DEMO vol. I: Aquellos jóvenes alienados, desplazados y con poderes

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Edición original: I dic. 2005; AiT/PLANET LAR; II jun. 2008; Vertigo (DC Comics).
Edición España: oct. 2010; Planeta DeAgostini..
Guión: Brian Wood.
Dibujo: Becky Cloonan.
Entintado: Becky Cloonan.
Portadas: Becky Cloonan.
Color: B/N.
Rotulista: Ryan Yount.
Precio: 18,95 € (Rústica, 352 págs.)

 

Origen de la obra

“Sin estudios sin trabajo
somos como lagartos
ni cobardes ni valientes
ni revolucionarios.
Somos mudos y algo sordos
y aún teniendo muy claro
quiénes son los culpables
nosotros nos callamos”
.

– Albert Pla.

En este mes de octubre de 2010 se ha publicado a través de Planeta DeAgostini el tomo con la edición integral del volumen 1 de DEMO. Esta obra resulta muy interesante porque nos transporta al año 2005, y nos muestra un punto de la carrera del guionista e ilustrador Brian Wood en que este autor se encontraba en una fase de experimentación colaborando en las editoriales independientes del mercado americano. Las doce entregas con las que cuenta DEMO se publicarían inicialmente de manera mensual en la discreta editorial AiT/PLANET LAR. No era el primer trabajo de Wood para esta casa, dado que anteriormente ya había publicado la edición en tomo de Channel Zero, su precuela Channel Zero Jennie One y la novela gráfica Couscous Express. Todo ello en condición de obras cuyos derechos pertenecían al autor, detalle que ha caracterizado la carrera de Wood y que veremos como más adelante resulta importante en la trayectoria de DEMO. Pero aunque hasta ahora hayamos apuntado conceptos como “editoriales independientes” o “derechos de autor”, por extraño que parezca, parte del germen de este trabajo se encuentra en una colección de Marvel Comics, editorial capital y comercial como la que más: “La idea para el cómic – comentó en su momento Brian Wood – surgió de dos cosas: la primera es el tiempo que pasé escribiendo Generación X para Marvel Comics. Había un arco argumental en particular titulado “Four Days” (#71-74 USA) que, mirado desde la distancia, era muy DEMO, dado que eran historias autoconclusivas. Sentí claramente que tenía más cosas a decir sobre adolescentes y sus poderes que, en definitiva, representaban más problemas que habilidades. […] La segunda es contar algo que creo puede estar bien, y es relatar un momento en el tiempo, un evento singular en la vida de un personaje. En la primera trayectoria de DEMO cada historia narra un punto de inflexión en la vida de una persona donde sus acciones (o la falta de ellas) cambia por completo su vida”.

En aquella época el guionista no estaba demasiado interesado en trabajar para una editorial grande, pero sí que encontraba interesante poder tratar ciertos temas que se daban en el cómic más mainstream, aunque de otro modo y con distinta sensibilidad. Una confesada inspiración para esta colección es el cine de la nouvelle vague francesa, muy evidente en el #12. Otra evidente y confesa influencia –que queda claramente patente en el #02– es la película franco belga Rosetta (1999, dirigida por Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne). Sin embargo, lo que trataron de hacer tanto el guionista Brian Wood como Becky Cloonan –el otro pilar de la obra y confiada del dibujo– era hacer cómics de la forma que más les interesaba a la par que disfrutar durante este proceso. A la hora de describir el proyecto, la forma en que el padre de la criatura lo hizo es cuanto menos una proclama singular: “Esto son 12 mini novelas gráficas”. Sin embargo, el guión también contaba con elementos muy sinceros, provenientes directamente de la trayectoria vital de su guionista o de personas que éste conoció: “Por citar algunos casos, el #01, #03, #04, #05, #08 y #09 están relacionados con sucesos de mi propia vida en un sentido muy real”. A destacar especialmente que los flashbacks en el mencionado #09 tienen un alto contenido autobiográfico.


Portada inspirada en la
propaganda comunista

Pasemos ahora a hablar un poco de Becky Cloonan. Cuando Brian Wood conoció a esta dibujante, quedó tan prendado por su vitalidad e enormidad creativa que decidió retomar su antiguo universo de Channel Zero (opera prima con la que el artista irrumpió en la escena independiente en 1997) sólo para poder colaborar juntos. Tras esta favorable asociación, Wood creyó que el potencial de la ilustradora sería el ideal para este nuevo proyecto, pese a que hasta esa fecha ella se dedicaba a los minicómics y la única obra extensa había sido Jennie One. Y la aportación a nivel de dibujo resultó ser un arte que se reinventaba a sí mismo y experimentaba incesablemente –a veces con toques de manga, otras con un semblante barroco, oscuro y sucio, o con claras y despejadas viñetas minimalistas– para adaptarse al cada guión que recibía. Finalmente, Cloonan terminó dibujando los doce capítulos de la obra, suministrando el argumento del #06 y aportando el guión de la última mini historia de #12. Esto último se debe a un curioso canje de papeles donde la dibujante se ponía a los mandos del guión y el guionista a los del dibujo, aprovechando que lógicamente Brian Wood también es artista gráfico.

