguado los entresijos de Villa Fábula, utilizando a Zarza que se pincha un dedo para dormir a todo un edificio facilitando la extracción del individuo. Se nota aquí también la importancia de un personaje que hasta el momento solo se paseaba por la zona, el conserje Papamoscas, que resulta ser el príncipe que un día se convirtió en rana. El famoso Pinocho y El Chico de Azul (personaje basado en un poema para niños) son otros dos de los muchos que van apareciendo y que se alzarán como protagonistas de grandes momentos de la serie.

Con todo ello Bill Willingham no deja de lado a Lobo y a Blancanieves, de hecho hay una aventura que continúa con lo acaecido en Rebelión en la granja, con Ricitos de Oro como villana y armas mundanas de por medio (intentaba adaptar esas armas a las fábulas de forma animal para iniciar una especie de guerra civil), en esta historia el autor comienza a dejar entrever un romance entre los dos personajes, no en vano su título es Una historia de amor, que irá cobrando más importancia en la serie, especialmente en su última etapa.

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Willingham, ya en estos primeros años de la colección, demuestra una gran capacidad para manejar un número importante de personajes sin que parezca un batiburrillo ininteligible, cosa que suele suceder demasiado en este medio, consiguiendo dotarles de una gran profundidad en gran medida debido a que no tiene prisa, va tranquilamente contando historias muy entretenidas que no tendrán mucho peso a largo plazo pero consiguen llamar la atención del lector. Otro punto importante es el tratamiento de los personajes femeninos, alejándose de arquetipos antiguos, dándoles una gran importancia sin eliminar su feminidad, un acto de igualdad que, por suerte, se está poniendo cada vez más de moda, todo ello unido tiene una cierta similitud al tratamiento personal que dio Chris Claremont en los setenta a los miembros femeninos de los X-Men.

No hay que olvidarse del apartado gráfico, varios dibujantes van pasando por la serie, especialmente se dedicarán a los números unitarios que narran el pasado o una historia concreta de un personaje, pero poco a poco el trabajo de Mark Buckingham va mejorando y destacando, dando un tono estupendo a la narración, aunque será en las siguientes historias donde dará un toque único a sus páginas, los bordes de estas están ilustrados haciendo referencia al personaje y escenario sobre el que versa el argumento.

Enemigos e inmigrantes, o como la guerra llega a cualquier sitio

Tras dos años de historias y presentaciones la trama se comienza a acelerar en el galardonado arco titulado La marcha de los soldados de madera. Hasta ahora habíamos visto cierta tristeza cada vez que los personajes hablaban de su huida de las tierras natales, pero los tesoros que de ella habían traído les servían para vivir en una posición bastante acomodada, sin embargo el tono cambia para acercarse al drama real de la inmigración forzosa debida a la guerra, un tema que lleva siendo actualidad durante los últimos siglos por desgracia. La llegada de Caperucita Roja, recién exiliada y con un gran secreto a cuestas propiciará que el ejercito del adversario encuentre Villa Fábula, llevando la guerra a su nuevo hogar. No hace falta decir que las fábulas que habitan Nueva York, con cierta ayuda llegada desde la granja y dirigidas por una embarazadísima Blancanieves, consiguen vencer, no sin perder algunos de sus miembros, nadie importante para la serie. Una historia imprescindible en la que la magia cobra ya un papel protagonista que acompañará a la serie hasta su final, con las brujas de los cuentos clásicos de por medio.

De nuevo para, se relaja la trama para seguir centrándose en los personajes, es el turno de Cenicienta una aparente mujer caprichosa y llorona que oculta una mente brillante así como una gran capacidad camaleónica que la convierte en una excelente espía y llegará a tener miniseries propias. El autor dedica también un par de números al Jack, que darán pié a su serie propia, y una historia con una cantidad de referencias increíble en la que encontramos a Lobo en plena Segunda Guerra Mundial luchando contra nazis con científicos locos y Frankenstein de por medio.

