Bajo un cielo como unos pantis

Analizamos el primer recopilatorio de relatos de Shun Umezawa, uno de los autores más interesantes del manga alternativo actual

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Edición original: Ohta Suppan.
Edición nacional/ España: ECC Ediciones.
Guión: Shun Umezawa.
Dibujo: Shun Umezawa.
Formato: Tomo B6 en rústica con sobrecubierta.
Traducción: Olinda Cordukes.
Precio: 9,95€.

 

Shun Umezawa seguiría siendo un perfecto desconocido si la editorial española ECC Ediciones no hubiese decido publicar sus obras a lo largo 2017. Nos perderíamos a un gran autor de no ser así, pero por suerte estamos de enhorabuena.

La editorial sorprendió a propios y extraños el pasado octubre, durante 22º Salón del Manga de Barcelona, cuando anunció la edición de Bajo un cielo como unos pantis (Panty Stocking no you na sora no shita) del apenas conocido mangaka. La sorpresa pasó a mayoras cuando el pasado abril, durante el 35º Salón del Cómic de la ciudad condal, ECC puso todas sus cartas sobre la mesa: también nos traería Ippiki to Kyuujuu Kyuuhiki (título español aún por determinar) y Utopías, dos obras del mismo autor.

Todos pensamos en la jugada arriesgada la de la editorial trayendo no sólo una, sino tres obras, de un autor completamente desconocido en occidente. Y hablo de toda esta parte del mundo porque, a fecha en la que escribo estas líneas, no he encontrado ninguna publicación europea o americana que edite a Umezawa. Hay que tener valor.

Bajo un cielo como unos pantis es el primero de una serie de dos volúmenes que recogen todos los cuentos escritos y dibujados por Shun Umezawa desde 2001 hasta 2015. La edición original japonesa, publicada por Ohta Shuppan (editorial especializada en subcultura) se sitúo entre las cuatro mejores series del pasado ranking anual elaborado por la prestigiosa guía de lectura Kono Manga ga Sugoi! (¡Este manga es increíble!), de la editorial Takarajimasha.

Nacido el 13 de diciembre de 1978, Shun Umezawa debutó de manera profesional en las páginas de la Weekly Young Sunday de la editorial Shogakukan con el one-shot Jerashi en 1998. Dentro de la misma editorial, serializó las dos obras citadas anteriormente: Utopías (2006) e Ippiki to Kyuujuu Kyuuhiki (2010). Actualmentre trabaja en un nuevo manga de género noir titulado Pinky wa Futatabi Bell wo Narasu (2016).

Los relatos de Umezawa nos muestran la cara menos conocida de la sociedad japonesa; esa capa de polvo incómodo que el país nipón trata de esconder, cuidadosamente, bajo una preciosa alfombra de progreso y bienestar social que a todos se nos antoja ideal.

Todos sabemos que Japón puede hacer gala de una cultura higiénica ejemplar, presumiendo de tener algunas de las ciudades y calles más limpias del planeta. También son famosos sus bajos niveles de delincuencia pese a que su capital, por ejemplo, es la segunda conurbación más poblada del mundo superando los 39 millones de habitantes. El transporte, efectivo y puntual, es otro de sus orgullos junto a su férreo protocolo social de respeto, abanderado por el arigatō (gracias), el sumimasen (lo siento/perdón) y sus diferentes grados de reverencias a la hora de presentarse. Tampoco debemos obviar, por supuesto, que el país del sol naciente se encuentra entre las cinco primeras potencias mundiales gracias a su elevado poder económico.

Pese a todo lo utópico que pueda parecernos, Japón tiene -como cualquier país y sociedad- una cara menos amable que hemos podido conocer estos años atrás. Pese a su poderosa economía, sus cómodas y limpias ciudades, su baja delincuencia o su alta esperanza de vida, Japón se encuentra entre los diez primeros países desarrollados con la tasa de suicidios más alta.

Aunque en contra de la errada creencia popular no llega a cifras altamente alarmantes como las de Groenlandia, el suicido se ha convertido en uno de los principales quebraderos de cabeza para Japón durante las últimas décadas. A este grave problema social anteceden otros, como la reclusión social (al lector le sonará el término Hikkikomori), las jornadas laborales extenuantes y los números tabúes que condicionan a la sociedad nipona, entre otros problemas.