Elementos principales y trasfondo de los relatos

Como su propio autor reconoce, los jóvenes con poderes o habilidades sobrehumanas son la insignia principal de la obra. Pruebas de ello las tenemos especialmente en los primeros capítulos de DEMO como el #01 (una chica con poderes mentales telequinéticos, que según el autor cuenta con una gran influencia de los X-Men), #02 (una niña con control mental a través de la voz), el #04 (súper fuerza), el #05 (una chicha en la que ves reflejado tu mayor deseo) o el #06 (el poder de controlar a las criaturas muertas). Esta última también incluye puramente el elemento terrorífico en la colección. Pero la lista de temáticas no se queda ahí, también hay otra serie de temas que trascienden lo meramente superpoderoso. La familia es un constituyente muy importante en diferentes capítulos, donde vemos como los personajes se preocupan por su pasado familiar (#03), por aceptar el rol de formar parte de una familia (#04), o por el futuro económico de la familia que han dado vida (#07). Otro elemento importante es el aislamiento social. Sea por encontrarte en un entorno del que es imposible huir (#02) o porque una vida de éxito económico es la máscara de una existencia solitaria (#10). Y el último elemento a destacar serían las relaciones sentimentales, especialmente las que se descontrolan y finalizan de una forma nada positiva (#08: el extraño, trágico y emotivo final a una relación de pareja, #09: una pareja está cortando y la línea entre quien es el bueno y malo se vuelve difusa y #12: la perturbada decisión de dos novios de estar juntos toda la eternidad).


Cloonan, del amerimanga al realismo sucio

Y pese a que aparentemente las tramas son independientes, es fácil notar un cambio de rumbo en las materias de DEMO, en concreto a partir de su #06. Parece que es en este punto cuando el guionista Brian Wood se siente con la suficiente seguridad como para tocar temas más desconectados del elemento de los superpoderes, tan evidente resulta este punto que el autor expresa la necesidad de justificarlo: “He dejado muy claro desde el primer día que la gente no ha de esperar que cada historia sea sobre súper poderes. Siempre he pensado que si me llega una buena historia y en ella no hay lugar para poderes, no la iba a forzarla con este elemento sólo para mi propio bien. Por lo tanto muchas historias en la segunda mitad de la colección serán un poco diferentes, más sobrenaturales, psicológicas y emocionales que antes. […] Aunque inequívocamente DEMO”. Efectivamente, este cambio resulta tan evidente que casi se podría considerar la convivencia de dos mitades dentro del primer volumen en sí mismo.

Trayectoria editorial y premios

DEMO se dio a conocer al común de los lectores americanos en forma maxi serie de cómic en grapa. En un principio no estaba asegurada su recopilación en un tomo, o dado que la temática lo permitía, en dos volúmenes. Brian Wood peleó seriamente para que el comprador de esta obra lo hiciese durante su trayectoria mensual; añadiendo cantidad de extras o con tiradas más extensas que permitieran la prolongación del cómic más tiempo en las estanterías. Y tras finalizar su andadura en entregas, la editorial AiT/PLANET LAR publicó The Demo Sciptbook, conteniendo los guiones originales así como 12 nuevas ilustraciones de Becky Cloonan. Sin embargo DEMO terminó recopilada en un agotado e imposible de encontrar trade paperback. Pasados tres años, el periodo en que AiT/PLANET LAR tenía los derechos de impresión expiró y Brian Wood, ya muy ligado con Vertigo, le propuso al editor Will Dennis la posibilidad de republicarlo bajo la marca del sello adulto de DC. Tal cosa terminó por ocurrir, y de paso se sentaron las bases para la creación de DEMO volumen 2. Este proyecto, que contaba con la reunión de los mismos autores que la edición anterior, comenzaría su gestación en 2007 para ver la luz finalmente en febrero de 2010. En esta ocasión la extensión se vería reducida a seis entregas, que tienen previstas su recopilación en tomo para marzo de 2011. A nivel de premios, se puede destacar que DEMO consiguió dos nominaciones a los premios Eisner en 2005: Mejor Serie Limitada y Mejor número único (Demo #7). Sin embargo la obra recibiría su único premio en Europa, siendo galardonada en el Festival de Cómics de Lucca (Italia) en 2004, por su #02 (Emmy).