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El siguiente arco, de cuatro números, nos cuenta un año en la vida de las fábulas, el nacimiento de los hijos de Blancanieves y Lobo Feroz, lo cual tendrá repercusiones de todo tipo, empezando por lo personal, los niños tienen poderes y cambian de aspecto por lo que se tienen que ir a vivir a la granja donde su padre, por motivos obvios, tiene prohibida la entrada, continuando por las repercusiones políticas, el nuevo alcalde es el Principe Azul y las funciones de Blancanieves y Lobo las toman Bella y Bestia. A pesar de que, a priori, la historia de Blanca y los seis/siete niños pueda parecer un poco culebrón lo cierto es que es muy entretenida, tiene su punto de misterio y dice mucho sobre cosas que más tarde pasarán a ser centrales en la serie, entre ellas la aparición del padre de Lobo: EL Viento del Norte.

Es este el momento en que Bill Willingham retoma la historia principal, la guerra, en otro de los arcos argumentales premiados: Tierras Natales. El tono de la serie cambia para pasar a ser una historia de fantasía heroica con El Chico de Azul como protagonista que se adentra en las tierras natales para salvar a su amada Caperucita Roja (porque su historia es uno de los puntos más tristes de la serie hasta aquí, lo cual nos hace empatizar más con Azul) llegando a enfrentarse directamente con el Adversario y descubriendo la verdad oculta tras él, que le llega a dar un toque incluso terrorífico del cual no hablaré, por si acaso hay alguien que esté leyendo esto y no lo sepa, pero sí que el giro de Bill Willingham es, cuanto menos, magistral. Azul regresa vivo y con información, lo cual propiciará que los miembros de Villa Fábula comiencen a hacer sus movimientos.

La magia, los tejemanejes internos y la búsqueda de aliados es el siguiente paso que el autor da en la historia, relajándose una vez más pero ya enfocando el conflicto de manera más directa. Las fábulas de los reinos orientales, donde aun no había llegado el poder del Adversario, y la utilización de genios como armas de destrucción masiva hace que Fábulas vuelva tocar la realidad social del momento histórico en el que se escribe poniendo sobre la mesa cuestiones morales más que reales y relatando el choque entre culturas a base de utilizar a sus mitos.

La guerra, o como acabar con el argumento principal de la serie y sobrevivir

Un pequeño salto temporal del que da cuenta mostrando a los niños algo crecidos, trae de vuelta a la cabecera al Lobo Feroz y con él una incursión a las Tierras Natales que le llevará a estar cara a cara con la mente detrás de la guerra y salir con vida. Así, Willingham da paso al principio del fin de la guerra, aunque todavía tardará un poco en llegar, parándose a contar la boda de Lobo y Blancanieves y también con alguna desgracia de por medio.

Saltamos al siguiente arco, Hijos del imperio, para ver lo que no se había mostrado hasta ahora, el otro bando, lo que pasa en las Tierras Natales donde los ejércitos del Adversario se preparan ante la amenaza de un ataque, los generales del actual dictador se reúnen en un comité imaginándose cómo sería un hipotético ataque y si merecería la pena ir hacia la tierra de los mundanos dilucidando cómo podría ser un enfrentamiento magia/ciencia y el peligro de las armas de nuestro mundo. El ejercicio de imaginación del autor en estas páginas es notable que alterna la visión del enemigo con historias cortas ilustradas por diversos dibujantes así como una sucesión de hechos dentro de Villa Fábula que nos llevara a saber más de dos personajes que cobrarán cada vez mayor importancia, Ambrose, conocido como Papamoscas, el conserje y príncipe rana, un personaje que se gana el corazón de todo lector, y el de Frau Totenkinder, la bruja mala de cuentos como Hansel y Gretel, Rapunzel o responsable de la maldición de Bestia, una anciana muy poderosa que forma parte de las fábulas exiliadas.

El espacio para lo personal sigue muy presente y la narración de Willingham sigue tomándose las cosas con calma, lo cual no implica que sea lenta y aburrida. El crecimiento de los hijos de la pareja estrella será un tema recurrente, incluso Santa Claus hace acto de presencia.

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Así llegamos a dos de los arcos más imponentes de la serie, el primero será titulado El buen príncipe y su protagonista es uno de los mejores personajes creados por el autor, la bondad personificada: el conserje Papamoscas, que será conocido a partir de aquí como el Rey Ambrose. El guionista tira ahora de los mitos del Rey Arturo, con la espada Excalibur que otorga poder a Ambrose y aconsejado por Lancelot irá a la tierra de las fábulas muertas para llegar a crear un nuevo reino en las Tierras Natales, uno pacífico que acepta a cualquiera que venga con buenas intenciones, pero las tierras fronterizas no se lo tomarán muy bien. Bill Willingham añade aquí un poco de épica en una historia que, sin dejar de lado el resto de argumentos que se vienen desarrollando, solo se puede calificar como majestuosa, especialmente si tenemos en cuenta la forma en que el diálogo acaba triunfando sobre la violencia.