Uno de esos principales tabúes es el sexo. A muchos japoneses les cuesta intimar y así, mientras que la autosatisfacción y el consumo de pornografía sube, los niveles de natalidad bajan y las relaciones sociales se vuelven cada vez más frías.

Por supuesto, todos estos datos los hemos podido conocer en esta parte del mundo a través de producciones audiovisuales o editoriales ajenas a Japón. Los japoneses no suelen ser autocríticos (por lo menos de manera abierta) y difícilmente admitirán este tipo de problemas. Llega el momento de hablar de conceptos como Honne y Tatemae, dos términos clave para comprender a la sociedad japonesa y con los que el trabajo de Umezawa se antoja bastante crítico.

Podríamos decir que Honne simboliza la opinión y el pensamiento individual verdadero (el auténtico deseo), mientras que Tatemae hace referencia a las obligaciones sociales y a las opiniones acordes al pensamiento general (el deseo impuesto). Así pues, cuando las palabras que salen del individuo no coinciden con las de sus verdaderas intenciones (Honne), hablamos de Tatemae.

Esta actitud es un pilar fundamental de la sociedad japonesa y para ellos, lejos de resultar hipócrita (lo que puede parecer a ojos de un occidental), es necesaria. Saber discernir entre estos dos términos y aplicarlos en las ocasiones oportunas está considerado como una auténtica virtud. Los japoneses prefieren mantener la armonía y, como resultado de sus continuos protocolos, prefieren ocultar la verdad o directamente esquivarla.

Es difícil encontrar un manga contextualizado en la sociedad japonesa contemporánea en el que veamos, explícitamente, el consumo de drogas o escenas sexuales (incluso entre individuos del mismo sexo, algo lleno de prejuicios en Japón pese a la aceptación de los contenidos homoeróticos en la industria del ocio sexual), pero las viñetas de Umezawa nos muestran estos tabúes sin pudor alguno.

Este primer volumen recopila cuatro relatos del autor y aunque desconocemos la fecha original de cada uno, todos ellos respiran temas de rabiosa actualidad.

El primero de estos relatos, de título homónimo y divido en dos capítulos, nos presenta a un peculiar trío de estudiantes de secundaria que afrontarán temas como el acoso escolar, la discriminación hacia las personas con discapacidades psíquicas y la ocultación de la auténtica orientación sexual. El miedo hacia una situación de emergencia inminente, encabezada por un bombardeo bajo la amenaza de guerra por parte de países como Corea del Norte, también está presente y le sirve al autor como una metáfora crítica hacia las preocupaciones que la sociedad japonesa tiende a exagerar.

En el segundo relato, Avance de la gran hambruna de la era Heisei, el lector revisitará a dos de los personajes aparecidos en el anterior relato años después de los acontecimientos de éste. Las relaciones sexuales enfermizas, la desestructuración de la familia tradicional y la ultraderecha más rancia y xenófoba se articularán entre sí para dar lugar un atractivo tour de forcé temático y narrativo con un final líricamente delicioso, cargado de justicia poética.

Caos en las aulas es el tercero y más loco de los cuentos que presenta este primer recopilatorio. Siguiendo la pista a varios estudiantes de secundaria (a cada cual más peculiar y caricaturizado), el lector será testigo de cómo una típica jornada estudiantil pronto se convertirá en un huracán de locos acontecimientos espoleados, uno tras otros, por las drogas, el sexo desenfrenado y el rechazo. Un cóctel narrativo de excéntricas circunstancias cuyo final, orgásmico, no dejará indiferente a ningún lector.

El cuarto y último relato, Paisaje con Watanabe, es el más misterioso y siniestro de este primer volumen. Una joven estudiante que vende su cuerpo en páginas de contactos para ganar un dinero extra se reencontrará, en una de sus citas, con un antiguo compañero del colegio que anda metido en unos asuntos muy turbios. El autor hace uso de un recurso visual que recordará al de Buenas noches Punpun, de Inio Asano (por poner un ejemplo dentro del género) y propone un final impactante, cargado de sentimiento.

