En el Día del Libro regala tebeos – Integral 13 Rue Percebe

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Edición nacional/ España: Ediciones B.
Guión: Francisco Ibañez.
Dibujo: Francisco Ibañez.
Entintado: Francisco Ibañez.
Color: Francisco Ibañez.
Formato: Libro en tapa dura. 352 páginas, a color.
Precio: 30€.

 

En 2010, Paco Roca y Astiberri publicaron la novela gráfica El Invierno del Dibujante, donde el autor valenciano narraba la salida de los cinco autores estrella de la editorial Brugera a finales de la década de los cincuenta, en plena dictadura franquista. Escobar, Cifré, Peñarroya, Conti y Giner fundaron la revista Tío Vivo. Sintiéndose explotados por las condiciones de la editorial catalana y deseando el control de los derechos de sus ceraciones, se independizaron para fundar ese contenido semanal de humor clásico de la historieta patria conocido como Tío Vivo. Ante la imposibilidad de de emplear sus creaciones durante la época Brugera, estos cinco autores idearon nuevos personajes con los que encandilar al público, pero la aventura duró apenas tres años y en 1960, tres años después de arrancar, la publicación fue adquirida por Brugera, quien la relanzó con éxito extendiendo su vida veinte años y más de mil números. En las páginas de Tío Vivo durante esta nueva etapa, donde se incorporaban los autores mencionados, Francisco Ibáñez crearía cuatro de sus grandes creaciones: El Botones Sacarino, Pepe Gotera y Otilio, Rompetechos y 13, Rue de Percebe. Como bien explicaba Paco Roca en el Invierno del Dibujante, Ibañez, quien había aprovechado la salida de Escobar, Cifré y compañía de Brugera para ascender en Brugera con la creación de Mortadelo y Filemón en la revista Pulgarcito, alcanzaba así la madurez creativa máxima y habitaría en este particular edificio en 13 Rue de Percebe durante tres años y posteriores regresos gloriosos puntuales.

Saltamos en el tiempo y viajamos al presente, cuando el pasado mes de Marzo, coincidiendo además con el ochenta cumpleaños de Francisco Ibañez y con el anuncio del cartel del Salón del Cómic de Barcelona en manos de Ibañez (Por favor, que alguien le fotografíe con Frank Miller en el Salón, gracias), Ediciones B publicó un integral recopilatorio que incluye la totalidad de las entregas que firmó Ibañez, desde la primera el 6 de Marzo de 1961 hasta la última en un especial de Super Humor (donde los personajes clásicos se actualizaban al presente siglo con mucho acierto), obviando por decisión y elección del autor las entregas firmadas por otros historietistas, como su sucesor Joan Bernet Toledano.

Y este integral es oro puro. Y nostalgia por vena. Como en la primera página, que enseñamos a continuación.

13 Rue de percebe

Doce chiste semanales, con la dificultad que esto supone (que no es poca, ni muchísimo menos) dada la rigidez de la estructura de la página, narrando la vida y peripecias de los habitantes de este particular edificio, con una historia detrás de cada piso y mano, azotea incluida. En la azotea precisamente encontramos una de esas primeras historias, o intrahistorias, aunque para ello debamos ponernos eruditos por un momento. Y es que como coinciden todos los análisis de la viñeta, la idea y planteamiento a mitad de camino entre el humor y la arquitectura no fue cosa única de Ibañez. Antecedentes firmados por Joaquim Xaudaró, el mismísimo Will Eisner o, brevemente con su medida importancia, Manuel Vazquez en las páginas de Pulgarcito. Ejemplos puntuales, pero que este último sirvió para motivar a Ibañez a seguir los pasos de su “maestro” Vázquez. No en vano, esta influencia se traduciría en un guiño perpetuo en la forma del moroso de la azotea de 13, Rue de Percebe, dedicándole el personaje en homenaje a su fama de moroso, de cintura y mente ágil. Un adelantado a su tiempo.

