Explorando Marvel Now! Infinity, los tie ins del primer mes

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Con la nube de polvora del pistoletazo de salida del segundo mes de Infinity todavía en el aire, vamos a dejar que la resaca del número 2 del evento cósmico de Jonathan Hickman se calme, dedicando un post a los tie-ins publicados durante el primer mes. Como en cada crossover que sale a la venta siempre surge la duda de que historias ligadas a la saga central merece la pena leer, y cuales es mejor pasar. Y aunque en este caso ya comentamos que Infinity se puede leer siguiendo únicamente las colecciones de Jonathan Hickman, siempre puede quedar curiosidad sobre lo que se está cociendo en otros títulos aledaños. Para facilitaros el terreno a la hora de elegir, analizamos uno a uno los tie ins del primer mes incluyendo las dos series de los Vengadores de Jonathan Hickman.



 


Avengers Vol V, # 18
Guión: Jonathan Hickman
Dibujo: Leinil Francis Yu
Entintado: Gerry Alanguilan
Color: Sunny Gho.
Formato: Grapa 20 páginas
Precio: $3.99
Valoración:

 

“¿Es esto el imperio, hijo, o un triste recuerdo de lo que fuimos? Antes era un general, ahora me llaman señor de la guerra. Pero por la gran madre, encontrare el modo de morir como el hombre que solía ser”

En su primer tie in de los Vengadores con Infinity, Jonathan Hickman nos traslada a las profundidades del espacio junto al grupo liderado por el Capitán América para asistir a la reunión del Concilio Intergaláctico en relación a la crisis de los Constructores. Con Leinil Francis Yu a los lápices, el número puede dividirse en dos partes en la que la primera trataría el conflicto desatado a través de las estrellas desde los ojos de los Skrulls, mientras que la segunda se centraría en la contraofensiva de la confederación de imperios cósmicos unidos frente a la armada invasora.

Guionista y artista dan lo mejor de si mismos en la primera parte del cómic, redibujanto la estructura de la sociedad Skrull desde su fallida Invasión Secreta contra la Tierra, mientras se introducen en el tablero a las principales facciones cósmicas. Diezmados y sin rumbo, no hay paz para el pueblo metamorfo que fuera el imperio más poderoso universo ni en los rincones más alejados del cosmos. Dividos en seis facciones lideradas por diferentes señores de la guerra, la vergüenza proyectada por el recuerdo de lo que fueron será la mínima de sus preocupaciones cuando los pueblos que huyen de los Constructores comiencen a internarse en su territorio y una nueva cascada de catástrofes a caer sobre su pueblo.

Con Kl’Rt como principal líder, Hickman refleja a los Skrulls como un pueblo de guerreros orgullosos y agriados por la melancolía de incontables años de guerra y derrotas, en la línea de los shogunatos del Japón feudal. Plasmando la tragedia de su situación forzada al nomadismo y su honor, cumple solventemente al humanizarlos para que los veamos con otros ojos mientras los acompañamos hasta el corazón del universo para tomar parte en el concilio en el que los principales imperios deciden el curso de acción. Yu tambien cumple y lleva la imaginería con la que los rodease durante la saga de Bendis un poco más allá, dejando atrás los pijamas púrpuras para embutir a sus señores de la guerra en armaduras estilo Gear of Wars que potencia su naturaleza belicosa.

Lo que sigue es una calma tensa en la que se nos detalla la situación, introduciendo en la saga a personajes como J’Son de Sparta, Gladiador, Ronan y la Inteligencia Suprema o el Nido, mientras los Vengadores ejercen de espectadores preparándose para tomar parte en la defensa del cosmos. Hickman sabe moverse entre la gravedad de la situación con la cotidianidad más humana, con unos héroes conscientes de estar ante una situación que les supere o despreocupado descaro de la juventud que destilan entre Bala de Cañón y Mancha Solar con la nueva Rompedora.