Con respecto a la edición en castellano, se trata de un reflejo de la versión Vertigo americana. Es decir, que el comprador podrá disfrutar de las portadas 12 portadas originales – por desgracia en blanco y negro – más una serie de bocetos de los personajes y alguna que otra reproducción de las páginas a lápiz de Becky Cloonan. La traducción es acertada, el argot que los personajes emplean es contemporáneo y no resulta estridente; las tipografías tampoco desentonan con las de su versión original. Esto supone una mejora respecto edición Tpb que en su momento publicó AiT/PLANET LAR, la cual salió a la venta en un tamaño más reducido al comic book convencional, además de carecer tanto de extras como de las cubiertas originales. Sin embargo, en contraste con la edición mensual se pierde cierto material que en algunos casos resulta identitario y clásico en todas las recopilaciones de relatos de Brian Wood. Hablamos de los ensayos que con motivo de cada entrega realizaban tanto el guionista como la dibujante, donde nos ilustraban con interesantes detalles sobre la creación de la obra. Estos textos siembre terminaban con sus respectivas playlists donde los dos artistas nos proponían su lista de canciones recomendadas para cada número. Otro descarte, aunque en esta ocasión nimio, son los pin-ups que realizaron Matthew Woodson, Jim Mahfood, James Kei, Kazu Kibuishi, Rob G, Steve Rolston, Bryan O’Malley, y Jen Quick. Aunque lo que más se añora es la historia corta de 10 páginas titulada Marie & Mike, dibujada por Brian Wood y escrita por Becky Cloonan. Vuelvo a repetir que estas carencias vienen heredadas del recopilatorio USA y no se debe culpar de ello a Planeta DeAgostini, que en opinión del que suscribe nos ha presentado una edición digna y cuidada.

Valoración personal

En primer lugar, hay que tener en cuenta que DEMO es ante todo un vehículo de experimentación tanto para su guionista como para la dibujante. Esto queda muy bien expresado en unas declaraciones de Becky Cloonan: “DEMO era el vehículo perfecto para la experimentación. Brian enfocaba sus guiones en nuevas direcciones; incluso el título sugería que no debía preocuparme y dibujar el cómic de la manera mejor que creyera conveniente. Y así lo hice”. Esta condición es importante tenerla presente a la hora de valorar la obra, dado que los autores no buscaban un producto seguro y perfecto. Y ciertamente no lo consiguieron. De hecho, el campo abierto con DEMO dio pie a que Brian Wood continuara este formato con colecciones de relatos mucho más logradas como Local (Oni Press, 2005) o la propia continuación de DEMO en su volumen 2. Esta primera apuesta resulta ser una obra primeriza, construida con mucha fuerza y empuje, por no decir con gran cantidad de buenas ideas. Sin embargo, la temática de las historias –que se mantiene firme en los primeros números– se disuelve en el tramo final dejando la sensación de no haber conexión en el conjunto de la obra. Difícilmente todas las historias llegarán a interesar de igual manera al lector, porque distan tanto unas de otras en algunos casos que muy poco tienen en común. Este es desgraciadamente un elemento muy axiomático en esta obra que, aunque también se ha dado en otros momentos como en el tomo La Guerra Oculta de DMZ –otra recopilación de historias sin alma conjunta–, queda subsanado perfectamente en las posteriores colecciones de historias que el autor llevaría a cabo. Otro componente que sorprende es la excesiva ingenuidad de los personajes. Nos los describen con destacables habilidades, o con vidas particularmente complejas; y sin embargo la gran mayoría de los jóvenes que aparecen son personas crédulas en una medida un tanto alarmante. Y esto erosiona por lógica la credibilidad del tomo.


Rebeldía juvenil
y cierta ingenuidad

Pero pese a haber empezado por los argumentos negativos, este tomo contiene gran número de razones para ser disfrutable. Su guión coge desprevenido al lector y cuenta con unos relatos sobrecogedores que transmiten emociones con mucha habilidad. Y como siempre, el acabado que Brian Wood le otorga al producto está muy cuidado. A nivel de dibujo, encontramos un arte inspirado a veces en el manga (aunque de manera respetuosa y sin carencia de autonomía) que pendula entre lo caricaturesco y el realismo oscuro, respaldado además con el añadido de fotografías en algunos fondos y planos generales. En conjunto el apartado gráfico es variado, ameno y concentrado en la narrativa; lo que se podría resumir en un intento serio por complementar el guión.

De manera que podría considerarse a DEMO como un ejercicio moderadamente experimental aunque sobrio y aplicado, de una pareja de autores indies a las puertas de dar el salto a la profesionalidad en empresas mayores. A diferencia de otras obras como Channel Zero o The Tourist, aquí pocos reflejos podemos ver de lo que serían DMZ o Northlanders, de manera que el aficionado a estas colecciones descubrirá una faceta distinta que puede que sea de su agrado o no. Sí que hay por otra parte un eco bastante evidente de DEMO en la nueva etapa de DV8 que Wood está finalizando actualmente en USA. De forma que aquel que disfrute con esta colección de historias puede añadir a su previsión de lecturas las nuevas aventuras de los antiguos pupilos de Warren Ellis. Por lo tanto con DEMO se abre una nueva vía en la trayectoria creativa de Brian Wood; algo temblorosa e irregular en su primer intento, pero que florecerá en magníficos logros futuros denominados Local o DEMO vol. 2.

Última actualización de este artículo: 7 de octubre de 2010

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José Torralba
8 octubre, 2010 8:36

Un artículo estupendo, Raúl, para la novedad del mes que necesitaba mayor contextualización ¡Felicidades!
 