Pero no es el único adelantado, ni mucho menos, porque por momentos parece que estamos ante una radiografía futurista de nuestro país, ladrones y sastres corruptos incluidos. Aunque no es que Ibañez jugase a ser un vidente de la España del siglo XXI, sino que tan solo se limitaba a representar la sociedad de aquel momento, donde pillería, miseria y hacinamiento reinaban en algunas de las grises calles del momento. Quien empiece leyendo este integral, perfectamente forrado con lomo de tela y respetando el tamaño clásico de las páginas estucadas y una remasterización de colores, observará que todos los habitantes y/o inquilinos del inmueble permanecen constantes de principio y a fin… salvo uno de ellos. Un sucedáneo de Victor Frankenstein que empezó habitando el segundo derecha y dando vida a unos monstruos de aspecto horrible y buen corazón, pero que se encontró con la censura franquista. Los censores de la época trasladaron a Ibáñez que “tan solo Dios podía crear vida”, y a nuestro autor tan solo le quedó otra que dar la patada al científico y alojar al lado de la octogenaria defensora de los animales a un sastre tan torpe como caradura propenso a timar a sus clientes. Quién sabe si él o algún descendiente se pasaron alguna vez por la planta noble de cierta comunidad mediterránea…

Aunque no era el único timador de este edificio de cuatro plantas y un ático, ya que leído en formato vertical, horizontal o transversal el lector se encontrará, para su placer y sonrisa, timadores, gandules y sacacuartos por doquier. La familia numerosa de hijos demonio y rubia con numerosos pretendientes es otro de los ejemplos de pisos en los que Ibañez fue librándose de personajes, ya que los cinco hijos iniciales (bebe incluido) fueron reduciéndose poco a poco, para alegría de Ibañez a la hora de dibujarlo y menor sufrimiento (si eso es posible) de los muchos pretendientes que, ingenuos ellos, conseguían llegar hasta ese piso (si es que el ascensor se lo permitía, claro).

Vida en todos los rincones, producto de la imaginación de Ibañez, que aplicaba no solo a los propios personajes sino a todos los elementos de la página, desde el árbol, el clásico ascensor, el propio rótulo o gato y ratón, un clásico del cómic con multitud de precedentes (Mickey Mouse, Tom y Jerry…) con todas las de perder para el minino. Semana a semana. Repetimos: semana a semana. Y mientras tanto firmando también las páginas de Mortadelo y Filemón, Rompetechos, Pepe Gotera y Otilio y Don Pedrito. Por ello en varias ocasiones, por obra y gracia de Ibañez, todos los habitantes deben hacer frente a amenazas o situaciones externas comunes, desde apagones, inundaciones o terremotos. Son algunas de las mejores páginas de la serie, sumadas a aquellas en las que los vecinos interaccionan entre ellos. Por no hablar de los cameos de otra creaciones de Ibañez, sobre todo el habitual Rompetechos. Todo eso, y mucho más, en este integral.

Una auténtica joya nostálgica por vena desbordante de originalidad que todos nosotros habremos leído y encontrado en nuestra vida antes o después, ya que su fama va de la mano de su calidad y humor pese a que hace años que no se producen páginas nuevas. Un servidor así lo descubrió en las páginas del suplemento semanal de El Pequeño País (¡Cuánto te echamos de menos, maldita crisis!). Otros lo descubrieron antes o después, pero independientemente de la lejanía temporal de aquella primera lectura, este rencuentro con el tomo integral de Ediciones B será toda una experiencia para los sentidos. Lectura y regalo perfecto para este día del libro.

  Edición nacional/ España: Ediciones B. Guión: Francisco Ibañez. Dibujo: Francisco Ibañez. Entintado: Francisco Ibañez. Color: Francisco Ibañez. Formato: Libro en tapa dura. 352 páginas, a color. Precio: 30€.   En 2010, Paco Roca y Astiberri publicaron la novela gráfica El Invierno del Dibujante, donde el autor valenciano narraba la…
Guión - 10
Dibujo - 10
Interés - 10

10

Obra maestra en continente y contenido a cargo de Francisco Ibañez. Un ejemplo perfecto de la historia y de la historieta patria. Humor a raudales. Imprescindible

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dhaldon
dhaldon
Lector
23 abril, 2016 22:27

Completamente de acuerdo con la nota, un diez de cómic y un diez de edición, historia viva del cómic español y que me alegra que las ventas (como churros) por una vez hagan justicia. Ahora solo falta que no se quede en un experimento puntual y sea el primero de muchas obras; Sacarino, Rompetechos, Sir tim otro, una edición digna de Pulgarcito de Jan…tantos tesoros.