Hasta ahí, el cómic ofrece todo lo que cabría esperarse de la antesala de una batalla espacial por todo lo alto. El problema llega cuando Hickman aprieta el gatillo tras disponer el combate en un escenario con reminiscencias a Operación Tormenta Galáctica y Guerra de Reyes, y todas las limitaciones de Yu nos estallan en la cara en un festival de esbozos, rayas cinéticas y lucecitas que aporta cualquier cosa menos espectacularidad. Dibujar una batalla estelar y que esta resulte creíble y nos atrape es una difícil tarea de la que no todos salen con éxito. Yu, hace aguas en perspectivas, encuadres y disposición de páginas, dando la impresión de estar viendo a los Vengadores haciendo poses frente a un croma mientras el combate está teniendo lugar en otro lado del universo. Y es que reflejar un enfrentamiento entre los mayores imperios cósmicos contra la mayor fuerza que se haya desatado en el universo a travez de un plano americano del Halcón golpeando a solo dios sabe que mientras Hiperion lanza su visión calorífica fuera de plano y de fondo vemos navecitas de juguete que bien podrían haber salido del Toy R’Us deberia estar penado por ley.

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Decir que Yu boicotea la segunta mitad del número hasta hacer que lo que debería ser espectacular y épico resulte ridículo y cicatero probablemente sea excesivo teniendo en cuenta que Hickman debía tener voz en la planificación de las viñetas. Sin embargo, el resultado no podría ser más insatisfactorio, dejándonos una secuencia más cerca de Seguridad Máxima o los peores momentos de La Invasión Secreta, que de Battlestar Galactica o el enfrentamiento de los rebeldes contra la Estrella de la Muerte en Star Wars.

En definitivas cuentas, el primer tie in de Vengadores con Infinity es un número con oficio y poco más, en el que vemos muchos Skrulls y apenas a los Vengadores. Un cómic de los que apenas sirven para rellenar huecos y con una sensación de intrascendencia que invita a limitarnos a la maxiserie central y eludir los cruces con la que se supone una de las series centrales del evento.

Hay determinadas cosas que todavía siguen chirriando como que los guionistas sigan refiriéndose a la población Skrull por docenas de billones de habitantes tras las numerosos ataques que han sufrido contra su pueblo, ver a Annihilius entre el Concilio Intergaláctico o a Thor invocando relámpagos en el vacio del espacio. Sin embargo, su mayor delito es quedarse demasiado lejor a la hora de cumplir las expectativas a la hora de introducir a los jugadores cósmicos y sumergirnos en la batalla estelar contra los Constructores (lográndolo únicamente con los Skrulls en el primer aspecto). Demasiadas debilidades para un cómic que se supone debería ser crucial dentro del evento.



 


New Avengers Vol III, # 9
Guión: Jonathan Hickman
Dibujo: Mike Deodato Jr.
Color: Frank Martin.
Formato: Grapa 20 páginas
Precio: $3.99
Valoración:

 

“Lo irrompible se ha roto, Lord Tanos. Las gemas están perdidas”

Desde que tomara las riendas de la franquicia de los héroes más poderosos de la Tierra, Jonathan Hickman fue incapaz de ocultar su predilección por las aventuras conspirativas de los Illuminati en Nuevos Vengadores sobre su reinvención del equipo clásico como una Legión de Superhéroes encomendada a la defensa de nuestro planeta. Con el arranque de Infinity, esta dinámica se mantiene, y el primer tie in de la serie protagonizada por Iron Man, Reed Richards, el Doctor Extraño y compañía está muy por encima del insustancial y cicatero número de su serie hermana.

Con cierto aire a grupo de héroes pulp en la línea de los que homenajeara Ellis en los primeros números de Planetary, los Illuminati fueron creados como una suerte de superhéroes de los superhéroes. Una cábala secreta formada por los grandes líderes del universo Marvel y que -entre sus integrantes- contaran con representantes de las principales líneas de la editorial. Permitiendo una sensación de globalidad muy por enciama del resto de colecciones, la conjunción de estas mentes pensantes de la casa de las ideas exige además un reto que justifique su existencia al margen del resto de la comunidad superheroica, algo que Hickman consiguió mediante una cataclísmica crisis que amenaza con engullir uno a uno todos los mundos de la creación hasta no dejar más que una interminable nada.

Desde el arco inicial de la serie, la situación la serie del guionista de Pax Romana ha vivido un continuo in crescendo en el que lo indecible se convertía en plausible y los héroes dejaban atrás todo aquello que los había definido para ganar algo más de tiempo para su mundo. Alianzas inesperadas, viejas rencilias, traiciones… un camino hacia el infierno empedrado de buenas intenciones y por el que se perdieron amigos, principios y las Gemas de Infinito. Destruidas, las piedras son el principal interés para que Thanos ponga rumbo a la Tierra junto a su ejército con el objetivo de encontrar la única ha escapado a la destucciión, aunque para ello deba convertil nuestro planeta en un erial de muerte.