Por lo demás, comparto tu valoración a propósito de DEMO, sólo que yo veo el vaso medio vacío en lugar de medio lleno: si Wood ya de por sí es hoy en día un autor bastante expositivo con ciertos problemas para la construcción psicológica de sus personajes (se mueve por tipologías, y a veces le funciona y a veces no), en esta obra, donde era un primerizo y para colmo sí necesitaba de una construcción psicológica afinada, subraya sus carencias y deja totalmente cojos a sus protagonistas. Si a ello sumamos, como bien apuntas también, la desconexión entre las distintas historias y la irregularidad de las mismas, tenemos una maxiserie en la que destacan –y tampoco de forma superlativa– tres o cuatro números y el resto resultan, cuanto menos, muy menores (cuanto más, mediocres y sin garra).

JAVIE
JAVIE
Lector
8 octubre, 2010 12:32

¿Merece la pena doctor?

José Torralba
8 octubre, 2010 12:59

Con un menor volumen de novedades al mes a lo mejor te habría dicho que entretiene, pero con la barbaridad de títulos que se avecinan en noviembre/diciembre, el precio del material y demás, sólo te la aconsejo si eres especial seguidor del trabajo de Brian Wood y quieres ver la evolución del autor (aunque a mi entender le falta madurar un poco más como parir su obra magna y que merezca la pena ver esa evolución) o si te interesa mucho la temática de la que trata (superpoderes y habilidades especiales desde una óptica indie e intimista). Si no, no. En los próximos meses llegarán títulos mucho mejores en los que gastarse el dinero.

Raúl Martin
Raúl Martin
Lector
8 octubre, 2010 14:19

José, en definitiva estamos de acuerdo, entre nosotros tan sólo cambia la actitud con la que contemplamos la obra. Yo la verdad lo que más agradezco a Demo es que abriera el camino por donde luego vendrían trabajos mejores como la genial Local o el Demo Vol.2. Por cierto, ¿has leído ya dicho Vol.2, te parece a tí también mejor que el V.1?
 
Javie, no seré yo el que no recomiende una obra de Brian Wood (mi autor de cómics favorito en la actualidad). Pero sí te puedo decir que esta obra no es imprescindible. Se trata de una colección de relatos con temática entre sobrenatural y dramática en una clave muy indie. En este caso lo que recomendaría a cualquiera es que se ojease el cómic y si el dibujo le gusta que lo compre. Digo esto porque afortunadamente en este caso el tipo de dibujo describre a la perfección el contenido del capítulo. De esta forma uno puede sopesar lo que va a comprar.

Clavos
Clavos
8 octubre, 2010 14:39

Mmm, viéndolo así un poco por encima me ha recordado un poco a la obra de Paul Pope, tanto por temática como por estilo de dibujo (¿será Cloonan la primera ‘alumna’ de Pope?), y eso ya me dio buenas vibraciones. Pero si ahora decís que la cosa no pasa de interesante, pues ya estoy con la duda… caerá, al final, pero creo que sin prisas…

José Torralba
8 octubre, 2010 14:55

Raúl, sí… coincidimos en la valoración y después ya cada uno difiere en qué hacer a partir de la misma; pero en el fondo efectivamente opinamos lo mismo. Y sí… el volumen 2 es mucho más maduro y gratificante, en parte porque el Wood de ahora ya no es el que era y tiene detrás mucho bagaje con el que jugar.
 
Respecto a lo de Pope/Cloonan, Clavos, aciertas de pleno… aunque salvando las distancias, claro. Cloonan es muy Pope, pero le falta aún mucha plasticidad y habilidad compositiva. Además a veces tira hacia la angulación en los volúmenes de forma mucho más clara que Pope, y a veces varía el estilo para adscribirse claramente al amerimanga.

JAVIE
JAVIE
Lector
8 octubre, 2010 15:24

Hombre,yo,sin llegar al nivel de fan de Raul,tengo que reconocer que Wood es un dibujante que me gusta bastante,de momento solo he leido los 4 primero de DMZ y el primero de northlander,y en los dos casos he quedado satisfecho(al menos a nivel grafico,mejor el segundo) nada que ver con el horroroso ( y aqui ya me juego una hostia) Burchielli,dios mio,ese guión (scalped) lo coje un dibujante con un estilo mas realista y probablemente hubiera podido entrar en el olimpo de los comic,cosa que a mi parecer no consigue por culpa de un grafismo demasiado feista para una historia de tanto peso y con personajes que requieren ser dotados de expresiones faciales de las cuales por desgracia carecen totalmente,una vez mas en el underground tenemos que andar adivinando si esa mancha es una sonrisa y esa otra es un coyote….

José Torralba
8 octubre, 2010 15:40

¿Burchielli? Ése es el de DMZ. El de Scalped es Guéra. ¡Y a mí me gusta como dibuja ese buen hombre! Creo que a la historia le va fenomenal 😀

José Torralba
8 octubre, 2010 15:42

PD. Y evidentemente Wood no es dibujante en DMZ más que en determinados pasajes. Ni en Northlanders. En todos los casos es guionista. 😛

JAVIE
JAVIE
Lector
8 octubre, 2010 18:27

Pero quien ha usurpado mi nick para decir estas barbaridades!!!!! a la hoguera con el tio por blasfemo!!!!