El nuevo reino y los poderes del Rey Ambrose son vistos como un peligro por el imperio, si a eso sumamos los planes que se venían elaborando por detrás, hace que se precipite La gran guerra, historia que pondrá final al largo conflicto. Aquí la serie adquiere el tono bélico que se suponía, pero el autor huye de las grandes batallas épicas para narrar la forma en que las fábulas utilizan todas las armas y artimañas que hemos ido viendo a lo largo de los 75 números dando una coherencia al conjunto de forma que lo que podrían parecer capítulos de relleno toman su sitio dentro de un todo, el poder de Zarza Rosa, la forma de entrar y salir de Azul en las Tierras Natales, la aeronave bombardera o las alfombras voladoras a modo de aviones al más puro estilo de la Segunda Guerra Mundial son cosas que se venían cociendo prácticamente desde el principio. Por supuesto la batalla final con el constructo del Adversario la protagoniza Lobo y el cada vez más presente Chico de Azul. Bill Willingham, que casi parece estar contando una de las historias bélicas de Garth Ennis, sorprende con un final feliz pero sobretodo que apuesta por la paz y el perdón frente al más típico cortar la cabeza de la serpiente. Originalidad ante todo.

Un nuevo enemigo, o como utilizar ciertos tópicos innecesarios para continuar una buena historia

La primera escena tras la guerra es una continuación directa de esta, una magnífica historia sobre un dictador al cual obligan a integrarse en la sociedad desde un punto de vista que rebosa humor. En los siguientes números se abre el arco Las edades oscuras en el que se divide en dos la trama, por un lado trata las consecuencias de la guerra, las bajas y heridas, así como nuevas relaciones, por otro muestra un nuevo enemigo surgido en las Tierras Natales. Por decirlo de alguna manera, este nuevo villano es lo más soso de toda la serie, su origen es muy antiguo, había sido encerrado y, en un saqueo ocurrido en la guerra, se libera de su prisión, haciéndose llamar a si mismo Señor Sombrío, cayendo el autor en tópicos que no se venían reflejando en el universo que crea, cuya primera obra es destruir el edificio principal de Villa Fábula, haciendo que todos huyan a La Granja. Por suerte las subtramas siguen siendo lo suficientemente interesantes como para mantener al lector atento a lo que le ocurre a los personajes (el sacrificado fallecimiento de Azul es otro momento inolvidable de la serie). Bill Willingham, sin entrar mucho en detalles, deja caer que la recuperación de las Tierras Natales aun sigue siendo dura, aunque el ejercito del Adversario ha sido destruido todavía le quedan muchos fieles.

La historia hace otro parón, pero esta vez es para realizar un cruce entre la serie madre y dos Spin-Offs, el dedicado a Jack Horner más uno creado para el momento Los Literales. La temática pasa a ser un poco humorística, pareciéndose más a la serie de Jack que a la de las fábulas.

Con Brujas Willingham recupera la historia del villano, contando sobre su pasado a la vez que hace un repaso por todas las brujas de Villa Fábula y recupera a la aliada del Adversario, Baba Yaga. Pero es fuera de este argumento donde seguimos encontrando lo mejor que nos puede dar el autor, primero una historia sobre la dificultad de Ambrose para hacer lo moralmente correcto en un reino llego de gente acostumbrada a vivir en la guerra y las conductas inherentes a su propia naturaleza, mas luego centrándose en el pasado y presente de Rosa Roja. Ambos personajes empiezan a acaparar tal atención que su posición en la historia general comienza a rivalizar con los que en un principio se podía considerar la pareja protagonista de Lobo y Blancanieves. Y podemos afirmar que es esto lo que salva la serie a estas alturas ya que la lucha contra el villano, aunque sigue teniendo sus giros ingeniosos (Supergrupo y sus referencias al cómic de superhéroes hace que uno sonría en varios momentos), se llega a hacer excesivamente larga y tediosa en comparación con lo que venia contando el autor. Por suerte acaba relativamente pronto gracias a la actuación del padre de Lobo Feroz, El Viento del Norte.