Introduciéndonos en el contexto de Infinity a través de las hordas invasoras lideradas por el titán loco, el primer tie in de Nuevos Vengadores con el evento sirve para presentar a los mortíferos lugartenientes de Thanos mientras encabezan el ataque contra los hogares de cada uno de los Illuminati. Nueva York, Attilan, el Instituto Jean Grey, Atlantis y Wakanda se convierten en los principales focos de la invasión, mientras vemos a los X-Men, Pantera Negra y su pueblo o a Namor y los Atlantes tratando de defender la Tierra. Aportando el suficiente contenido humano para que no se un simple desfile de muñecos como ocurría en Miedo Encarnado y transgrediendo su propio planteamiento para que no acabe siendo una historia de un único chiste como ocurría con la Invasión Secreta, Hickman usa Nuevos Vengadores tanto como escaparate del frente de la Tierra y la invasión de las huestes de Thanos como para continuar desarrollando las diferentes tramas de la serie regular.

La reclusión del Doctor Extraño, las tensiones entre Wakanda y Atlantis… incluso se da espacio para escribir a sus adorados X-Men o convertir a Iron Man y Reed Richards en la última guardia frente al azote de la Gran Manzana. Todo dentro de una batalla a nivel mundial en la que sabe dar variedad a cada uno de los frentes dependiendo de sus circunstancias y hacer que los enemigos sean algo más que unos brutos genéricos de aspecto extravagante (cada uno tiene su propia habilidad, cada uno tiene un objetivo que depende de sus características y cada uno se encuentra una situación diferente dependiendo de su objetivo). Pero si con esto pensáis que ya está definido el rumbo por el que discurrirán los tie ins de la serie a lo largo de Infinity, más os vale volver a pensar, porque lo que sigue es un más difícil todavía al que sigue un triple salto mortal al que la expresión salir de la sartén para caer en las brasas apenas hace justicia.

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En contraste con el desangelado número de Vengadores, la serie protagonizada por los Illuminati mantiene toda su intensidad elevada al cubo en un cómic que si bien no es un complemento imprescindible para entender el evento, si que se antoja como uno muy recomendable. Probablemente más disfrutable por aquellos que hayan estado siguiendo la serie desde el principio que para los que salten a sus páginas desde Infinity es especialmenter loable el empeño que ha puesto Hickman para que cada uno de sus títulos ligados con el evento mantenga su propia independencia. Es decir, que si leyeras este número de Nuevos Vengadores como si fuera otra entrega más de la colección, seguiría teniendo sentido aunquer no hubieras leído el primer número de Infinity. Esto ocurre también con Vengadores o en Infinity respecto a las dos series regulares, por lo que es el lector el que tiene la última palabra a la hora de decidir que quiere seguir y que no (siendo un escaparate bastante jugoso el que nos ofrecer Hickman).

En lo que respecta al dibujo, Mike Deodato Jr. cumple con creces a pesar de que le va a costar hacer sombra a Steve Epting. Con una narración algo más sobria de lo habitual, se muestra ágil y espectacular a la hora de plasmar la invasión sin necesidad de darle a la herramienta clonar hasta plagar toda la página de naves idénticas. Con viñetas tan inspiradas como el enfrentamiento entre Lobezno y Corvus, su arte sombrío encaja a la perfección con el escenario que se nos plantea, creando una atmósfera de maldad imperante muy beneficiosa para la historia. En resumidas cuentas, el primer número de Nuevos Vengadores en su paseo por los acontecimientos de Infinity es un cómicc muy recomendable, tanto para los seguidores de los tres reyes (Pantera Negra, Namor y Rayo Negro), como para los amantes de las historias apocalípticas, como para los que simplemente estén disfrutando de una de las mejores series de Marvel Now! desde que Hickman comenzó su crisis en las puertas del fin del mundo.



 


Infinity The Silver Surfer Vol I, # 1
Guión y Story Board: Jason LaTour
Dibujo: Agustin Alessio
Formato: Cómic digital
Precio: $1.99
Valoración:

 

“¿Lo ves hijo? Dios está aquí. Enseñale tu verdadero rostro”

Tener a uno de los mejores fichajes de la última remesa de guionistas llegados a Marvel condenado al ostracismo de los cómics digitales es poco menos que un atentado contra el buen gusto. Pero como no hay mal que por bien no venga, esto nos permite disfrutar de Jason LaTour dentro de las posibilidades del formato digital en esta historia protagonizada por Estela Platea.