Phantomas
Phantomas
Lector
8 octubre, 2010 20:11

Yo le tengo esperando en la pila de lectura, a ver si me pongo…

David Fernández
9 octubre, 2010 0:04

Me gusta el trabajo de Cloonan; concretamente en Demo resulta muy interesante cómo cambia de registro en función de los requerimientos de cada historia. Pero la comparación con Pope creo que no procede (ni por temática, ni por tono, ni por estilo de dibujo). Y personalmente, me resulta imposible «salvar las distancias», por ser demasiado significativas. De todos modos, parto de la opinión de que Pope es, junto a Quitely, lo mejor que le ha paado al mainstream en muchísimos años… y mi autor contemporáneo preferido ;D Puedo entender los puntos en común que apreciáis, pero media un abismo en todos los aspectos del dibujo, y creo que ese aparente «parentesco» no es especailmente significativo.

Demo me pareció entretenida, con un par de historias o tres muy buenas, pero demasiado irregular. De todos modos, no soy demasiado entusiasta de Wood: DMZ me entreteniene, pero no entusiasma, y Northlanders me parece un bluff de proporciones gigantescas. Eso sí, reconozco que tengo pendiente de conocer la parte de su bibliografía con la que -por lo que he leído, y con interés, a Raúl- probablemente conectaré más: Local, The New York Four, The Tourist, etc… Espero comprobarlo pronto.

Un saludo y gracias por la reseña, Raúl!

José Torralba
9 octubre, 2010 4:56

Pues ya me contarás, Phantomas 😉
 
David, stop stop stop porque puede que hayas entendido algo que no he dicho y que además sería herejía. Demo no tiene mucho (más bien nada) que ver con la obra de Pope excepto por el tono indie y cierta sensibilidad a la hora de afrontar determinada psicología de personajes que también se entreveía en 100% (ahora me doy cuenta de que Clavos también aludía a la temática). Y desde luego a Cloonan le faltan siglos, como digo, para alcanzar tanto la plasticidad como la habilidad compositiva de Pope… además de que cambia de registro mucho a lo largo del tebeo. Lo único que decía es que Pope para mí es una influencia clara en Cloonan en trazo general, volúmenes, ejecución de rasgos faciales y demás. En este sentido, su dibujo «se parece al» de Pope, hay cierto parentesco me atrevería a decir que patente… pero no tiene ni la calidad del de Pope ni por supuesto la capacidad de éste para la creación de ambientes. ¿Es significativo el parecido? A la hora de revisar el trabajo de Pope, NO. A la hora de revisar el de Cloonan, yo creo que sí.
 
Ah, y aunque Pope me gusta mucho, yo me quedo (muy de lejos) con Sean Phillips. Y entre mis favoritos, antes que Pope, irían JH Williams III y por supuesto Quitely. Ahí queda eso 😉

Raúl Martin
Raúl Martin
Lector
9 octubre, 2010 11:14

Reconozco que tengo un gusto muy particular muchas veces no compartido (me encanta Northlanders sin ir más lejos). Y también reconozco no ser el que más controla la obra de Paul Pope al haber leído sólo Heavy Liquid, 100% y Batman año 100. Pero creo que a estas alturas ha demostrado más Brian Wood que Pope. Heavy Liquid está muy bien, pero a partir de esa miniserie (me parece que de eso se compone su obra, no habiéndose enfrentado nunca al desgaste creativo que supone una serie regular) su calidad decrece hasta un Batman casi sin argumento que sólo se sostiene por el ritmo de la narrativa. Por lo menos Northlandes nunca ha dejado de tener una sólida historia como trasfondo. Y a nivel de historias cortas, creo que es más interesante de largo Local que 100%, por intensa y por la forma en que finalmente los relatos componen un corpus.
 
Paul Pope me parece interesante, y ciertamente su dibujo va mucho más allá que el de Becky Cloonan (aunque me gustan más otros como John Cassaday o JH Williams III), pero creo no se está labrando una carrera tan consolidada como las de Brian Wood o Terry Moore. Aunque por lo menos no ha acabado como Frank Cho.

Clavos
Clavos
9 octubre, 2010 11:46

Ojo, que yo mencionaba el cierto parecido del dibujo de Cloonan con el de Pope y también dije que me parecía una de sus más evidentes alumnas; no los ponía de igual a igual. Evidentemente, Pope la sobrepasa bastante como artista…

David Fernández
9 octubre, 2010 12:11

«creo que a estas alturas ha demostrado más Brian Wood que Pope.». Raúl, en este punto nuestras opiniones no podían ser más divergentes. En mi opinión (insisto, condicionada por el conocimiento limitado de su bibliografía), Wood es un guionista muy profesional y competente, y un diseñador interesante, aunque un poco repetitivo. Pero poco más (no veo la solidez de Northlanders por ningún lado). Nuevamente en mi opinión, Pope se acerca mucho a esa categoría tan sobreutilizada de «genio»; no tanto por sus guiones -que suelen ser interesantes, pero irregulares en su desarrollo-, como por su aportación global al mundo de la historieta: desde ese trazo y entintado único, combinación de influencias tan dispares, hasta un sentido del ritmo, la composición y la anatomía alucinantes, pasando por su inusual talento para imaginarse un futuro cercano tan plausible en cada uno de sus detalles, o su capacidad reflexiva y analítica -casi visionaria- en relación al cómic, entendido como medio de expresión artística de un potencial casi ilimitado, aún por explorar.