Caminando hacia el final, o como darse cuenta de que lo importante son los personajes

He aquí el punto en el que se ve que no es necesario tener un objetivo general, no es necesario un gran villano, puesto que lo mejor de Fábulas es precisamente el desarrollo de sus personajes. No es un caso aislado, mismamente series coetanias y del mismo sello como Y, El último hombre de Brian K. Vaughan o DMZ de Brian Wood hacen primar las historias de sus personajes sobre las resoluciones o explicaciones de la historia general, de forma excelente por cierto.

Los niños de Lobo y Blancanieves cobran importancia central en los arcos argumentales, por medio de una profecía sobre su lugar en el futuro, pero sin dejar de contar lo que sucede al resto de personajes tanto principales como secundarios, consiguiendo continuar ese tono de cohesión general que adquiere la obra en su totalidad, por tanto, la única línea que une a las siguientes historias es la familia y los amigos.

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El primer arco que ofrecen es una consecuencia directa de la última batalla, los vientos del resto de puntos cardinales llegan a casa de los nietos del difunto Viento del Norte en busca de un sucesor, puesto que los mundos no se pueden quedar sin este ser, que más que una fábula es una fuerza del universo. Heredar el viento versa sobre la familia, la relación de los cachorros con su difunto abuelo el tiempo que vivió con ellos, con su tía Rosa Roja y sus padres, pero también entre ellos, al final son niños y hermanos, tienen sus rabietas, su curiosidad y no saben cuando se portan bien o mal, ese concepto va llegando poco a poco y Bill Willingham tiene una gran capacidad para reflejarlo.

Sigue habiendo sitio para continuar con las historias de la reconquista de las Tierras Natales narrando la parte en la que Bufkin, el mono alado que hacía las veces de bibliotecario, lucha por formar un gran grupo que le ayude en su revolución en el mundo de Oz lleno de humor y buenos momentos, también está el regreso de la fábula más famosa: Papá Noel, o continuar con las historias de Bella y Bestia en su camino al reino de Ambrose acompañados de su bebé, así como más historias de este reino.

Y si parecía que Bill Willingham había enseñado todas sus cartas y caminando por sitios más agradables aquí llega con el cuchillo en la mano para meter al lector el golpe más fuerte de la serie, ni guerras ni enemigos poderosos, Cachorros en la tierra de los juguetes es la historia más fuerte y cruel que nos ofrece la serie, protagonizada por dos de los niños que entran en un reino que parece relativamente inofensivo hasta que descubren la verdad, a la vez que narra la desesperación de los padres que van en su busca. La perdida de inocencia es un claro trasfondo de la historia, pero sobretodo Willingham nos hace ver que aun es capaz de llegar a lo más hondo del lector.

La siguiente historia tampoco se queda corta, mediante la llegada de Brandish el guionista nos mete de lleno en la problemática de la violencia de genero, el machismo más casposo (tampoco es que lo haya de otro tipo) y arcaicos valores de gente que utilizaba, parafraseando a Simone De Beauvoir, el sexo de una persona como una construcción social y no como género. Brandish no solo discrimina a la mujer por este motivo sino que se declara primer y único marido real de Blancanieves, secuestrándola y encerrándola en casa para que cumpla sus ordenes cual sierva dando lugar a momento realmente desagradables, el maltrato es tanto físico como psicológico. El final tiene un poco de todo pero nos quedamos con dos cosas, una que afecta al futuro: una muerte de Lobo Feroz, y otra que da cuenta del recorrido de la serie: Blancanieves es quién termina la situación demostrando que el sexo no es lo que hace a alguien ser débil. Mientras que Rosa Roja demuestra que la fuerza no lo es todo, la moral se acaba por imponer quizás influenciada por una redención vivida por ella misma a lo largo de toda la serie. Este fuerte sentimiento sumado a la relación con el reino de Ambrose hace que el autor regrese a los mitos del Rey Arturo, solo que es la hermana de Blancanieves quien toma el liderazgo y la búsqueda de sus caballeros. Es aquí donde Bill Willingham comienza a dar datos del pasado de Blancanieves, haciendo entender al lector que la fuerza de esta reside en ser una superviviente, así el dilema moral sobre Brandish lleva a un cisma entre las hermanas que será lo que nos traslade al final de la serie.

