Black Hammer 1. Orígenes Secretos.

Reseña del primer volumen de Black Hammer, la serie superheroica de Jeff Lemire para Dark Horse.

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Edición original Black Hammer Volume 1: Secret Origins TPB.
Edición nacional/ España: Black Hammer 1. Orígenes Secretos (Astiberri, 2017).
Guión: Jeff Lemire.
Dibujo: Dean Ormston.
Entintado: Dave Stewart.
Color: Dave Stewart.
Formato: Cartoné de 184 páginas a color.
Precio: 19 euros.

 

Como lector de cómics de superhéroes, he llegado a un punto de saturación en el que tengo la impresión de que todo son variaciones de una misma cosa, que juegan siempre sobre seguro, con unas redes debajo. Este tipo de historias parecen tener unos cánones inamovibles con los que ni se plantea la posibilidad de ir más allá. O, al menos, es así en el mainstream.

El hecho de que estemos hablando de una secuela de Watchmen, una historia de los años ochenta, es símbolo de ese conservadurismo y de esas pocas ganas de seguir el camino marcado de la innovación. Reconozco que es un mundo amplísimo, y que dentro de ese mundo, hay series para todos los paladares, algunas más o menos transgresoras, pero nunca desde ese espíritu deconstructor, en verdad.

Tuvo que venir Jeff Lemire y su serie de Dark Horse, Black Hammer para recordarnos que, sin miedo a quemar puentes, a crear historias con un punto de vista que nunca se había planteado, y convirtiendo lo grande en pequeño se puede crear algo que suponga una serie que realmente busque reinventar un género que, cuando parece agotado, surgen este tipo de obras que nos recuerdan que tienen un potencial desaprovechado.

Lemire no es alguien ajeno a los superhéroes. Ha venido desarrollando durante años una notable etapa profesional en el mainstream. Cabe destacar algunos de sus trabajos tanto en DC: suyas son una curiosa etapa en Animal Man y la inolvidable paso por Green Arrow, como en Marvel: probablemente su Viejo Logan sea lo mejor que le ha pasado al personaje en mucho tiempo, por no hablar de su notable aportación a la mitología del Caballero Luna. Además de su paso por la resucitada Valiant, en la que se está produciendo obras que, en muchas ocasiones, sacan los colores a algunas de las series de las dos grandes si son comparadas.

Si hay algo patente en todos sus trabajos es que desde un espíritu refrescante, maneja todo lo que toca con ganas de hacer cosas nuevas con personajes con mil y un tiros pegados, de llevarlos a situaciones en las que no han solido moverse, fuera de su zona de confort. Pero eso no lo hace por menospreciar el trabajo previo de esos personajes, si no como muestras de admiración a todo ello. Sabe que si deconstruye, el personaje no va a morir, ni el género va a desaparecer, si no que al contrario, se verá fortalecido. Y por esa razón, la invasión británica no acabó con el género, como les hubiese gustado, si no que tuvo, precisa e irónicamente, el efecto contrario.

Y esa misma intencionalidad se aprecia sobradamente en una propuesta como Black Hammer. No es una historia de superhéroes tradicional. No esperemos grandes aventuras, ni personajes teniendo que hacer frente a amenazas más grandes que la vida. No, de lo que verdaderamente trata Black Hammer es sobre algo tan humano como la convivencia (tanto familiar, como con el exterior), el intentar encajar en una sociedad para lo cual no estás hecho.

Es un lugar completamente ajeno para el lector de superhéroes, puesto que nos alejamos de los permanentes entornos urbanos, para irnos a un lugar de retiro y de relajación en el que no pasa nada. Hasta que su presencia altera esa paz, por el mero hecho de ser quienes son. Algunos personajes se sienten bien con los pijamas colgados, pero otros anhelan con todas sus fuerzas volver a la ciudad, volver a un estatus quo que para ellos es lo normal, si es que tiene cabida un adjetivo como ese en la vida de determinados personajes.

Temáticamente me ha recordado a una propuesta como La Visión de Tom King y Gabriel Hernández Walta, aunque es justo decir que no podrían divergir más en su desarrollo, además de que Black Hammer se sitúa en unas coordenadas narrativas muy distintas. Mientras que King nos situaba en un barrio residencial, como crítica de la happy family tradicional americana, Lemire nos traslada a una granja, con todas las implicaciones que ello conlleva.