Heraldo del devorador de mundos, habíamos perdido la pista del nómada cósmico desde que Matt Fraction se viera obligado a poner fin a su etapa en Defensores. Sin amo ni rumbo y con su señor de vacaciones en el universo Ultimate para darse al placer de la pitanza, Norrin Rad se verá atrapado en el formateo cósmico iniciado por los Constructores cuando un ejército de Alefs caigan sobre una colonia Skrull situada en Hy’lt menor.

Más allá de esta premisa, el especial Infinity Contra la marea protagonizado por Estela Plateada no es otra cosa que un relato de catástrofes en el que vemos a un planeta colonizado por los Skrulls ser purgado por el ejército de los Constructores mientras el surfista trata desesperadamente poner orden en mitad del caos. Pero como suele decirse, lo importante no es muchas veces lo que escribes, sino cómo lo escribes.

En ese sentido, LaTour es implacable a la hora de mostrarnos la catástrofe acaecida sobre el planeta Skrull, desde la tranquilidad de su día a día hasta el violento dramatismo con el que el frío exterminio robótico cae sobre ellos. Humanizándolos lo suficiente para que seamos partícipes de su tragedia, pero sin cruzar la línea a partir de la que dejan de parecer alienígenas metamorfos para convertirse en ciudadanos de la Garan Manzana pintados de verde, el guionista plasma el crisol de reacciones frente a la destrucción de forma cruda y compleja, desde los ordenados planes de evacuación convertidos en furiosas turbas hasta atisbos de valor, cobardía, desesperación o locura juzgados con identica severidad por parte de los Alefs.

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Pero sería difícil hablar de las cualidades de este número sin referirmos al dibujo del italiano Agustin Allesio. Habitual de la franquicia Star Wars decir que su estilo a medio camino entre Mike Choi y Gabriele Dell’Otto es espectacular apenas es raspar la superficie. Pero hasta a uno no se le eriza el vello con la secuencia con Estela cayendo desde las alturas enzarzado con uno de los Alefs es imposible hacerle honor con palabras.

Con todos los elementos en su sitio y sin que se le escapen detalles como la ironía de que un heraldo del devorador de mundos se convierta en al ángel de la guarda de un pueblo que perdió la capital de su imperio a manos de Galactus (aunque entonces lo hiciera con la compañía de otra sirviente), LaTour cumple con creces con un número de apertura que demuestra que técnicamente el aprovechamiento de los recursos que ofrece este medio a mitad de camino entre cómic y presentación PowerPoint sigue estando un peldaño por encima de la mayoría. Y mientras sea con relatos tan solventes como este, que sigan llegando.

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Avengers Assemble Vol I, # 18
Guión: Kelly Sue DeConnick
Dibujo: Barry Kitson
Entintado: Barry Kitson y Gary Erskine
Color: Nolan Woodard y Jay David Ramos
Formato: Cómic de 20 páginas
Precio: $3.95
Valoración:

 

“Mientras los veía partir, una pequeña parte de mi no podía evitar pensar si no sería más feliz si no volvía a saber de aquella nave”

Divide et impera (Divide y Vencerás). Una frase popular muy recurrente pero que no siempre se usa de manera adecuada. A señalar: Cuando los romanos la acuñaron se referían a fragmentar las fuerzas del enemigo y no las tuyas propias, cosa que muy habitualmente suele acabar en desastre. Algo similar es lo que ocurre en estos eventos cuando dividen una trama en varios frentes y -en lugar de abordar diferentes aspectos con mayor profundidad- lo que consiguen es diluir la sustancia de los cómics, ofreciendo cinco números de contenido tirando a pobre en lugar de uno intenso.

Algo similar es lo que le ha pasado a Marvel con la Batalla del Corredor narrada en el primer cruce de Vengadores con Infinity, la cual no solo tiene que lidiar con la cuestionable habilidad de Yu a la hora de representar el enfrentamiento naval, sino con delegar todo el factor humano en las series de Kelly Sue DeConnick. Y aunque la guionista de Osborn y Capitán Marvel sabe abordar de forma creíble lo que supone para Spider Woman verse luchando codo a codo junto a los Skrulls después de todo lo que pasó durante la Invasión Secreta, no lo hace con la profundidad ni brio suficiente como para justificar un cómic que no deja de ser una repetición de lo que vemos en Vengadores con una perspectiva diferente y algo mejor dibujado.