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Pero antes, porque como viene mostrando el autor siempre hay un “pero antes”, hace otra parada, en este caso es una historia de corte metafísico en la que el espíritu de Lobo Feroz se encuentra a medio camino con el más allá con algunos de los personajes tristemente fallecidos con un tono de llevar acabo la despedida correcta que no pudo ser, mientras algunos de las grandes brujas intentan recuperar su cuerpo roto en pedazos.

Con una narración cuidada y sin prisas Willingham comienza a establecer los dos bandos, el de Rosa Roja y el de Blancanieves, justificando cada uno de ellos y llevando al lector a lo que parece va a ser la “gran batalla épica final” en un arco titulado Felices para siempre que alterna con La última historia de…, diversos capítulos protagonizados por los personajes que pasaron por la serie a modo de despedida.

Precisamente Despedida se llama el último número que explica el motivo real de esta disputa, en la que interviene una antigua maldición, pero lejos de ver el tópico de personajes queridos dándose de tortas, una vez más Bill Willingham opta por vías menos exploradas cerrando un circulo que, sin darnos cuenta, había empezado en su primer número.

Otras series, otras historias, o como contar más de este inmenso mundo

A los spin-offs de Fábulas bien se les podría dedicar una reseña larga a cada uno, pero en algunos casos sería más por su cantidad que por la calidad del producto, no es que sean malas, la media es más que aceptable, pero distan en general de lo ofrecido en la serie madre, sobretodo las dos más longevas.

Empezando por el primero en salir y el más largo de todos: Jack of Fables, aquí conocida como Fábulas presenta: Jack, que está co-escrita junto a Matthew Sturges. La serie se centra en la figura de Jack Horner, protagonista de cuentos conocidos (Jack y las habichuelas mágicas o Jack el Matagigantes) y presentado en la serie principal como un bribón, un mentiroso y un timador que ya había tenido algunos números para él solo. La premisa es que Jack se da cuenta de que cuanto más famosa es una fábula más difícil es que muera con lo que se embarca en la empresa de producir una serie de películas que adquirirán fama mundial en la que cuenta sus aventuras para asegurar su supervivencia en nuestro mundo, esto no gusta al resto de fábulas y por lo que Jack es exiliado de la villa. Aquí empieza su serie propia, con él protagonista en la carretera siendo secuestrado y llevado a la Residencia Ramas Doradas donde, a modo de campo de concentración, se encuentra unos humanos que retienen a otras fábulas, entre ellas la traicionera Ricitos de Oro. La historia se va dividiendo en arcos argumentales que suceden como una especie de Road Movie con Jack escapando y dirigiéndose a sitios diversos con la persecución de sus captores y otras fábulas de por medio que se alternan con historias del pasado de Jack. La serie se alargará durante cincuenta números bajando de calidad a medida que avanza, en especial tras el cruce con la serie que le vio nacer llamado El gran cruce de las Fábulas. Relacionado con este cruce aparece otra serie de tan solo tres números bajo el nombre de Los Literales que solo servirá para agrandar esta historia.

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El segundo material relacionado con la serie en salir se titula 1001 Noches de Nieve, una novela gráfica autoconclusiva que se lanza a finales del 2006, pocos meses después del estreno de la serie de Jack, que se llevaría dos premios Eisner (Mejor Antoligía y Mejor Historia Corta) bien merecidos. Sitúa la acción en los primeros momentos de la creación de Villa Fábula con Blancanieves como protagonista que es enviada a ver al Sultán de las fábulas orientales como embajadora en pos de afianzar relaciones frente al Adversario. Pero el Sultán decide tomarla como esposa y, como solía hacer, ejecutarla a la mañana. Blancanieves se ofrece a contarle unas historias para que pase la noche entretenido y no los lleguen a casar, es decir, uno copia de Las 1001 noches pero llevadas al universo de Bill Willingham. Las partes de Blancanieves están escritas como libro ilustrado mientras que las historias cortas que cuenta están narradas al estilo del cómic, cada una de ellas con un dibujante distinto y nombres de gran prestigio como Brian Bolland, Charles Vess o Jill Thomson. El detalle del encuentro final con Sherezade, protagonista de la obra original, no hace más que redondear un cómic que a pesar de no ser necesario para entender el universo de Fábulas debería ser de lectura imprescindible.