Local no la leí, pero 100% es uno de mis tebeos preferidos, ever. THB es una delicia que podremos apreciar en su justa medida en cuanto se reedite -y finalice- en condiciones por First Second, Escapo, una pequeña maravilla, y Pulphope una joya, a medio camino entre el libro de arte y la recopilación de ensayos artísticos. En esa condición de artista, creo que no hay color entre Pope y Wood, ni su aportación al mundo de la historieta admite comparación.

Pero ya te digo: estoy totalmente condicionado por mi admiración y por el hecho de verlo, junto a Quitely y, sí, J.H. Williams III (en ese orden) como la irrupción más importante en los últimos 20 años del cómic mainstream.

José, te entendí perfectamente la primera vez, pero sigo sin verlo claro. Ese «tono indie» es totalmente diferente, en mi opinión. Y ni plástica, ni compositivamente, veo indicios de que Cloonan vaya a seguir derroteros similares a los de Pope, lo cual no es una afirmación despectiva, ni un menosprecio de una historietista que insisto, considero MUY interesante, sino un una valoración personal comparativa, respecto a las diferencias que veo entre sus estilos.

Clavos, claro, también entendí el comentario en el sentido que indicas. Simplemente, no veo claro el parecido. Es solo una opinión personal, pero sin referirme al talento, la energía del trazo, el dinamismo, los volúmenes, la composición, incluso la «sensibilidad»… son demasiado diferentes.

José Torralba
9 octubre, 2010 13:40

HUmmm… a mí esto de «quién ha demostrado más» me parece una medición de miembros impropia e innecesaria, sencillamente porque no creo que pueda establecerse un razonamiento lógico. Es como comparar… no sé… a Peeters y a Grant Morrison. Quién ha demostrado más… ¿en qué terreno? Para mí Pope ha demostrado mucho más que Wood a nivel artístico y reflexivo. Ha encontrado un estilo totalmente propio y reconocible a nivel de trazo, expresión composición, gestión del entintado y el color; lo ha depurado hasta límites insospechados; domina la técnica como pocos; ha sabido integrar en dicho estilo referentes de muy diverso pelaje acertadamente; y además ha sabido reflexionar sobre el medio y su alcance como pocos. Sin embargo a nivel industrial –pese a Kodansha– se ha limitado a picotear porque va a lo suyo y no le interesa «demostrar nada», y a nivel argumental –que no guionístico, un guión incluye más cosas– se mueve a través historias cercanas al postcyberpunk que dependen más, lógicamente, de la ambientación (Heavy Liquid, THB) y de la psicología de personajes (el Batman como abstracción de año 100 o las vicisitudes de los personajes de 100%) que de su potencia subtextual, que es limitada, o del desarrollo de la historia, que como apunta David es en ocasiones irregular.
 
Brian Wood por su parte resulta un artesano vistoso aunque tampoco especialmente reseñable en el terreno del diseño y centra su carrera, especialmente, en el guión. Desde sus inicios hasta el momento actual le observo una gran evolución, aunque aún le falta mucho, desde luego. Y no se la veo tanto en Northlanders (título que, confieso, me gusta bastante, aunque es irregular por la estructura que tiene) como en títulos como DMZ o Local. ¿Dónde tiene que mejorar? No tanto en argumentos y desarrollo –donde es bastante potente y le tiene poco miedo al riesgo– sino precisamente en la gestión de la psicología y las triangulaciones de sus personajes. Además, para marcar aún más la diferencia, parece que ha encontrado una patria cómoda y estable en Vertigo, aunque no le haga ascos a editoriales independientes.
 
En resumen: difícilmente me resultan comparables, no ya en términos de quién ha demostrado más, sino en aspectos básicos a la hora de establecer comparaciones como son la voluntad profesional de cada uno, las ambiciones artísticas, su relación con la industria y sus necesidades. Pope ha demostrado, ni que decir tiene, mucho más como artista y ensayista. Wood se mueve en el terreno de los guionistas notables a los que aún les falta un «algo» para encumbrarse. ¿Ha demostrado Pope en lo suyo más que Wood en lo propio? Yo creo que sí. Wood, por más que ahora sea un guionista de cabecera de la línea Vertigo, no deja de ser un profesional menor en comparación con «los grandes»… no puede ocupar el lugar de un Ennis, de un Ellis o de un Gaiman; y no puede sustituirlos, pese a que ahora sea lo que tenemos. Y no puede hacerlo ni en términos de éxito comercial ni de espaldarazo crítico (relativamente objetivo), ni en términos de potencia dramática y subtextual en su trabajo.
 