A ello hay que sumar otros problemas como la brusquedad del cambio de escenario entre el cruce con la colección de la Capitán Marvel durante los últimos números con este tie in de Infinity. La guionista trata de crear cierta conexión entre ambos, pero en mi humilde opinión habría sido mejor si los hubiera abordado de forma independiente o hubiera escrito un prólogo o número de transición (puesto que todas las referencias a Carol Danvers resultan confusas más que ayudar a aclarar cual es su estado actual). Tampoco soy demasiado fan de esas bromas al estilo Los Vengadores de Joss Whedon que en la mayoría de las ocasiones resultan impostadas más que naturales, por lo que al final lo que nos queda es un cómic con un interés tirando a rácano que podría haberse rematado como relato de complemento al final del citado cómic de los Vengadores de Jonathan Hickman o -por lo menos- condensando los dos números de esta micro saga en uno solo.

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Captain Marvel Vol VII, # 15
Guión: Kelly Sue DeConnick y Jen Van Meter
Dibujo: Patrick Olliffe
Entintado: Drew Geraci
Color: Andy Troy
Formato: Cómic de 20 páginas
Precio: $3.95
Valoración:

 

“Estaba allí porque sabía que debía estar y porque no sabía que otra cosa hacer. Pero la pasión, ¿la camaradería… era toda fingida»

Si viviéramos en un mundo perfecto, la escritora Kelly Sue DeConnick habría tenido espacio para desarrollar su historia en Capitán Marvel sin tener que lidiar con compromisos externos. Si vivieramos en un mundo perfecto, el público habría apoyado a la que probablemente sea la mejor serie que haya tenido Carol Danvers en lugar de condenarla a languidecer por debajo del límite crítico. Desgraciadamente, no es fácil ser mujer en un mundo gobernado por superhéroes, e -inmediatamente después del contundente final de la inspirada El Enemigo Interior– guionista y personaje se ven forzados a lidiar con los acontecimientos de Infinity.

En otras circunstancias, la larga trayectoria espacial de la piloto de combate reconvertida en superheroína habrían hecho de su cruce con el evento cósmico de Jonathan Hickman algo lógico. Sin embargo, en el último número de su serie dejamos a la Capitán Marvel internándose en las profundidades del espacio para -ojo SPOILERS– destruir su la amenaza que se ocultaba en el interior de su cerebro (terminando con Carol flotando en mitad de la nada tras una lobotomía autoinflingida).

Verla en la siguiente entrega de su serie junto al resto de lo Vengadores sin que haya un número de transición resulta brusco como poco, consiguiendo que incluso aquellos que han seguido la colección desde el comienzo se encuentren tan perdidos como los que se acerquen a ella por ser un tie ins de Infinity. Por suerte, el que la escritora sepa meternos rápidamente en situación -y que en nuestro caso ya vinieramos avisados de la entrega de Vengadores, ¡Reuníos!– ayuda a paliar las turbulencias de entrada para lanzarnos al enfrentamiento de la alianza de los imperios galácticos contra la flota de los Constructores.

Sin recuerdo de su vida pasada más allá de lo que haya podido leer en los archivos de los Vengadores, el contraste entre la desonexión personal y la eficacia de una memoria mecánica labrada durante años de experiencia en las fuerzas aereas dotan de especial interés a un tie in en el que por primera vez se aborda la Batalla del Corredor como un combate de naves espaciales como George Lucas manda. A ello contribuye el dibujante Patrick Olliffe quien -sin tener el renombre como Yu o Kitson- entiende el funcionamiento de las batallas espaciales mejor que su compañeros. Con un estilo en desarrollo que puede recordar Grummett o Bagley, Olliffe sabe como manejar las dimensiones y el escenario para darle volumen y plasmarlo como algo más que pegatinas de los personajes sobre un fondo de estrellas.

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Sin terminar de ser redondo, el primer tie in de Capitán Marvel supera sus problemas de partida iniciales para terminar siendo el cómic que mejor aborda la Batalla del Corredor. Sin brillar, cumple con solvencia su función de llevar la vida de su protagonista un paso más allá mientras profundiza en uno de los pasajes de Infinity. Queda la duda de si ha sido beneficioso diluir esta trama entre tres números o precipitar el cruce de Capitán Marvel con el evento, pero el resultado se deja leer y consigue atraer nuestro interés lo suficiente para volver para el final de esta mini saga.
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Nova Vol V, # 6 y 7
Guión: Zeb Wells
Dibujo: Paco Medina
Entintado: Juan Vlasco
Color: David Curiel
Formato: Cómic de 20 páginas
Precio: $3.99
Valoración:

 

“Oh, sí. Esa era la señal, nena. ¡Estamos de vuelta!”