Peter y Max: Una novela de Fábulas es otra historia autoconclusiva que esta vez tiene como protagonistas al Flautista de Hamelin y su hermano, moviéndose entre el pasado y el presente en la Granja y Villa Fábula, teniendo en cuenta que es publicada en el año 2009, que no llega al nivel de la anterior.

En el mismo año Cenicienta se lleva su primera miniserie de seis números, Desde Villa Fábula con amor. El título lo dice todo, es una obra muy entretenida en la que aparecen las fábulas orientales cuya temática fundamental es el espionaje. En el 2011 obtiene otra de seis números más Las Fábulas son para siempre donde conocemos más de su pasado manteniendo el ritmo de acción y enfrentándose a su némesis. Ambas están escritas por Chris Robinson y dibujadas por Shawn McManus y son bastante recomendables. Esta no será la única vez que la veamos como protagonista fuera de la serie principal.

En el 2013 entra en juego Fairest (aquí Fabulosas) que llegaría a tener 33 números y una novela gráfica. Como reza su título, sus protagonistas son las féminas que tanto interés causan en la serie principal, volvemos a ver a Cenicienta, Blancanieves, Zarza Rosa… pasando por ella varios guionistas que realizan una obra de varias historias que están fuertemente atada a los sucesos de la serie madre, cada historia podrá interesar en función de lo que atraiga al lector el personaje protagonista y, aunque la calidad media es buena, no deja de ser más que un añadido.

Werewolves of the heartland (publicada en España bajo el título Lobos en el corazón de America) es otra novela gráfica que se puede entender independientemente de la serie principal, aunque existe una relación directa con ella. Sale a la venta en el 2012 y cuenta la historia de Lobo Feroz recorriendo el centro de E.E.U.U. y encontrando un pueblo misterioso con hombres lobo, es entretenida, amena, pero que no sobresale del resto de las contadas hasta ahora.

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Por raro que parezca la serie llega a tener un cruce con otra de las últimas sorpresas de Vertigo: The Unwritten, de Mike Carey, algo que no es muy habitual en este tipo de cómic de autor y cuya lectura es muy agradable. Aunque ambas tratan el mundo de la fantasía como parte de la realidad, esta obra quizás haga más gracia a los seguidores de The Unwritten aunque es aconsejable para todos.

Por último está The Wolf among us, que comienza siendo un videojuego al más puro estilo de película interactiva realizado por Telltale Games, compañía conocida por realizar este tipo de juegos con franquicias tan famosas como The Walking Dead o Juego de Tronos, que sale a la venta en el 2013 y sitúa la trama unas décadas antes del inicio de la serie regular. Su éxito propicia la publicación de un cómic del mismo nombre primero en formato digital y luego en físico que sigue las andanzas de Lobo Feroz.

Comentar por último en esta parte algo que todo el mundo debe saber, se presentó un proyecto para realizar una serie de televisión basada en Fábulas que se desechó por motivos que los productores sabrán, eso sí, al poco aparecen en la parrilla dos series Grimm y Once Upon A Time que no tienen nada nada nada pero nada nada que ver con Fábulas… o eso declaran los involucrados en estos proyectos (¡JA!).

Notas y opinión, o como reseñar una obra tan inmensa en tan pocas palabras

Hay tres formas de reseñar fábulas: la de una frase tipo leela ya que merece la pena, la del estilo que aquí presento, no muy larga, con los detalles justos y dejando miles de cosas en el tintero, y la de tamaño tesis doctoral, porque da para ello. La obra de Willingham y la cantidad de dibujantes maravillosos que el acompañan, en especial Mark Buckingham que demuestra ser un narrador como la copa de un pino, debe ser una de esas colecciones que se guardan en un sitio de honor en la estantería. La primera mitad de la obra, hasta la resolución de la guerra, es perfecta. Punto. Es cierto que pasado el ecuador, al quedarse sin esa trama misteriosa y fuerte, pierde algo de fuelle, de hecho el villano creado no tiene mucha cabida en la obra. A título personal incluso se me pasó por la cabeza abandonar la colección, pero, por suerte las subtramas me tenían enganchado.

Digo por suerte porque lo que llega después no tiene nada que envidiar a la primera parte y me daría mucha rabia enterarme años después de que me había perdido algo tan bueno dejándome llevar por la generalidad de una historia cuya importancia recae en los personajes y la capacidad del autor de que empaticemos con ellos. Solo queda esperar que la gente se de cuenta, se pare en esta gran obra y la lea, porque nadie se merece perderse algo así.