Por último, David, me dices que ni plástica ni compositivamente ves indicios de que Cloonan vaya a seguir derroteros similares a los de Pope… pero es justamente donde yo te he dicho un poco más arriba que no son en absoluto comparables. Pope, sencillamente, crea estilo a través de la experimentación. Mientras que Cloonan es la que «se le parece» y la que aún tiene que depurar mucho más e, incluso, encontrar una voz propia. Y aunque ni que decir tiene que hay diferencias entre sus estilos, también hay a mi juicio muchas similitudes en términos de trazo, rasgos y volúmenes generales en los personajes (NO compositivamente, NO plásticamente) relacionadas directamente con la integración de influencias similares (de Moebius al manga) aunque con resultados distintos que marcan la diferencia a favor de Pope. Una estilización similar de volúmenes generales, líneas finas y precisas que marcan pocos rasgos muy expresivos (aunque con dificultades para alcanzar matices en ambos casos), caras suavemente angulosas, rasgos construidos de forma similar (bocas de labios carnosos con muecas cercanas al asco o el desdén, narices anchas poco marcadas, ojos almendrados suavemente rasgados y con expresiones marcadas). Los personajes de Cloonan me recuerdan mucho a los de Pope. Aunque luego, evidentemente, lo que Pope hace con ellos a nivel compositivo, anatómico y narrativo (si lo tuviera que definir con una palabra sea «fluidez», o «dinamismo») está a años luz de –y tiene poco que ver con– lo que hace Cloonan (que obtiene composiciones estáticas aunque no sea esa, muchas veces, su intención).

David Fernández
9 octubre, 2010 13:53

Respecto el tema Wood/Pope, efectivamente es una comparación artificial que tampoco tiene demasiado sentido. Pero puestos a valorar la posición de cada cual en la industria, me parece demasiado evidente que uno es una estrella indiscutida y el otro, un profesional respetado, y una de las cabezas más visibles de esa interesante generación de autores que han irrumpido en el mainstream, sin que su personalidad y voz propia se resientan (que no es poco).

En cuanto a Cloonan, ok, José, es tu opinión. No la comparto, ni me convencen tus argumentos. Si admites que ni plástica ni compositivamente caben comparaciones -dos de los aspectos más definitorios del estilo de Pope, junto al dinamismo, el lenguaje corporal de sus personajes y el dominio anatómico-, ¿qué parecido nos queda? Apenas cierta similitud en el trazo (muy, muy menor, en mi opinión) y alguna semejanza en los rasgos físicos. No veo la influencia de Moebius en Cloonan. Y la del manga, es evidente, pero decir que Cloonan y Pope comparten influencia manga es una vaguedad, teniendo en cuenta la variedad de estilos, la disparidad de referentes que se advinan entre ambos, y el modo en el que han condensado esa influencia en beneficio de su estilo. Por no hablar del entintado… No quiero resultar categórico, tajante ni repelente, pero sinceramente, no veo coincidencias suficientes como para considerar el parecido significativo o reseñable.

Pero tampoco pasa nada porque de vez en cuando tengamos opiniones divergentes ;D

José Torralba
9 octubre, 2010 14:17

Sí eso está claro. Pero no porque su trabajo sea comparable, sino porque Pope destaca mucho más en lo suyo que Wood en lo propio.
 
Respecto a Cloonan, lo mismo digo 😛

David Fernández
9 octubre, 2010 14:39

Claro, ahí voy: no tiene absolutamente nada que ver el trabajo de uno con el de otro. Y añado, retomando un aspecto señalado por Raúl: el «desgaste creativo» implícito en una serie regular es deseado y buscado por Wood, algo que no veo necesariamente como demostración de algún tipo de valía especial. Quiero decir, que no considero que artísticamente demuestre nada -más allá de regularidad-, que un profesional opte por proyectos largos en detrimento de otros cortos. De hecho, me parece bastante cuestionable valorar el talento «al peso», primando cantidad sobre calidad. Y en todo caso, conviene repasar la bibliografía de Pope para percatarse de que muchos de sus trabajos los ha desarrollado a lo largo de varios años…

En cuanto a Cloonan, echándole un vistazo de nuevo a Demo, el único capítulo en el que hasta cierto punto puedo apreciar cierto parecido es en el 5º (La chica que quieres); y me gustaría dejar claro la considero una dibujante MUY interesante; tanto en Demo como en Pixu me encantó su trabajo. Simplemente, no veo clara la comparación con Pope.

A todo esto, no sé Local (está en camino, via Book Depository), pero 100% no es una recopilación de historias cortas (originalmente esa era la idea, pero la editora de Vertigo convenció a Pope de que una estructura coral e integrada podría resultar más interesante). Se estructura en diferentes capítulos protagonizados por tres parejas que comparten un espacio geográfico muy concreto (John, Daisy, Kim y Strel trabajan en el mismo local e interaccionan entre sí). De hecho, creo que uno de los grades logros de esa obra es la fluidez y naturalidad con la que conecta las vivencias de esos seis personajes, hasta confluir en un final redondo, siempre en mi opinión.