Sin ser la reinvención de la rueda, el arco de presentación de Nova a cargo de Jeph Loeb y Ed McGuinness nos brindó un relato tan fresco como emotivo, en el que el guionista de Superman Para Todas las Estaciones sacaba a relucir sus mejores armas en una historia que bien podría haber sido la base para una película juvenil de los ochenta. Desgraciadamente, sus compromisos con el equipo de desarrollo para las plataformas multimedia de Marvel Studios hicieron que no pudiera prolongar su presencia en la serie protagonizada por Sam Alexander, entregando el testigo a Zeb Wells.

Guionista de Robot Chicken Wells tiene una larga lista de colaboraciones con Marvel Comics desde que aterrizara en la editorial hace diez años con el relato corto Fui un Hombre Rana adolescente en Spider-Man’s Tangled Web junto a Duncan Fegredo. Desde entonces, el escritor ha realizado varios trabajos para las franquicias de Spider-Man, X-Men y los personajes juveniles de la editorial fundamentalmente, aunque también alguna que otra sustitución como la que le hizo a Jimmy Palmiotti cuando este cruzó el Rubicon con Joe Quesada y a él le tocó hacerse cargo de sus Héroes de Alquiler.

Con el dibujante mexicano Paco Medina como partenaire, si ya en el primer número de Nova a cargo de Wells se dejaba entrever un cambio de voz respecto a los números firmados por Loeb, el segundo hace todavía más patente esta sensación. Abandonando los aires ochenteros de su predecesor, Wells parece intentar buscar un tono más cercano al Impulso de Mark Waid y -sobre todo- a la serie de televisión de Ultimate Spider-Man. Claro que Zeb Wells no es Waid, Seagle, Kelly ni mucho menos Paul Dini. Es más, sus mejores obras han ido generalmente enfocadas en la dirección contraria. Así que si ya de por sí nunca me ha hecho demasiada gracia la última serie de animación del trepamuros, el emulo protagonizado por el Nova de Wells difícilmente podría resultar más enervante.

Toda la naturalidad humana patente en la saga de Loeb se escapa con la velocidad del cohete humano para dejarnos en su lugar una interrelación entre personajes que de puro kafkiana resulta sórdida y caricaturesca. Hay algún conato interesante como ver a la madre de Nova -consciente de la doble identidad de su hijo- imponiéndole normas y horarios en la línea de lo que habría sido Tia May de haber sabido que su sobrino era Spider-Man. Pero cosas como que el director del centro continúe encomendando a Sam las tareas de bedel a pesar de la desaparición de su padre como si fuera lo más normal del mundo casi parece extraído de una novela de Charles Dickens.

La cosa empeora en cuanto el muchacho se da una vuelta por Manhattan para cruzar caminos con Superior Spider-Man demostrando que, si ya el Spider-Man original de Wells resultaba cargante, su impostor poco tiene que ver con el de Slott, antojándose como una versión desnortada y desagradable del que escribiera entonces. Medio cómic desperdiciado en un cruce totalmente gratuito y de nulo ingenio con Superior Spider-Man al que le sigue un cruce igualmente gratuito y todavía más incomprensible con Joss Whedon (sí, Joss Whedon) mientras el guionista continúa dando vueltas sobre lo mismo sin parecer querer llegar a ningún sitio.

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Con una sensación de perdida de tiempo innecesaria de la que únicamente se salva el cameo de los Nuevos Guerreros Justicia y Speedball, los dos primeros números del Nova de Zeb Wells son de los que invitan a abandonar una serie, haciendo pensar que -si el guionista no se entona con los números en los que Thanos hará acto de presencia- su sustitución a manos de Gerry Duggan puede acabar llegando demasiado tarde para remontar la serie.



 


Thunderbolts Vol II, # 14
Guión: Charles Soule
Dibujo: Jefte Palo
Entintado: Terry Pallot
Color: Guru e FX
Formato: Cómic de 20 páginas
Precio: $2.99
Valoración:

 

“A veces hay que saber reconocer cuando tienes una mano perdedora”

“Y a veces hay que saber cuando estás a punto de perder una mano, Flash”

Tras dos números de transición bastante prometedores, el cambio de tono por el que ha apostado Chris Soule en su primera saga para Thunderbolts es cuando menos extraño. Con Jefte Palo a los lápices, el Grupo Salvaje de Thundebolt Ross se traslada a Nueva York para que este ceda el testigo a Frank Castle para propinar un golpe contra los hampones de la ciudad que no duerme.