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Alejandro Ugartondo
Autor
18 febrero, 2016 0:27

Excelente artículo Igor. Yo también soy uno de los que defiende esta serie a ultranza y que se mantuvo fiel a la misma tras el bajón que vino después de acabar la Gran Guerra. No me cansaré de revindicar los últimos arcos argumentales de la serie, desde «Cachorros en la tierra de los juguetes» , en los que Willingham ha demostrado un nivel excelente. Eso sí, he de reconocer que el último tomo aún no lo he leído pq me da pena tener que despedirme de unos personajes a los que he seguido durante tantos años 😛

TigreHobbes
TigreHobbes
Lector
En respuesta a  Alejandro Ugartondo
20 febrero, 2016 23:39

Cachorros es mi tomo favorito. Malrrollismo.

batlander
batlander
Lector
19 febrero, 2016 1:26

Muy buen articulo. Supongo que lo del final de la Guerra le pasa a todo el mundo, porque lo he leido ya muchas veces. A mi personalmente me siguio gustando, lo que pasa es que empieza muy fuerte y sigue al 100% hasta que termina la prmera mitad de la serie. Mira que me gusta Sandman, pero incluso esta no mantiene el nivel todo el rato como si lo hace Fabulas.

En suma, una grandisima serie que no deberia perderse nadie.

Cortocordobes
Cortocordobes
Lector
20 febrero, 2016 21:10

Estupenda y magna revisión, Sr. Álvarez.

La verdad que la he leïdo con un ojo abierto y otro cerrado, como los conejos, para ir evitando spoilers, ya que voy leyendo por el tomo 4 de la edición «de luxe» de ECC (recién terminadito lo tengo). Pero es tan vasta en personajes, situaciones y sorpresas esta obra que la verdad no me importó mucho el que usted me haya aportado esos «adelantos». Es más, así sé qué es lo que tendré que valorar en el futuro.

La verdad que los arcos que he leído hasta ahora están muy bien narrados, pero hasta este cuarto tomo (inclusive) el dibujo de Buckingham no me ha parecido tan cojonudo como se señala por aquí. El tipo narra y planifica bien y, el diseño de las páginas es muy innovador y tal, pero me parece que tiene bastantes carencias y que a veces quiere abarcar más de lo que puede. A lo mejor es solo una cuestión de gusto mío, no sé. De todas maneras, hasta las Crueles estaciones y las 1001 noches, la serie no hace otra cosa que crecer, en lo gráfico también.

Y si como me avisa su señoría, aun no he llegado a lo mejor (ni a lo aún mejor que viene después) pues a seguir disfrutando viendo crecer a tan fabulosos personajes.

TigreHobbes
TigreHobbes
Lector
En respuesta a  Cortocordobes
20 febrero, 2016 23:40

Afortunado, tienes grandes momentos por delante. Que los disfrutes.

TigreHobbes
TigreHobbes
Lector
20 febrero, 2016 23:38

Nunca entendí el nivel de exigencia para con la parte post-imperio de Fábulas. Creo que se tiene un doble rasero con respecto, por ejemplo, a pijamadas varias. Creo que el bajón no fue tal, simplemente nos pilló a contrapie el cambio de escenario y, como bien señalas, solo a partir de ese momento Fábulas se muestra como lo que realmente es, una historia de personajes. Y eso se ve con mayor claridad una vez el Adversario se despeja de la ecuación. El Adversario era demasiado magnético y atraía toda la atención, porque Fábulas no es la historia de la Caída de un Imperio es la historia de cada una de esas Fábulas.
A mí no me hubiese importado que hubiese seguido con ese nivel tan bajo, no sé, otros 10 años más?
Bajón de calidad, venga a nosotros tu Reino.

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Lector
21 febrero, 2016 11:52

Yo sólo tengo leído hasta el ecuador de la serie precisamente. Después no sé si habrá el famoso bajón de calidad, pero a ver que serie aguanta 75 números con ese nivel de regularidad, no ya en Vertigo, sino en cualquier género/país. Eso sí, el arco de la guerra me parece MUY corto para lo que cabría esperar.

Por cierto, como gamberrada muy superior a ciertas series de hot artists de mayor prestigio.