Phantomas
Phantomas
Lector
9 octubre, 2010 15:29

De todos modos, parto de la opinión de que Pope es, junto a Quitely, lo mejor que le ha paado al mainstream en muchísimos años…
 
Amén, aunque yo incluiria antes J.H. Williams III junto a Quitely que a Pope… Arghh, ahora veo que José me ha plagiado entes de poder mandar este mensaje 😛
 
Por cierto, muy interesante la conversación. Yo sí creo que si bien la comparación entre Pope y Wood es un poco rara, si me parece claro que el primero es más autor de culto que el segundo, y por tanto más valorado y con un mayor prestigio.

José Torralba
9 octubre, 2010 15:36

Argh!!!! ¡Has ampliado comentario cuando me he ido a comer, bribón! ¡Eso no vale! Respecto al parecido… sigues empeñado en destacar las características que los separan, características que en mi opinión también los separan. Pero no puedes poner el dominio de Pope sobre dinamismo, lenguaje corporal y anatomía como un punto divergente porque lo estás analizando desde el punto de vista cualitativo –dominio– más que estilístico. Por supuesto que Cloonan es mucho menos avezada en esa clase de lides, pero pretende aspirar –sólo lo pretende– a ese mismo dominio de Pope para alcanzar, a mi modo de ver, resultados de mismo cariz estético. Sin conseguirlo, de acuerdo, pero en el mismo sentido.
 
Respecto al parecido de los rasgos físicos, que yo no estimo ni mucho menos que sea alguna semejanza. Aunque Pope usa una línea quebrada para definirlos (labios, contorno de ojos) y Cloonan prefiere una línea suave y continua, la volumetría entre ambos es en algunas ocasiones extremadamente parecida, y la fisonomía resultante casi idéntica; algo nada baladí teniendo en cuenta que lo que nos permite distinguir a las personas –o a sus representaciones gráficas– fisiológicamente hablando es tanto la forma de los rasgos como la distancia de esos rasgos entre sí.
 
Y finalmente, respecto a lo de que el manga como influencia es una vaguedad tienes razón… por ampliar un poco, yo veo a Mochizuki tanto en Pope como en Cloonan claramente, especialmente el Dragon Head. Luego a lo mejor Pope tira por resultados expresivos que conjugan a Miller con artistas como Tatsuya, y Cloonan suele mantenerse más sobria en ese sentido –no siempre tampoco– integrándose mejor en la línea de Takehiko Inoue cuando se adscribe más claramente a la escuela amerimanga pura, dura y reconocible. Pero diría que el primero participa de los dos. Por otra parte, a mí no me gusta jugar a las adivinanzas cuando hablo de referentes, y me consta por alguna que otra entrevista que leí cuando le hice artículo a American Virgin (y que ahora no encentro ni a tiros) que Cloonan tiene a Pope de referente incluso en cuestiones como la emulación de la trayectoria profesional a seguir. Hablando de East Coast Rising decía esto, por ejemplo: «I consider this book «practice» so I can become a more serious writer, since my writing skills are definately not up to where they should be. I mean, look at Paul Pope who has been writing his own stories for his entire carreer!!».

José Torralba
9 octubre, 2010 15:41

De todas formas en estas cosas de «fulano me recuerda a» todo es muy obtuso y depende mucho de la percepción de cada cual. Yo veo cosas como ésta y me recuerdan a Pope. Ya digo, salvando mucho, muchísimo las distancias por la absoluta maestría de éste. Que no estoy diciendo que sean comparables. Sino que cuando veo el estilo que Cloonan desarrolla a veces, veo la influencia de Pope. Para ser justos, otras veces no lo veo para nada.
 
Y sí Phantomas… ¡tarde! Jejejejejejje Es un plagio realizado antes en el tiempo en toda regla. Cosa de los taquiones :p

David Fernández
9 octubre, 2010 15:56

Ojo: en ningún momento he negado que Cloonan haya tomado como referencia a Pope. Es más, seguro que ha sido una gran influencia en su trabajo. La cuestión es que, una vez más, creo que son mucho mayores las diferencias que las semejanzas… y no me refiero solamente al aspecto cualitativo, como dices. No veo un gran parecido, y cuando lo veo, creo que es muy ocasional.

Phantomas,  mí, sin embargo, me parece al revés 😛 Y sí, la comparación es rara, pero la conversación posterior, muy divertida 😉 Aunque está claro que en este caso, José y yo no llegaremos a una opnión común.

 

José Torralba
9 octubre, 2010 16:05

Yo creo que Cloonan tiene entre sus referentes a Pope, y que cuando hay un parecido puede ser ocasional, pero en modo alguno casual. Luego, evidentemente, ni Cloonan es un clon de Pope ni es una imitadora confesa (sería muy triste), y lo integra con referentes que a veces coinciden con los de aquél y que a veces en absoluto coinciden. Pero cuando busca el mismo resultado estético que Pope en algunos de sus cómics, lo veo como influencia clarísima.