Probablemente peque de grandilocuente, pero mientras leía esta obra no podía dejar de pensar en que probablemente estemos ante el Watchmen de nuestra era. Antes de coger las antorchas déjenme razonarlo: no hay otra serie superheroica que tenga esa atmosfera crepuscular, esas ganas de destruir al género como un juguete roto, que tenga un elemento discursivo nada favorecedor para estos personajes.

Las referencias que he encontrado no acaban ahí, puesto que mientras lo leía, tampoco he podido dejar de pensar en cine (deformación profesional, seguramente, no digo que no, puesto que tengo una formación en ello) pero en esta serie no he podido olvidarme del primer acto Sin Perdón de Clint Eastwood, y ese desastre a punto de suceder que, está provocado por la presencia de un elemento ajeno a un pueblo en el que se quiere integrar, pero que realmente sabe que no tiene cabida, o los estragos que hacen en nosotros el tiempo, para bien o para mal, o, incluso, la inolvidable Freaks de Todd Browning, por razones más que evidentes.

Pero si realmente hace Lemire es jugar al metalenguaje, utilizando personajes que no son, pero sí que suenan a. Es algo que ya hizo Moore con Watchmen, precisamente por las mismas razones de derechos. Pero tenemos referencias a borbotones a los superhéroes: ahí están Shazam, el Capitán América, el Detective Marciano, un personaje que parece un bastardo de los Cuatro Fantásticos, pero de los que se nos presentó en Planetary de Warren Ellis o la Cosa del Pantano. No faltan a la cita ni un personaje robótico ni un personaje que represente la vertiente mágica, cuyo ambiente y procedencia no deja de recordar a los añejos cómics de Creepy y Eerie.

La obra de autores como Joe Simon, Jack Kirby, Steve Ditko, Jim Steranko, Stan Lee, Alan Moore, Bill Parker, Warren Ellis, Grant Morrison, Neil Gaiman, Jim Starlin, Jim Aparo, Neal Adams, Chris Claremont, Frank Miller, Joseph Samachson, Richard Corben o Mke Mignola ha permeado dentro de Lemire, siendo esta obra su mayor homenaje a todos y cada uno de ellos.

El británico Dean Ormston proviene de la tradición de 2000AD y de Vertigo, y eso está patente en su particular trazo. Lo particularmente interesante aquí es que es completamente ajeno a los superheroico y eso es algo que marca la diferencia. Es alguien que maneja un estilo y unos recursos que no son los habituales a los ojos del lector del cómic de superhéroes. Utiliza unas composiciones de página tradicionales, aunque en determinados momentos utiliza unas simétricas 3×3, que evocan a la magna obra de Moore.

La cuidadísima edición incluye un epílogo de Jeff Lemire, portadas alternativas e ilustraciones de dibujantes como David Rubín (el cual se encargará del spin of de Sherlock Frankenstein y el resto de villanos), además de diseños descartados y biografías de personajes descartadas de cuando se presentó el proyecto (esta obra nació en 2008, que fue cuando se dio por primera vez luz verde a esta historia en Dark Horse. Pero se ha ido postergando debido a todos los trabajos que ha ido teniendo Lemire durante todo este tiempo), además de las de personajes inéditos que podrán aparecer finalmente o no dentro de la serie, además de bocetos de Dean Ormston.

Black Hammer es una envenenada carta de amor a un género al que, gracias a estas obras, todavía le queda mucho terreno inexplorado que conquistar. Una de las obras recientes que más han aportado a los señores/as con mallas, aunque de heroicos tengan poco, y de humanos tengan mucho. Esto es lo que pasa cuando alguien que nunca iba a poder hacer superhéroes, goza de la libertad que tiene alguien que no tiene nada que perder y todo que ganar. Imprescindible.