Juzgándolos en retrospectiva, los relatos incluidos en este primer volumen de Shun Umezawa plantean una serie de temas, maneras y problemáticas sociales que ruborizarían a cualquier japonés. El acoso, las relaciones enfermizas, la xenofobia o la sumisión son problemas reales que no pueden ser combatidos con la hipocresía. Umezawa critica el Tatemae (deseo impuesto) y saca a relucir el Honne (auténtico deseo) en cada una de sus historias.

Escribir relatos es más cómodo que contar historias largas; pero un buen relato tiene que gestionar bien su ritmo, presentando una introducción efectiva, un desarrollo claro y un desenlace notable. Umezawa demuestra que domina los elementos narrativos del género de manera notable y no decepeciona en este sentido.

El principal atractivo de sus cuentos son, sin duda alguna, los personajes. En Bajo un cielo como unos pantis nos encontramos con individuos incompletos, solitarios y marginales, que luchan por mantener la dignidad ante un mundo que los denigra y los maltrata.

En el aspecto visual, Umezawa hace gala de un dibujo expresivo, notable y actual. Las escenas sexuales, así como las violentas, pueden resultar altamente explícitas y lo raro de la mezcla de temática puede hacer que el lector se extrañe ante lo que pasa por sus ojos. No obstante, la extrañeza de este manga invita a que sea leído, resultando adictivo y entretenido.

En cuanto a la edición, ECC ha cumplido con sus estándares y nos ofrece un buen trabajo. El presente tomo contiene 224 páginas en blanco y negro con buena impresión y maquetación de lectura cómoda. Las referencias que hace el autor a la cultura pop -tanto nacional como internacional- son frecuentes, pero quedan perfectamente enmarcadas por la notable traducción que se ha dado a la obra. Mención especial a las sobrecubiertas, idénticas a las de la edición original, de colores atractivos y diseño excelente.

La esencia de Bajo un cielo como unos pantis es ácida y extraña, pero rabiosamente real. Estamos ante una obra alternativa que funciona como un duro retrato de ciertos temas y sectores de la sociedad japonesa actual, con el que se denuncia la falta de individualidad y de libertad emocional en ámbitos como el escolar, el laboral o el de las relaciones íntimas.

El Japón tradicional de la pausada y armoniosa ceremonia del té contrasta de manera violenta con el Japón acelerado y solitario de hoy. Algo chirría entre medias, y ese sonido es el de los gritos silenciosos de muchos individuos a los que Shun Umezawa da voz, desde el underground japonés más excitante y contestatario.

  Edición original: Ohta Suppan. Edición nacional/ España: ECC Ediciones. Guión: Shun Umezawa. Dibujo: Shun Umezawa. Formato: Tomo B6 en rústica con sobrecubierta. Traducción: Olinda Cordukes. Precio: 9,95€.   Shun Umezawa seguiría siendo un perfecto desconocido si la editorial española ECC Ediciones no hubiese decido publicar sus obras a lo…
Guión - 8
Dibujo - 8
Interés - 8

8

Excelente introducción a los excitantes y críticos relatos de Shun Umezawa, uno de los autores más interesantes del manga alternativo actual.

Vosotros puntuáis: 9.16 ( 13 votos)
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David
David
15 mayo, 2017 12:27

Esta no es una obra fácil, es sucia, deprimente, incómoda. Pero es necesaria. Es necesaria para ver esa cara oculta de la sociedad, la de los discriminados, los diferentes, los que Japón no quiere que conozcas.

A mi los relatos que mas me gustaron fueron «Caos en las aulas» y «Paisaje con Watanabe»

Raku
Raku
Lector
15 mayo, 2017 17:46

No tenía controlada esta obra, pero parece que habrá que echarle un vistazo.

yohana
yohana
10 junio, 2017 2:48

Donde la puedo encontrar para leerla en español?? Si alguien sabe ,se lo agrdeceria 🙂

ZombieSquirtle
ZombieSquirtle
Lector
En respuesta a  yohana
10 junio, 2017 5:41