Para que la misión tenga algo más de glamour que un enfrentamiento con mafiosos genéricos, Soule usa como excusa a una secretísima familia nivel final de hampones que operan por encima del resto de hampones y de la que no sabíamos nada hasta la fecha (un mcguffin tan facilón y socorrido, que la lista de ocasiones que se ha usado no cabría en el brazo de Mister Fantástico). Pero más allá de la consistencia que pueda tener la organización criminal a la que se enfrentan los Thunderbolts, lo que llama la atención es el tono tendiendo a lo caricaturesco por el que apuestan los autores (desde la frivolidad humorística del guión hasta los dibujos desgarbados de Palo).

Sin llegar a la sórdidez del Marvel Knights: Punisher de Ennis, el debut del cruce de los Thunderbolts con Infinity se mueve por una línea en la que cuesta tomárselo en serio, y en la que es difícil no ver a Castle como un personaje de la marca ACME (cuando no tenemos a Ross como una suerte de Superintendente, a Wade haciendo de Mortadelo y Flash como blanco de burlas y humillaciones poco disimuladas y al líder como una suerte de doctor Bacterio). Siendo pronto para saber si la saga será un desbarre en el que el vacío dejado por los Vengadores enfrentará a los Thunderbolts a un festival de aliens y hampones o un disparate al más puro estilo de la mítica Noche de Acción de Tele 5 -ahora diariamente y a cualquier hora en Paramount-, el giro hacia este enfoque más ligero y despreocupado podría dejar a más de un lector en la cuneta.

Teniendo en cuenta lo ofrecido hasta el momento, más vale darle un voto de confianza a poco que pensemos que es posible hacer algo bueno con estos Thunderbolts. Únicamente señalar a Palo que aunque su trabajo es dinámico y divertido en la mayor parte del cómic, esa cara de de bonachón simplote que le da a Castle duele mucho.

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En resumidas cuentas, de momento los tie ins de Infinity no tienen demasiado atractivo a no ser que ya vinieses siguiendo sus series desde antes del evento o tengas un particular interés por los personajes que los protagonicen. Hay casos como los de los Vengadores y Nuevos Vengadores que podrían tener especial trascendencia de cara al desarrollo del evento -aunque todavía es difícil valorar si realmente son trascendentes o no al tener únicamente un cómic del evento central-, y otros por la espectacularidad que abordan diferentes frentes de la saga (como es el caso del cómic digital protagonizado por Estela Plateada). El resto quedan para los lectores que estén interesandos en el arranque de la nueva etapa de Charles Soule al frente de los Thunderbolts, que sean completistas a la hora de rellenar huecos con cómics sin demasiada relevancia que aborden la postura personal de diferentes personajes frente a la crisis desatada (Avengers Assemble y Capitán Marvel) o disfruten con el humor chorra de la serie de dibujos de Ultimate Spider-Man y quiera asistir al regreso de los Nuevos Guerreros (Nova).

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El Asombroso Espaiderman
El Asombroso Espaiderman
Lector
5 septiembre, 2013 16:30

Así que la mayoría de tie-ins son de mediocres para abajo… Normal, supongo.
Por otro lado, los únicos Tie-in que voy a leer son los de Hickman que supongo serán más relevantes para la trama. Así que ahora me los leo y ya comento.
P.D: Buenas reseñas, Daniel.

El Asombroso Espaiderman
El Asombroso Espaiderman
Lector
5 septiembre, 2013 17:00

Bueno, pues ya me he leído los dos tie-in de Hickman, veamos.
Vengadores: mediocre e irrelevante, a parte de mal dibujado. Dentro de la megatrama de Hickman tendrá sentido, pero como tie-in del evento no aporta mucho, aunque hay que reconocerle que está hech con cierto oficio (pero sin pasarse). Y el dibujo de Yu mal, este tío no sirve para lugares cósmicos. 3/10.
Nuevos Vengadores: una gran mejora respecto a Vengadores. Número relevante en la trama, en el que el guionista muestra todos los frentes abiertos y en el que si noto la épica que le faltaba al primer número de Infinity, sin ser además una épica «falsa´´. Deodato muy bien, no es tan suyo y nos brinda unas buenas páginas. en definitiva, un cómic al nivel de todo lo que he leído de Nuevos Vengadores. 8/10.

