Es un pájaro… de Steven T. Seagle y Teddy Kristiansen

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750
 

It’s a bird…TPB USA
Guión: Steven T. Seagle
Dibujo: Teddy Kristiansen
Formato: Tomo 128 págs.
Precio: 9,95 €
Editorial: Planeta de Agostini

 

Llevo un rato sentado frente a la pantalla de mi ordenador pensando cómo demonios puedo hacer una reseña de “Es un pájaro…” que transmita realmente lo que es esta obra. Podría poner datos…pero este cómic es lo más alejado a un dato que pueda existir. Y empezar con una ficha de los autores…aunque si la historia trata sobre el guionista, ¿qué mejor ficha?…

Bien, la encauzaré de otra manera. Voy a imitar a Seagle y voy a hacer una reseña autobiográfica.

Cuando uno mira la portada de este cómic, y mira el título, piensa “esto es un cómic de Vertigo sobre Superman, y eso parece un escritor, así que seguro que trata sobre un periodista que tiene que hacer un artículo de Superman”. Primer error. Así que lo abres, ojeas por encima el dibujo de Teddy Kristiansen. Que sencillo parece, qué facilón. Segundo error. ¿Y Superman?¿ Dónde demonios está Superman? Tercer error.

Asi que, después de haber escuchado las alabanzas del medio sobre la obra, decides dedicarle un rato tranquilo, aunque a priori no te parezca para tanto. Y ahí es donde comienzan tus aciertos, muchacho.

Poco a poco empiezas a descubrir la historia de Steve, un guionista de cómics con una vida más o menos normal, al que le encargan el trabajo al que aspira todo guionista: Superman. Bien, ya tenemos una parte de la premisa. El de la portada no era un periodista del Planet. Era un guionista de cómics de nuestra realidad (empezamos a corregir errores) A partir del encargo, Steve recuerda la tragedia que enmarcó, de forma casual, su primer acercamiento a Superman en la niñez. Esa tragedia, además, esta ligada a un secreto familiar, una enfermedad hereditaria que se había esforzado por olvidar, hasta que Superman se volvió a cruzar en su camino. ( Rayos y retruécanos, eso también me ha pasado a mí. De pequeño vi una escena de El Exorcista que me asustó lo indecible mientras leía un cómic del Capitán trueno, y le cogí una manía al pobre capitán de órdago…)

Continuamos leyendo y vemos cómo el terrible secreto de la familia vuelve a hacerse presente en la vida de Steve. Esta ahí, agazapado, esperándolo… Mientras se derrumba, Steve va tomando notas de las ideas que van surgiendo con vistas a su nuevo encargo y estudiando el concepto detrás del héroe de krypton, todo ello bajo el prisma del miedo y la ira del que ve como va perdiendo el control de su vida de la noche a la mañana, y que lo llevarán finalmente a tocar fondo.

Pero es entonces, cuando no se ve la luz al final del túnel, que el hombre necesita más que nunca mirar al cielo y ver una capa roja…o incluso vestirla…

Al terminar «Es un pájaro…», la sensación más inmediata es de incapacidad de clasificación de lo que se acaba de leer dentro de alguna categoría “mainstream”. Es una historia amarga, sí, terriblemente personal, y todo lo humana que es posible. Además, el hermoso trazo de Kristiansen acompaña a la historia de forma que es imposible imaginársela de otra manera (otro error subsanado, vamos por buen camino). Y sí, bueno, salen dibujitos de Superman, pero la representación gráfica no es lo importante en «Es un pájaro…» . Es lo que representa Superman, los valores y las virtudes del personaje creado por Siegel y Shuster y la forma en la que pueden (y deben) aplicarse a la vida de cualquiera lo que hará que al terminar de leer «Es un pájaro…» uno tenga la sensación de conocer al fin lo que se esconde detrás del uniforme rojo, azul y amarillo. (Ves como Superman estaba presente? Tercer error subsanado, te has ganado un comic extra este mes…)

Sin embargo no es una lectura fácil. «Es un pájaro…» requiere que el lector se deje abrazar por la historia, y si no estás dispuesto a participar de la experiencia del personaje principal, te aburrirás como una ostra. Pero si te dejas absorber, si participas en lo que se está contando, «Es un pájaro…» se convierte en una lectura más que satisfactoria, o al menos, eso ha resultado para un servidor.

Bueno, no ha quedado tan mal, ¿no? …

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Alberto Benavente
15 junio, 2006 21:15

Pedazo reseña,Bro.

Justamente hoy me he leido este «Es un pajaro» y he flipado en colores. Un pijamero como yo…de verdad un lujazo de comic o como quiera que lo llamen. Por qeu mas que un comic es una realidad plasmada en papel.

Jessica Jones
15 junio, 2006 21:37

La verdad es que no sabia de que iba (si otra vez mas disfruto mas de un comic sin saber nada de el de antemano) y fue una gratificante lectura, muy emotiva.

David
16 junio, 2006 0:27

Una auténtica maravilla. Tiene coña que sin gustarme Superman, dos de mis cómics favoritos (Superman: Identidad Secreta, y éste) estén relacionados con El Hombre de Acero.

Un saludo!

Micko
16 junio, 2006 4:29

Es un cómic soberbio. Le sobra la última página en la que redime el carácter del Supes… por lo demás, un 10.

Saltodemata
Lector
16 junio, 2006 9:06

Totalmente de acuerdo. Una historia bastante personal, imagino que en buena medida autobiográfica, intensa y emotiva.

Por cierto, me sorprende que DC le haya dejado decir que Superman es el icono más famoso de los superhéroes del comic, pero no el que más vende. No es que no sea cierto, simplemente me sorprendió el detalle.

Toni Boix
Autor
16 junio, 2006 9:22

Discrepo con Micko, respetuosamente, en eso de que le sobre la última página. Si los autores la han puesto ahí es por algo, y en el fondo no deja de señalar que hay fuerza en nosotros, cada cual la encuentra en un sitio diferente, para hacerle frente al miedo y a la adversidad.

Alberto Benavente
16 junio, 2006 12:50

Justamente el comic es bueno por que acaba con ese proposito de enmienda. No cabe otro final posible…o si..si eres pesimista.

Digo.

nUhN
19 junio, 2006 23:18

Buenísimo, me ha encantado.