  Edición original Black Hammer Volume 1: Secret Origins TPB. Edición nacional/ España: Black Hammer 1. Orígenes Secretos (Astiberri, 2017). Guión: Jeff Lemire. Dibujo: Dean Ormston. Entintado: Dave Stewart. Color: Dave Stewart. Formato: Cartoné de 184 páginas a color. Precio: 19 euros.   Como lector de cómics de superhéroes, he…
Guión - 9.4
Dibujo - 8.5
Interés - 9

9

Lemire crea una obra sorprendente que estudia a los superhéroes desde un prisma poco habitual y sale victorioso.

Vosotros puntuáis: 9.5 ( 16 votos)
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Linkin Boy
Linkin Boy
Lector
23 agosto, 2017 16:19

Pinta bien, le tengo ganas desde que se habló de ella en esta web debido a su publicación USA.

batlander
batlander
Lector
23 agosto, 2017 18:27

A mi me ha encantado esta primera parte. Aunque viendo por donde van los tiros luego no se si seguira teniendo el mismo nivel.

Pride
Pride
Lector
En respuesta a  batlander
24 agosto, 2017 15:58

La sigo al día y solo puedo decir que en mi opinión va para mejor.

Ein
Ein
Lector
23 agosto, 2017 19:47

El primer tomo, excelente.

Fletcher
Fletcher
Lector
23 agosto, 2017 20:20

Duda! serie abierta?

Linkin Boy
Linkin Boy
Lector
En respuesta a  Fletcher
23 agosto, 2017 22:02

En USA acaba de salir el número 12, así que parece que sí.

Argonas
Argonas
Lector
24 agosto, 2017 19:04

Pues acabo de hacerme con ella y la he venido leyendo en el autobús. No se que decir. Por un lado me ha gustado pero por el otro me da dejado una sensación de deja-vu brutal, tengo la sensación de haber leído lo mismo mil veces, no en ambientación, la granja, pero si en contenido. Anda que no hemos leído historias que «homenajean» a los grandes héroes de DC y Marvel y con otros nombres los ponen en situaciones en los que los héroes Marvel y DC tradicionales no entrarían, por la simple razón de que sus respectivas compañías no les dejan.
Sin ir muy lejos Astro City, o cualquier ElseWorlds de DC, de los buenos, hijo Rojo, El retorno del señor de la noche, etc…
Me recuerda mucho el tono del relato al Animal Man de Morrison, esos personajes y tramas en supersegundo plano que solo aparecen en una o dos viñetas y que luego van cobrando importancia hasta dar sagas brutales. (Esto es un superpiropo, soy un enamorado del Animal Man de Morrison)
Pero es que lo habeis semi-comparado con Watchmen, pufff, le viene muy grande esa comparacion, en serio.
Es un tebeo divertido, entretenido, pero es que volvemos a lo que ya hemos visto con algo que ya hemos visto muchas veces, Shazam no puede volver a su aspecto normal y se queda atrapado, anda que no hemos visto veces lo del inmortal atrapado en la infancia.
La sexualidad del marciano, bua; el supersoldado amante del orden y la disciplina pero en el fondo bueno, bua; el robot que quiere a su amo pero al mismo tiempo lo odia y se cachondea de los pobres humanos, bua; la bruja esclava de sus obligaciones, que odia y ama a partes iguales, bua. Anda que no ha estado veces perdido Adam Strange, si se pasa mas tiempo en los rayos zeta que con su mujer.
A ver Lemire es un tio competente, y escribe como los angeles, el dibujante es bueno, yo seguire la serie. Pero no es por lo menos por el momento la semi-obra-maestra que habeis reseñado, esta bien, es un buen clon de Astro City.
Ahora bien, que me decis que esto mejora y que los que seguis ritmo USA estais alucinados por el increible giro del numero 8. Vale, me comere el sombrero y este mensaje, estoy deseandolo. Tengo la sal aqui al lado. Lo que yo quiero es leer cosas buenas.

XXL
XXL
Lector
24 agosto, 2017 20:45

Suscribo lo que dice Argonas. Una serie entretenida sin más. Desde luego no es precisamente original ni roza la genialidad. Leídos 5 números se me queda en una serie del montón. Para mí ni se le acerca a Astro City

XXL
XXL
Lector
En respuesta a  Atan
24 agosto, 2017 20:47

Te refieres a la del número 4 o 5? No lo veo por ningún lado. Una historia normalita