Wolvie
Wolvie
Lector
5 septiembre, 2013 18:57

No sé acabo de leer Infinity 2 y es TREMENDAMENTE GENIAL!!!!!

ultron_ilimitado
ultron_ilimitado
Lector
6 septiembre, 2013 18:10

Por lo que estoy leyendo Infinity es el primer crossover Marvel en mucho tiempo que, como mínimo no se lleva palos indiscriminados por parte del fandom, e incluso a alguno por ahí que lo pone muy bien.

¿Podré fiarme?

Reverend Dust
Lector
6 septiembre, 2013 18:28

Leído lo que llevo leído, la miniserie principal y los tie-ins de Hickman no tienen para mí ninguna queja, ni en lo gráfico ni en la historia que se cuenta. Tampoco digo que todo sea inmejorable, ni mucho menos, pero sí que lo que está, está bien.

Así que, ULTRÓN, puedes fiarte de momento. Otra cosa es ver cómo se cierran todas las tramas y el momentum que están acumulando, que es el cáncer de los últimos eventos Marvel: empiezan potentes, se van diluyendo y acaban en intrascendencia, abriendo tramas para el futuro.

Wolvie
Wolvie
Lector
6 septiembre, 2013 19:17

Otra cosa: Hickman escribe muy bien a Reed Richards, Namor y Pantera Negra, pero me llevé una grata sorpresa al leer al Capi escrito por el. Leer al capi es como escuchar realmente a un soldado del siglo pasado sabiendo y amoldándose a los tiempos actuales. Siempre actuando como un viejo soldado, me encanta!

ultron_ilimitado
ultron_ilimitado
Lector
7 septiembre, 2013 14:10

Wolvie, estoy completamente de acuerdo.

Así, un poco mediofftopiqueando diré que esta mañana he estado poniéndome al dia en lo que llevamos publicado de Marvel Now en España y la verdad es que estoy la mar de contento. Estoy disfrutando mucho la mayoría de las colecciones.

Incluso Indestructible Hulk, que me estaba planteando dejarla ya que no me hacía feliz la rotación de dibujantes (ni la presencia de Simonson), me ha sorprendido gratamente en este último arco argumental, con ese WTF de Hulk y Mjolnir, que es como los que me gustan a mí, sencillo pero ingenioso, un puntazo.

Iron Man también está mejorando muchísimo, y la armadura espacial que en principio me parecía horrorosa luce mucho mejor «en movimiento». De momento lo del origen secreto me ha dejado totalmente enganchado.

Y sobre las otras no me explayo, ya comentaré a su debido tiempo en el post que corresponda, pero en general estoy muy satisfecho. Eso sí, en el segundo número Jóvenes Vengadores no se salva de la quema. Una menos.

HERBERT
HERBERT
Lector
8 septiembre, 2013 2:35

Pues a mi me parece que Infinity está bastante aburrida y mediocre. Ojalá mejore con los demás comics. Aunque es una pena que siempre tengan que recurrir a este tipo de series, descuidando a las series regulares.

Ocioso
Ocioso
Lector
8 septiembre, 2013 10:33

Diomedes ha comentado: Pero el Halcón? Estamos locos ?

Eso es racismo.

marcus
marcus
Lector
8 septiembre, 2013 10:50

Pensándolo, ¿cuántos negros en el mundo real han pisado la luna? Cero. Eso es lo que el cómic está denunciando aquí. Tenéis que saber leer entre líneas. El siguiente en saltar por ahí será Shang Chi, también muy adecuado para el espacio.

Ocioso
Ocioso
Lector
8 septiembre, 2013 11:11

Daniel Gavilán ha comentado: coincido ern que el sitio del Halcón debería haber sido pilotando una nave

¿Paseando a Miss Marvel? ¡Racismo!

o en tareas de rescate.

O haciendo las tareas de la casa. ¡Racismo!

molon labe
molon labe
Lector
8 septiembre, 2013 11:16

«Pensándolo, ¿cuántos negros en el mundo real han pisado la luna? Cero.»

Con datos cientificos y objetivos sabemos que por lo menos hay un gallego en la luna, y no me extrañaria que negros hubiese alguno. Sin papeles, claro.

georgepak
georgepak
Lector
9 septiembre, 2013 23:43

De los tie – ins espaciales, no me leere nada … Pero nisiquiera he comenzado el preludio al evento y ya me gusta lo que leo 😀